Obsession

Prologo: Pensamiento

Prologo:

Rukia Sato, profesora de kínder, no podía estar más preocupada por uno de sus alumnos, más concretamente por el pequeño Ritsu Kageyama.

Ahora si muchos observaran como el pequeño se desenvolvía en clase o como jugaba tan alegremente con sus compañeros de clase, estos se preguntarían porque la joven profesora estaba tan preocupada.

Pues dicha profesora empezaría diciendo un nombre, Eri Kageyama, y muchos se preguntarían quien es la mencionada joven. Pues no tendrían que esperar mucho, ya que dicha joven se le podía ver todos los días en la puerta de su salón, esperando tranquilamente con esa peculiar expresión en su rostro.

-¡ne-chan!-

Si, Eri Kageyama era la hermana mayor por solo un año del pequeño Ritsu, y por lo que ella había visto desde el primer día que este ingreso a su salón, el pequeño adoraba a su hermana, y ese precisamente era el problema.

Y porque eso era el problema muchos se preguntaran, pues cuando al pequeño se le preguntaba cualquier cosa relacionado a lo que más quería, la respuesta siempre era, Eri Kageyama, su hermana mayor.

-Ritsu, no olvides despedirte de tu profesora-

Esto saco a la joven maestra de sus pensamientos, para ver como su pequeño pupilo asentía hacia su hermana, volviéndose hacia ella y haciendo una reverencia, obteniendo una pequeña palmada de su hermana como recompensa, ocasionando que el pequeño sonriera aun más.

Rukia solo asintió hacia el pequeño para ver como ambos hermanos salían de su salón, suspirando para sus adentros, tal vez estaba viendo más de lo que pensaba en esos hermanos, después de todo el pequeño Ritsu aun era un niño, ya pasaría su obsesión con su hermana, o por lo menos eso esperaba.

Lo que no sabía la pobre profesora, es que con una hermana como Eri Kageyama, es imposible perder interés en ella una vez que empiezas a convivir.


Ocho años después:

Eri Kageyama como de costumbre se encontraba en la parte más alejada de sus compañeros, la ultima carpeta en la equina del salón, viendo como sus compañeros conversaban entre sí animadamente, haciendo suspirar resignada, como le gustaría tener el valor de acercarse a alguno de ellos o que uno de ellos se acercara a ella.

Pasando unos segundos para que se riera internamente, claro que nadie se acercaría a ella, era demasiado común y aburrida. No tenía la confianza de sus compañeras que no les avergonzaba ir con uniformas de sus tallas, más bien ella prefería ir siempre con un uniforme dos tallas mas grande, que efectivamente ocultaba lo que ella sabía era un cuerpo inadecuado ya que ella nunca se ejercitaba. Aunque sus padres y hermano, en especial su madre siempre le decían que ella tenía una cara muy linda, ella no lo creía en especial porque sabía que sus ojos no brillaban como sus compañeras o peor aún, que casi nunca sonreía. Quien quería acercarse a una chica así.

-Yo Kageyama-

O claro, casi se olvida de él, volteándose a ver a la persona que le había hablado, no siendo nadie más que el autonombrado gangster y líder de la pandilla de la escuela, Tenga Onigawara, tan triste era su apariencia que el único que se apiadaba de ella era el delincuente, no que lo odiara, más bien estaba contenta de aunque sea tener un amigo en su escuela.

-hi, Tenga-kun- viendo confundida como este se sonrojaba, bueno no tan confundida ya que Tenga siempre hacia eso cuando lo saludaba.

-¡Ba ba baka! – Cruzándose de brazos mientras volteaba el rostro- ¡cuántas veces te he dicho que no me llames por mi nombre!

-ya perdí la cuenta Tenga-kun-

Tenga la miro molesto por unos segundos, para luego encogerse de hombros, sabiendo que no importaba cuantas veces hiciera lo mismo todos los días kageyama no cambiaría su forma de interactuar con él, y a veces se preguntaba porque seguía haciéndolo también.

-si, bueno, vamos que quiero comer algo antes de clases – mirando de reojo a los compañeros de la chica que rápidamente desviaron la mirada – es mejor que comer con estos perdedores.

Eri frunció el ceño un poco ante el insulto, pero no dijo nada, ya que después de todo si Tenga no decía una mala palabra aunque sea por día, ya no sería Tenga.

-Si, vamos Tenga-kun- escuchando como el joven delante de ella solo se tocaba la punta de la nariz y empezaba a caminar guiando el camino.

Minutos después ambos ya se encontraba en un pequeño banco de la azotea del instituto, comiendo tranquilamente en silencio sus bentos, bueno, el bento que Eri había preparado para ambos.

-he, no se que haría sin ti Kageyama- dijo el delincuente mientras saboreaba lo que la chica había preparado.

-seguramente morirías por envenenamiento por tu propia comida-

Ambos jóvenes levantaron la mirada ante la repentina voz, siendo la chica cual habría un poco sus ojos en señal de alegría.

-Retsu- sonriendo un poco al ver como su hermano menor se acercaba y se sentaba entre ella y Tenga – toma, hice uno más por si te nos unías – sacando un bento extra que tenía a su lado y entregándoselo a su pequeño hermano con una sonrisa.

-gracias ne-chan – preparándose para abrir el paquete, pero deteniéndose al sentir una mirada a su lado, sabiendo perfectamente quien estaba ahí – ¿oh? No me había dado cuenta que aun seguías ahí Onigawara-san.

- ¡Tch! Si no fuera hermano de Kageyama – mirando molesto al menor y volviendo a regañadientes a su almuerzo.

-Se siente bien comer en compañía de otros- pensaba la única chica del grupo mientras sentía como lo que comía tenía un sabor aun mejor por la compañía.


Bueno, y aquí otro proyecto que se me ocurrió, espero que les guste.