Este fic participa en el minireto de enero para "La Copa de las Casas 2016-17" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.
Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, son propiedad de JK.
En esta ocasión me toco escribir un fic donde Helga Hufflepuff fuera la protagonista. Espero haberlo logrado.
Helga Hufflepuff está muy cansada, pero no de las preguntas que hacen los chicos a diario durante sus clases; está cansada de tantos gritos y peleas que se oyen a diario en el Castillo. Está cansada de tener que soportar todas las barbaridades que se dicen Godric y Salazar cada vez que se encuentran en los pasillos, y sobre todo, está cansada de tener que ser siempre quien intervenga y evite que los conflictos lleguen a un punto de no retorno.
Entiende que Rowena no está en su mejor momento porque las discusiones con su hija Helena han subido de tono en los últimos meses, pero a veces, solo a veces, desearía que pusiera un poco más de atención a lo que está pasando con sus dos amigos ¿O es que acaso no se da cuenta que Salazar y Godric podrían matarse en cualquier momento? ¿Acaso no ve qué ella no puede hacerlo todo sola? ¿No se da cuenta de que la necesita? Piensa mientras se deja caer sobre su cama que en estos momentos se siente tan dura y fría como la cena de hace un rato en la que ninguno de los cuatro dijo ni una sola palabra.
Sin embargo, después de un rato, el enojo se convierte en melancolía, en añoranza, en nostalgia y en frustración, sobre todo frustración. Porque es frustrante y desgarrador ver que la amistad que antaño los uniera a los cuatro como si fueran uno y que parecía indestructible, se está destruyendo poco a poco con cada pelea, con cada afrenta y con cada silencio.
Y Helga solo desearía que todo volviera a ser como antes. Desearía que siguieran siendo los mismos jóvenes que se encontraron un día y que tuvieron el sueño de crear una escuela de magia; quisiera, aunque fuera por un instante, poder recostarse en el pasto junto a Salazar y Godric sin tener que oír gritos e injurias de parte de ninguno de los dos, mientras escucha a Rowena leer en voz alta alguno de sus libros de adivinanzas y acertijos mágicos y todos sueñan con ilusión en el futuro, teniendo como testigos aquel bosque lleno de magia y al Sol que todo lo ilumina y que hace que nada parezca imposible…
Pero los años han pasado y Helga sabe que no todos los deseos se cumplen, aunque se pidan con fervor a la estrella más brillante del firmamento.
