Hola! Despues de tanto leer sobre una de mis parejas favoritas, me dieron bastante ganas de escribir sobre ellos (Mina y Yaten), asi que decidi abrir esto para poner historias cortas o drabbles. Algunas dentro del mundo de Sailor Moon, otras en Universos Alternativos; por ahi incluso algunas sean continuacion de otras, hay que ver. Por ahi aparezcan otros personajes, pero siempre el foco principal va a ser en Yaten y Mina.

Cada historia tiene un "tema" de escritura y de ahi sale la historia; para los primeros capitulos estoy usando "temas romanticos" que saque de una pagina en ingles en livejournal. En este caso el titulo principal de la historia viene de la cancion del mismo nombre, del cantante Fito Paez.

Sin nada mas que decir, espero que disfruten y por favor que me dejen sus opiniones; realmente las necesito. :)


Título: "Amo estas calles y como las casas no cambian (Y a ti)"

Rating: K

Tema: Besos robados (Stolen kisses)

Universo: Anime semi-UA

Notas: Amo mezclar anime con manga, no me odien. El título, tanto como una parte de la inspiración viene del tema "400 Lux" de Lorde.

Disclaimer: Sailor Moon no me pertenece

"Nunca terminamos de matar el tiempo

¿Puedo matarlo contigo?

Hasta que mis venas se pongan rojas y azules.

Venimos aquí todo el tiempo

No tenemos mucho que hacer

Déjame matarlo contigo"

-Lorde, "400 Lux"

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La suave brisa de primavera soplaba dulcemente en el aire. Los caminos estaban llenos de flores, colores y ruidos, con gente tomada de la mano, charlando o comiendo un helado. Niños jugando y familias compartiendo.

Era el quinto día que la acompañaba a su casa y no sabía por qué; después de la audición que ella tuvo y cuando él decidió mostrarse vulnerable dejando caer su máscara de indiferencia, se encontraba ahí.

No se tomaban de la mano, y no compartían comida; apenas si se decían una o dos palabras. Pero caminaban uno junto al otro al mismo paso hasta llegar a la puerta de la casa de la rubia, de Mina Aino, la escandalosa chica que él creía no aguantar, pero que aparentemente si soportaba.

Ahora Yaten si estaba convencido de que por fin había perdido la cabeza. Ni sus hermanos, ni sus amigas sabían de esto, y si sabían se dieron cuenta que era mejor no decir nada.

El ojiverde la observó de reojo. Como sus largos, y probablemente increíblemente sedosos, cabellos de oro se movían con el suave viento pareciendo jugar con este; al igual que los suaves pliegues de su más que corta falda escolar; pero así y todo ella no parecía notar la suave brisa sobre su piel dorada; más bien se notaba pensativa, con su mirada azul en plena reflexión. Tenía una mezcla de felicidad con tristeza; necesidad con culpa, con fuerza y temor a la vez.

Desde que Mina se enteró de los poderes que él poseía la muchacha levantó una especie de muralla mental para bloquear su empatía y el ya no podía leer el tumulto interno que ella diariamente tenía; pero a cambio había dejado de aparentar frente a él, no siempre mostrando una fachada feliz, sino siendo más sincera y permitiéndole verla más pensativa, pero sin dejar de generar esa alegría y positividad que la destacaba.

Yaten no se animaba a preguntarle por qué hizo esto, el hecho de que se encontraran lo suficiente en sintonía para que ella pudiera hacer ese escudo en su mente era miedo suficiente. Pero de todas maneras, Mina no podía ocultar sus ojos; su mirada era tan profunda y él podía leerla muy bien, esta nunca mentía.

Su suave voz, esa que sonaba perfecta hablando de sueños y cantando, lo sacó de su ensoñamiento, notando que estaban llegando a su casa.

— ¿Sabes qué Yaten? Me haces acordar a alguien que conocí hace un tiempo — susurró ella.

Al joven no le sorprendió que saliera con un tema de la nada, pero si le extraño la distancia que había en sus ojos; parecían tan lejanos, como si estuviera recordando algo de hace muchos años atrás, tan antiguo como la tierra misma. Eso sí le asustó.

— ¿Ah, sí?

—Sí —respondió sencillamente ella —Mismo color de cabello, mismas sensaciones y mismo color de ojos – Mina se detuvo un segundo y frunció el ceño, su semblante oscureciéndose un poco — Bueno, por lo menos al principio, después se hicieron grises — comentó como si eso fuera importante y cambiara todo.

Yaten estaba más que perdido; no es como si el color plateado fuera algo normal en el cabello, a nadie tampoco le cambiaban los ojos de color de la nada. ¿Ya que se refería a eso de sensaciones?

—Imposible, nadie es igual de apuesto que yo —farfulló en un intento desesperado por traerla a la realidad. La sentía apartada, como en otro plano, y eso no le agradaba; en cierta manera desesperada el necesitaba que ella se quedara aquí y ahora, con él.

Su intento de algo sirvió, porque ella rió suave y dulce, como campanas de iglesia y un poco de la niebla que rodeaba sus ojos desapareció.

— Ajam, y al parecer ambos igual de egocéntricos — Lo miro un poco y sus azules ojos se suavizaron, para luego ya más suelta agregar — Aunque él era mucho, mucho, pero mucho más alto.

Era el turno del muchacho de fruncir el ceño, no necesitaban que le recordaran su falta de altura; pero al contrario de sus reacciones de siempre no se enojo, por alguna razón esta diferencia pareció sacarla del ensueño y traerla junto a él devuelta.

— ¿Quieres saber otra diferencia? — Murmuró con un dejo de sonrisa

— Supongo — Dijo, pero Yaten ya no le dio tanta importancia, que ella estuviera en el presente nuevamente acompañándolo, lo había calmado. Con atención se dio cuenta de se habían detenido y ya se encontraban frente a la casa de Mina

—El nunca me comprendió realmente, y además tu estas aquí y el no. Todas esas diferencias te hacen mejor — le mencionó suavemente.

Esas palabras le hicieron volver su atención a la conversación y verla a los ojos; eran de un azul tan profundo como un océano en el que se ahogaría con gusto, y ya no tenían duda o tristeza, ahora brillaban con decisión, alegría y cariño.

Cuatro de los cinco días en que Yaten la había acompañado, Mina le había robado un beso para luego darse media vuelta y entrar a su casa como si nada; pero ahora él estaba seguro de que era momento de cambiar eso. Así que hizo lo que quería y la beso.

Mina hizo un ruido de sorpresa, pero no tardó en corresponderle.

No fue un simple choque de labios que a pesar de ser inocente denotaba un suave intento de coquetería. No, este era hambriento y lleno de pasión; con deseo y cariño que ambos tenían bien escondido.

El la tomo de la cintura y la acerco aun mas, encerrando su mano libre en su suave cabello; mientras que las manos inquietas de Mina jugueteaban con el botón de su camisa y se enredaban en su pelo para profundizar el beso.

Todo a su alrededor giraba y estaba seguro que así era como el cielo se debía sentir, la manera más dulce de morir. Dientes se hincaba en labios y lenguas que exploraban y luchaban por dominancia; Yaten se sentía en el cielo y en el infierno a la vez, el tacto de ella lo quemaba pero a la vez lo sanaba, dejándolo con la idea de que no podría tener suficiente de esto.

Se separaron un poco por la falta de aire, los dos respirando agitadamente. El con un botón abierto y el pelo desordenado, Mina con los cabellos igual de revueltos, las mejillas rosadas y el pecho que subía y bajaba.

—Hay otra gran diferencia — agregó ella tratando de controlar su respiración —tu besas mucho mejor.

El solo pudo reír con esa sonrisa que era reservada solo para ella, y la acercó nuevamente para besarla y ella felizmente aceptó.

Yaten pensó que tal vez si había perdido la cabeza, pero no le importo. Esta era definitivamente la mejor forma de volverse loco.

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"Cuanto conozco tu cara y todas tus maneras de moverte; entras y te puedo leer.

Eres mi libro favorito

Todas las cosas que dices, la manera que cambian tus ojos

Nunca supe que había alguien, que me hiciera cobrar vida"

- My Favourite Book, Stars


Notas: Leí esto solamente como dos veces nada más y debe ser solamente la quinta cosa que escribo en toda mi vida así que bueno, acepto opiniones, consejos, etc. Espero que les haya gustado :)

Flor!