HIJOS DE LA LUNA

PROLOGO

Durante el verano de su decimoquinto cumpleaños, Harry había dado los primeros pasos para convertirse en animago, justo antes de verse envuelto en todo el asunto de los dementores y su posterior enjuiciamiento por uso de la magia ante muggles.

Después, atascado en Grimauld Place, y observado atentamente por todos, tuvo que posponer su intento final hasta la llegada a Hogwarts. Sin embargo, su quinto año resultó ser demasiado extenuante.

Umbridge, las constantes visiones que Voldemort le enviaba, el terrible ataque a Arthur Weasley , y su temor a estar convirtiéndose lentamente en Voldemort, en su arma, o de acabar siendo la serpiente del ataque ya eran más que suficiente para él. Aunque las sesiones del ED renovaron sus ánimos, todas las demás preocupaciones añadidas le disuadieron de llevar a cabo la última parte y ejecutar el ritual de trasformación, todavía inseguro de si mismo.

Pero al finalizar el quinto curso, no solo perdió a Sirius, sino que la cruda realidad que unía su destino al de Voldemort, para bien o para mal, le hirió de nuevo. Ahogado de dolor por la muerte de su padrino, y por su propio y funesto destino, el mundo dejó de ser el mismo irremediablemente para el Griffindor, a causa de la maldita profecía.

"El único nacido con poder para derrotar al señor tenebroso se acerca. Nacido de los que le han desafiado tres veces, vendrá al mundo al concluir el séptimo mes y el Señor Tenebroso le señalará como su igual, pero el tendrá un poder que el Señor no Tenebrosos no conoce. Y uno de los dos deberá morir a manos del otro, pues ninguno de los dos podrá vivir mientras el otro siga con vida"

Su destino era morir ante el asesino de sus padres, el responsable de tantas muertes y desgracias, o convertirse a su vez en un asesino. Así que a Harry dejaron de importarle las consecuencias de muchas de sus acciones, no podía ver un futuro más allá y durante el terrible verano en que tanto lloró la muerte de Sirius, tomó la decisión de completar su transformación en animago, esperando que su forma fuese la que había entrevisto en su trance, una gran forma negra y peluda de cuatro patatas, que Harry esperaba ansiosamente fuera similar a la de su padrino.

Cuando llegó a Hogwarts, en su sexto curso, acudió a la sala de los Menesteres, y completó el ritual de transformación. Cuando despertó, aturdido y mareado, vio su propio reflejo en los espejos que la sala había dispuesto para él y se sorprendió.

Era alguna clase de felino enorme, de color negro azabache, con la excepción de una fina línea de pelo gris, casi invisible entre el resto del pelaje de su frente. Examinando su imagen, vio que tenía enormes garras, largos colmillos y unos enormes ojos… verdes, del mismo color esmeralda brillante que sus propios ojos. Dio un par de saltos y probó sus fuerzas, aterrizando sobre una mesa cercana, que cedió bajo el impacto de su peso, haciéndose pedazos. Probó sus garras y sus dientes, dejando profundas marcas en la madera, y satisfecho, tras pasar buena parte de la noche en su forma animal, revirtió el proceso lanzando un violento rugido.

Era una pantera negra, un cazador solitario y letal, capaz de destrozar a un ser humano sin mucho esfuerzo. Decidió guardar el secreto incluso para sus amigos. Existía una remota posibilidad de que esta habilidad oculta le salvara la vida en algún momento y retornó a su forma humana.

Indudablemente, su vagabundeo por el castillo fuera de horas mejoró aun más con su nueva habilidad, especialmente cuando de seguir a Malfoy - su nueva obsesión - se trataba, aunque para todos, Harry solo usaba su vieja capa de invisibilidad.

Aunque durante ese año el joven Griffindor adquirió más conocimiento de la vida de Tom Marvolo Riddle, gracias a las memorias que Albus Dumbledore había ido recolectando, Harry seguía creyendo que sus posibilidades de sobrevivir eran pocas, y empezó a plantearse otras opciones por su cuenta, ignorante del crucial hecho de que él mismo era el último Hoxcrux. .

Iba a necesitar algo más para tener una oportunidad cierta de destruir a Voldemort, puesto que se había hecho inmortal a si mismo. Cuando la necesidad de destruir todos los Hoxcruses antes de siquiera poder intentar atentar contra él se hizo evidente, y con la posibilidad de que creara otros nuevos si se percataba de la destrucción de los originales, decidió dar una paso más allá, buscando de alguna manera igualar la balanza con su enemigo.

Con este objetivo totalmente claro en la mente, justo tras la muerte de Dumbledore, aun trastornado y sintiéndose completamente solo, el Griffindor aceptó finalmente la única posibilidad que le había parecido remotamente plausible.

Y Harry James Potter dejó de ser simplemente un hombre y un mago, para convertirse en algo totalmente diferente. Una criatura mágica de gran poder, una que por siglos no había hoyado la faz de la tierra. Una que tenia la opción de matar, o al menos de morir matando a Voldemort. Una criatura incierta, oscura para muchos, una criatura de la noche, un Hijo de la Luna, el nuevo Señor de las Sombras, surgió de su anterior ser.

Y ciertamente, el Griffindor pagó un alto preció por ello. Entre otras cosas, sacrificó su propio corazón.