Empezaré por decir, que estoy a punto de contarles cómo fue que empezó a cambiar mi vida:

Primer día de mi último año en ese colegio, gracias a Los Dioses... Me levanté y por primera vez tuve el dilema de que debía usar, si una camisa de cuadros roja o una polo verde, aunque admito que aún estaba adormilada así que agarré lo que me quedó más cerca, me cambie, vi la hora... En mi mente lo único que vino fue "Maldición" salí corriendo de mi cuarto, bajé a desayunar rápidamente un suculento cereal y cuando terminé me fui al baño a lavarme los dientes pero claro que con la suerte que amanecí, un poco de pasta cayó sobre mi polo, era tanta mi desesperación que cuando salí del baño me di cuenta que traía en mi pie izquierdo un Vans negro y en el derecho un Supra rojo, estaba como bandera gay toda colorida, "Mierda" fue lo que grité, si mis vecinos no conocieran como soy seguramente se habrían asustado, segundos después ya estaba corriendo hacia mi cuarto en el segundo piso. Cuando llegué me quite el Vans como pude y así poder ponerme el Supra rojo, mientras me quitaba la polo y me cambiaba para ahora ponerme la camisa y encima una chaqueta negra, cuando estuve lista salí corriendo hacia mi moto y ¡Oh sorpresa! Tenía una llanta baja, pero claro fui más ingeniosa, así que saqué mi bicicleta y me puse en marcha, era como un maratón o como sí me fueran a dar herencia, era así como empezaba mi día. Cuando llegué por obvias razones fue tarde y un regaño fue lo que recibí, dejé mi bici por el estacionamiento y me dirigí a mi salón. Al llegar lo único que escuché del maestro fue sus "Buenas noches" y ligeras risas brotaron del salón, yo sólo quería golpear a alguien para desahogarme por tanta injusticia. Al terminar las clases salí al descanso para poder estar a solas y dormir un poco... Pero en el lugar donde siempre dormía había una chica, me acerqué para quitarla porque era mi lugar y todos lo sabían, la sorpresa que me lleve fue que cuando me acerqué y la vi, quedé petrificada, les diré el porque: ella estaba profundamente dormida o eso pensaba, ya que me quedé observándola porque era muy bonita... Tenía su piel pálida pero no en exceso, no parecía leche, su cabello rubio, sus manos parecían tan suaves, pude notar que era mucho más baja que yo, sus labios se veían muy rosados, vestía una falda blanca con unas mayas negras y zapatos blancos, arriba llevaba puesto una blusa carmesí, su cuerpo era perfecto... Parecía tan tranquila, de pronto abrió sus ojos ¡Y vaya ojos! Azules como un océano en el cual puedes observar su claridad, eran hermosos. Me perdí en su mirada, sin embargo creo que ella pensó otra cosa porque me golpeó ¡Maldita niña desgraciada! ¡Todavía que admiro su belleza y se atreve a golpearme! Tan fuerte fue el golpe que me abrió el labio inferior...

- ¡¿Qué carajos te sucede?! - Le dije mientras me tocaba la herida con la lengua, ya que es una reacción normal.

- ¡¿Qué te sucede a ti?! ¡¿Porqué me estas acosando?!

- ¡¿Acosarte?! Ni que estuvieras buena

- ¿Qué insinúas idiota?

- Que no estás buena, así de simple :D

Esa niña tenía algo de fuerza, de repente se me acercó de una manera muy sensual viéndome a los ojos, me pellizcó las mejillas y las estiró hasta que me pude liberar y sobármelas.

- Como sea, largo que este es mi lugar - Le dije en un tono firme

- No tiene tu nombre, así que no me iré - Muy pretensiosa la señorita me respondió con una sonrisa

Admito que su sonrisa también era muy linda, pero eso no quitaba que era demasiado desagradable, podría haberla invitado a salir o me hubiera llegado a gustar, si no fuera tan prepotente.

- Te quitaré a la fuerza y no será agradable

- Me encanta la amabilidad con la que me tratas

- ¡Jah! Es un don

- Ya lo noté, idiota del don ya deja de balbucear y mejor ve a traerme un jugo

Después de ese grato encuentro decidí irme y dejar a esa niña, mientras caminaba sólo podía pensar: ¿Qué le pasaba? ¿Estaba operada del cerebro? ¿Cómo pensaba que iría por su maldito jugo? Se me antojó tomar algo momentos después de mi encuentro con ella y opte en ir por una bebida para mi, pero en ese preciso momento sonó el toque, por culpa de esa inepta no pude dormir y tampoco ir por mi jugo. Cuando entré al salón noté que ahí estaba. Sólo podía verla con mis ojos de rabia queriendo salir pronto para no hacer una estupidez. Hasta qué por fin acabaron las clases, salí tarde porque mi titular quería hablar conmigo de tontería y media, me hizo prometer llegar temprano y no andar en peleas callejeras. Me dijo el profesor lo de las peleas, por el labio partido que me hizo esa chica...

Cuando llegué al estacionamiento donde había dejado mi bici, recibí una grata sorpresa, la niña boxeadora estaba parada a un lado de mi bicicleta.

- Aléjate de mi bicicleta, no quiero que le hagas nada

- No le haría nada, no seas exagerada

- Más vale prevenir un perro con rabia

- ¿Quieres otro golpe? - Dijo, levantando el puño.

- ¿Qué es lo que quieres?

Mientras me posaba al lado de mi bicicleta, cerrando lo ojos y rascando mi cabeza en signo de confusión.

Bajó el puño y de cierta manera me alegró que lo hiciera, ya que por un momento pensé, llegaría con otro golpe a la casa.

- Que directa pero vale, seré aún más directa así que...

Tomó aire, para darle un poco más de suspenso y dijo...

- Quiero que seas mi guardaespaldas

- Es broma ¿No?

- No y no tienes opción, si te niegas haré que te expulsen del colegio por estar fumando a los alrededores...

- A ver perrito, me golpeas, me gritas, me quitas mi lugar para dormir, me mandas por un jugo y luego me amenazas... Aparte no me necesitas puedes defenderte solita, así que creo que no gracias

- Si te expulsan no entrarás pronto a una universidad, pero si así lo deseas...

- "Que niña tan mierda" Okok, lo pensaré

- Perfecto, márcame a este número y yo te daré indicaciones más noche

Me dio una tarjeta con su número y se fue alejando poco a poco y a unos cuantos metros se detuvo y cuando volteó a verme dijo...

- Por cierto soy Christa...

Después de esto se subió a un auto blanco lujoso que había llegado unos instantes después y se fue... Cuando llegué a mi casa quedé agotada, tanto que sólo pude llegar a recostarme a mi cama y dormir.

Así fue como todo empezó... Christa... Un nombre muy bonito para un perrito rabioso.