Aclaración: Los personajes de Hetalia no me pertenecen, Lastima que si fueran míos… Usa & UK ya tendrían hijos. También quiero Aclarar que usaré los nombres humanos y no los de países por el hecho de que me es más divertido así.

Advertencia: Por el momento. Nada… Disfruten.

Dedicatoria: a todos los que lean este lastimero y horroroso fic!

Hola. Este es mi primer Fic de Hetalia… ¡enserio!, y mi primer fic aquí. ¡Es un placer espero este loco fic abarrotado de tonterías les guste!


Prologo…

No sabia cuanto tiempo llevaban en ese restaurante. El rubio de ojos azules enmarcados con unos lentes de cuadro, y curioso mechón antigravedad, se estaba aburriendo su hermano gemelo, igual que el rubio, con lentes pero de ojos color lila y su mechón echo un pequeño rulo que se dirigía al suelo aun estaba dándole los últimos sorbos a su soda. Bufó, hacia como veinte minutos que había dicho, que llegaría pero nada, se reacomodo como por tercera vez en la hora que llevaban ahí.
-Ahí esta—comento su hermano, seguido por la mirada asesina del rubio, quien vio entrar al novio de su querido gemelo, bufo por quinta vez, y el pequeño [por cinco minutos] siguió habando—pensé que no ibas a llegar Francis, Alfred comenzaba a ponerse molesto—comento en tono bajo y en el oído del galo, quien solo emitió una risilla.
-Ah… Alfred, perdona, los clientes del café, como turistas que eran estaban interesados en la historia de la mansión de enfrente—comento muy contento el rubio mayor de los tres con ese acento francés que al de rizo antigravedad le desagradaba. El galo emitió otra pequeña risa, cortesía de la cara de enfado que tenía el americano—Oh, vamos no te pongas así… sabes que esa mansión donde vive un "algo" es demasiado famosa por estos lugares… y mucho más ahora que es casi la época de Halloween—era cierto, esa época estaba muy cerca, por lo cual los rumores de aquella casa eran aun más y más comentados por la gente que vivía y quienes no en la cuidad. Pero eso era lo que atraía clientes en el negocio de Francis—
-¿Y?... ¿Qué tiene?—pregunto dando un sorbo al poco de la soda que aun le quedaba, ese tema no le era interesante para nada, le era demasiado aburrido, había escuchado miles de historias acerca de ese lugar—
-¿Que tal si hacemos una apuesta mi querido Alfred?—pregunto mostrando interés del mas malo que puede haber, concluyo con una mirada hacia el menor de los tres—Mattie… no digas nada—había adivinado la reacción del menor
-Suena bien, ¿cual es la apuesta… man?—respondió, interesado en la propuesta del galo, si estaba decidido a ganar—
-Bien la apuesta consta de que… tienes que ir, con dos testigos, sin contar a Matthew, y grabar con una cámara todo el lugar el 31 de Octubre, si no hay nada ganas, y será gratis todo lo que quieras en la cafetería por un mes, si gano… serás mi mesero por todo un mes, en las noches—concluyo el francés, Alfred lo pensó un poco, si perdía debía ir en las noches, Oh… había visto a los meseros de noche en el local de Francis, vestían solo el maldito delantal con cola y orejas, era pervertido. Pero ver al francés, tragarse el maldito orgullo pudo más—
-Acepto—con eso cerró su trato con el mismo demonio pervertido de Francis—

Después de ese mal momento y la apuesta de Francis, al llegar a casa el y Matthew comenzaron a charlar acerca del asunto, era mas que obvio que el menor de los gemelos decía que no debió haber aceptado el trato de su propio novio.
-Matt, hey… escucha, ese hero puede con todo. Francis va a comerse su orgullo y ¡tendremos todo gratis en la cafetería mas famosa de la cuidad!, ¿no es grandioso?—comento el mayor de ambos con una sonrisa, en verdad estaba disfrutando eso—
-Dirás TU—recalco lo ultimo el canadiense—por que en lo que a mi respecta, yo no estoy incluido en la apuesta, ni como testigo—su rostro se volvió preocupación, su hermano no estaba tomando en cuenta la historia de aquel lugar— ¿has escuchado las historias que cuentan alrededor de ese lugar no es así?—
-Si, dicen que vive una extraña criatura ahí—comento como si nada Alfred— ¿que hay con eso?—
-No Alfred, la verdadera historia—respondió el menor, su rostro denotaba preocupación y horror—"Hace mucho tiempo en esta cuidad, una joven familia vivía…, muchos de los colonizadores creían que las familias de aquí, hacían brujerías, comenzando por los pobladores del lado este. Incriminaban a las jóvenes quienes no tenían pareja aun, de brujas… y las quemaban. Se dice que hubo una que… tuvo un pequeño hijo de padre desconocido. Ese niño no salía nunca de casa, jamás andaba en las calles de día; dicen que poco después de que el cumplió los diez, su madre murió—tomo un poco más de aire, Alfred le veía como si no tuviese mucha importancia—según los pobladores de aquella época, el pequeño niño la había matado, su alma vagaba por la casa y el niño teniendo la edad de once, se suicido. Lo extraño es que… cada persona, o familia que habitaba la casa del apellido perdido, moría a los once días de entrar en ella. Nadie nunca se salvó. Es por eso que nadie entra a esa casa—Ahora estaba aterrado, pero Matthew aun no llegaba a la peor parte—todos ellos… fueron totalmente descuartizados y drenados."
Ahí fue cuando quiso darse un balazo en la cien, esa historia era peor de la versión que le habían contado, era horrible… ¿drenados y descuartizados?, que mierda había pasado en esa casa. Esa era la cosa más intrigante que había escuchado. Y ahora quería verlo con sus propios ojos. Cuando su gemelo dejo la habitación por ir a ver a su gato, quien ya pedía de comer, alzo el teléfono, llamo a un compañero, este y su novio se reunirían con el, 31 de octubre, 11:30 de la noche, a esa hora habían quedado, y ahora no podía dar marcha atrás.