Hola!, esta historia lleva en mi mente ya alrededor de unos meses desde que leúi el imperio final de Brandon Sanderson, es uno de esos casos en los que un detalle se me queda en la cabeza hasta transformarse en algo completamente diferente.
Disclaimer: Nada del mundo de Harry Potter me pertenece
Capitulo 1
Ella sabía que las cosas no volverían a ser nunca como antes, su infancia se había ido del todo entre luchas y miedos. Voldemort había manchado todo lo maravilloso que había sido descubrir que había magia en ella. Después de ocho años Hermione Granger había aprendido ver la belleza de la sencillez e incluso de la ignorancia. La guerra le había quitado a sus padres, le había quitado a muchísimos amigos e incluso parte de su fe en la humanidad, había visto tanta maldad durante esa guerra que no estaba segura si un día sería capaz de reír con ganas otra vez.
"Haré lo mejor para ambas"- dijo para sí misma.
Ya no tenía demasiada fe en un mundo mágico que no había aprendido las antiguas lecciones y que ahora se estaba desquitando con mortífagos, sus familias y cualquiera que no hubiese tenido una postura clara durante los períodos oscuros. Los roles parecían haberse invertido, como si fuese imposible para la comunidad mágica vivir sin odio. Era demasiado doloroso para ella verlo y simplemente ya estaba demasiado cansada.
Tomó sus maletas, las acomodó junto a la carriola y cerró la puerta de la casa de sus padres.
No estaba segura cuando volvería, no es que no le quedara nada en Reino Unido, ella tenía claro que Harry y los Weasley se habían vuelto su familia los últimos años pero ellos también entendían que se tuviera que distanciar al menos por un tiempo; la amaban, tanto como ella a ellos y querían lo mejor para ella siempre. Sabían que debía de hacer lo mejor que pudiera por sí misma ahora que tenía otra persona que dependía de ella.
"No te asustes Paris, vas a ver que vas a encontrar precioso Lyon, allá creció mamá y también nuestros abuelos y muchos primos por su parte, es muy bonito"- dijo acariciando la mejilla de la niña castaña de ocho meses.
Había visto caras de compasión por parte de algunos cuando explicaba que los mortífagos habían encontrado a sus padres en Australia, pero que al ir por ellos no se habían percatado que en otra habitación había una bebé durmiendo completamente ajena de lo que pasaba con sus padres. Para Hermione, en cambio, en medio de la pérdida había sido una alegría enorme descubrir que antes de morir sus padres le habían dejado a Paris. Alguna revista mágica malintencionada había dicho de que nada servía su potencial ya que ahora estaba atada a tener que criar a una niña muggle cuando ella misma era apenas una niña pero la realidad es que esa pequeñita regordeta era lo que la había mantenido cuerda las últimas semanas, su única fuente de felicidad.
Hacía muchos años había dejado de pensar que sus padres podrían darle un hermanito; ambos la habían tenido quizá un poco demasiado jóvenes pero ella era muy consciente de que los embarazos muggle no funcionaban igual que los mágicos y que cada vez era más y más riesgoso, al punto de considerarlo imposible. La noticia de que sus padres habían tenido una bebé mientras estaban en Australia había sido una sorpresa enorme y en medio del dolor había, un consuelo. Tenía la fantasía de que ellos la habían dejado como un regalo para que no estuviera tan sola.
"Te encantará bonita, vas a sorprender un poco a todos pero tú ya estás acostumbrada a eso, te van a adorar".
Entonces escuchó a un auto pitar afuera. Se acercó a la puerta y apenas pudo abrir cuando Ginny la apretó en un abrazo.
"Vamos a ir a visitarlas seguido, incluso si nadie más me puede acompañar o mis horarios no se acomodan a los del resto me tendrás allá" aseguró la pelirroja.
Harry detrás de ella sonrió y asintió.
"¿Sabes que el profeta asegura que no hubiera podido sobrevivir a primer año si no hubieras sido mi mejor amiga, teniendo en cuenta eso no te da cargo de consciencia dejarme justo cuando he escogido perseguir los problemas como profesión"
Ella entornó los ojos y esbozó una sonrisa.
"Pues va siendo hora de que se enteren no soy yo ni es la suerte señor auror, mis mejores amigos son las personas más estúpidamente valientes que conozco y de los magos menores de veinte más hábiles que cualquiera haya visto, algo flojos pero hábiles".
Le dolía que Ron no estuviera allí, pero lo entendía. Ella era la que había decidido terminar la relación para concentrarse completamente en Paris, lograr formar nuevas metas y redirigir su vida considerando esta nueva realidad. No era justo que él se detuviera para esperarla, ella creía firmemente que si ellos estaban destinados a estar juntos la vida se encargaría de que lo supieran. Ya no podía pensar más como adolescente y ponerse a sí misma de primero, ahora tenía alguien más en quien pensar y por muy aterradora que fuese la idea de que Paris dependía completamente de ella no pensaba decepcionar a sus papás y mucho menos a Paris.
"Gracias por acompañarnos al aeropuerto chicos, en verdad"
"Eres mi hermana, Hermione" le recordó Harry, "no hay nada que puedas hacer para mantenernos lejos, no sólo a nosotros, Luna está fuera del país pero saber que no te desharás de ella, ni de Neville cada que hayan vacaciones escolares, ni de ningún Weasley y eso incluye a Ron".
"Mi hermano te entiende" dijo Ginny, "creo que desearía no hacerlo, para poder pelear más por quedarse a tu lado pero sabe que Paris debe ser ahora tu prioridad, ayer le dijo a George que lo más difícil es saber que contra ella no va a poder competir jamás. Pero no quiero que te preocupes por él, va a estar mejor, ambos van a estarlo.
Ella lo sabía, es solo que de momento no lo parecía.
"Venga, es hora de irnos chicas, el avión no va a esperar por Hermione y no me gusta hablar como si no nos fueramos a ver seguido cuando todos sabemos que pasaremos metidos en Francia"
Y tenían razón, sus amigos nunca la dejaron extrañarlos. Ron de todos era el que mantenía una mayor distancia pero poco a poco todo iba volviendo a la normalidad entre ellos. Lyon había sido una bendición que había mantenido alejados a los periodistas y cerca una parte de su familia que ya casi había olvidado cuánto extrañaba. Lo cierto es que la familia de su madre era lo más parecido que había visto jamás de los Weasley, no por lo numerosos sino por ese calor que te hacían sentir incluso cuando no compartías sangre con ellos.
Las habían recibido con sorpresa pero aun así con los brazos abiertos. Cada uno de ellos había encontrado su propia forma de demostrar que ellas no estaban solas, pero sobre todo había sido invaluable contar con la abuela Camille que no sólo sabía todo cuanto hacía falta sobre bebés sino que también cuidaba de Hermione recordándole muy a menudo que no debía ser demasiado severa consigo misma en el cuidado de su hermana ya que a fin de cuentas ella estaba aprendiendo, del mismo modo que hacían todas las madres cuando tienen su primer hijo con la diferencia de que ella no había tenido los nueve meses de preparación que tienen todas las mujeres para hacer los ajustes necesarios.
"Paris está tan bien cuidada como cualquier bebé puede estarlo, tus padres se sentirían orgullosos de lo bien que te encargas de ella, pero estoy segura que ellos quieren que continúes con tu vida, siempre presumieron de esa niña lista que tenían y no creo que quisieran que bajo ninguna circunstancia pararas tus estudios"
Ella lo sabía pero en ese momento no quería tener que ver nada con magos y brujas más allá de sus amigos, no quería oír hablar de pureza de la sangre ni de mortífagos, creía que se merecía un descanso de todo eso. Sin embargo no iba a querer estar alejada por siempre, era una bruja, no iba a dejar de serlo, simplemente estaba herida.
Necesitaba una carrera muggle que la ayudara a prepararse para lo que quisiera hacer cuando decidiera regresar y quizá podría estudiar por por correspondencia la especialidad del mundo mágico y sólo asistir a realizar los exámenes tal y como muchos lo hacían. Ella en cualquier otro momento habría preferido asistir a clases a sabiendas de que no es lo mismo tener al profesor allí para preguntar cualquier cosa necesaria que tener que depender completamente de sí misma y de lo que pudiera obtener de los libros pero estudiar a distancia no parecía una opción nada descabellada en ese momento.
"Tú qué dices Issie, no quieres una hermana burra…"
La pequeña niña solo reía tratando de alcanzar la mano de su hermana mayor. Y su abuela le sonrió.
"Ánimo pequeña" le dijo su abuela, "lo que escojas va a estar bien siempre y cuando pienses en ti y en lo que te haga feliz".
La verdad es que a Hermione le hacía un poco de gracia que su abuela fuera tan relajada con su elección profesional, incluso había dicho que no habría ningún problema si escogiera aprender un oficio en vez de optar por una carrera universitaria. Los padres de Hermione jamás hubieran dejado que ella hiciera tal cosa, le habían enseñado desde muy temprana edad que incluso si perdía todas sus pertenencias físicas un título universitario era un seguro que nadie le podría arrebatar, así como tampoco los conocimientos que adquiriera. Era sorprendente que su madre se hubiera criado en un ambiente tan abierto donde las posibilidades eran infinitas y el único requerimiento que se le ponía a quienes vivían bajo ese techo es que hicieran todo lo posible por estar felices y no desaprovecharan las oportunidades.
"¿Y si estudiara diseño de modas?" dijo un poco en broma a su abuela
"Pues entonces tendré el closet lleno de cosas bonitas, siempre fuiste muy creativa"
Su abuela nunca había descubierto que su creatividad estaba directamente relacionada con una buena conexión de internet, le gustaba poder pasar los dibujos de otros y que fuesen iguales, le daba una sensación de logro similar a la que obtenía cuando lograba memorizar un libro completo.
"Eres la mejor Yaya" dijo dándole un abrazo.
Pronto su abuela unió a toda la familia e incluso a sus amigos de encontrar la vocación de Hermione.
"Podrías ser doctora y medimaga" sugirió Luna "ya sabes que obtuvistes las notas necesarias para entrar en San Mungo si así lo quieres y usar los conocimientos de los dos mundos".
"Eso es demasiado largo, en los dos mundos" objetó Harry.
Hermione asintió.
"Además Hermione no va a querer estudiar algo que le quite mucho de tiempo del que necesita para Paris" señaló Ron sonriéndole. "No es que no puedas hacerlo si es lo que quieres, no conozco a nadie tan inteligente como tú pero sé que para ti es muy importante en este momento tener tiempo con Issie, yo más bien pienso que talvez puedes dedicarte a ser traductora. Los idiomas son los mismos en el mundo muggle y el mágico y podrías dedicarte a traducir libros mágicos y seguir aprendiendo cosas toda la vida, ya podrías hacerlo desde el francés y español. Incluso podrías trabajar para muggles ahora que no quieres tener que ver mucho con el mundo mágico".
Todos se le quedaron viendo al pelirrojo en silencio
"¿Qué?" preguntó
"Pues que esa es una idea bastante inteligente" señaló Ginny
"Claro que lo es, a Hermione le encantan los libros"
La verdad es que de todas las ideas que habían pasado por su cabeza, la de Ron en ese momento también era la que más le gustaba, era bastante práctica. Ella era muy joven aún y sabía que después podría estudiar otras cosas, el derecho mágico siempre la había atraído especialmente, pero ser traductora era algo que la ayudaría a estar cerca de su hermanita ya que podía tomar trabajo para casa, era algo que podría hacer en Francia o Inglaterra sin ninguna dificultad.
"Creo que voy a considerar esa idea de verdad" le respondió
"Lo que decidas lo harás bien" la tranquilizó Neville. "Paris tiene muchísima suerte de tenerte"
Hermione le sonrió. Agradecía mucho saber que no estaba sola, que estaban todas estas personas respaldándola, confiando en ella y en sus capacidades incluso cuando ella no estaba muy segura. Desde que había huido con Harry y Ron luego de la boda de Bill y Fleur todo en su vida había sido incierto, una completa montaña rusa de emociones pero no podía decir que hubiera estado por su cuenta alguna vez y sabía que decidiera lo que decidiera ellos seguirían allí, confiando en ella e insuflandole fuerzas.
Quizá el primer paso para que su vida fuera por un rumbo completamente inesperado para ella y para todos era la llegada de Paris a su vida, o quizá fue precisamente ese día rodeada de sus amigos cuando había empezado a valorar la decisión de convertirse en traductora, realmente no lo sabía, sin embargo años más tarde aseguraría que ella no había escogido su vida, que su vida la había escogido a ella y que no podía parar de agradecer por ello.
Siete años después
Draco Malfoy estaba un poco inquieto por la reunión que tendría a continuación. Lo cierto es que su relación con Hermione Granger nunca había sido ni por asomo lo bastante buena y admitía que la mayoría de la culpa era suya. Sin embargo la chica había ido a testificar a su favor en su juicio y él sabía que ella quizá había estirado un poco la verdad, así que no creía que ella fuera una persona que gastara su vida alimentando resentimientos del pasado, como lo hacía la mayor parte de la comunidad mágica.
Por lo menos tenía la esperanza de que le diera una oportunidad y escuchara lo que tenía que proponer.
Entró en un pequeño edificio y subió hasta el cuarto piso por el ascensor muggle. Aún le parecía un poco sorprendente ver todas las cosas que los muggles habían creado sin el uso de magia. Su padre le había enseñado que las personas no mágicas eran débiles e idiotas, sin embargo luego del tiempo que el Ministerio le había obligado a pasar sin varita y fuera del mundo mágico había aprendido que la falta de magia sólo había dado pie para que estos usaran las mismas cosas que estaban en la naturaleza y que los magos no habían vuelto a ver porque no tenían propiedades mágicas. Ahora consideraba que incluso los magos se encontraban en desventaja, se habían visto un poco conformistas despreciando los avances muggles.
Entró en el piso donde estaba la oficina de Granger. Afuera había una secretaria rubia y sumamente delgada y una recostada sobre un sofá mientras sostenía con las manos un libro que parecía demasiado grande para ella.
"Buenas tardes señor Malfoy, la señorita Granger enseguida lo atenderá"- dijo la secretaria- "Issie qué te parece si te sientas como es debido y le dejas un espacio al señor Malfoy".
La niña obedeció y lo miró fijamente. En el momento que él se sentó lo evaluó con una seriedad que no parecía nada propia de alguien de su edad. Era una copia exacta de Hermione Granger, no entendía cómo era posible que tuviera una hija tan grande y no estuviera enterado.
"Buenas tardes señor Malfoy, sabe he escuchado muchas historias sobre usted, espero que sea más agradable ahora de lo que era en Hogwarts".
"¡Paris Wyatt!" la regañó la secretaria.
"¿Qué quieres que te diga Ellis?; alguien tiene que cuidar a mi mamá, Ron siempre dice que es demasiado buena y yo creo que tiene razón. Ron siempre ha dicho que los Malfoy no son de confianza y le mandó un vociferador a mamá por siquiera considerar atenderlo pero ella dice que ya ha pasado mucho tiempo y que no vale la pena estar molesta por cosas que pasaron hace tanto. Ron dice que hizo muchas cosas malas pero mi mamá dice que la mayoría de esas cosas no fueron su culpa, ¿quién diría usted que está en lo cierto señor Malfoy?".
Él sonrió, sí era una copia exacta.
Draco sonrió, la realidad es que no estaba acostumbrado a que las personas le hablaran tan directamente de su pasado. Todos sabían cuál había sido el lugar de los Malfoy durante a época oscura, por supuesto, pero las personas más bien procuraban mantenerse lo bastante alejadas por lo general. Incluso, con todas las cosas que había embargado el Ministerio de Magia, su familia seguía siendo una de las más adineradas de Reino Unido así que eran más bien pocas las que personas que se plantaban como esa niña que estaba frente a ella. Era una digna hija de Hermione Granger.
"A veces las personas no tienen toda la verdad" le explicó " como si la verdad se dividiera en muchas partes pequeñas y yo creo que esta es una de esas veces. Puede que tu mamá tenga un poco de razón pero eso no significa que Weasley esté diciendo mentiras".
"¿No entiendo, como una persona puede pensar lo contrario de la otra y que aún así ninguno de los dos estén equivocados señor Malfoy?"
"Talvez tienes unas opiniones demasiado duras para alguien de tu edad, ¿cuántos años tienes?"
La niña lo miró con desdén
"Siete y creo que nunca es lo suficientemente temprano para tener opiniones sean las que sean, eso dice siempre mi mamá"
Draco sonrió.
"Pues claro que piensa eso, estamos hablando de Hermione Granger, después de todo. Eres idéntica a ella niña".
"París y se lo agradezco Señor Malfoy"
El rubio esbozó una media sonrisa. No es que él hubiese dicho eso como un cumplido, se acordaba aún de Granger a los once años con la mano levantada y dando saltitos en su asiento, se acordaba mucho de sus expresiones de entonces y no estaban muy distantes de las de Paris, la genética hacía cosas increíbles.
"Señor Malfoy la señorita Granger está lista para atenderle". Le indicó Ellis
Draco se levantó y entró donde le indicaron
La oficina de Hermione Granger era moderna pero bastante sobria. Tenía algunos títulos colgados en las paredes, un par de fotografías en su escritorio. Todo era justo lo que esperaba menos la mujer que tenía al frente. No estaba seguro si era su mente en donde se había convencido de que Granger era una mujer espantosa pero lo que tenía al frente no tenía nada que ver con las ideas que tenía. Hermione Granger tenía unas facciones finas bastante peculiares, toda ella era bastante delgada pero no de mala manera. Casi podría decir que era hermosa.
"Tengo que decir que me sorprendió mucho tu carta Malfoy, hay muchos traductores en Reino Unido que estarían felices de ponerle las manos a los archivos de Malfoy Manor. Hubiera pensado que preferirías trabajar con cualquiera de ellos antes que con una hija de muggles con la que además tienes algunos antecedentes no demasiado alentadores"
Él esbozó una sonrisa. Un rostro hermoso pero la misma actitud irritante de siempre, había algunas cosas que no cambiaban.
"También me alegro de verte Granger" dijo él con acidez
Ella torció el gesto.
"Me gustan las cosas bien hechas Granger y ya no soy el adolescente que cree a rajatabla todas las cosas que decía mi padre, la guerra también fue dura para nosotros , no sólo para las personas que estuvieron de tu lado. Además el trabajo que quiero que realices es un poco delicado, necesito una persona en quien confíe plenamente…"
"¿Y confías en mí?" interrumpió Hermione con extrañeza.
Ella se consideraba a sí misma una persona competente y confiable pero parecía sumamente raro que Draco Malfoy lo pensase.
"No te he visto en años Granger así que no puedo asegurar que esto no sea un riesgo pero creo que te conocí bastante bien cuando estábamos en el colegio. En ese entonces sólo me parecías muy irritante pero estaba un poco obsesionado con hacerte la vida imposible a ti y a tus amigos y para hacer eso era necesario prestar atención. Cualquiera con dos dedos de frente podría ver lo inteligente y lo dedicada que eres cuando te comprometes en una tarea y supongo que además eres la persona más leal que conozco".
Hermione lo miró con desconfianza. A ella casi le parecía más preocupante que se deshiciera halagos para ella a que la insultara o la tratara de sobornar para conseguir lo que quería.
"Qué te traes entre manos"
"Hacer enfadar a todas las familias que aún tienen en alta estima la pureza de la sangre en todo el continente y recuperar un poco el honor de la familia Malfoy" dijo esbozando una media sonrisa. "Puede que no lo entiendas del todo Granger porque tu naciste y creciste como una hija de muggles que no eran demasiado adinerados para pensar en esas cosas pero la mayor enseñanza que le debo a mis padres es el respeto a mi apellido y linaje".
Ella torció el gesto con desagrado. Draco sabía que si quería su ayuda más le valía empezar a explicarse mejor.
"Granger yo ya no creo que sea superior a ti por haber nacido mago, pero creo que todas las personas debemos dejar un legado. Me siento orgulloso de ser un Malfoy porque muchas personas de mi familia han hecho grandes aportes al mundo de la magia, pero todo lo que ellos hicieron ahora ha sido ensuciado por lo que hicimos mi abuelo, mi padre e incluso yo. Puede que tenga hijos que se van a sentir muy avergonzados por su apellido si yo no hago algo para remediarlo, pero incluso si no los tuviera creo que todas esas personas que hacen que me sienta orgulloso de llevar el apellido que llevo merecen ser recordados como algo más que por ser parte de una familia de mortífagos".
Hermione lo miró con asombro. La verdad es que de algún modo ella sabía que estas cosas eran importantes para familias sangre pura, incluso los Weasley que eran muy abiertos en cuanto a nacidos de muggles y que siempre habían luchado al lado de Dumbledore podían citar generaciones y generaciones de antepasados que habían hecho cosas importantes. Ella podía entenderlo ahora que dedicaba un tiempo importante hablándole a Paris sobre sus padres y lo orgullosa que debía sentirse por ser hija de ellos. Sería horrible que Paris hubiera nacido en un mundo como el que se imaginaba que nacerían algún día los futuros niños Malfoy, sintiendo vergüenza por formar parte de la familia a la que pertenecían y sintiendo que no había nadie en casa a quien admirar.
"De acuerdo, entiendo pero no veo como una traducción va a ayudarte a limpiar el nombre familiar" señaló la chica
Draco supo que había llegado justo a donde quería, había conseguido que Granger lo escuchara de verdad, el resto sabía que sería más simple.
"¿Has escuchado de la Crisoquimia?"
La castaña frunció el ceño y sacudió la cabeza.
"Durante siglos los sangre pura han creído que no tener antepasados muggles los hace especiales y la Crisoquimia era la prueba de que realmente éramos mejores, un tipo de magia que sólo los sangre pura eran capaces de dominar. La capacidad de almacenar conocimientos dentro de joyas, más conocimiento de lo que es capaz de almacenar cualquier ser humano promedio y pasar esos conocimientos de generación en generación. Acumularlos para poder acceder a ellos de en el momento que quieras."
Hermione se quedó con la boca abierta ante lo que el rubio le decía, todo ello parecía una completa ridiculez y sin embargo había algo que la hacía pensar que tal vez las palabras de Draco Malfoy no eran tan descabelladas como sonaban. Una de las cosas que había señalado Slughorn en el club de las eminencias es que siempre había tenido muchos más alumnos destacados que eran sangre pura y que esto no era porque los hijos de muggles y los mestizos fueran incompetentes pero que no podía dejar de preguntarse si había en verdad algo ligado a la sangre. Ella se había molestado mucho esa vez y sin embargo después de ese evento no había podido dejar de notar que en determinados cursos los Slytherin se lucían mucho más que las otras casas, especialmente runas antiguas.
"Estás consciente de que todo lo que dices suena como locura y que va a ser mejor que tengas alguna forma de probarlo si quieres que tome en serio lo que sea que te hizo venir hasta aquí".
Draco asintió y le mostró una pulsera de oro y para sorpresa de Hermione empezó a recitar letra por letra el libro de Mil hierbas mágicas y hongos. Lo había traducido hace un año al francés y aún lo tenía bastante fresco en su cabeza.
"No usas varita" señaló Hermione
"Es imposible hacerlo con varita por eso no es muy habitual que veas a estudiantes que lo realicen en Hogwarts a menos que de verdad tengan talento, siempre hay dos o tres lo bastante competentes en cada generación, depende mucho de la importancia que le den sus padres de darles a sus hijos la formación adecuada en estas áreas. Granger te estoy contando el secreto mejor guardado de los Sangre pura y quiero que entiendas que me juego el cuello en esto pero sabrás que el buen nombre de mi familia parece irrecuperable".
"Lo entiendo" respondió la chica mirándolo fijamente". Sin embargo no entiendo donde vengo a caber yo en todo este asunto, a menos que a lo que en verdad hayas venido sea a demostrar que los sangre limpia son aparentemente superiores aunque sea en algún sentido, lo cual hablaría bastante mal de tu grado de madurez".
Draco Malfoy sacudió la cabeza.
"Muchas de las mente-oros, que es como se les llama a las joyas en donde se almacenan estos conocimientos, están guardadas en inglés antiguo, runas y supongo que otros idiomas que ahora mismo no preciso. Lo que te puedo decir es que el archivo de mente-oros de los Malfoy guarda libros completos que tienen siglos de haberse perdido, incluyendo los diarios de Helga Hufflepuff y los libros escritos por Godric Gryffindor y Salazar Slytherin, mi padre siempre dijo que ninguna familia sangre pura se había preocupado más por acumular conocimiento que los Malfoy, aunque lo cierto era que todo eso era más por el orgullo familiar que por la verdadera utilidad de la información, me gustaría veas lo que tenemos y valores lo que sería tal vez más relevante para la comunidad mágica publicar".
Hermione en ese momento pudo observar como Draco Malfoy poco a poco se había ido convirtiendo en un hombre diferente de lo que había sido Lucius Malfoy, no estaba convencida de que fueran a ser amigos, ni siquiera sabía si era buena persona pero era claro que su modo de lograr las cosas que quería eran muy diferente a la de su padre. Aparentemente el hecho de que Lucius Malfoy buscara su reconocimiento estando a la par de personas poderosas y sobornando en cuanto funcionario quisiera cerrarle el paso hacia sus objetivos, había formado en su hijo la actitud opuesta. Todo parecía indicar que Draco Malfoy no se quedaba sentado esperando una oportunidad para lucirse ante todos los magos y brujas del país, él mismo había salido a buscar las oportunidades aún cuando parecía que revelar este secreto podría traerle algunos problemas futuros.
"¿Dices que tendrás problemas con las familias sangre pura si publicas estas cosas pero no te importa?"
El rubio levantó los hombros
"No realmente, las personas que realmente me importa conservar en mi vida que son mi madre y mis amigos, puede que se molesten un poco al inicio pero van a superarlo y a los demás hace bastante que les he perdido en miedo. Además será algo divertido burlarme de toda la formación que he recibido toda la vida demostrando que una nacida de muggles de hecho puede perfeccionar la crisoquimia".
La verdad es que después de como los mortífagos habían tratado a su familia Draco consideraba un pago más que justo tener la potestad de sacar a la luz una parte de la historia que ahora pensaba que quizá nunca debió estar resguardada a una élite.
"Malfoy parece que realmente estás decidido a hacer que tu padre se revuelva en la tumba"
Èl sonrió un poco mientras evaluaba a la castaña.
"Y parece que la pequeña sabelotodo que detesté toda mi infancia aún se emociona por un buen libro, y estás de suerte Granger porque tenemos toda una biblioteca gigante con cientos de cosas a las cuales meterle las manos. Lo que te ofrezco es la mitad de las ganancias de todas las publicaciones, lo cual sé que te generará unas ganancias lo suficientemente considerables y a mí hacer mi propia contribución a la cantidad de oro en la bóveda familiar. Necesitarás ir a Malfoy Manor para tus lecciones de crisoquimia Granger, no creo que sea adecuado que se lleven a cabo un una zona muggle.
Malfoy Manor, Hermione no estaba dispuesta ir a ese lugar, puede que Draco Malfoy olvidara ciertas cosas con facilidad pero su gusto por aprender no nublaba su entendimiento a tal grado que no la hiciera fijarse en las cosas que habían pasado hace años en ese lugar, no podría volver a cruzar esas puertas por ningún motivo sin recordar todo el dolor que había sufrido al ser torturada por Bellatrix Lestrange. El rubio por su parte vio como las facciones de su excompañera se ensombrecieron de golpe, no necesitaba leer sus pensamientos para saber qué era lo que había llegado a su mente. No se trataba de que ella lo estuviera juzgando a él como lo hacía mucha de la gente que se topaba, de ser así jamás hubiese aceptado una reunión, pero su familia, él mismo le habían ocasionado dolor en el pasado y en su propia casa Granger había tenido que atravesar por una situación por la que nadie debería y mucho menos a los dieciocho años. Había sido idiota de su parte no considerar esto.
"Tal vez podría enseñarte en tu casa, o podría alquilar algún local Granger, no quiero que te sientas incómoda. Esto es una relación profesional que nos va a llevar algún tiempo así que es necesario que estés cómoda, puedes?".
Ella agradeció que él comprendiera y no tener que hacer una referencia directa al asunto. Nunca había hablado sobre lo que había pasado en ese vestíbulo con nadie, ni siquiera con Harry, Ron o Luna que habían sido capaces de escuchar parte de la tortura a la que había sido sometida.
"Malfoy no sé si estoy haciendo una tontería pero me siento muy curiosa sobre la crisoquimia y lo que se pueda encontrar en esas joyas que guardas, sin embargo tengo un trabajo propio, una hija que necesita de mi tiempo, más ahora que se encuentra en vacaciones, sin embargo creo que podríamos vernos un día por semana aquí mismo, no debes preocuparte por los muggles, tendré el edificio en condiciones para la próxima semana".
El rubio asintió, eran unas condiciones más que satisfactorias.
"Estoy completamente de acuerdo Granger" respondió él. "Hasta la próxima semana entonces".
Y así sin más empezó su relación laboral con Draco Malfoy, sin disculpas ni explicaciones del pasado, simplemente caminando desde el presente, de las personas que ambos eran ahora.
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