Tras los barrotes.
Una chica de cabello color rubio, piel blanca y hermosos obres color verdes se encontraba sentada en el suelo con los brazos cruzados y el seño fruncido, en una pequeña celda en la cual debía de pasar la noche ya que fue hallada junto con su novia, dentro de su auto, a quién sabe qué horas de la noche en una escena no muy comprometedora y borrachas.
La rubia estaba realmente molesta y ¿qué era lo peor de todo? Que no podía culpar a la otra chica, ya que ella, tras un ataque hormonal y de alcohol, le había propuesto a su novia tener sexo en los asientos traseros del auto, cosa que la otra chica no se negó y rápidamente se paso a la parte trasera de éste.
— Excelente Quinn, ¿ahora qué dirán tus padres y los padre de Santana? — se dijo en voz baja para sí misma.
— Chicas — la voz chillona del policía capto la atención de ambas, haciendo que Quinn; quien seguía sentada en el suelo se levantara y Santana; quien estaba de lo más relajada acostada en la cama, hiciera lo mismo que su novia y se acercara a los barrotes, quedando ambas frente al delgaducho hombre — Ya llame a sus padres, ahora me iré, buenas noches.
Después de que el policía se fuera, se escucho la gran carcajada de Santana, haciendo que Quinn se volteara a mirarla con el seño fruncido.
— ¿de qué mierda te ríes López? — espeto molesta la chica rubia a su novia quien aún se reía como si le acabaran de contar el chiste más divertidos de todos.
La chica morena se limpio las cuantas lágrimas que se le habían escapado, se aclaro la garganta y miro a Quinn lo más seria que pudo, cosa que fallo, ya que al momento de mirarla volvió a reírse descontroladamente.
— ¡Santana! — grito más molesta de lo que estaba la rubia. — ¡López!, ¿podrías dejar de reírte? No es gracioso —
— Sí Q, sí lo es — pronuncio como pudo Santana. Ella estaba más que consiente que Quinn estaba enojada y que si seguía riéndose más se molestaría, pero no le importo, no lo podía superar, simplemente el ver a Quinn así de enojada y que no pudiera echarle la culpa a nadie era demasiado divertido — ¿para qué me propusiste que tuviéramos sexo en tu auto, ah? —
— ¿tú para qué aceptaste? — contraatacó Quinn.
— ¿en serio crees que me negaría? — Levanto una ceja y le ofreció una sonrisa divertida —además eras tú la que estaba más borracha que ambas y me empezaste a manosear —
— ¡yo no te manosee! — grito avergonzada la rubia, mientras un tono rojo carmesí se apoderaba de sus mejillas haciendo que la latina se volviera a echar a reír. — Agh, eres imposible López —
Y esa fue la gota que derramo el vaso, aquello había hecho que Quinn se molestara más, se alejara de la latina y se sentara en la cama dándole la espalda. Santana dejó de reír al haberse dado cuenta de que la había cagado y que, lo más probable, es que su novia no le hablar en toda la noche… o toda la semana.
— vamos Q, no te enojes, sólo fue una broma — dijo Santana acercándose a la cama y parándose detrás de la rubia. — Quinn… — volvió a llamarla, pero nada, la rubia seguía ignorándola. — Fabray, ¿pretendes ignorarme toda la noche? — Nada — ¿en dónde dormiré entonces? —
— en el suelo —
— ah, ahora si me respondes — otra vez no le volvió a decir nada la rubia — ¡Por todos los cielos, Fabray, deja de ser tan infantil! —
Al escuchar esa última palabra la rubia se levanto de golpe, quedando frente a Santana preparada para echarle un sermón.
— infantil ¿yo? — se señalo ella misma — ah, pero miren quien está hablado, nada más y nada menos que la misma chica la cual le causa gracia que vayamos a pasar la noche en prisión. Sí, definitivamente eres demasiado madura López — dijo sarcásticamente mientras levantando los brazos y caminaba por la celda, haciendo gestos exagerados.
— No es para tanto — dijo mientras se cruzaba de brazos y rodaba los ojos.
— ¿qué no es para tanto? ¿¡Qué no es para tanto!? Claro que es para tanto Santana, ¿acaso no te das cuenta de las cosas? Estamos encerradas en una prisión por toda una noche completa, además de que sé yo lo que dirán tus padres y los míos. Ah, y no olvides el detalle de que fue a mí quien me encontraron entre tus piernas. —
— cálmate, cálmate, por favor — se acero a ella y la tomo de la mano — tienes razón, no me comporte de la forma más madura de todas, sí, fui un poco inmadura — en ése momento Quinn levanto una cejas — bueno, ya, está bien, fui muy inmadura. Y con respecto de que te encontraron entre mis piernas, también es verdad, pero vamos, fui yo quien miro a los ojos al policía y la que estaba completamente desnuda. — Santana suspiro. — lo siento Q. —
— Perdóname tú también — Santana la miro sin comprender y con el seño levemente fruncido. — te llame inmadura —
— Lo fui — sonrió Santana mientras se acercaba y le daba un beso en los labios.
Quinn la acerco más a ella, pasando su lengua por el labio superior de su novia pidiéndole permiso para entrar, a lo que ella cedió. Estuvieron así por un rato, hasta que el aire fue requerido y ambas se separaron.
— ¿qué te parece si terminamos lo que estábamos haciendo en el auto? — dijo Quinn separándose de Santana, caminado hasta la cama y sacando debajo de la almohada unas esposas.
— Definitivamente señorita Fabray usted logra sorprenderme y excitarme al mismo tiempo — dijo la latina mientras se le echaba encima a su novia y la besaba ferozmente. — por cierto, ¿de dónde sacaste las esposas? —
— Hice un trato con el oficial ése — le coloco las esposas a Santana y la amarro a la cama.
— ¿qué clase de trato? — dijo mientras trataba de alcanzar para darle un beso.
— Mañana sabrás — se acero y la beso.
¿les gusto? ¿lo odiaron? ¿algo?
déjenme un review para saber, por favor.
ésta idea surgió de... la verdad no lo sé, ah xd
nos leemos después, adiós.
