Le Magicien et La Vamp.
Este es mi primer fic de Harry Potter así que no sean malos ya que apenas acaba de ingresar en este sitio, y bueno la verdad ya he comenzado a escribir otros fics que nada que ver con la sección de "Libros". En fin espero que les agrade la historia. El fic estará centrado con mi personaje, quien será la principal de la historia, y bueno también estarán nuestros personajes favoritos de la saga Harry Potter. Habrá comedia, romance, drama y duelos de magia.
AVISO: Harry Potter no me pertenece sino a nuestra queridísima escritora J.K. Rowling, gracias a ella este mundo seria tan aburrido.
SINOPSIS: Una nueva estudiante ingresa a la escuela de magia más reconocida de todo el mundo de la magia, Hogwarts. Pero cuando esta nueva estudiante ingreso a la escuela de magia y hechicería los estudiantes comienzan a sospechar del carácter de la nueva integrante. Pero a la vez los chicos de todas las casas empiezan a interesarse en la nueva estudiante, eso incluyendo al mago más molesto y presumido de la casa de Slytherin; Draco Malfoy. ¿Qué sucederá en Hogwarts y con la chica nueva? ¿Descubrirán sus más profundos secretos? ¿Por qué Draco siempre espía a la nueva estudiante?
Disfruten el capitulo.
Prólogo: Un nuevo comienzo.
¿? Pov:
Camine por las pasillos de la mansión mientras refunfuñaba de la molestia, me detuve en ese instante mientras miraba con molestia una puerta de mármol color oscuro. Gire la perilla de cristal mientras abría la puerta, enfrente de mi se encontraba un hombre quien estaba de espaldas, solamente podía ver que vestía una camiseta blanca con un chaleco de algodón color caqui, pantalones del mismo color y zapatos negros. Su cabello era un color rubio-cenizo. Poco a poco se dio la vuelta mientras me miraba con tranquilidad y a la vez con preocupación, sus ojos eran de un color avellana mientras que su tez era totalmente pálida. Me hizo una señal de que pasara a la habitación mientras me decía que cerrara la puerta con llave para que nadie nos interrumpiera. Una vez que entre y lo obedecí me recargue en la puerta mientras lo miraba con una expresión aburrida pero a la vez fastidiada.
– ¿Para que querías llamarme? – pregunte al hombre de ojos avellanos.
– Tengo algo que decirte y quiero que me escuches con atención. – respondió el hombre en un tono tranquilo pero serio, cosa que me dejo algo interesada.
– ¿Y bien? ¿Qué es esa cosa tan interesante? – pregunte nuevamente en un tono interesado y relajado.
– Te llego una carta… y no una carta cualquiera. – dijo el hombre de tez pálida mientras sacaba del bolsillo de su chaleco de algodón un especie de sobre.
– ¿Solamente por eso me mandaste a llamar? ¿Por una estúpida carta? – dije en un tono molesto.
– Cuidado con tu lenguaje, y no es una carta cualquiera… – rodee mis ojos desinteresada mientras me dirigí hasta aquel señor, quien ese momento me había dado la carta. – ¿Quién la envía?
– Ahí mismo lo dice querida. – respondió en un tono tranquilo pero en su mirada parecía estar molesta y a la vez con tristeza.
Comencé a ver desinteresada el sobre con el nombre de la persona quien la envió, deje escapar un suspiro al mirar el nombre del lugar donde lo enviaron. Sentí mi corazón latir a mil por hora mientras que mi cuerpo comenzaba a temblar, en ese momento unos recuerdos habían invadido mi mente cuando el hombre murmuro el nombre de ese lugar, deje escapar un suspiro mientras abría el sobre con tranquilidad. Una vez que lo abrí saque la hoja de esta mientras comenzaba a leerla con cuidadosamente, en ese momento mis ojos se dilataron de más cuando mire lo que decía la ultima de la carta. Desvié mi vista para volver al hombre que tenia enfrente de mi, su mirada castaña me miraron con preocupación que hasta me pregunto de que decía la carta; yo en cambio le entre la hoja para que él mismo lo leyera. Lo mire muy atentamente cuando su mirada se dilato de más y además fue mezclado con molestia, tristeza y preocupación. Sus manos comenzaron a temblar mientras apretaba los bordes de la hoja, escuche como aquel señor dejo escapar un suspiro mientras me miraba resignado.
– Parece que fuiste aceptada en esa escuela. – dijo el señor en un tono serio.
– Ya me di cuenta. – respondí sarcásticamente.
– ¿Qué planeas hacer? – pregunto el hombre en un tono serio.
– Que voy a hacer, te lo diré lo que voy a hacer no iré a ese lugar. – dije en un tono de rabia mientras le daba la espalda al sujeto. – Y no me obligaras a ir allá.
– Recuerda la promesa que le hiciste… – antes de que el sujeto siguiera hablando lo interrumpí en un tono frio y molesto.
– A ella ni la menciones. Es más no quiero escuchar que la nombres, ya que por culpa de esa siempre estoy metida en líos.
– Ten más respeto a ella… recuerda que tu formas una parte de ella y además tu también me lo prometiste. – comento el hombre en un tono enojada y frio, más frio que el mio. – Y recuerda que cuando alguien promete algo este lo tiene que cumplir, y es ahora que tu cumplas con tu parte.
– Porque entre todas las personas te tuve que hacerte esa estúpida promesa. – me dije a mi misma mientras escuchaba una leve risa del parte del hombre. – No le veo la gracia.
– Eres igualita a ella. – respondió el hombre mientras acariciaba mi mejilla y a la vez me miraba con alegría y tristeza. – Es hora de que comiences a empacar, tienes tan solo tres para comprar tus útiles escolares.
– No me trates como una niña, ya sabes que eso me molesta. – gruñí mientras lo miraba con vergüenza cuando revolvió mi cabello con una de sus manos. – Y déjame de despeinarme.
– Ya tranquila, ¿Y bien? ¿Vas a empacar tus cosas o estas lo harán por ti? – pregunto en un tono burlón el señor.
– Los sirvientes lo harán para eso les pagas ¿no? – dije en un tono serio cosa que al hombre dejo escapar un suspiro de rendición. – Es más ¿Quién dice que yo iré a esa escuela? Yo ya te he dicho que no iré y punto final.
– Bien si no quieres ir a esa escuela que en este momento te están dando la oportunidad de estudiar allí, entonces no me queda de otra más que inscribirte en el colegio donde estudia tu… – en ese momento lo interrumpí antes de que mencionara lo que yo tenia en mente.
– No te atreverías.
– Créeme si lo haría, es tu decisión. Aceptas a lo que dice la carta o simplemente te inscribo inmediatamente en la escuela donde asiste tu… – nuevamente le interrumpí.
– Me arrepentiré de decir esto, pero… no me queda otra opción. – murmure irritada mientras miraba con molestia el suelo. – Esta bien tu ganas, iré a esa tonta escuela de la que siempre has hablado durante toda mi larga vida.
– Bien que así sea. – respondió satisfecho el hombre. – Bien este momento le escribiré al director que aceptaste.
– Más bien tú lo decidiste. – pensé enojada sin ni siquiera mirarlo a la cara. – Si ya terminaste con todo esto, yo ya me retiro con su permiso.
Me retire molesta de la habitación mientras escuchaba al hombre pronunciar mi nombre en un tono preocupado, camine por los pasillos mientras recordaba la plática que tuve con aquel sujeto. La verdad es que siempre es lo mismo con él, desde que tengo memoria. El resplandor de la luna llena atravesaba las enormes ventanas haciendo que la oscuridad de los pasillos desapareciera gracias a la luz de la luna, coloque una mano sobre la fría ventana mientras veía con tranquilidad la hermosa y clara luna. El cielo no mostraba ni una sola estrella solamente la luna, desvié mi mirada del oscuro manto de la noche para luego ver el atrayente paisaje de la naturaleza. ¿Quien no envidiaría vivir en un bosque con una impresionante vista de las montañas nevadas? Poco a poco me senté en el suelo mientras colocaba mi cabeza sobre la fría ventana viendo el hermoso paisaje. Deje escapar un suspiro haciendo que el vidrio de la ventana comenzara a empañarse, comencé a trazar aburridamente el empañado vidrio con mi dedo índice. Cuando deje de trazar me levante del suelo mientras me dirigía a mi habitación, camine sin ganas al seguir recordando lo que decía la carta que me había entregado el hombre de ojos avellana. Como desearía que este momento nunca hubiera llegado ni mucho menos ahora que no estoy de humor de que siempre me siguieron recordando sobre este día.
Una vez que llegue a mi habitación lo único que hice fue recostarme en mi cama –la cual era un dosel– tamaño Rey. Abrace con fuerzas una de las almohadas mientras ocultaba mi rostro para comenzar a gritar con furia, no se por cuanto tiempo deje de gritar pero lo único que yo se es que estaba enojada por todo esto lo que me esta pasando. En ese momento escuche que alguien tocaba la puerta de mi habitación, dije en ese instante un adelante pero un tono molesto y frio; la puerta se abrió dejando ver a una mujer entre unos veintitantos años, cabellos rojizos, tez pálida y ojos ambarinos. Ella me dijo que iba a preparar mis maletas, yo solamente gruñí mientras me recostaba en la cama quedando bocarriba con el ceño fruncido. Sentí un peso sobre la cama haciendo que me levantara furiosa de la cama, mire con enojo como aquella sirvienta sacaba alguna ropa de mi armario y de los cajones –
Que estaban también dentro del armario–. Tenia ya en ese momento tres maletas hechas, la sirvienta se retiro de mi recamara no sin antes de hacer una reverencia de respeto. Yo en cambio aun sentía una gran rabia de tan solo de ver las maletas.
Dure horas y horas despierta hasta que luz del día ilumino mi habitación, mire la ventana de mi habitación mientras que el cielo estaba completamente nublado. Va a llover pensé deje escapar un suspiro cansado mientras salía de la cama, en ese momento cuando iba salir de mi habitación frente de mi se encontraba aquel hombre de ojos avellanas junto con dos hombres, el sujeto ordeno que sacaran mis maletas y las llevaran en el auto. El hombre llevo una mano sobre mi hombro izquierdo mientras me decía con una voz tranquila y segura un "vamos despedirnos", no dije nada ni siquiera asentí solamente camine como si nada junto con aquel hombre. Bajamos las escaleras mientras que yo miraba el suelo con molestia y rabia, luego sentí que el hombre me detuvo. Aun tenia la mirada fija en el suelo ni siquiera tenia ganas de ver al sujeto que se encontraba a mi lado, en ese momento note que había dos personas que se encontraban enfrente de mí; lo sé porque pude notar dos diferentes pares de zapatos. En eso escuche a alguien carraspear pero eso no significo que yo levantara mi vista, al contrario, aun la seguía manteniendo en el suelo.
La voz del hombre me llamo diciendo que levantara la vista, gruñí molesta mientras levantaba bruscamente mi mirada, mire fruncidamente a las dos personas quienes se encontraban enfrente de mi. La primera a quien yo vi fue a una mujer entre unos treinta tantos, tez pálida, cabello castaño-rojizo y ojos de color verdes. Ella vestía de una blusa blanca de mangas largas, falda negra hasta la mitad de sus rodillas y zapatos negros de tacón alto. La segunda era chica que parecía unos quince o dieciséis años tenía el cabello rubio-cenizo, ojos verdes, y bueno que más da piel pálida. Ella vestía de una blusa straple morado, pantalón negro y también zapatos negros de tacón alto. Ambas me miraron tristes, pero yo la única verdad de esas dos; estaban felices por dentro.
– Que te vaya bien en tu nueva escuela y en tu viaje, querida. – me dijo la mujer de cabello castaño-rojizo en un tono tranquilo mientras que ella embozaba una sonrisa satisfacción.
– Si, no sabes lo mucho que te vamos a extrañar. – respondió la chica en un tono medio burlón mientras que en su mirada solamente podía ver alegría y satisfacción.
– Lo mismo para ustedes, antes de que me vaya solamente quiero decirte una cosa a ti queridita. – dije en un tono medio molesto y a la vez burlón mientras señalaba a la chica de ojos verdes, quien en ese momento me miro con curiosidad y a la vez molestia. – Espero que te vaya bien en tu nuevo ingresos de clases y además te deseo lo mejor en tus notas.
– Si claro. – comento la chica en un tono medio enojado mientras mostraba una sonrisa forzada.
– Bien será mejor que nos vayamos, porque si no se nos va a ser muy tarde. – dijo el hombre rompiendo la conversación.
– Si, es lo mejor. – murmure enojada mientras miraba a las dos personas quienes se encontraban enfrente de mi. - Bueno, adiós.
Me salí rápidamente de la mansión mientras me dirigía al auto o mejor dicho a una limosina, abrí la puerta de esta para después entrar en él. Una vez que cerré la puerta mire con profundo odio a las dos mujeres quienes se despedían del hombre con un beso, la mujer mayor le dio un beso en los labios mientras que la chica uno en la mejilla. El hombre hizo una señal de despedida con su mano mientras entraba en la limosina, él me miro con algo de nostalgia pero a la vez orgulloso mientras que me sonreía de manera cálida. Mire a los dos hombres con mis maletas en sus manos mientras las metían en la cajuela. Uno de ellos se subió al auto mientras que el otro regresaba a la mansión, el hombre quien tenia el cabello café oscuro comenzó a encender el motor del auto para luego empezar a conducir. Mire por ultima la mansión pero la verdad es que no sentía nada de nostalgia, es más, no sentía en ese momento nada a excepción de una cosa… la libertad.
Emboce una sonrisa satisfactoria creo que por lo menos le agradezco al hombre que esta a un lado mio que me dejo convencer para ingresar en esa escuela que tanto él había estado hablando. Y bueno creo que este será un nuevo comienzo para mí.
Bueno espero que les haya gustado el primer capitulo y lamento mucho la poca información pero es que me gusta darle un poco de misterio. Para el siguiente capitulo ya les diré todo acerca de estas personas.
No olviden comentar.
