"Este fic participa en la semana Zutara del fandom de ATLA"
Hacían ya 10 minutos desde que el sol se había puesto y Zuko ya comenzaba a impacientarse.
Por mas vueltas que le hubiesen dado al tema ,los hombres del consejo no parecían estar satisfechos con los resultados de la guerra.
Hacía ya un año y medio desde que ,con la ayuda del Avatar y su ahora amigo Aang, habían logrado derrotar a Ozai.
Él había sido nombrado como El señor de fuego legítimo y junto con el símbolo real en su anillo, había recibido también las responsabilidades que ese puesto implicaba.
Zuko no podía estar más agradecido: siempre había sentido que sobraba de alguna manera en ese lugar y que había nacido sin ningun propósito. Sin embargo, ahora podía ayudar a la gente de la nación del fuego a recuperarse después de tanto caos.
Por otro lado, debía admitir que a pesar de que en el principio había sido algo torpe en cuanto a las desiciones y quehaceres ,los consejos y ayuda de su tío le habían dado todo apoyo que necesitaba para dar cabida a grandes avances, en cuanto a la restauración de la ciudad.
Claro que restauración implicaba muchas cosas, entre ellas: reparar daños ocasionados por la guerra armada, volver a establecer lazos comerciales con las demás naciones, generar puestos de trabajo para los convatientes y sobrevivientes de la guerra y...- suspiró acrecentando aún más el ceño en sus facciones-y...tener desendencia.
No malentiendan, no es que el no deseara tener hijos. Pero con la herida de la post-guerra aún abierta y sangrante no le parecía el momento adecuado.
Él deseaba que sus hijos pudieran observar con orgullo a la nación de la cual formasen parte, deleitándose con la grandeza que le corresponde al mismo. Pero los destrozos y la destrucción ocasionada por su padre... no era una imagen aceptable.
No para él.
Observó a los miembros en su frente que aún discutían acerca de las posibles candidatas que desempeñasen mejor el papel como señora del fuego. -volvió a suspirar con mas pesadez que la de antes y su mirada se vió dirigida hacia la cara sonriente de su tío.- Claro!, había olvidado que su tío era de quien menos se podía fiar si se trataba de las mujeres y sus "encantos" como él solía decirle.
- Se te nota molesto, sobrino.- entrecerró los ojos con enfado y soltó un poco de fuego por la boca.- ¿No crees que una buena compañia podría quitarte un poco de todo ese estrés que has estado acumulando?
- Estoy perfectamente, tío.- Titubeó un momento antes de decirle lo que pensaba y, finalmente con un suspiro en sus labios lo soltó- No me parece justo que piensen en mis deberes como Señor del fuego, más que en toda la gente que aún sufre por ahi. - Los ojos de Iroh se suavizaron y observaron al hombre lleno de preocupación y madurez en su rostro.
Se sentía orgulloso de que su sobrino se hubiese convertido en tan extraordinario hombre. Y, en lo más profundo de su corazón, deseó para él toda la felicidad del mundo.
Nadie más que él sabía por todo lo que había pasado Zuko.
Nadie en el mundo debería de ser victima de una ira tan grande como la de Ozai, su hermano ya fallecido, incendiando a su propio hijo y causándole quemaduras de gran profundidad. Sabía que heridas como esa dejaban un rastro ...y ,no bueno precisamente, en el alma de las personas.
Sin embargo, su sobrino había sido capaz de superar sus demonios y ver con su corazón las cosas que, verdaderamente, importaban.
-Tio...?- La voz de alguién le devolvió a la realidad, siendo luego conciente de que era Zuko quien lo observaba.- estas bién?
- Lo siento, me dejé llevar por mis pensamientos.- una sonrisa divertida que le alcanzó los ojos se formo en sus labios- Y es que... imaginar niños parecidos a ti correteándo por el palaciome provoca gran regozijo, sobrino.
-Tío, ¿de que lado estas? ..Acaso ¿es tan importante que contraiga matrimonio?
- Bueno al parecer para todos esos hombres ...lo és. Un símbolo de estabilidad que dar a tu pueblo. Un futuro..-
- Agh!...es puro simbolismo. Prefiero centrar mis pensamientos en cosas que de verdad den mejorias a la nación.-
- Y lo estás haciendo querido Zuko...pero a veces es reconfortante ver un poco de ..um...-
Zuko vió a su tío meditar en sus palabras para ,luego , no decir nada.
-Que es tío?
- No es nada ,olvídalo.
- Vamos, tío Iroh. Tarde o temprano lo vas a soltar.- Le miró con controlada paciencia, escondiendo sus manos dentro del haori rojo y esperó. Al ver que no respondía, decidió dar por terminada la reunión hasta que...
-...amor.-
Casi se atraganta con su propia saliba, debido a lo dicho por su tío. Lo miró con algo de sorpresa, no porque sugiriera algo asi- sabía de sobreaviso que su tío era un fanático de cosas como esa- sino porque estaba enterado , desde antes, de que las uniones entre un Señor del fuego y una mujer , eran más por conveniencia que otra cosa.
-Tío, ya sabes lo que dice la ley...-
-Sí, lo sé pero...¿quién sabe?. Quizás podrias...-
-Quizás...- suspiró.
Cuando pensaba en la palabra "Amor" , el recuerdo de los momentos que pasó junto a su Madre Ursa le llenaban la mente. Eran nostálgicos..pero felices.
Se preguntó si alguna vez podría conocer aquel sentimiento y relacionarlo con una mujer que no fuera su ella.
Estaba tan sumido en sus pensamientos , que tan sólo momentos después regresó a tierra con la voz de su tío dando por terminada la asamblea.
-Bién...es todo por hoy, señores.-
-Pero!...- dijo un hombre.
-El señor del fuego aún no nos ha dado una respuesta.- concluyó otro.
Como sintiendo que era su hora de intervenir, Zuko se puso de pie y observó con calmada seriedad a los hombres.
-Disculpen, caballeros pero...por hoy damos fin a la asamblea. En cuanto al tema del matrimonio...lo pensaré y ,en cuanto tenga la respuesta, se los haré saber.
Y , sin darles tiempo a protestar, desapareció por las grandes puertas.
En alguna parte del cielo, en un gran palacio, los dioses pertenecientes a cada una de las naciones analizaban la importancia de cierta conversación:
-...ellos tienen razón. No hay nada como el matrimonio para simbolizar estabilidad.-
- Concuerdo, pero aún no es el momento indicado para que lo haga.
- Herederos!. El matrimonio significa herederos y ellos sin duda serán el futuro de la nación.
- Ahi por favor y a ti desde cuando te importó el destino de la Nación de fuego- rugió una voz dejando escapar fuego de su boca.
- ¿Crees que por ser del elemento agua no puedo preocuparme por el bienestar de alguien con el elemento contrario?- acató otro con un tentáculo de agua a punto de dar un zarpaso.
-Oigan ustedes, ¿por que mejor no dejan de discutir?. Así...no llegaremos a ningún lugar. - Ambos dioses la miraron con una mueca infantil de queja-
- Pero Zutara!...¿no ves que el empezó?- inquirieron ambos a la vez.
-No puedo creer que sean mejores amigos y ,aún así discutan.- La diosa y divinidad de la naturaleza, los observó con diversión dibujada en sus facciones.- Acaso...¿no lo ven?-
Todos los presentes en la asamblea, observaron a la diosa con atención y en silencioso respeto. Tanto el dios del agua como el de fuego, se quedaron espectantes.
-Para que exista una estabilidad en la Nación del fuego, debe haber algo que pueda complementarlo. Algo que equilibrie el poder abrazador e imponente del fuego, sólo así habrá alcanzado la armonía..- dijo observando a los respectivos dioses de dichos elementos.
-Y , eso significa que...- empezó el dios del fuego.
Zutara suspiró y negó con la cabeza. ¿Acaso por ser dioses dejaban pasar algo tan importante frente a sus ojos?.
Adoptó una postura serena y seria, ellos debían de entender la importancia de los sentimientos en el balance del mundo espiritual y el humano.
Miró a los dioses que anteriormente discutian y ,con un gesto de las manos, les indicó que se sentaran.
-Por favor escuchenme todos, lo que tengo que decir es muy importante y espero, que lo entiendan.
Todos los aquí presentes son testigos de como el funcionamiento en conjunto de los elementos en el mundo humano genera armonía entre las diferentes naciones. Sin embargo, a sus ojos ha escapado algo elemental que rige el mundo de los mortales, algo que puede guíar sus corazones como los hilos de un títere.
Sonrío con nostalgia y observó a sus compañeros.
A su mente llegaban imagenes de todo lo que una vez había tenido...y lo mucho que había disfrutado cada momento. Sin embargo, sus deberes como madre naturaleza ,entidad de los elementos, no le permitía abandonar su puesto. Su mirada se posó entonces en el fruto de aquel precioso tesoro que había tenido alguna vez.
Una joven de cabellos castaños y risos del color de la fresca tierra, piedras preciosas nacidas de los océanos como ojos y curvas dulces y suaves, simbolo de la femineidad, y el brillo de una piel dorada y acanelada ...terciopelo del sol.
Volvió a centrar su mirada azul en los dioses a su alrededor.
-Queridos compañeros, me temo que han pasado por alto el poder tan grande que tienen los sentimientos sobre el corazón humano. - Y sobre el de los dioses también, pensó.-
- Es por eso que somos dioses ,querida Zutara. No nos dejamos controlar por deseos efímeros y sin sentido.- su mirada azulada vibró y un relámpago destelló en las nubes. Observó al dios de la tierra.-
- Me temo señores, que si piensan de ese modo...el lugar de los dioses debería de ser reemplazado inmediatamente.
Sus espectadores se empequeñecieron por haber provocado el enojo de la madre naturaleza.
-Lo siento mi señora, no fué mi intención ser tan impropio.-
-No...no hay nada que perdonar. Pero es mi obligación corregir el error existente.
-Los sentimientos como tales son importantes y permiten a los humanos llegar a un balance dentro de sus almas y su corazón. Así como la naturaleza necesita de los elementos...ellos necesitan de los sentimientos. - Miró las nubes azules y el inmenso océano debajo de ellos.- Sin embargo, al no haber un equilibrio en su corazón ...los humanos tienden a equivocarse y a terminar sumidos por sentimientos destructivos, que finalmente se harán concretos por medio de las desiciones que puedan tomar.
- Pero Señora... ¿de qué manera podrían los sentimientos mejorar el estado de la nación del fuego?- Los dorados ojos del dios del fuego la miraban con ruego.
Zutara se sonrió internamente, sabía que hasta en el interior de sus dioses existían vestigios de humanidad.
- Como ya dije los sentimientos equilibran la vida humana y con ello, la toma de desiciones se hace clara y precisa...el corazón siempre tiene mas peso que la razón, es dificil de ignorar. Por lo que pienso, que lo importante no es la boda...sino el amor en la vida del Señor del fuego.
- El...amor?- vió a todos tragar grueso y mirarla con sorpresa. Les sonrió con calidez.
- Así es...todo lo que hace falta es el equilibrio sentimental en la vida de Zuko. El amor, es un sentimiento que unifica, es simbolo de alquimia y de renovación.
- Vaya ...pues en ese caso. No puedo culpar a los humanos por sucumbir a los encantos del "amor", ¿ no es verdad?-
Sonrió al dios del fuego que con aquellas simples palabras, le había dado vía libre a su propuesta.
- Disculpe, Señora Zutara pero...¿que tendriamos que hacer entonces? - El dios de la tierra la miraba espectante y la diosa del viento, sonreía con sabia astucia.
- Bueno...de eso no deben preocuparse. Déjenlo todo en mis manos ..- Se levanto con total delicadeza en sus gestos y observó a la diosa del viento. - Querida necesito que me acompañes, tengo que pedirte un favor...- La susodicha se levantó y siguiéndola, desaparecieron entre la niebla.
-/-
En otro rincón de aquel ,celestial y sagrado ,palacio.. se hallaba una joven de castaños y ondulados cabellos.
Sus ojos tan azules como las aguas del mismo océano, seguían las formas del agua que controlaba a su antojo...haciéndolas bailar y cantar para ella.
Sin dejar pasar la oportunidad sus pies acompañaron el movimiento de esta, perdiéndose en una danza tranquila y fluida.
Su suave figura se veía reflejada en el agua a su alredor, haciéndola parecer una ninfa o criatura mitológica de los cuentos humanos.
Mientras danzaba ...en su mente aparecían recuerdos de un joven de cabellos azabaches y ojos profundamente dorados, como si fueran de oro líquido.
No sabía que era pero algo nuevo había nacido dentro de ella, intenso y cálido como el fuego.
No lo había hecho con intención pero...sin más un día, al escuchar la conversación de su madre había decidido espiar su tema de conversación.
Su curiosa alma no se había resistido al impulso de observar al humano del que tanto discutían.
Sin embargo, de pronto el observarlo se convirtió en parte de su rutina...y poco a poco, aquél humano se fué colando por las rendijas de su alma.
Era nuevo para ella, no sabía que era exactamente...pero le gustaba la amabilidad y justicia que ejercía aquel hombre. Sabía que se escondía detrás de una fachada seria y fría, pero detrás de todo aquello...era un hombre amable y que se preocupaba por su gente.
Katara había ido conociéndolo cada vez más y de él, había aprendido la humildad, el hecho de preocuparse por alguien más.
Y más, concretamente, de él.
De pronto, abrió los ojos y frente a ella ...el agua había tomado la forma de sus pensamientos, tornándose en el señor del fuego Zuko. Observó la forma ante ella y se acercó...sus dedos acariciaron el rostro y labios acuosos.
Donde se suponía que debía haber piel...sólo había agua.
Sintió una punzada en su alma y retrocedió. ¿Qué era lo que le pasaba?
Se sentía vulnerable y frágil, como con el alma desnuda.
-Katara...? - Se apresuró a deshacerse de aquella forma y devolver el agua en su lugar.
-Madre!- se acercó a ella para abrazarla y luego mirarla con una sonrisa- ¿ya has terminado con la asamblea?
- Si, cariño...Sin embargo, no vine sola.- Miró al costado de su madre y allí, en efecto, se encontraba la diosa del viento.
- Ah!, mi lady...- su reverencia fue frenada en el acto por la diosa.-
-Vamos, Katara...ya sabes que no me gustan las reverencias.- la susodicha le sonrió entonces.
- Claro, lo siento..-
-Cariño, tengo que hablar ...tenemos que hablar de algo importante contigo.
-De verdad?..-
-Sí, y eso implica al señor del fuego que tanto has estado observándo ...-
-Yo...eh...tú...cómo...- la suave risa de su madre la sacó de órbita. No entendía nada.
- Eso no es importante ahora. Por favor, presta atención a lo que vamos a decirte.
-/-
Observó el cielo estrellado en todo su esplendor y , una extraña calma le envolvió el corazón. Era como si presintiera que algo bueno estuviese a punto de pasar.
Como si los dioses estuviesen mirándole desde lo alto y le enviasen un silencioso aviso.
(haha no sabe la razón que tiene xD)
Miró el pequeño estanque con patos tortuga y algo extraño capturó por completo su atención.
Se puso de pie y bajó lo que quedaba de las escaleras para dirigirse hacia el estanque. Muy cerca de aquel lugar un hermosa ave de color celeste y ojos zafiros ,le miraba en lo alto de una rama.
Era como si lo conociera.
Por un momento, se permitó deleitarse con aquella vista tan ejemplar: su cola era alargada y al final se bifurcaba en dos plumillas mas largas con una especie de perlas alrededor de ellas. Sus alas tenían una mezcla armoniosa entre azul y tonos marrones, su estómago era de un color blanco tan puro como las nubes y tanto su pico como sus ojos de un profundo y calmo azul.
Observó sus ojos con intensidad y el ave se acercó a él, planeando con maestría. Finalmente, se posó en su brazo.
Zuko no podía creer la suerte que tenía.
Pensó que aquella ave ,probablemente, hubiese estado en contacto con humanos antes debido a su confianza en él.
Dudoso acercó sus dedos al pelaje del animal y ,cuando vió que él no saldría volando, lo acarició con delicadeza: sus plumas eran suaves y finas.
-Ohh...Zuko..- el principe dió un pequeño respingo por la repentina voz de su tío llamándole con sorpresa.-
-Tio..?- frunció un poco el ceño con una muda pregunta, al verle acercarse y ver al animal salir volando de nuevo hasta la rama.- umm...que pena se ha ido. Creo que se ha asustado.
- Zuko!, no puedo creer la suerte que tienes sobrino.- Zuko le miró aún sin comprender.
La mirada de su tío era como la de un niño viendo el dulce mas delicioso de todos. Paseó su mirada de su tío al ave azul...sentía que se perdía de algo pero no sabia...el qué.
-¿A que te refieres?,tío. - sintió una palmada afectuaso en la espalda.
- Este hermoso espécimen de ave es un fenix azul. Una especie de ave que ...se cree es un presagio divino y augurio de algo ,realmente, bueno. Se dice que ...sólo los bendecidos son capaces de ver uno, pero tú...querido afortunado...tuviste el placer de que se dejase tocar por ti.
- Vaya...supongo que después de todo su belleza y ese halo de calma que le precede, se deben a eso.- observó al ave nuevamente.- Asique un ave enviada por los dioses. Me pregunto ¿por qué?
-Es magnífica..- escuchó decir a su tío.- sobrino, cosas buenas están por pasar.- pensó Iroh y ,realizando una leve reverencia al ave, se retiró.
- Lo es...- sin embargo, ninguna respuesta le llegó. Se volteó y todo lo que vió fue el vació que había dejado su tío al retirarse. Suspiró.
-/-
Katara observaba desde la rama al Señor del fuego Zuko, sentado en las escaleras.
En persona, era un hombre realmente atractivo ...y la había acariciado. Su corazón aún desbocado latía en su ,ahora, pequeño cuerpecito. Y , sin ser capaz de negarlo, las palabras de su madre cobraron un importante significado...
"Katara, cuando hayas llegado a ese lugar ...te darás cuenta de lo que sientes. "
Sentir...Sentimientos.
Su madre le había dicho que tenía una misión en aquel lugar. Le había dicho que era su responsabilidad descubrir ¿qué?
Sin embargo, Katara se hacía una idea...
Era como si ese hombre dormitando en las escaleras tuviese una conexión ,fuertemente, unida a ella.
Casi como respirar se dijo.
También le habían dicho que cuando llegara a aquel lugar sería una semi-diosa..y por lo tanto, los deseos humanos se irían colando en su alma.
Lo sabía...lo podía sentir allí, palpitando en su pecho. Algo cálido que la quemaba con intensidad y que abrazaba todo su cuerpo.
Decendió de la rama y rodeada de agua, retomó su forma original.
Su forma humana...
Caminó con paciencia hasta el hombre que yacía en las escaleras.
Al llegar a él se detuvo y lo miró con ternura... Un hombre que es capaz de dar la vida por aquellos a los que ama.
Ba-dump...
Agrandó los ojos y se llevó una mano al pecho ,cerca de su corazón. Lo sintió palpitar regocijándose con sus pensamientos.
Sonrió..Amor...había escuchado que podía cambiar a las personas y que era algo ,realmente, especial. Un sentimiento cálido y humilde...sin marginarlidades o banas selecciones.
ba-dump... ba-dump..
Asique eso es ¿eh, madre?...Justo como tú y ...mi padre. Ese es mi destino...
Volvió a mirar al señor del fuego dormido en las escaleras . Cabellos azabaches caían sobre su rostro, ocultándolo.
Se agachó a su altura y con suavidad retiró los mechones rebeldes, acariciando su cálida mejilla como hacía tanto venía deseando. Lo sintió removerse y se alejó un poco...
..Pero antes de hacerlo una mano cálida atrapó la suya , reteniéndola.
Miró a Zuko conintensidad y por un momento, aquellos dorados pozos se posaron sobre los de ella.
Azul y dorado en una intensa confrontación.
Sin pensárselo mucho se acercó a sus labios y depositó un casto beso en ellos.
- Vuelve a dormir...-
-Tú...- le oyó susurrar.-
-Shh.. no me iré de tu lado.- y sin más ..volvió a caer en un sueño profundo.
-/-
-Zuko...-
Juraría que alguien lo zarandeaba llamándole, pero estaba tan bién cubierto por el sol que no quería moverse.
-Zuko!- abrió los ojos como si un balde de agua fría le devolviera de golpe a la realidad.
-Tío, anoche...- dijo sin terminar.
- ..te quedaste dormido en las escaleras observándo al ave.- completó su tío, como intuyendo el ¿por qué?.
Zuko parpadeó y a su mente acudieron vestigios de un extraño sueño que había tenido.
- Oye, tío ...tuve un sueño muy extraño. Una joven..- y hubiese continuado si su tío no le hubiera interrumpido.
- Espera, Zuko.. no quiero saber de tus sueños con hermosas jovencitas.- él le miró sin entender.- Sé que ya estás bastante grandesito para tener ese tipo de deseo y , más aún, de sueños.
La pícara mirada de su tío y sus insinuantes palabras, hicieron que sus mejillas se colorearan de un ligero carmesí y volteara la cabeza con rapidez hacia otro lado.
- No me refería a ese tipo de sueños, tío...- dijo en una especie de gruñido.
- Ah...entonces, ¿qué es querido sobrino?- el que le haya restado importancia a dicho tema con facilidad, le hizo fruncir el seño a zuko.
Su tío no cambiaría...aunque estaba bién así, para él.
-Anoche..después de quedarme dormido observándo al ave...al fenix azul...- Su tío asintió dándole a entender que siguiera.- Soñé que se transformaba en una hermosa mujer y que luego se acercaba a mí. En el sueño, me observó con tanto sentimiento e intensidad en los ojos...que sentí que fué tan real..- Inconcientemente, se llevó una mano a los labios rememorando el beso.- y me...dijo que ..no se iría de mi lado.
- Vaya, sobrino!. Creo que te han flechado...¿quién es la chica en cuestión? ¿La conosco?.-
-Tío no es una broma!, te acabo de decir que fue un sueño ..¿que es lo que no entiendes?- La mirada de su tío lo desconcertó: era como si supiera algo de lo que el no tenía conocimiento.
- Los sueños a veces pueden significar algo ,querido sobrino.- Iroh observó el cielo y sonrió.- Quizás...ya es hora.
-¿Hora de qué...?
- Bueno, sobrino...se que no serás tan malo como para no acompañarme a tomar un delicioso té de jazmin.-
Zuko se levantó resignado. Esa era una clara señal de que su tío no le diría más.
- Claro , tío...- Y sin mirar atrás subió las escaleras para dirigirse a la cocina.
Sin embargo, Iroh se acercó al estanque y esperó:
- Es un placer conocer a tan hermosa criatura viviendo en el mismo lugar que unas humildes personas, como nosotros.- soltó al aire.
-Asique mi madre tenía razón...-dijo una suave voz femenina.- ..tu sabes de nuestra existencia. Es un honor conocerlo, le pido que me perdone por tal atrevimiento al entrar sin permiso en su hogar.
- No hay nada que perdonar jovencita, es un honor para esta nación tener a una deidad entre nuestras paredes..- Iroh observó a katara y sonrió dulcemente a la joven.- Sin embargo, pienso que has venido por una razón en particular...-
-Así es ..um...- le devolvió la sonrisa un tanto apenada.-
-Dime Iroh o tío, Iroh si te parece mejor.-
-Iroh...umm...vine aquí porque mi madre me dió una misión. La cual debo descubrir estando aquí por lo que...cree que podría tener una estadía aquí.
-Por favor dejémonos de formalidades, puedes tutearme jovencita..-
- Soy Katara y por favor, no es necesario que me trates con tanto respeto. Espero que podamos ser amigos.- Le sonrió al anciano y observó el lugar por donde Zuko se había ido.
- Ejem..y ,dime, Katara...¿te gustaría tomar el té con nosotros?- El brillo en los ojos de la deidad no pasó desapercibida por Iroh, quien observaba la cálida sonrisa en los labios de la joven.
- En realidad...Creo que no sería oportuno, Tío Iroh. - una carcajada suave le llegó a los oidos.
- No te preocupes por ello, sé a lo que te refieres. Crees que ¿podría hacer algo para ayudarte?
Katara sonrió con una brillante idea en sus ojos.
-/-
Zuko había pasado todo el resto de la mañana enterrado en una montaña de papeles con diferentes motivos, dirigidos a su persona: pedidos de reconstrucción, de curanderos para aquellos que habían resultado heridos durante la caida del monumento a Ozai, trabajo, reuniones con las demás naciones, aceptaciones a ciertos tratos de comercio o negativas.
Tan concentrado estaba leyendo que no oyó la puerta al abrirse. Su tío se había acercado a su escritorio y esperaba ,pacientemente, a que levantara la cabeza para mirarle:
-Buenas tardes, Tío. ¿Hay algo que quieras decirme?. Lamento, ser impaciente pero tengo trabajo como verás.-
- Claro que tengo que decirte algo pero...necesito que me prestes total atención.- suspiró al entender la indirecta y volvió a despegar la vista de sus papeles para dedicarle una larga mirada.
-Dime.
-Bueno, tengo que decirte con total alegría que alguien muy importante a llegado a la Nación del fuego y se hospedará en nuestro palacio. - Pronta a esa declaración el ceño fruncido no tardó en aparecer en el rostro de zuko.
-Y se puede saber ¿de quién se trata para tener el privilegio de que la invites sin siquiera avisarme, Tio? -
Iroh suspiró, su nieto lo conocía bién.
- Bueno..se trata de la princesa de la nación del agua del sur. - los ojos de Zuko se agrandaron y lo miraron con sorpresa.
- ¿Que no esa nación ya había perdido a sus gobernantes?- Vió a su tío negar con la cabeza.
-No..de hecho, la mantuvieron oculta hasta que pasara toda la guerra...creyendo que los maestros fuego de Ozai querrían llevársela por sus dones.
- ¿..Sus dones?-
- Así es sobrino. Ella nacio con el poder de controlar el agua.-
-Una maestra agua..? En la tribu del sur..?- sonrió ligeramente- Bueno..por lo menos Ozai, no fue capaz de destruir algo tan valioso.- Su tío asintió.
-Y...¿donde está ella...?-
- Aquí..- Zuko dirigió su vista a la joven dueña de esa voz. La misma estaba parada frente a la puerta, con las manos entrelazadas al frente y la mirada más pura que había visto nunca.
Sin ser conciente de sus actos, el señor del fuego se levantó de su sillón y rodeó el escritorio hasta bajar las escaleras y quedarse parado frente a la morena de mirada azul.
Se le había secado la boca y su respiración se había vuelto errática. Sus ojos se dilataron y brillaron ,intensamente, al darse cuenta que aquella joven ..era parecida a la de sus sueños.
- Señor del fuego ,Zuko..- le vió hacer una reverencia y, como despertándo, hizo lo mismo.-
- Lady ...-
-Katara..- Se apresuró a decir la joven- Mi nombre es Katara.
-..Katara..- dijo zuko con la voz un poco mas ronca de lo usual.- A ¿qué se debe el honor de su visita a nuestro palacio?
- Bueno...lo cierto es..que vine ,voluntariamente, a ofrecer mi ayuda. Sé que las personas de esta nación necesitan curanderos y ,bueno...- la intensa mirada de Zuko sobre ella hacía que su cuerpo se estremeciera. Inconcientemente, se relamió los labios y lo observó.-...sólo me dejé llevar.
Zuko miró a la enigmática mujer frente a él.
Esa exuberante y exótica belleza que la embargaba...lo mantenían espectante. No podía apartar la vista de ella..como si se tratara de un imán.
Oyó un carraspeo y volteó la cabeza para ver a su tío acercándose.
- Umm..Lady Katara, le importaría acompañarme para que pueda acomodarse en una habitación, por favor.-
Katara agachó la cabeza y una pequeña sonrisa asomó a sus labios.
-Claro...- miró intensamente a Zuko antes de realizar un pequeña reverencia.- Se..-
-Sólo dime Zuko..¿No crees que es más corto y fácil?- se sonrió con calidez.
- Claro, ..Zuko.- Le vió dirigirse a su escritorio nuevamente.
- Nos vemos en la cena.
-Sí...-
Iroh sonrió con complicidad a nadie en particular. Finalmente, su sobrino sabría por mano propia lo que era ...
-/-
El tiempo corrió desde la primera vez que ambos se habían visto frente a frente y las cosas en la nación de fuego marchaban a la perfección. Tanto Zuko como Katara se habían vuelto muy cercanos y disfrutaban de la compañia mutua.
Katara se había vuelto humana, con todas las letras.
Siendo lo único que le unía al mundo espiritual el poder de controla el agua y ,además, de sanar en el mundo el poder que la hacía inmortal yacía sellado en su interior.
Definitivamente, había descubierto cual era la misión de la que había hablado su madre y,sin siquiera necesitar de alguien que se lo pidiera, había empezado a cumplir con el cometido de dicha misión.
Amaba a Zuko con toda la intensidad que su corazón le permitía y siempre se mantenía a su lado, ayudándolo y apoyándolo en las desiciones que tomaba. Sin embargo, no tenía idea de lo que el señor del fuego sentía por ella o siquiera si era recíproco.
Zuko por otro lado, disfrutaba en demasía tener a aquella hermosa y dulce joven a su lado, como compañia. No sabía cual era la razón, pero su prensecia le llenaba de paz y de un sentimiento cálido que no sabía como explicar.
La princesa había resultado ser una mujer bondadosa, dulce y humilde.. que se entregaba en cuerpo y alma para ayudar a las personas que pudiera. No era como las mujeres interesadas en su dinero o incluso su posición ...ella era diferente.
Ella lo apoyaba y alentaba en cada una de las desiciones que tomaba. Siempre dándole su opinión y sonriéndole para animarlo con una cálidez incomparable.
Y eso...a Zuko eso lo desarmaba por completo.
El solo hecho de pensar que se fuera de su lado lo hacía sentir punzadas de dolor en su corazón y, ni que decir, de que aquella hermosa mujer perteneciera a otro hombre..
Apretó los dientes y su ceño se frunció ,considerablemente.- ...ella no podia irse de su lado.
pero...¿Y si amaba a alguien más?
Golpeó el escritorio con su puño y lanzó una llamarada de fuego al aire.
No sabía lo que andaba mal en él, pero se había vuelto increiblemente posesivo con Katara.
Recordó cuando habían ido a la colonia de fuego que necesitaba de su ayuda.
Las manos de katara habían tocado a las de otros hombres y eso le había ulcerado el estomago de la rabia que sentía consigo mismo, por sentirse desplazado por otros. Y, luego, ella le había sonreido tan dulcemente que había mandado la rabia al infierno.
Ella tenía tanto poder sobre él pero no era conciente de eso. Y, él deseaba ser capaz de provocar las mismas sensaciones en ella.
Recordó también la vez en que habían celebrado una fiesta en el palacio, para festejar la restauración total de la ciudad principal.
La vió a ella enfundada en un hermoso vestido rojo de la nación del fuego que se amoldaba con facilidad a sus curvas tan femeninas. Esa fué la primera vez que a Zuko le había azotado el deseo con tanta fuerza.
Ella se había acercado a él con una profunda mirada en aquellos ojos azules tan intensos...y él, podría haber ardido en medio de la fiesta y haberse vuelto cenizas.
Se sintió orgulloso de que una mujer tan bella y de un enorme corazón hubiera usado un vestido de su pais natal y , además, portarlo tan elegantemente.
Habían tenido que bailar la primera canción para dar inicio a la fiesta y ,esa vez, creyó por un momento haber visto la ardiente llama del deseo en sus ojos , al igual que él. Pero había sido tan rápido que no podía asegurarlo con certeza.
Y muchos momentos más que invadían su mente y que lo llenaban de ella. De su prensencia, de su aroma a salada agua de mar y de su cálidez intensa, envolviéndolo.
De pronto lo vió todo tan claro, que sonrió ampliamente y negó con la cabeza.
¿Cómo no se había percatado de la cruda realidad frente a sus ojos?
Ese día ...era uno muy especial y se aseguraría de que lo fuese en todo su esplendor.
-/-
Katara observó desde su ventana la gran cantidad de personas que habían acudido a celebrar el cumpleaños número 20 del señor del fuego.
Sonrió pensando en el dueño de unos hermosos ojos dorados, y se miró una vez más en el espejo. Ese día le diría quien era en realidad..y además, le entregaría su corazón.
Todo el tiempo que habían pasado juntos había contribuido a que su amor por él fuese más intenso y, que además, en su corazón se alvergaran deseos de mucho más.
Deseaba decirle o mejor aún, gritarle al mundo que le amaba , que lo seguiría a donde el decidiese ir y que seria suya si él así lo deseaba.
Observó su vestido azul, brillante con perlas cristalinas de agua en él y las joyas de color plata colgando de su cintura y caderas, al igual que de sus brazos. Esa noche ... abandonaría por siempre su lado inmortal para pasarla el resto de su vida al lado de la persona que tanto amaba.
No importaba si le correspondía o no, sólo deseaba estar a su lado.
Sus ojos del color del océano se encendieron mostrando en ellos la intensidad de las aguas. Sintió como el agua le cantaba al oido y la arruyaba. Esa poderosa conexión que tenía con el agua ...era lo único que le quedaría luego de ser mortal.
Y era el tesoro más grande que siempre había tenido.
-Madre...estoy lista.- sin esperar ni un minuto más se colocó la tela de gasa azul alrededor de sus labios y nariz,dejando solo al descubierto el brillante azul de los océanos moviendose en sus ojos.
-/-
Zuko miraba a la gente a su alrededor y conversaba con quienes se acercaban a saludarlo. Era su cumpleaños y gente de todas las naciones había sido invitada.
Observó a personas conocidas, entre ellas a Aang y sus amigos. Se acercó a ellos y entablaron una animada conversación, contándose sus quehaceres después de la guerra hasta que ...un fresco susurro le llegó a los oídos.
Su corazón se paró por un momento y su respiración se volvió errática.
- Katara..?- observó desconcertado a su alrededor buscándola pero no había rastro de ella. Volvió a escuchar esa suave y deliciosa voz llamándolo. Sin dar demasiadas explicaciones se adentró en el castillo, buscándola...algo le decía que debía encontrarla lo antes posible.
Inconcientemente, se había acercado al estanque donde había visto al hermoso fenix azul.
Al levantar la vista se encontró con dicho pájaro, posado en la misma rama de la última vez.
Como si de un presentimiento se tratara ..se acercó hasta quedar frente a él. Y como si volviera en el tiempo, el ave se había posado en su brazo, viéndolo con dos ojos que se le hacían muy familiares...
Katara...
Le acertaste, zuko..
Abrió los ojos con sorpresa y miró hacia atrás buscando a la joven. Sin embargo, de pronto una brillante luz le hizo entrecerrar los ojos y observar al ave que en cuentión, destilaba luz por cada uno de sus poros.
El brillo fue tan intenso que cerró los ojos por un momento, debido a la molestia. Cuando volvió a abrirlos.. frente a él se hallaba la razón de su existencia en los últimos días.
Una hermosa y sensual katara lo miraba detrás de un vestido de seda y gaza azul, con joyas plateadas en forma de cadenas que le rodeaban la diminuta cintura y su plano abdomen. La vestimenta se ajustaba a sus formas femeninas y los ojos de Zuko brillaron con intensidad.
-Katara...- susurró con la voz ronca.
La vió acercase a él contoneando sus caderas a cada paso , como incitándolo cada vez más. Una vez frente a él, lo miró con intensidad y al ver sus ojos su respiración se cortó.
Literalmente, podía observar en ellos las olas del océano corriendo con intensidad. La vió esbozar una sonrisa y luego, la sintió tomar sus manos entre las suyas.
-Zuko..quiero que sepas que hoy voy a renunciar a mi condición sólo por ti. No tienes ni idea de lo fácil que me resulta hacer eso y lo dificil que sería estar lejos de ti, tan sólo por un momento. Me dolería más que cualquier otra cosa.
Te convertiste en una necesidad crucial para mi...casi tan intensa como respirar o , hasta quizás, más.
-Katara...- ella lo acalló posando un dedo en sus labios. El corazón de zuko latía acelerado y contento en su pecho.
Todo en lo que podía pensar era en la presencia de Katara y en el profundo amor que sentía por ella. Era tan intenso que le sorprendía no haberse fundido como el oro a temperaturas muy elevadas.
-Mírame, Zuko. Nesecito que me escuches: yo ...no soy humana. Al menos no lo soy por completo ahora. Yo soy la hija de Zutara, la madre Naturaleza o Diosa de la vida. Me envió aquí para cumplir con una importante misión y ya he cumplido con ella..- Sintió que Zuko la acercaba a su cuerpo y la mira con intensidad y preocupación en sus ojos.-
- Dime que no te irás. Por favor,no podría vivir sin ti a mi lado ni un sólo día de mi vida.- ella le sonrió con amor en los ojos y sin dejar desearlo, tomo su rostro entre las manos y ... lo besó con pasión y con todo el amor que pudiera contener en su interior. Zuko la abrazó por la cintura y la estrechó con sus fuertes brazos, atrayéndola hacia él casi con desespero de sentirla junto él.
Sus labios se fundían en un ardiente beso que los transpasó a ambos y le llenó por completo. Se separaron por la falta de aire en sus pulmones y Katara, con mucha dificultad se separó de él.
Por un momento , le dió la espalda y continuó con su relato:
-..como te dije ya he cumplido con la misión y es hora de terminar con todo, aquí y ahora. - ella se alejó de él y al ver que tenía el ademán de seguirla , le indicó que se quedara en donde estaba.
Katara caminó hasta el centro del estanque y , con una danza conocida en profundidad por ella, se deshizo de todos y cada uno de sus lazos con la inmortalidad.
Zuko observaba fascinado la figura de Katara realizar una danza suave e intensa, era como si hiciera una plegaria silenciosa a los dioses.
No podía creer que la hermosa mujer de la que se había enamorado, fuese hija de una respetada Diosa. Tampoco podía creer que la historia que una vez su tío le había contado fuese real...
Asique la diosa de verdad se había enamorado de un humano..
Observó el mar de estrellas que rodeaban a katara, como si fueran luciernagas danzando a su alrededor..y agradeció en silecio a su madre, por haberle permitido conocer a tan preciosa criatura que le había devuelto la luz a su vida.
Katara se sintió ligera de pronto y con un cansancio inesperado, su cuerpo empezó a caer .
Nunca sintió el agua tocarla porque un par de brazos fuertes y cálidos la habían atrapado antes.
- Katara...-le escuchó susurrar sobre su cabello.- ¿que es lo que has hecho princesa mía?- sonrió llena de felicidad y su corazón dió un vuelco.
- Sólo abandoné por completo mi inmortalidad para estar a tu lado, todo el tiempo que sea posible. - miró esos ojos dorados que tanto la cautivaban y apoyó una mano en la mejilla de Zuko.
- ¿Por qué? ¿Por qué quieres estar a mi lado? ..- la voz ronca y su suave aliento golpeándo su rostro la hicieron suspirar.
- Porque te amo... y volvería a abandonar mi inmortalidad sólo por estar contigo -
Tomándola por sorpresa sintió los labios tibios de Zuko abrazar los suyos con intensidad y se rindió a su beso. La presencia de ese hombre la embriagaba tanto que con un sólo beso podía emborracharse y sus piernas se volvían de gelatina.
Enredó sus dedos entre su sedosa cabellera azabache y apegó aún más su cuerpo al de él.
Se necesitaban , no había duda de eso.
El bordeó con la lengua su labio inferior pidiéndole paso, a lo que ella con un suspiro abrió su boca dejándole el paso a su lengua. Se enfrascaron en una lucha que ninguno estaba dispuesto a seder. Ambos dieron y tomaron, absorbiendo la esencia del otro en total intensidad.
Una vez más la falta de aire los obligó a separarse y zuko, sin dejár de mirarla a los ojos la llevó entre sus brazos hasta la orilla del estanque. Una vez fuera se sentó en el pasto con Katara, aún en brazos.
Se observaron, y todo cobró sentido para ellos.
- Yo también te amo ,Katara.-
Desde lo alto del cielo, los dioses sonrieron y festejaron. Finalmente, el amor había ganado.
Y a zuko, bueno...ya no le parecía tan mala la idea de casarse, después de todo, era de Katara de quien estaba hablando.
Hola preciosas personitas! increiblemente, me inspiré tanto que terminé esta pequeña historia Zutara en umm 5 horas seguidas xD ahahha. Me gustó mucho la idea de que hubiese una diosa con el nombre de "Zutara" que en efecto, ella fuese la madre de Katara.
Si se preguntan la historia de Zutara es simple, un dia pues bueno...como la misma Katara ella sólo se enamoró de un hombre , humano por supuesto, y sin dejarlo pasar decidió darse el gusto de ir hasta la tierra de los mortales para disfrutar de un hermoso y romántico día con su amado. Del fruto de su amor nació la bella Katara pero debido, a que Zutara es la Madre de los dioses "la gran madre de los elementos" , no podía abandonar su vida inmortal.
Por otro lado, el papel de la diosa del viento en la historia ...pues lo cierto es, que la misma es la mejor amiga de Zutara y , la única que sabe el secreto de la gran madre de los elementos.
Espero que les haya gustado, umm y pues...me pensaré la idea de hacerle como un epiloguito hehehe x3.
Dejen lindos reviews y quejas o aportes, siempre es lindo recibirlos asi voy acatándolos y mejorando por ustedes.
Besos!
