Hola a las y los que vengan a darle una oportunidad a mi primer fanfic largo, este será situado en un universo alterno en el que nuestros personajes son personas "normales", sin embargo se verán envueltos en algunas situaciones fuera de lo normal.

Seven deadly sins no me pertenece, todos sus derechos a su creador Nakaba Suzuki.


Capítulo 01.


Cobijados por el negro de la noche, un extraño grupo de personas se encontraban en una planicie al medio de un oscuro y frondoso bosque, parados casi inmóviles mientras sus miradas permanecían fijas en una misma dirección; casi imperceptible por la falta de luz, había un par de postes puestos a una distancia de dos metros el uno del otro, y un listón blanco uniéndolos a una altura de un metro y medio. El silencio que aquel grupo producía era opacado por el eco que del bosque provenía, el estruendo del rozar de los metales, gritos de agonía, voces clamando clemencia, el gotear de la sangre, todo ello producido dentro de aquel bosque oscuro. En aquel grupo de personas cuya mirada era totalmente fría e imperturbable, se encontraba un par de ojos cerrados con fuerza, los dientes fuertemente apretados y sudor escurriendo por la frente de aquella persona, era una chica que se encontraba atada a una silla, mientras su rostro reflejaba una tortura, sólo el escuchar la matanza que el bosque guardaba estaba por destrozar su cordura. Tras un rato aquella matanza empezaba a cesar gradualmente, únicamente quedaba el ruido de un roce entre dos metales cuyo ritmo al chocar indicaba que la batalla era feroz, cada segundo que pasaba y esos estruendos se escuchaban, la ansiedad, el miedo y los nervios aumentaban exponencialmente en aquella chica, en un par de segundos se escuchó un último estruendo, todo había acabado. Tras el final, el hombre con visiblemente mayor edad del grupo, pero también el más imponente y fuerte, rompió el silencio que mantenían —Parece que tenemos un ganador— afirmó con la misma expresión imperturbable.

La chica en la silla giró su mirada en la dirección donde se encontraban aquellos postes, sus ojos reflejaban una inquietud enorme, la fuerte presión sanguínea que la ansiedad provocaba, retumbaba en sus oídos, el sudor frio brotando en cada centímetro de su piel reflejaban su tortura. Después de unos minutos de aquel martirio, apenas perceptible, se vio una silueta acercarse con lentitud, claramente su caminar apenas era sostenible para sus piernas, una vez llegó al par de postes, se detuvo un par de segundos antes de seguir, tomó con su mano izquierda el listón y lo haló hacia un lado con violencia, rompiéndolo así, sin embargo el listón no cayó al suelo, la sangre abundante en la mano de aquel hombre hizo que el listón que en principio era blanco se tiñera de un intenso rojo y se adhiriera a su piel, con su lento andar siguió caminando en dirección a aquel grupo de unos 5 hombres y la chica en la silla, ella lo observaba fijamente, sus ojos se abrían más y más conforme aquel hombre se acercaba, finalmente estuvo lo suficientemente cerca para que con ayuda de la precaria luz de la luna fuera claramente visible, su figura era delgada, cabello entre anaranjado y castaño; estaba totalmente alborotado y lleno de sangre y suciedad del bosque, como finas ramas, tierra y algunas malezas más, tenía el torso descubierto y varias heridas profundas de las que escurrían gran cantidad de sangre, su brazo derecho sostenía con trabajo una lanza que llevaba impregnada la sangre de aquellos que se atrevieron a enfrentarlo y perdieron probablemente más que la batalla, sus ojos color miel, agotados, que sin embargo tenían un objetivo del cual no se movían. Al verlo, aquella chica sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo, entrando en shock sus ojos se abrieron de par de par a su máxima capacidad, y al mismo tiempo un fluido se encargo de cristalizar su mirada, en ese momento, aquel hombre estiró su brazo izquierdo para alcanzar a aquella chica y en ese momento, a un par de metros de ella, sus piernas se desplomaron, cayendo con su mano izquierda estirada en su fallido intento por alcanzarla. El seco ruido sacó del shock a la amagada chica —¿Eh? ¿Por qué, por qué no te alejaste, por qué veniste?— susurró la chica.

El chico balbuceó —: Te di-dije que nu-nunca más te de-dejaría sola.— Mientras su mano levantada se estrellaba con el suelo, y su conciencia se desvanecía.

El rostro de la chica se marcó con la desesperación que había estado acumulando en todo el rato —¡¿King?! ¡King!— Y una cascada de agua salada se desataba en sus ojos púrpuras.

—Al final decidió venir, y convertirse en tu compañero— interrumpió aquel hombre mayor, y al mismo tiempo se acercaba agachándose junto al joven en el suelo.

—¡Alejate de él, si te atreves a tocarle un sólo cabello yo misma te mataré!— Amenazó la joven con ferocidad y una mirada fulminante, mientras forcejeaba por zafarse de su amarre.

—¡Oh! Es inusual que tengas esa mirada en tu rostro, ¿Te parece correcto hablarle así a un hombre mayor, y sobretodo a tu abuelo?— replicó el hombre mientras levantaba las manos en señal de sumisión, y sostenía en una mano el listón que anteriormente tenía adherido el chico en su mano. La mirada de aquella chica permanecía fija e igual de intensa. —La razón por la que me gusta el color blanco del listón al final de la competencia es porque, cuando el ganador llega, el precio por pasar la línea de meta es la sangre derramada por él y aquellos a quienes tuvo que pisotear, esa es la señal de que acepta su destino y el peso que implica haberse vuelto un asesino— Continuó el hombre mirando fijamente el listón teñido de rojo. La mirada de la chica se volvió hacia el chico.

—King... no tenías que hacer esto, tú no.— susurró con un ligero tono de culpa, ¿Acaso ella tenía la culpa? si ella se hubiese alejado como él se lo pidió desde un inicio, tal vez eso no estaría pasando, y tal vez él no hubiese tenido que manchar sus manos con sangre de esa manera, la culpa estaba por apoderarse de ella, pero muchos recuerdos vinieron a su cabeza, las palabras de su amiga Elizabeth la hicieron recobrar su compostura, entonces lo decidió, pudo haber sido la culpable o no, pero lo hecho, hecho está, en ese momento su rostro cambió a una mirada de determinación y aceptación, quizás el error lo cometió ella, pero eso ya no importaba, no era momento de lamentarse, ahora sólo había cabida para arreglarlo, no había marcha atrás, sólo tenía un año hasta que aquel momento llegara, el momento en que podría sacar a su amado y a ella misma de ese mundo de muerte y violencia sin sentido. Mientras tanto, el hombre que sostenía el listón rojo daba indicaciones para que los otros cuatro hombres se llevarán al chico y atendieran sus heridas.

—Señor Drole— Llamó con la mirada baja y con una voz fría la chica.

—¿Qué sucede? Como vez no toque un sólo cabello de ese hombre— contestó con voz serena.

—Quiero que me entrenes a partir de mañana, así que, ¿Puedes soltarme de una vez? Los amarres ya me están causando dolor en las muñecas y tobillos.— pidió la chica con serenidad.

El hombre sorprendido por esas palabras preguntó—: ¿Qué es ese repentino cambio de actitud, no estarás pensan...?

—¡Ya no intentaré escapar!—interrumpió bruscamente —estoy hablando enserio.— Mientras alzaba la mirada y observaba a aquel hombre, con una mirada llena de determinación.

—Ya veo, creo que al fin entendiste que no puedes escapar de esto a menos que obtengas la victoria.— Contestó el hombre al momento en que liberaba a la chica —Mañana a primera hora empezaremos— añadió.

Levantándose lentamente, la joven camino hasta donde aquel chico se había desplomado, en dónde aún había restos de sangre en el pastoso suelo, sosteniendo y sobando sus muñecas para aliviar el dolor por los amarres, la chica miró hacia arriba y terminó de eliminar cualquier duda e inseguridad que aún pudiese quedar en su corazón.

—King, te lo prometo, te sacaré de esto, no, saldremos juntos de esto— Afirmó al estar bajó la tenue luz de la luna, y por su mente pasaban los recuerdos de como habían llegado hasta ese punto, un punto sin retorno.


Hasta aquí el primer capítulo, creo que quedó bastante corto, pero ya iré estructurando mejor la extensión de estos. Gracias por tomarse el tiempo de leer.

Si les gusta la historia pueden hacerme saber su opinión con respecto a esta o algo que no les guste, cualquier comentario que me ayude a mejorar será bienvenido, pues soy nueva en esto y creo que aún tengo mucho por hacer, de mientras espero disfruten de esta historia que se me ocurrió mientras viajaba en el autobús, estaré actualizando cada semana, o tal vez más seguido.