James Potter, Remus Lupin y Petter Pettingrew estaban reunidos en la sala común de Gryffindor, se habían escabullido en la noche, mientras Sirius dormía profundamente en su cama, nunca iban a ninguna parte sin él, pero esta vez era especial.

-Os preguntareis por qué os he reunido aquí a estas horas y sin Sirius-empezó para sorpresa de ambos merodeadores Remus.

-Porque te gusta despertarnos siempre antes-respondió James bostezando-pero esta vez te has pasado de hora, ni siquiera ha amanecido.

-No, porque dentro de una semana es el cumpleaños de Sirius-respondió el hombre lobo.

-Eso ya lo sabíamos-asintió James-como hermano mio que es.

-¿Le vamos a preparar una fiesta?-preguntó el nervioso Peter-¿con tarta? ¿Y cervezas de mantequilla? ¿Y...?

-Si, Colagusano-interrumpió Remus-pero ahora estamos hablando de el regalo que podemos...

-Yo voy a regalarle una colonia-informó James-porque a veces huele a perro mojado, si sabeis a lo que me refiero...

-Yo voy a regalarle una botella de whisky de fuego y unas ranas de chocolate-añadió Peter.

-¿Quereis dejarme hablar de una vez?-preguntó Remus enfadado-lo que he pensado que podemos hacer, es regalarle una... cosa especial.

-¿Como de especial?-preguntó Peter.

-¿Katie Stilson va a salir de la tarta?-preguntó James.

-¡Que no!-exclamó Remus-he pensado en hacer algo como... esto.

Le dio un trozo de pergamino a James y Peter, y leyeron: Sirius Black, lo que probablemente no sabías sobre él.

-Joder, Lunático, ni que lo fueran a entrevistar en El Profeta-comentó James.

-Es una idea bastante buena-opinó Peter.

-Exacto, así podremos demostrarle todo lo que lo conocemos... y reirnos un poco-concluyó con una sonrisa merodeadora.

-Y yo que pensaba que tu eras el formal...-sonrió James-¡ Hagámoslo!