Impulso de sangre a la cabeza


Prólogo

La dureza con la que las palabras de la Hokage golpearon su cabeza fue tan penetrante que, por unos escasos segundos, estuvo a punto de perder su tan característica compostura. Por suerte nadie lo notó. Toda la atención que generaron aquellas palabras se centraron en el otro extremo del pequeño grupo de tres, donde su compañero de equipo no pudo reprimir un alarido en forma de protesta.

No era sorpresa. Tenía todo el derecho de protestar, es más, por otros escasos segundos sintió el ímpetu de también hacerlo y reclamar. Pero las órdenes eran órdenes, y ellos seguían siendo shinobis de la Hoja. Shinobis que acatan órdenes sin emitir una sola protesta.

-Tsunade-sama, debe haber otra forma d–

-Créeme, Lee. Si hubiera otra forma habría ordenado realizar esta misión hace mucho -un suspiro casi sordo abandonó los rojos labios de la mujer, hasta que pudo encontrar las palabras adecuadas para continuar-. Pero dada estas circunstancias inesperadas, no puedo posponerlo más. La misión es clara.

-Pero -las palabras murieron en la garganta de Lee, y una resignada mirada apareció en sus ojos.

A pesar de todo mantuvo su calmada fachada exterior, porque en su interior todo estaba hecho un remolino, entre pensamientos, suposiciones y una oleada extraña de sentimientos desconocidos.

Pero lo que más le llamó la atención fue el inerte cuerpo parado a su derecha. Por el rabillo del ojo pudo ver como aquel rostro no mostraba reacción alguna, y eso de por si le sorprendió más. Una rápida mirada le basto para analizarla. La vista fija y decidida, el ceño levemente fruncido, los labios apretados, los hombros tensos y los puños cerrados, temblando ligeramente.

Si estaba preocupada, no lo dejaba notar. Si estaba asustada, no permitiría que nadie se diera cuenta. Esa era su forma de ser, no mostrarse débil ante nadie, mucho menos ante la autoridad máxima que la regía. Aun así son muy pocas cosas que son invisibles ante la mirada del Byakugan, y muchas menos cosas cuando de los ojos de Neji se trataba.

Y en ese momento el leve estremecimiento de la esquina derecha del labio inferior de Tenten antes de hablar la delató por completo.

-Entendido, Hokage-sama.

Tres simples palabras. No bastó nada más.

La mujer detrás del escritorio asintió fuertemente, apoyando su fina barbilla sobre el dorso de sus manos entrelazadas -. Confió en que harán un buen trabajo. Pueden retirarse.

Los tres jóvenes que estaban de pie hicieron la reverencia correspondiente antes de salir del despacho uno detrás de otro, el maestro del taijutsu encabezando la fila y el genio Hyuga terminándola. En el medio, la única mujer del grupo caminaba al mismo ritmo de sus compañeros sin dirigirles una mirada a ninguno de ellos.

Nadie dijo una palabra hasta estar a más de la mitad del camino del largo pasillo que los llevaba a las escaleras.

-Gai-sensei debería venir con nosotros. Estaría igual de preocupado.

-Es solo una misión, como cualquier otra que hemos hecho.

-Tenten…

-Y todo saldrá bien, como siempre lo hemos hecho ¿de acuerdo, Lee?

Los oscuros ojos de Lee por un momento brillaron tal y como la primera vez cuando el equipo Gai le fue dada su primera misión como Genins, y le brindó a su amiga una sonrisa de esas que solo Lee y Gai saben hacer.

-Sí, todo saldrá bien.

Una vez que los tres Jounins atravesaron la puerta principal del área administrativa de la academia se detuvieron y esperaron un momento antes de cada uno tomar su camino a casa.

-Bien, mañana será un largo día -rompió el silencio Tenten -. Nos vemos mañana en las puertas de la aldea a la hora de siempre.

Lee asintió y respondió un fuerte sí antes de partir, no sin antes ver sobre su hombro y dedicarle una última sonrisa a su amiga. De aliento, de apoyo o de preocupación, todas eran opciones válidas.

-No sé por qué se preocupa demasiado -murmuró entre una sonrisa la kunoichi mientras veía como el joven se alejaba corriendo.

Neji solo la observaba en absoluto silencio. No había dicho palabra desde el anuncio de la misión. En realidad, y por primera vez en mucho tiempo, no sabía que decir. Su mente se puso en blanco al recibir los detalles de trabajo y, si cualquier otro ninja los hubiera escuchado no hubieran reaccionado como había hecho Lee. Pero que más podía esperarse. Nunca en toda su carrera como shinobis habían tenido que realizar una misión de ese tipo. Aunque sabía muy bien que en cualquier momento les tocaría enfrentarse a una situación así, nunca hubiera visto venir su propia reacción. Su mente se nubló. Sus nervios se tensaron. Y una extraña sensación en el pecho seguía creciendo a cada minuto que se acercaba la hora de partir.

-¡Neji!

La impaciente voz de Tenten retumbó en sus oídos.

-¿Si?

-Será mejor que vayas a casa, estás algo distraído.

¿Distraído? Era posible, pero no tanto como para que Tenten se diera cuenta.

-Tú también, ve a descansar -respondió con aquel tono de voz monótono y frío, algo que a sus amigos más cercanos ya les parecía normal.

-Sí, nos vemos mañana -de nuevo ese ligero temblor en la esquina derecha de su labio inferior. La sonrisa que apareció en su rostro no pudo ocultarlo.

La kunoichi giró sobre sus talones silenciosamente, lista para marcharse.

Avanzó un par de pasos cuando Neji no pudo evitar que las palabras salieran libres y sin ataduras de su boca.

-Tenten.

La aludida se detuvo ante lo suave que aquella masculina voz había dicho su nombre, y giró su cuerpo entero para verlo de frente.

-¿Si?

Un par de segundos pasaron mientras solo se veían. Tenten ya no sonreía.

-Todo saldrá bien, como siempre lo hemos hecho.

Tenten parpadeó dos veces ante lo que acababa de escuchar. Su sonrisa regresó, pero no completamente. Aun así, era suficiente para que también le devolviera el gesto con una media sonrisa muy al estilo Hyuga Neji.

-Gracias, Neji.

Y como acostumbraban hacer después de esos largos entrenamientos que terminaban cuando se ponía el sol, Neji escoltó a Tenten hasta el modesto apartamento de ella. Antes solo lo hacían por compañía, pues el Hyuga sabía muy bien que su compañera podía defenderse ante cualquier eventualidad.

Sin embargo, esa tarde pareció como si en verdad quisiera protegerla, pero no estaba seguro de exactamente qué y por qué. Y más que eso, el porqué de pronto surgió un extraño estremeciendo en la boca de su estómago que nunca antes había sentido.

Decidió dejarlo pasar, después de todo mañana tendrían una importante misión. Ya podría protegerla en el transcurso de la misma.


Notas de autor: Prólogo de mi nuevo fanfic Nejiten. Lo escribiré desde el punto de vista de Neji con ciertos toques de otros personajes, por lo que será un reto interesante. Espero con ansias sus comentarios. Nos vemos el próximo capítulo.