Título: L'assaut.

Resumen: Cuando pensó que era un día cualquiera, de pronto la atraparon sin ninguna posibilidad de escape. Ahora, el tiempo se está acabando, ellos se impacientan cada vez más y él enloquece por salvarla. ¿Cómo acabará todo? [MariChat]

Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenece, aunque la idea sí es sacada de mi mente.

¡Disfrútenla!


Marinette suspiró, mirando a las tres personas que le quedaba por delante de ella para llegar a la ventanilla. Se pasó una mano por la cara, ahogando un bostezo de puro aburrimiento y cansancio, y cambió el peso de su cuerpo al otro pie.

Solo será un momento, sí, claro, chistó en su mente, recordando las palabras de su madre.

Estaba segura que si tardaba un poco más terminaría creciéndole raíces en los pies y ya sí que no podría moverse, por lo que tendría que quedarse allí para siempre, sin poder comer, ni beber... y moriría...

Oh, dios, hasta pienso de forma estúpida, detuvo sus pensamientos.

La joven peli-azul maldijo el momento en el que le preguntó a su madre si necesitaba que le ayudara en algo de la tienda y ella, con una sonrisa de puro alivio, le comentó que si podía ir un momento al banco a sacar dinero, pues unos proveedores llegaban esa tarde y hacía tan solo un instante diciéndoles que el servidor había caído y no podrían cobrar a través de la tarjeta y si podían hacerles el favor de darles el dinero en mano.

Hombre, no era la idea de la chica para poder ayudar. Le divertía mucho más amasar o decorar algún dulce, pero su madre le aseguró que a esa hora normalmente no habría nadie.

Y ella cayendo como una tonta, accedió.

¡Qué no había nadie! ¡Pero si esto está más lleno que un parque de atracciones!

Y ya casi llevaba allí tres cuartos de hora esperando...

Pensó en Tikki, en lo a gusto que estaría en estos instantes viendo la televisión en su habitación, y maldijo nuevamente a la población parisina que había decidido ir al banco en el mismo momento que ella.

De uno de sus bolsillos sacó su móvil para ver la hora. Casi gimió cuando vio que tan solo habían pasado tres minutos desde la última vez que lo revisó.

Espera, la mujer de delante suya había dado paso y si creía... ¡oh, sí! Al que estaban atendiendo se había marchado y ya solo quedaban dos.

¡Vamos, Marinette!, pensó tontamente, ¡te has enfrentado a cosas peores que esto!

Aunque si llegaba a pensarlo... de verdad, prefería tener que luchar contra algún akuma que volver a sufrir esta tortura.

—¡Mira, mamá!— oyó la voz de un niño. Curiosa, y sin nada más que hacer realmente, buscó al dueño de la voz y descubrió a un pequeño de no más de cinco años que sostenía un muñeco de LadyBug— ¡Otra vez ha ganado, LadyBug ha vencido al malo!— señaló a otro muñeco que descansaba en el suelo, simulando su muerte.

Una pequeña sonrisa cruzó en los labios de la joven.

La vida de una heroína no era fácil. Si no que se lo contaran a ella, que entre eso, sus clases, su vida privada y ayudar a sus padres, apenas le quedaba tiempo para descansar, y en las noches no le tocaba patrullar cogía su cama que daba gusto...

Muchas veces en su cabeza había rondado la pregunta de por qué había sido ella la elegida y si estaba haciéndolo bien. También había llegado a cuestionarse su papel de LadyBug, pero cuando veía escenas como las que había presenciado ahora, cuando le daban las gracias de corazón o ella sabía que la cuidad estaba a salvo, no podía sentirse más dichosa.

Sí, esa vida era dura, pero también pensaba que esos sacrificios podían llegar a merecer la pena.

—¡Oh, no, un nuevo villano! ¡Ha aparecido el señor HorriGuisante!

Marinette rió silenciosamente, pensando que a los akumas no les ocurrían nombres tan fantásticos como ese...

—¡QUIETO TODO EL MUNDO! ¡ARRIBA LAS MANOS, ESTO ES UN ATRACO!

Entonces, se oyó el sonido de un disparo.


¡Bienvenidos a mi historia!

En primer lugar, me gustaría decir que este es mi primer fics en este fandom que va a durar más de un capítulo, aunque no se exactamente su extensión porque aún estoy montándola, y eso me pone muuuy nerviosa. Y lo segundo es que espero que la disfrutéis leyéndola tanto como yo a la hora de escribirla.

En fin, ¿qué creéis que ocurrirá?