Perdida.
Así es como me siento cuando no estás.
Ya no puedo tener en cuenta la utopía que me resulta el tiempo, no le encuentro razón a la razón.
Anhelo tanto abrazarte, pero temo que no me quieras.
No sé que es peor, sufrir por lo inconcluso, o por la realidad.
Deseo que de una maldita vez te des cuenta de que aquí estoy, que olvides el pasado, que me veas como tu futuro.
Me da igual si no es como un amor, al menos como tu familia, como tu amiga, tu hogar, parte de tu corazón.
Pero eres un testarudo
Tanto que no te das cuenta de que aunque los demás sean felices, tú estás perdiendo tu oportunidad de vivir.
Aún quieres cumplir sueños ajenos, creyéndote falsamente responsable de todas y cada una de las desdichas de los demás.
Pero yo sólo te culpo por una: la mía.
¡¿Por qué siempre estás tan presente en todo lo que yo hago, maldita sea?!
Me duele saber que no estás, que aunque grite y llore no vendrás a mí, me duele saber que no te das cuenta de mi dolor.
Me duele mirar tus ojos dorados, me duele tanto amarte, Ed, cuando debería odiarte...
Pero así es, te tengo dentro, muy dentro, eterno, imposible de arrancar.
Y aunque duela, no me queda más que esperar.
Te espero aún, Edward...
Estúpida soy porque sé que no volverás, y aún te quiero.
Y aún me muero, lento y despacio, imperceptiblemente, como siempre.
Mi vida consta de ti
Te espero Ed, aunque ya sé que acabó el final...
Te espero...
Winry Rockbell
