ATENCIÓN: Esta es una traducción por Grupo Lorelei: no nos pertenece este fic. Título original: "No Mouth but Some Serpent's", escrito por Lightning in the Wave. Universo Alterno: Harry Potter.

Se aprecian los reviews, ya que ayudan a los traductores a saber que hay interés en la historia, y el traducirla vale la pena. ¡Nos interesa tu entretenimiento!

Resumen Completo: UA de CdlS, Harry Slytherin. Harry regresa a Hogwarts, determinado a proteger a su hermano Connor, el NiñoQueVivió, y mantenerse en las sombras. Pero el último año dos personas descubrieron la verdad sobre Harry... y este año, dos más lo harán.

Título: La Boca De Una Serpiente

Derechos: La gente, lugares, eventos, y hechizos reconocibles en esta historia no me pertenecen a mi, sino a J.K. Rowling. Escribo esta historia por diversión y no por ganancia.

Notas: Hola, y bienvenidos a la segunda instalación del UA Horriblemente Masivo que me encuentro en proceso de escribir.

Esta es la secuela de Salvando a Connor [traducción disponible en el perfil de Grupo Lorelei], y probablemente no tenga ningún sentido si no has leído esa historia. Esta es la versión del segundo año de Harry en Hogwarts, en un mundo donde sus padres están vivos, Peter fue enviado a Azkaban, y se cree que su hermano Connor es el Niño-Que-Vivió, gracias a una cicatriz en forma de corazón que posee. Harry es el guía de Connor, su guardián, y protector, y orgulloso de serlo, a pesar de ser Sorteado a Slytherin y molestado por Draco y Snape para que se comporte más como uno.

Eso es suficiente, creo. Ya sabes qué esperar si leíste Salvando a Connor, y si no lo has hecho, ningún resumen va a ser suficiente.

Advertencias: Lenguaje, violencia, slash eventual entre HP/DM en el cuarto año y más allá. Además, desde este punto, múltiples muertes de personajes, incluyendo algunas que no pasaron en el original. Nadie está a salvo. Si te parece demasiado difícil el leer una historia así, tira la toalla ahora.

Esta historia también es considerablemente más oscura que el primer año, y las series seguirán volviéndose más oscuras de ahora en adelante.

Eso es todo, creo yo. Aquí vamos.

La Boca De Una Serpiente

Capítulo Uno: La Costra del Verano

"¿Harry, estás bien?"

Harry se tragó un gemido antes de que pudiera formarse, y le sonrió a su hermano, quien estaba sentado en su cama. Connor usualmente tenía un sueño demasiado pesado como para despertarse por un sonido en la habitación. Harry debió de haberse levantado más toscamente de lo que pensó, o debió haber gritado cuando por fin despertó del sueño.

"Estoy bien," murmuró. "Solo una pesadilla. Voy a salir un momento para tomar un poco de aire." Se quitó las sabanas de encima y revisó que todos los botones de su pijama estuvieran en su lugar. Entonces se puso en suéter que había usado ese día, el cual había sido descartado en el extremo de la cama.

"¿Estás seguro de que no quieres que vaya contigo?" Pero las palabras de Connor ya estaban arrastrándose, y un bostezo le escapó por la garganta. Harry dejó salir un pequeño aliento de agradecimiento. Podría despertarse, pero nada detendría a su hermano para volver a dormir.

"Estoy seguro. Gracias."

"Muy bien..." Connor ya estaba roncando antes de que pudiera terminar esa oración. Harry cuidadosamente salió de su habitación, cerrando la puerta detrás de él, y bajó las escaleras. No había sonidos que provinieran del cuarto de sus padres escaleras abajo, y no había luces en la cocina. Solo para estar seguro, Harry usó un encantamiento Lumos para echar un vistazo al reloj familiar en el muro. Así era, las manecillas de todos los demás apuntaban a EN CAMA, incluso las de Sirius y Remus, aunque no estaban en la Cueva de Godric justo ahora. La manecilla de Harry apuntaba a AUSENTE, pero se movió a ENTRENANDO cuando Harry decidió lo que haría con su tiempo extra.

Sería lo mejor, pensó mientras salía a hurtadillas de la casa, silenciosamente, y caminó hacia el borde del patio delantero. No iba a conseguir volver a dormir por el resto de la noche.

Habían pasado dos semanas desde que habían vuelto de Hogwarts por el verano, y cada noche Harry soñaba acerca de dos figuras oscuras. Una hecha bolita en un espacio demasiado pequeño para ella, gritando con dolor y miseria. La otra luchaba en un espacio que parecía solo ligeramente más grande, con un hilo constante de gemidos saliendo de su garganta. Harry no tenía idea sobre qué pensar de esos sueños. Suponía que podrían ser los restos de la confrontación con Voldemort, pero no entendía por que lo estarían atacando a él. Podría entender si Connor los tuviera. Su gemelo era el Niño-Que-Vivió, el que tenía la cicatriz en forma de corazón y la conexión con Voldemort.

Pero Connor dormía sin molestias, mientras que cada noche, Harry soñaba.

Agitó la cabeza y lo alejó de su mente. Había tenido sueños extraños durante el año escolar, también, y preocuparse a causa de ellos no lo llevó a ningún lado. Cuando y si el significado de las dos figuras oscuras se revelara a si mismo, entonces estaría preparado para hacer algo al respecto.

Por ahora, iría a través de su repertorio de encantamientos sin varita.

"Wingardium Leviosa," dijo, concentrándose, y cuando jaló su mano hacia si, su varita flotaba en el aire. Harry sonrió y alzó la mirada al brillante escudo de barreras de aislación que rodeaban su casa y la separaban del resto de la Cueva de Godric, lo cual volvía algo difícil ver las estrellas en el cielo. Las barreras habían estado ahí durante todas sus vidas, previniendo ataques a manos de Mortífagos vengativos y otros secuaces de Voldemort. También prevenían que el Ministerio sintiera el uso de magia por menores de edad dentro de ellos.

Su madre una vez había proclamado que ese era un efecto secundario accidental por parte de las barreras. Harry lo dudaba. Lily Potter rara vez hacía algo por accidente. Además, de algún modo nunca fue reportado al Ministerio.

Pasó fácilmente por el repertorio de encantamientos que había practicado por tanto tiempo sin su varita que casi podía realizarlos mientras dormía, y por lo tanto eran los mejores hechizos para realizar durante la transición entre dormido y despierto. Nox, Lumos, Finite Incantatem, Wingardium Leviosa, Incendio, Accio, Protego, Reducto, en Encantamiento Explosivo, y muchos otros, salían rápidamente de su boca, tuvieron sus efectos, y lo dejaron sintiéndose relajado y ligeramente más despierto.

Harry frunció el ceño cuando hubo terminado con todos, concentrándose. Él sabía cuál hechizo quería realizar más ahora: el encantamiento jaula que Voldemort había usado en Connor durante su letal batalla al final de Mayo, Cavea. Harry quería ver si podía hacerlo, y, más importante, revertirlo. Si hubiera sabido cómo revertirlo durante la batalla, le pudo haber ahorrado a Connor un poco de dolor y pánico.

Pero la última vez que lo había intentado, había resultado en un pulso de cegadora luz azul que había brillado a través de las ventanas y despertado a sus padres. Harry tuvo que disculparse e inventar una historia sobre magia accidental mientras caminaba dormido para James, quien no sabía sobre el entrenamiento extra de Harry ni sus juramentos secretos para proteger a su hermano. Su madre le había hablado en privado después de eso y le advirtió que no lo intentara de nuevo hasta que ella estuviera ahí para guiarlo.

No estaba aquí en este momento.

Harry cerró los ojos y pensó en un hechizo diferente, Diffindo. Estuvo a punto de intentarlo cuando una voz le habló desde el pasto junto a él, sorprendiéndolo mucho.

"¿Qué estás haciendo? La magia esta interrumpiendo mi descanzo."

Harry se giró y juntó su magia a un solo punto de enfoque, llamando al escudo Protego frente a si. Eso vencería a la mayor parte de los hechizos, y después de tanta experiencia, le llegaba tan rápido como el pensamiento.

Pero no vio a nadie parado en el pasto, y parpadeó, dudando. Tal vez Connor había salido a jugar con él, pero no pensaba que su hermano fuera tan bueno en ocultarse a simple vista, ni en sonar tan petulante.

Podría ser un truco de Sirius, pensó, y sonrió. Su padrino visitaba la Cueva de Godric seguido, y pensaría que era una gran broma si venía a hurtadillas en la oscuridad y asustaba A Harry de ese modo.

"Muy gracioso, Sirius," llamó de regreso. "Puedes salir ahora. Me atrapaste. Estaba aburrido y practicaba mi magia."

"¿Quién es Sirius?"

Harry vio un movimiento en el borde de su encantamiento Lumos esta vez. Miró fijamente mientras el pasto se movía y una pequeña víbora serpenteo fuera de él, deteniéndose para mirarlo curiosamente. Su lengua salió de su boca como si estuviera probando su aroma.

Harry a penas y respiraba. Reconocía las marcas de la serpiente, negro abigarrado con dorado. Si ladeaba la cabeza de costado y cerraba un poco los ojos, podía ver la forma de un cráneo y huesos cruzados, repetida varias veces. Esta era una serpiente Locusta, una criatura mágica rara en Gran Bretaña. Una pequeña mordida de una podría matar a un hombre, y una serpiente contenía suficiente veneno en si para matar a una ballena. Peor aún, el veneno mismo era mágico, alterándose de hora en hora para tratar de contraatacar cualquier anti-veneno que se aplicara, y las serpientes eran lo suficientemente listas y sádicas como para asechar a niños pequeños cuando estaban enojadas, y podían dirigir el veneno para que perdurara en lugar de matar al instante.

Harry no sabía como había cruzado una Locusta las barreras de la Cueva de Godric. No sabía cómo era que le estaba hablando. Pero sí sabía que no la quería ni un poco cerca de Connor.

"Aléjate," susurró, deseando que supiera Avada Kedavra, y preparando su magia en un intento por poner toda su fuerza de voluntad detrás del Encantamiento Explosivo. "Solo aléjate."

"¿Por qué debería? Acabo de llegar aquí. Y estoy disfrutando tu compañía." La serpiente se deslizó unas cuantas pulgadas más de cerca. "No es seguido que una encuentra un mortal que puede hablar con las serpientes. Conocí a una, una vez, pero ella y yo no teníamos mucho en común. Me escupió y me dijo que me fuera cuando ni siquiera había pasado tres estaciones junto a mi." La serpiente levantó la cabeza y se deslizó de atrás hacia delante en patrones bailarines, los cuales hacían que el cráneo brillara en su cuerpo incluso aún más. "¿Acaso no soy hermosa?"

"No sé de lo que estás hablando," dijo Harry. "No puedo hablar con las serpientes." El hecho de que lo estuviera haciendo, y que entendiera lo que esta le estaba diciendo, estaba empezando a molestarlo. Intentó que no lo hiciera. Lo más importante, como siempre, era proteger a Connor."

"Oh, claro que puedes," dijo la Locusta, sonando entretenida. Bajó la cabeza y parpadeó sus ojos hacia él. Eran de un impresionantemente brillante color verde, como los de Lily cuando estaba molesta. "Al menos podías hacerlo hace un tiempo, cuando tu batalla molestó al Bosque en que estaba viviendo, y te observé luchar con aquel otro que habla con las serpientes. Le dio una orden a su serpiente." La Locusta dio un pequeño y enojado siseo el cual Harry pensó significaba lo mismo que un resoplo de desdén de una ofendida matriarca sangre pura. "Criatura degradada. ¡Que lo deje comandarla de ese modo! Yo moriría antes de someterme a tal control."

"¿Viste la batalla de Connor con Voldemort?" Harry respiró. Recordaba a Voldemort hablándole a Nagini, ordenándole que atacara, pero—"Él habló en Inglés."

"No lo hizo," dijo la Locusta, y se movió un poco más cerca. "Él la comandó en Lengua Parsel. Tú lo comprendiste. Estas hablando Parsel incluso ahora, pero en tus oídos suena como tu propio lenguaje. No sé por qué sucede eso." Y tampoco sonaba muy interesada en ello. "Te seguí porque tenía curiosidad sobre ti, y por lo que he visto, servirás muy bien."

"¿Serviré muy bien para qué?" Harry mantuvo su varita apuntada hacia ella, y recordó otras cosas que había escuchado sobre serpientes Locusta. Golpeaban muy rápidamente, casi tan rápidas como los runespoors. Tenían fuerza de voluntad propia, y no le servían a un amo por mucho tiempo. Casi todos los magos quienes se quedaban con las serpientes para aparearlas u observarlas u ordeñarlas por su veneno morían, y las serpientes seguían por si solas, libres, lo cual volvía la mera posesión de una Locusta un alto crimen en Gran Bretaña.

Por supuesto, por lo que Harry podía recordar, ninguno de los magos quienes las habían estudiado habían sido hablantes de Parsel.

Y yo tampoco, pensó inmediatamente, su mente abruptamente hirviendo, cerca de la histeria. Solo los magos Oscuros tienen ese talento, y yo no soy Oscuro. El Sombrero Seleccionador me colocó en Slytherin, pero Connor dijo que yo aún soy bueno. Tengo que serlo.

"Cuídame," la Locusta dijo, regresando su atención a ella. Harry se regañó a si mismo por haberla perdido en primer lugar. Fuera o no un hablante de Parsel, no era como si fuera a usar el don alguna vez. Así que no se preocuparía al respecto. "Necesito a alguien que cuide de mi, que bruña mis escamas y me diga que soy hermosa y me alimente con los mejores trozos de su comida. Me gustan los huevos. Y la leche. Y la carne de las aves. Y los dulces. Y—"

"¡Yo no voy a cuidarte!" Harry le siseó de regreso, y por un momento pensó escuchar su voz de la forma en que ella debió de estarla escuchando, llena de vueltas intrincadas y suaves sílabas. Ciertamente no estaba hablando Inglés.

Bloqueó el pensamiento de su mente. Él no era malvado. No se dejaría a si mismo serlo.

"Sí, lo harás," dijo la Locusta. "Te he observado. Tu posesión más preciada es ese bulto de niño que comparte tu nido. Si no cuidas de mi, voy a morderlo."

Harry tragó saliva. Sabía que ella podría hacerlo. No había forma en que pudiera cuidar a Connor a cada momento del día y la noche, a menos que la destruyera ahora, ella encontraría una forma de entrar y lo mordería.

A menos que la destruya ahora.

Levantó su varita, a punto de liberar un hechizo, pero la Locusta se movió, moviéndose hacia delante, trepando por su pierna, y enredándose alrededor de su brazo izquierdo. Harry se preparó para ser mordido, pero cambió el ángulo de su varita. Aún así la mataría, incluso si él moría. Siempre había estado preparado a sacrificar su vida por Connor. Podía hacerlo ahora.

La Locusta no lo mordió. En lugar de eso, ella brilló una vez, y entonces desapareció.

Harry acercó más su varita, para ver su brazo bajo la luz de Lumos. La Locusta era un diseño brillante de color dorado y negro en su antebrazo izquierdo. Harry lo picó con su varita. No sintió nada excepto piel.

Como la Marca Tenebrosa, pensó, y por un momento tembló con repulsión.

Mi nombre es Sylarana, dijo la voz complacida de la Locusta dentro de su cabeza. Vas a cuidarme y mimarme, mientras me quede contigo así, o volveré a la vida y morderé a tu bulto de niño. O a cualquier otra persona que yo quiera.

"¿Cómo puedes?" Harry susurró. "Nunca escuché que las serpientes Locusta pudieran hacer esto."

Podemos, con alguien que hable con las serpientes. Y yo quiero. Ahora, acaríciame y mímame.

Harry frotó la piel de su brazo, sintiéndose ridículo, pero sin atreverse a hacer otra cosa. Pensó en algunos cumplidos que hacían que su boca se sintiera llena de azúcar, y los murmuró.

Los siseos contentos de ella resonaron en su mente un momento después.

Harry luchó contra el deseo de sentirse enfermo, y continuó acariciándola.


-

"¡Mamá! ¡Mamá!"

Harry alzó la mirada, sonriente. Él y Connor se habían pasado la mayor parte del día fuera – Harry haciendo la tarea extra que el Profesor Snape le había asignado en el verano, Connor estudiando los libros de historia mágica que Lily había insistido empezara a leer—y el calor había vuelto a Connor medio-estúpido. Harry no estaba nada sorprendido que, cuando la vieja lechuza golpeada de los Weasley, Errol, se hubo tambaleado a través del hoyo especial creado en las barreras de aislamiento para él. Connor hubiera tomado la carta y también a Errol para distraerse.

Por el sonido de la voz de su gemelo ahora, Harry pensaba que la carta traía buenas noticias.

"¿Qué sucede?" Lily Potter preguntó, saliendo de la casa. Harry se sintió a si mismo relajarse un poco. Su madre era la única que sabía cuanto había entrenado Harry y cuanto se había preparado y lo que había pasado, quien lo había animado a ser el guardián secreto de Connor, quien sabía que Harry debía sacrificar su vida por la se du hermano si era necesario, y mantenerse en las sombras, protegiéndolo y sin brillar más que él, en todo momento. Ella no sabía todo acerca de Harry, pero sabía la mayor parte, así que él podía bajar la guardia con ella, sin ser cuidadoso de mantener una máscara.

"¡Los Weasley quieren que vaya de compras con ellos al Callejón Diagon en Julio treinta y uno!" dijo Connor, dando saltitos en su lugar. Se detuvo por un momento, y entonces añadió, como si Lily pudiera olvidar el significado de la fecha, "¡Ese es nuestro cumpleaños!"

"Lo sé," Lily dijo, y miró una vez a Harry. Harry se encogió de hombros y parpadeó, dejándole saber a su madre que si Connor quería ir al Callejón Diagon estaba bien para él, mientras tuviera la protección correcta. Su madre regresó a Connor, cuyos ojos marrones brillaban con esperanza. "Muy bien, Connor. Puedes ir. Tu padre y Harry y yo también iremos. Ciertamente podríamos comprar los materiales escolares ese día."

"¡Sí!" Connor dijo, y abrazó las piernas de Lily. "¡Gracias, Mamá! ¡Voy a escribirle a Ron justo ahora!"

Salió corriendo a la casa, presumiblemente para encontrar una pluma y pergamino. Harry agitó la cabeza. Connor había dejado todos los implementos de escritura que había estado usando para tomar notas justo junto a sus libros, y pudo haberlos usado.

Lily se quedó viendo la casa por un momento. Entonces se giró y marchó hacia Harry, sentándose en el pasto junto a él.

¿Qué es lo que quiere?

Harry ignoró la pregunta de Sylarana, aunque sí se tocó el brazo izquierdo para calmarla. Sylarana parecía más curiosa que amenazadora cuando preguntaba cosas sobre sus padres. Y estaba dispuesta a esperar por las respuestas, las cuales su madre le dio al siguiente momento, en una voz baja e intensa.

"¿Harry, cómo dirías que va el entrenamiento de Connor?"

Harry suspiró y dejó que el último rastro de una sonrisa se desvaneciera de su rostro. Cuando hablaba con Lily, muy cercano a igual con igual, y de un guardián del Niño-Que-Vivió al otro, no podía mentir. "No tan bien como esperaba, Madre. Él no comprende por qué necesita aprender toda esta historia y política ahora, después de que lo mantuvimos ignorante sobre las mismas por tanto tiempo. He hablado con él un par de veces, cobre como el Niño-Que-Vivió necesita unir y guiar al mundo mágico para que pueda deshacerse de Voldemort, pero él no lo ve de ese modo. Él lo ve como una batalla dramática entre él y Voldemort, como lo fue en Mayo. No piensa sobre lo que pasa después, o sobre tener ayuda."

Lily suspiró de regreso y asintió con la cabeza. "Eso pensé," dijo ella. "Bien, seguiré dándole libros y diciéndole que debe aprender. También le diré a Remus que le de algunas historias sobre la vida entre hombres lobo. Eso podría dejar que las virtudes que necesita aprender se introduzcan sutilmente. A Connor le gustan los cuentos más que la historia."

Harry asintió, sintiendo un ardor de cariño profundo en su pecho. A Connor le gustaban los cuentos más que la historia, y los cuentos de duelos más que nada. Le gustaban los dulces más que aprender. Sabía los encantamientos de primer año que debía saber, y los realizaba competentemente, sin ninguna ambición de tener un poder mayor. Hasta su confrontación con Voldemort, había sido incluso muy poco consciente sobre la maldad pura; Voldemort había venido a cazarlo, y le había dejado una cicatriz cuando Connor reflejó el Avada Kedavra de regreso al que lo lanzó, a una edad en la cual fue demasiado joven para recordar nada.

Pero Connor estaba marcado para una vida de retos, y Harry no iba a dejar que esos retos lo corrompieran o lo mataran. Él conocería la historia, las cortesías sangre pura, los hechizos – Oscuros y demás—para los que Connor no tenía tiempo ni uso. Tal vez esa era la razón por la que fue colocado en Slytherin, para que pudiera buscar el mejor camino entre magos Oscuros para que Connor tomara. Era la única razón que tenía sentido alguno para Harry.

Eres un tonto, Sylarana dijo confortablemente en su cabeza.

El aspecto de su relación con la Locusta que más perturbaba a Harry era la forma en que ella parecía ver sus pensamientos. Él le dijo ahora que ella era hermosa como los rayos del sol en el pasto, y ella siseó y se dejó distraer.

"¿Harry?"

Parpadeó y regresó al presente, la realidad que era su madre inclinándose sobre él.

"Sirius va a ir contigo a Hogwarts este año," Lily comenzó.

Harry la miró fijamente. Su madre rápidamente colocó sus manos en sus hombros y agitó la cabeza.

"No es por eso," dijo ella. "No es por nada que hayas fallado en hacer, Harry. Nadie pudo hacer sabido que Voldemort se ocultaba en la cabeza de Quirrell. Nadie." Ella lo agitó ligeramente. "No te culpes a ti mismo por eso."

Harry asintió, pero lentamente. Pensaba que la culpa era valiosa. Si se la tomaba a pecho, entonces estaría más alerta en el futuro, cuando los ataques del Señor Tenebroso hacia su hermano pudieran volverse más sutiles.

Un tonto de nacimiento, Sylarana anunció.

"Oficialmente, será el asistente de Madam Hooch, y ayudará a arbitrar los partidos de Quidditch," Lily continuó, sonriéndole a Harry. "Extraoficialmente, va a vigilar a Connor, incluso en la Torre de Gryffindor y las clases en las que podrías tener dificultar asistiendo. Solo un poco de ayuda, Harry. Él pensará que es el único guardián de Connor, por supuesto, ya que no sabe sobre ti, pero ambos sabemos el excelente trabajo que has hecho por él." Ella lo abrazó y sostuvo cerca por un largo momento.

Harry se permitió relajarse, poco a poco. No, él no había fallado. Había protegido a Connor de un trol, y de los Lestrange, y ayudó a mantener a Voldemort a raya hasta que Connor pudiera derrotarlo con el amor puro que llevaba en la piel. Podía hacer esto. En realidad, debería darle la bienvenida a la presencia de Sirius. Su padrino era increíblemente divertido, ayudaría con Connor, y no tenía tolerancia alguna hacia los Slytherins ni cualquier cosa Oscura. Si Harry comenzaba a resbalar a caminos oscuros y dudosos, entonces Sirius se aseguraría de decirle, y cargarlo de regreso a la Luz – por el cuello de la camisa, si era necesario.

"¿Remus no puede venir?" preguntó. Remus era el padrino de Connor, y tan protector del hermano de Harry en su propio modo gentil como Sirius lo era en su modo rudo. Además, él era el mejor al encantar a Connor con cuentos.

Lily agitó la cabeza. "Aún no han perfeccionado la Poción de Matalobos. Hasta que lo hagan, los padres no tolerarían que Remus estuviera en Hogwarts."

Harry asintió. Bien, incluso la adición de Sirius era una buena fortuna que no había tenido derecho de esperar. Disfrutaría de la compañía de su padrino.

Él es otra persona a la que me gustaría morder, dijo Sylarana de modo soñador en su mente.

Harry abrió la boca para decir algo, casi olvidándose de la presencia de su madre, y entonces la escuchó exclamar. Harry alzó la mirada.

Una lechuza emperador negra estaba revoloteando fuera de las barreras de aislamiento. Después de un momento, encontró la abertura que Harry había cortado en anticipación de su llegada, y voló de modo distinguido hacia abajo, aterrizando a unos pies de distancia de Harry. Sacó un talón, alrededor del cual se encontraba atada una carta.

"¿Y quién es este?" Las cejas de Lily casi llegaban a su cabello.

Harry enrojeció mientras liberaba la carta. Había pensado que tendría tiempo para explicarle a su madre antes de que esto de hecho pasara – especialmente ya que no había pensado que pasaría del todo. "Um, Madre, este es Imperius, la lechuza-emperador de Draco."

Imperius miró a Lily fijamente con sus brillantes ojos amarillos. Lily regresaba la mirada con brillantes ojos verdes, los cuales se entornaron.

"Una lechuza Malfoy puede encontrar su camino a través de nuestras barreras," dijo ella.

Harry gimió. "Um. ¿Sí?"

"Harry," dijo Lily, en la gentil, dolorosa voz que le mostraba que ella estaba muy decepcionada con él. "Eso fue peligroso."

Harry agachó la cabeza, enrojeciendo aún más. "Lo sé. Pero Draco quería escribirme, y pensé que sería menos peligroso que una lechuza viniera aquí, tal vez, que dejar que vieran a Hedwig irse.

"Pudiste haberlo rechazado," su madre le dijo.

"Era difícil, sin decirle por qué," Harry admitió. Su madre no había estado ahí para escuchar la alegre voz parlanchina de Draco, y ella ciertamente no había estado ahí para ver el desconcierto y consternación que había azotado el rostro de Draco cuando Harry hizo alusión al hecho de que tal vez no podrían comunicarse en el verano. "Y no pensé que debiera decirle por qué."

"Bien, por supuesto que no," dijo Lily, y continuó mirando a Imperius fijamente por un momento más. Entonces agitó la cabeza. "¿Qué es lo que dice el joven Malfoy?"

Harry escaneó la carta, y entonces cerró los ojos con un suspiro de exasperación. "Quiere verme en el Callejón Diagon. En nuestro cumpleaños."

"Claro que lo quiere," masculló Lily. "Bien, ahora es imperativo que vayamos contigo y con Connor." Se puso de pie. "Escríbele de regreso y dile que vas a ir."

Harry asintió, incorporándose. "¿Y quieres revisar si hay encantamientos trazadores y seguidores en Imperius?" preguntó, pero la varita de su madre ya estaba fuera.

Silenciosamente, regresó a la casa, para encontrar implementos de escritura y para tomar algo de comida para Sylarana, quien estaba indicando que la carne de Connor sabría bastante bien si no habían Ranas de Chocolate cerca.


-

Lily suspiró. Había realizado todo encantamiento de detección que podía recordar, y nada se había mostrado. Imperius se movió de una pata a la otra y le dio una mirada de disgusto silencioso, y luego alzó el vuelo a la lechucería improvisada en la parte trasera de la casa, donde las lechuzas de la familia pasaban la mayoría de su tiempo.

Tal vez fue tonto preocuparme, Lily pensó, sentándose una vez más y dejando que el sol y el viento le acariciaran el cabello. Pero estos son los Malfoy.

Casi había estado frenética con preocupación después de la primera carta de Harry en el último año escolar, cuando le escribió que se estaba volviendo amigo de Draco Malfoy. ¿Qué planeaba el chico Malfoy? Aún mejor, ¿qué pensaba Harry que estaba haciendo? Él sabía que los Malfoy eran Mortífagos. Él había estudiado, en detalle, a todas las familias que eran enemigas de Connor o podrían serlo.

Pero la necesidad de mantener el poder y posición relativa con Connor de Harry un secreto la había animado a permitir la amistad. Hasta ahora, no había tenido muchas consecuencias negativas que pudiera ver; Harry incluso había sobrevivido intacto a una visita a la Mansión Malfoy las Navidades pasadas.

Hasta ahora.

Lily cerró los ojos. Los Malfoy siempre han sido atraídos por el poder. Y Harry...

Harry era el mago más poderoso de su edad que ella jamás había visto, con excepción de nadie. Desde la noche en que ella y James habían llegado a la casa desierta donde el Señor Tenebroso supuestamente tenía a sus hijos cautivos y se dieron cuenta, con temor cegador y horripilante, del truco que Peter les había jugado, y habían marchado de regreso a la casa en la Cueva de Godric para encontrar las barreras abajo y al Señor Tenebroso muerto o menos que muerto en el piso, había sido así. El poder de Harry hervía alrededor de él sin descanso, buscando algo que hacer. Fácilmente pudo haberlo atraído a la Oscuridad. Lily también había arreglado las cosas para que él fuera el protector de Connor por su propio bien, para que pudiera aprender hechizos e incluso magia sin varita con un propósito dedicado, trabajando para la Luz en lugar de contra ella.

Pero solo en parte por su propio bien. Connor era el Niño-Que-Vivió, la figura más preciada en esta guerra. Harry era el sacrificio, el caballero en las sombras para el brillante rey de Connor. Si Harry tenía que morir, o renunciar a vida y seguridad y salud y una niñez normal para proteger a Connor, entonces lo haría, Lily lo sabía. Él lo haría con gusto, después de su largo entrenamiento. Él pensaba que no había mayor propósito en su vida.

Ella sabía que era hacer lo correcto, desde que la profecía había proclamado tan claramente que el gemelo más joven de los dos era su salvador.

Lily Evans Potter agachó la cabeza y apretó los puños fuertemente.

Sé que fue lo correcto. Pero aún me quedo despierta en las noches y me pregunto si fue lo justo.

Pensamientos como ese eran otra cosa que la animaban a permitir la amistad de Harry con el chico Malfoy. Hasta que Draco hiciera algo para lastimar a Connor, aún podría estar bien, incluso una especie de premio de consolación para un chico que había renunciado a tantas cosas más.

Pero el momento en que lo haga...

Bien. El momento en que intente herir a Connor, Harry sabrá qué hacer.

"¿Lily?" la voz de James la llamó desde detrás de la casa.

Lily se levantó y se puso su suave, feliz máscara, asegurándose de que estuviera en su lugar. Ella y Harry habían renunciado a su inocencia; Connor y James mantenían las suyas. Era demasiado preciosa para mancharla. James nunca debía saber lo que estaba mal.

"Aquí, James," llamó ella, y dejó a su marido apresurarse por el costado de la casa para abrazarla.

Ella cerró los ojos mientras se inclinaba contra él. Sostenme, por favor, ella pensó pero no se atrevió a decir. Cuando me sostienes de este modo, entonces puedo creer que todo va a estar bien, y no tengo que creer en Señores Tenebrosos.