Prefacio
Fría, sombría e intimidante.
Unos ojos que no demostraban expresión y compasión alguna. Aquellos ojos verdes a los cuales les temería hasta el hombre más rudo de la historia. Su mirada pendenciera fija en mí, sin parpadear un segundo. Sabía que, después de todo, él ganaría. Pues no es alguien que se dejara perder. No. Perder no está en su diccionario. Frente a mi asiento, apoya sus manos en la mesa para acercarse de modo más confidente a mí. No me percaté cuando inconscientemente me encogí en mi asiento, temerosa de su sola presencia.
Sus labios finos y rosados formulan su siguiente pregunta.
-¿Qué has dicho?
Noto inocencia en la pregunta. O como si no hubiese oído bien. No obstante, es una obviedad que lo hizo. A un sujeto como él, nada se le escapa... Ni un miserable suspiro. Me incorporo haciendo un intento para acomodarme y fingir que tenerlo frente a mi no me amedrenta. Bajo mis hombros con lentitud y busco sus ojos manteniendo mi cabeza gacha. No quiero verme débil frente a él.
-He dicho... -Formulo en un hilo de voz. Hago otro esfuerzo para continuar.- que los titanes si existieron, profesor.
Completar la frase es un deshago único y exquisito.
Su rostro impasible no demuestra nada. Pero sé que por dentro ríe mofándose de mi miserable estado. ¿Quién no lo haría? Segundo día en un colegio nuevo y soy humillada por el profesor más estricto, Rivaille. Las miradas de mis compañeros se fijan en nosotros haciéndonos el foco de atención y el espectáculo estelar del día. Vaya forma de adaptarse. Aparta las manos de mi mesa y endereza la espalda. Me mira, como un rey miraría a una persona dándole una sentencia de muerte. Se cruza de brazos.
-Compruébalo. - Ordena sin elevar el tono de su voz. -Si de aquí hasta las vacaciones no encuentras información sobre la existencia de los titanes, no logras convencerme, estás reprobada.
La campanada suena avisando la hora del receso, no obstante, para mí, suena lejana y es un vaticinio de mala suerte. Aún así, ante la mirada de mis compañeros y la del profesor Rivaille, asiento confirmando su dictamen. Consciente de los hechos, me levanto y los dos quedamos frente a frente. Los demás salen de la sala sin despegar de nosotros sus afligidas miradas.
-¿Qué pasará si encuentro información sobre los titanes?... Si compruebo su existencia.
-Eso no pasará. -Contesta enseguida mostrando seguridad en su respuesta.
-Pero ¿y si lo hiciera? -Gira sobre sí en dirección a su escritorio, pero lo detengo agarrando su brazo. Al voltear a verme su expresión en la misma, mas me causa temor y lo libero de mi agarre.
-Te aseguro que no lo harás.
Sacude su brazo por la parte donde lo agarré y se dirige a su escritorio. No puedo moverme. Lo único que tengo en mente es demostrarle que no miento; la existencia de los titanes es un hecho. Y cuando lo descubra, haré que Rivaille se ahogue con sus propias palabras.
¡Holooo! Soy Syn y ésta es mi primera historia sobre Shingeki no Kyojin así que imploro piedad D: La historia está pensada en un universo alterno moderno. Los personajes serán los de la serie. Más adelante aparecerán :)
De antemano gracias por darse el tiempo de leer y no olvidar dejar su opinión, comentario, sugerencia o idea. Todo sirve a la hora de ir mejorando la manera de escribir.-
