Traición por amor
Capitulo Uno: La vida de Yami
Yami Atem tenía una vida un tanto complicada para cualquier persona de su edad…
Con tan solo veintiuno años de edad se encontraba casado, y no… no era recientemente, llevaba casado ya cerca de dos años, con quien fue su mejor amiga por un buen tiempo, nada mas y nada menos que con Tea Gardner, y debía reconocer que su vida de casado no era tan mala como muchos se la habían descrito antes de su boda; claro, eso pensaba hacia unos meses, cuando su vida junto a su esposa era muy feliz, ambos viviendo juntos, compartiendo sus vidas, despertándose al amanecer para verse reflejados en los ojos del otro, complementando no solo sus vidas sino también su felicidad; pero eso había pasado, y como toda pareja inicio con sus problemas, Atem no supo si fue realmente su culpa o culpa de la "inmadurez" de su esposa o simplemente descuido de ambos, pero nada volvió a ser como era antes.
Sus problemas se remontaban unos meses atrás, cuando recibió una propuesta del mismísimo Seto Kaiba. El poderoso presidente de Kaiba Corp. solicitó los servicios de Atem para un nuevo proyecto que tenía en mente: abrir una academia de duelos; con el paso de los años Kaiba aprendió a confiar en el faraón casi tanto como confiaba en el mismo Mokuba, claro que eso era a su manera, fue por ello que tuvo como idea principal que Atem fuera no solo un profesor que aquella academia sino también el director, por supuesto que su trabajo iba a ser monitoreado por Seto, pero esos eran detalles. Ante tal propuesta Yami no hubiera dudado un solo segundo en aceptar, sin embargo el ya no vivía solo y sus decisiones no solo lo afectaban a el, sino también a su esposa, pero tal propuesta no fue bien recibida por Tea.
Su amada esposa siempre tuvo algunas dudas con respecto a su relación, pues a pesar de convivir juntos y estar casados por su mente rondaba la incertidumbre de saber por que Yami se había casado con ella, no es que fuera poco agraciada físicamente, para nada, de hecho era una joven muy hermosa, pero el también tenía cientos de chicas detrás de el, una mas bella que otra… ¿Por qué, entonces, entre todas esas jóvenes de gran belleza la había escogido a ella? Esa incógnita estaba constantemente en su cabeza, a pesar de estar agradecida por el amor de Atem. Por eso Tea no estaba de acuerdo con la propuesta, según ella tenían suficiente dinero como para vivir sin preocupaciones por un largo tiempo, era por ello que se preguntaba, ¿Por qué su esposo tenía que trabajar?
Sin embargo para Atem todo era completamente diferente, para él haberse casado no significaba haber dejado de lado o renunciado a sus sueños y anhelos deseados y esa oportunidad era algo que difícilmente podía dejarse pasar; pero lamentablemente tuvo que hacerlo… no iba a poner en riesgo su matrimonio y su vida con Tea por un simple trabajo. Con esta decisión tomada la situación entre Tea y Yami mejoro a gran escala, o al menos eso fue hasta que kaiba insistió nuevamente con el asunto de la academia, pero esta vez era con una oferta mas tentadora que la anterior, y no solo eso, sino también estaba el hecho de que muchos niños se habían inscrito con la ilusión de tener a Yami como maestro y ser sus "discípulos", fue por esto y por un par de beneficios mas que el antiguo faraón terminó siendo convencido y la academia de duelos dirigida por Kaiba Corp. ya tenía un director: Yami Atem Muto.
A Tea no le quedo mas remedio que aceptar la decisión de Yami, a pesar de no estar muy de acuerdo con ella.
Las primeras semanas de trabajo no hubo ningún tipo de problema, la relación de Yami y Tea seguía siendo la misma, claro que de vez en cuando ella expresaba su molestia con el trabajo de su esposo, pero siempre eran discusiones menores, las cuales se olvidaban con una noche de besos, caricias y amor entre ambos. ¿Cuándo fue que iniciaron los verdaderos problemas en su relación? Estos iniciaron prácticamente cuando a Yami lo empezó a absorber el trabajo, comenzaba a llegar muy tarde en las noches y apenas tenía tiempo para ver a su esposa; fue por ello que ella comenzó a poner en tela de juicio la fidelidad de su marido pues el hecho de que pasara tanto tiempo en su oficina y muy poco en su casa era un tanto sospechoso; fue ahí que iniciaron sus reclamos, y con eso dieron paso a las peleas.
Casi siempre que llegaba tarde Tea lo esperaba despierta, sin importarle que horas fuesen, para pedirle explicaciones de su retraso y también otros reclamos mas y el, que llegaba muy agotado y con la sola idea de descansar en su cama, simplemente la ignoraba o le daba una respuesta vaga, no respondiendo con claridad o que su esposa quería oír; pero la bomba explotaba a la mañana siguiente, cuando él estaba por irse a trabajar ella lo atacaba con las mismas preguntas cansadas de la noche anterior y Yami sencillamente no soportaba tanto control por parte de Tea, por lo que también respondía a sus gritos y provocaciones y por ultimo, él salía de su casa, dejando a su mujer con la palabra en la boca, para buscar un poco de paz en su trabajo.
Eso sucedía en los últimos meses, y ese mismo día también, fue por ello que en esos momentos caminaba apresuradamente hacia su oficina, esperaba que al menos ahí pudiera olvidarse aunque fuera un rato de sus disgustos, pues el mismo Kaiba lo decía, no había mejor forma que olvidarse de los problemas que trabajando. Cuando llego al lugar se encontró con una escena que ya esperaba ver hace mucho tiempo: su secretaria guardando sus pertenencias.
-¿Así que hoy me abandonas?- pregunto a la joven.
-Uh…- la chica se giro para verlo- Yami… si, ya era hora de que descansara un poco.
-Te dije que debías irte hace un mes, yo podía arreglármelas aquí solo… ¿Crees que Joey me perdonaría si te pasara algo, Mai?
Así era… la afamada y gran duelista Mai Valentine había dejado de lado, temporalmente, los duelos de monstruos y llevaba una vida relativamente normal, y ahora trabajaba a su lado como su secretaria; y no solo eso, sino también hacia poco menos de un año mantenía una relación, y además convivía, con uno de sus mejores amigos, Joey Wheeler; después de muchos años de amistad la rubia al fin había aceptado sus sentimientos con respecto al llamado "duelista desamparado", y a ambos no les iba nada mal como pareja, es más, su avance como pareja se reflejaba en el hecho de que él se quedara sin secretaria en esos momentos, pues a la chica Valentine ya se le notaba, al menos, unos tres o cuatro meses de embarazo.
-Si, es verdad- sonrío ella- Pero sería yo la que no lo perdonaría si el no me dejara tener una vida.
-Ya me imagino como lo castigarías- añadió Yami con algo de diversión.
-¡Que bien me conoces!
Mai noto que Yami estaba un poco decaído, generalmente era mucho más amable con las personas cuando llegaba a trabajar, pero ese día parecía que había cambiado de personalidad, así que dedujo que nuevamente había discutido con Tea y eso había opacado su mañana pues ella estaba enterada del tipo de relación que llevaba su "jefe" con su esposa.
-¿Otro problema con Tea?-se atrevió a preguntar.
Atem solo suspiro como respuesta.
-Discutí con ella antes de venir- respondió con cierta tristeza- Ya no se que hacer con esta situación, es como si no conociera a mi propia esposa.
-Solo dale tiempo, sus problemas se solucionaran.
-¿Tiempo? Mai, ya pasaron tres meses desde que comencé a trabajar aquí y ella aun tiene en la cabeza la loca idea de que yo renuncie… ¿Cuánto tiempo mas voy a tener que esperar? No creo tener la fuerza para soportarlo, no se si pueda esperar mas a que ella me entienda, mi paciencia se esta agotando y… las fuerzas que tengo para mantener unido nuestro matrimonio se me agotan.
-Pero estás a su lado, tú la amas.
-A estas alturas ya no lo se con certeza- susurro para si mismo.
Yami prefirió evitar mirar a Mai, ella no entendería los problemas por los que estaba pasando, lo mejor era mantenerla al margen de todo ello.
-Cambiando de tema, dime… ¿Quién será tu reemplazo?
El semblante de Mai cambio drásticamente de uno normal, y aparentemente sereno y tranquilo, a uno enojado y, por que no decirlo, algo serio; Yami se sorprendió al extremo por ese repentino cambio… ¿Acaso había dicho algo malo? ¿O es que Mai tenía algo en contra de la que iba a ser su nueva secretaria? No lo sabía, y de preferencia no quería saberlo, ya había aprendido hace mucho tiempo que cuando una mujer tiene problemas o resentimientos con otra era mejor no meterse, así como hay asuntos que solo entienden los hombres, también hay asuntos que solo entienden las mujeres.
-Ni siquiera me la menciones- dijo ella con cierto enojo- De solo acordarme ya me dio dolor de cabeza.
-¿Qué pasa, Mai?- pregunto divertido- ¿Tienes algún problema con mi secretaria?
-Mi problema no es directamente con ella- aclaro- es mas bien con su amiga… ¡No tienes idea cuanto la detesto!
Ahora estaba mas que seguro que su amiga tenía un problema con la chica que iba a ocupar su lugar, o bueno… no con ella, pero si con su amiga, la pregunta era ¿Por qué?
-¿Y puedo saber el por que?
-Simple- hablo Mai- ¿Recuerdas a la última ex novia de Joey?
-¿Te refieres a la chica que fingió su embarazo para retener a Joey a su lado y luego confeso haber mentido y les pidió disculpas a el y a ti? Ah si… creo que la recuerdo- respondió el como mucha naturalidad- Se llamaba… Elsa… Emma… Vilma…
-Irma- corrigió- Pues una de sus amigas será tu nueva secretaria, y no es que yo quiera juzgar mal a las personas, pero te advierto que tengas mucho cuidado con ella.
-Si claro, por que ella vendrá con un arma, me apuntara en la cabeza y me eliminara, ¿Cierto?- bromeo el.
-Tampoco es necesario que uses tanto sarcasmo, te digo que tengas cuidado por que quizás ella resulte peor que la amiga.
-Y a ti no te gusta prejuzgar a las personas, ¿Verdad?
-Bueno… me gustaría seguir hablando aquí contigo, pero Joey me espera en casa y tu sabes como se ha puesto estos últimos meses con mi embarazo, me sobreprotege demasiado.
-Me imagino.
-Así que… este es el adiós- dijo ella con melancolía- Para mi fue un gusto trabajar contigo todo este tiempo, nunca olvidare la experiencia que viví y sobre todo los grandes consejos que tu me diste; mas que un jefe aquí gane un amigo, Gracias Atem.
-No fue nada Mai- respondió Atem- Soy yo el que debería darte las gracias, tu siempre hacías que mi trabajo fuera menos pesado; y no te preocupes, tu puesto estará intacto por que nadie podrá reemplazarte, nunca podría encontrar alguien tan eficiente como tu.
-Eso es por que no hay mejor secretaria en el mundo que yo- dijo ella con "modestia"- Eso me recuerda, tu nueva secretaria llegara en veinte o treinta minutos.
-Entendido, espero que seas muy feliz, y que tu hijo o hija nazca bien.
-Claro, créeme que yo también lo espero- Mai sonrió- Hasta pronto.
-Adiós- se despidió el.
Con esta simple despedida Mai cruzo la puerta y desapareció de la vista de Atem, el cual solo tenía un sonrisa en el rostro, por más que hubiera perdido a la mejor secretaria que había tenido estaba feliz por su amiga, ya era momento que dejara el trabajo de lado y se dedicara a hacer su vida junto a la persona que amaba: Joey Wheeler. Atem se dirigió hacia su oficina, estaría al menos unos minutos completamente solo hasta que llegara su secretaria, lo cual era conveniente para el considerando el gran problema que tenía encima causado por la discusión con Tea.
Realmente estaba decaído con todo lo que había ocurrido en su casa, jamás en el pasado se imagino que su vida de casado iba a traer tantos problemas, corrección… no creyó que Tea pudiera ser tan problemática y tan incomprensiva con el, ¿Por qué no entendía sus razones? El tenía muchas metas por cumplir en la vida, y su matrimonio no iba a impedirle luchar por conseguirlas… pero su esposa parecía no comprender aquello, o no lo entendía no simplemente no lo quería entender, no sabía con exactitud lo que pensaba Tea, pero de algo estaba seguro, no iba a dejar una oportunidad así por un simple capricho o por la inseguridad de su pareja.
Tal vez sus amigos tenían razón… tal vez Yugi estaba en lo cierto y la vida de casados era completamente diferente a la vida de enamorados, que debía esperar un poco mas antes de casarse, total, el y Tea aun eran jóvenes y tenían mucho tiempo para planificar una vida juntos, que quizás viviendo juntos iban a descubrirse defectos que no se conocían y podrían haber pequeños problemas innecesarios que, pronto, se convertirían en grandes problemas a los que no les encontrarían solución… cuanta razón tenía Yugi, que sordo estuvo al no querer escuchar sus consejos, tal vez si los hubiera oído ahora Tea y el no tendrían tantos problemas… pero ya no podía hacer nada por remediar el pasado.
Escucho el sonido una persona golpeando la puerta de su oficina... aquel sonido lo desconcertó, ¿Qué no había dicho Mai que la chica llegaría en treinta minutos? ¡Si solo habían pasado diez!
-¡Hola Yami!- se escucho la voz de una chica desde la puerta.
Atem solo sonrío al ver a quien le pertenecía aquella voz.
-Hola Rebecca- saludo con una sonrisa- ¿Qué te trae por aquí tan temprano?
-Quise pasar a saludarte antes de irme a la escuela- explico ella.
-Aja… Y supongo que tu visita no tiene nada que ver con que Mokuba también trabaja conmigo, ¿Verdad?
-Po-por supu-puesto que n-no- respondió ella sonrojada- ¡No tiene nada que ver! Yo quería venir a verte un rato.
-Cálmate, tampoco es para tanto- hablo Yami con tranquilidad- Dime… ¿Cómo te va en casa de Yugi?
-¡De maravilla!- contesto Rebecca feliz- Mi abuelo y el abuelo de Yugi aun trabajan juntos y todavía sigo viviendo ahí, y así será por un largo tiempo.
-Ya veo…- se quedo algo pensativo- ¿Cómo esta Yugi?
-Bien, dentro de lo que cabe. Pero sabes que desde hace algún tiempo su estado de ánimo no es el mismo, y creo que ambos sabemos por que.
Yami bajo la cabeza en señal de culpabilidad… después de todo, el tenía parte de culpa de que se ex hikari se sintiera un poco decaído; Yugi, por medio de Rebecca, siempre terminaba enterado de los diversos problemas matrimoniales que vivía Yami con Tea, y era irremediable que el se sintiera preocupado por su mejor amigo, pero lamentablemente con preocuparse las cosas no se solucionaban; y cuando Yami se caso prácticamente se desligo de todos sus amigos, y eso, por desgracia, lo incluía a Yugi.
-No es mi intención que se preocupe en vano.
-Sabes que lo hará- hablo Rebecca- Tu y Tea han sido y serán sus grandes amigos, no le puedes pedir que no se preocupe por ti.
-Ambos sabemos que para Yugi no siempre Tea fue su mejor amiga- declaro Yami.
-Es verdad- respondió un poco apenada- Pero aun así el los quiere mucho, y quiere lo mejor para ustedes.
-No me gusta que se angustie por un problema que no es de el, pero no importa… ya luego tendré tiempo para hablar con el; y dime Rebecca, ¿No se te hace tarde para ir a la escuela?
-¡Es cierto!- exclamo ella corriendo hacia la puerta- ¡Mas tarde vendré a verte! ¡Y envíale un saludo de mi parte a…!
-¿A Mokuba?- interrumpió el- No te preocupes, tu saludo y tu declaración de amor le llegaran.
-¡A mi no me gusta Mokuba!- grito ella sonrojada al máximo- ¡Te veo en la tarde!
Rebecca salio prácticamente a la velocidad de la luz de la oficina de Yami, mientras el solo veía la puerta sonriendo, desde que se había casado con Tea la pequeña Hawkins se convirtió en su confidente, por decirlo de alguna manera, ella era el "puente" entre Yugi y el, lo cual era bueno para ambos pues con su nueva vida Yami ya no tenía tanto contacto con su ex hikari. Rebecca se había hecho muy amiga de él, ella también era consiente de los problemas que tenía con su esposa, algo que era un poco extraño pues nunca se habría imaginado que un "niña" podría ser tan madura y llegar a comprenderlo a la perfección, realmente Rebecca era una amiga valiosa, y pensar que solo tenía quince años de edad, bueno… ya solo le faltaba pocos meses para cumplir los dieciséis.
Ella era en esos momentos su única amiga cercana, pues con tantos problemas y tanto trabajo ya casi no tenía amigos, a excepción de Kaiba, Mokuba y Mai… fuera de ellos, no había casi nadie que estuviera lo suficientemente cerca de el para poder comprenderlo, y Rebecca ya había alcanzado un grado de madurez para entender ese tipo de problemas; aunque a veces parecía que no dejaba de ser un niña por dentro, aun tenía en su mente la ilusión de estar al lado de Yugi, y no precisamente como amiga, era verdad que ahora el menor de los Muto le prestaba mas atención que antes, pero todos sabían que nunca miraría a Rebecca en esa forma, por supuesto que ella no se quedaba atrás, por mucho que dijera que Yugi era su único y gran amor lo cierto era que estaba mas que loca por el menor de los Kaiba: Mokuba.
Y Mokuba también le correspondía aquel sentimiento; muchas veces le pedía a Yami que le conversara sobre Rebecca, ya fueran sus gustos o disgustos, para el pequeño no había tema de conversación que no involucrara a la nieta del profesor Hawkins. Yami de verdad no entendía por que simplemente no expresaban sus sentimientos en lugar de jugar al gato y al ratón con sus corazones, pero supuso que era por que ambos aun no habían experimentado algo parecido y la vergüenza les ganaba… quizás en un futuro no tan lejano, y cuando sus problemas se calmaran un poco, los ayudaría a darse cuenta de sus sentimientos.
Prefirió no pensar en Rebecca, ni en Mokuba, ni en ninguno de sus problemas, en esos momentos estaba en su trabajo y debía concentrarse en lo que realmente importaba, y eso era trabajar… y también tenía que esperar a que su nueva secretaria llegara; felizmente Mai había dejado todo en orden así que por el momento podría trabajar el solo, al menos hasta que su nueva ayudante estuviera ocupando el lugar correspondiente.
Al parecer no tuvo que esperar mucho… cuando solo habían pasado quince minutos se escucho nuevamente el sonido de la puerta, indicando la presencia de alguien, que al parecer estaba esperando una señal para poder ingresar a la oficina.
-Adelante-dijo Yami.
Una chica muy hermosa y a la vez joven hizo acto de presencia en la oficina, era una pelirroja que no tendría más de unos veinte años, si es que no tenía menos, pues se veía a leguas que la muchacha apenas había cumplido la mayoría de edad; vestía una blusa color blanco muy ceñida al cuerpo, una falda a cuadros unos diez centímetros arriba de la rodilla, acompañado de unos zapatos negros… si… por primera vez en mucho tiempo Atem veía a otra mujer que no era su esposa… y no, no era con ojos de amistad ni nada parecido…
-Buenos días… ¿Usted es el señor Yami Atem Muto?- pregunto la pelirroja.
-Si- a penas logró articular.
-Mucho gusto, soy su nueva secretaria… mi nombre es Will Vandom…
Hola Hola!
Este es mi primer fanfic de yu gi oh… por favor no sean MUY crueles conmigo!
Pero eso si… cualquier sugerencia, comentario y/o amenazas de muerte todo es bienvenido…
Ahora si… sin mas que decir…Ah! Me olvidaba elDisclaimer…!
Yu gi oh y sus personajes no me pertenecen… les pertenecen a su respectivo creador.
Ahora si… Ojala que hayan disfrutado el primer capitulo de mi fic...
Bye!
Akuma Sheryl
