[Fan-Fic]

Cαfέ siи Azύcαя

Brick & U. Blossom

Summary: Brick no come azúcar por nada del mundo, Blossom curiosa le pregunta el por qué, causando en él un enojo mortal que lo orilla a comportarse como todo un RowdyRuff Boy antes de la tregua que formaron ambos equipos desde ya hace algún tiempo. Pero, ¿por qué Brick no come azúcar?

Advertencias: Diminuta participación de Princesa, ¡no me maten!

Disclaimer:

PowerPuff Girls © Craig McCracken

Café sin azúcar © Adilay Himelric

Notas de Autora: Como es mi cumpleaños, hice este fic debido a que aún es temprano y yo ya no puedo dormir xD Ademáspara invitarlas (os) al foro que hice apenas sobre las PPG.

No está feo, pero seguramente en algunas semanas comienza a funcionar con todas las normalidades posibles. Pues dije: ¿Por qué no?


Notas actuales:

Ehm, sé que he descuidado este fic demasiado tiempo, pero he decidido retomarlo y remodelar los capítulos para llevar a ustedes historias de mejor calidad; gracias por la espera y de nuevo vamos a comenzar.


CAPÍTULO

I

En la Escuela

La ciudad de Saltadilla, una ciudad hermosa que disfruta de otro día de tranquilidad gracias a sus extraordinarios héroes; los cuales esperan ansiosos el fin del curso escolar para gozar de las extraordinarias playas y jacuzzis que seguramente disfrutarían hasta el hartazgo.

Ya solo falta ese día para librarse de los profesores del séptimo grado y disfrutar de las vacaciones Navideñas, por lo que resistirían todo impulso de estupidez hasta entonces. Cuando al fin fuesen libres.

Los alumnos de la segundaría de Saltadilla se preparaban mentalmente para él último día del tormento escolar, cosa que no era muy diferente a lo que pensaban los 6 héroes de la ciudad.

Las malas clases, los enemigos (criminales con y sin poderes), tan solo bufones, simplones, malvados y fracasados, todos ellos ya habían sido derrotados hasta el cansancio, algunos amigos y otros conocidos estarían en sus asuntos mientras ellos disfrutaban de los mejores hoteles después de varios años de protección continua.

Y los héroes junto con las heroínas no podían esperar más, eso agregando la muy esperada Navidad, regalos, villancicos y más regalos eran lo más ansiado por los niños y jóvenes de aquella pacifica ciudad.

Oh y los RowdyRuff Boys y las PowerPuff Girls no eran la excepción.

Aunque claro solo faltaba el muy amado: viernes, y al fin todo terminaría por el momento.

En realidad, para el mayor de los chicos ex criminales, Brick, el viernes era sagrado, fuera el viernes que fuera… para él el viernes era el día del café.

Por lo que nada más al encontrarse con su vendedora predilecta de nacionalidad latina, Brick se detuvo frente a ella y le habló:

—Un café negro sin azúcar —ordenó Brick a la vendedora ambulante que estaba estacionada afuera de la secundaría de Saltadilla (como siempre), con pocos alumnos alrededor lagañosos y cansados, a solo unos veinte minutos de entrar y esperar con ansias el cierre de ciclo.

El reloj en la muñeca de Brick marcaba claramente: 7:21 am.

—¡Hola Brick! —gritó una pelirroja que curiosamente, después de muchas batallas, se había convertido en su aliada terminando la primaria.

Si le preguntasen a Brick, él podría decir que fue gracioso ese acuerdo, sobre todo con Butch y Buttercup.

»¡Vete al diablo! —le grito Butch cuando Buttercup se vio obligada a ofrecerle su mano por órdenes de Blossom.

»¡Hijo de…! —fue la contestación de Buttercup antes de abalanzarse encima de él. Peleando de nuevo escuchando las risas de los chicos azules y los rojos, quienes por cierto, estaban bastante golpeados por su batalla anterior, la cual sería la última que tendrían como enemigos.

—Blossom… —murmuró el joven antes de beber un poco del café.

—¡Uf! —suspiró ella haciendo caso omiso a la expresión de su colega—, salí tan rápido de casa no pude esperar a Bubbles ni a Buttercup —río un poco como si hubiese contado un chiste—. Ni mucho menos pude desayunar —de su mochila saco unas monedas—, espero que ya hayan llegado —movió su mano al otro extremo de la mochila con dificultad sin encontrar el dinero que necesitaba para poder comprar su clásico capuchino adjunto a las donas de chocolate con polvito blanco arriba de sabor tan dulce que incluso la heroína ya estaba babeando—. Pero… ¿dónde está?

Brick rodó los ojos, esa niña siempre olvidaba todo; menos mal que la cabeza la traía pegada al cuerpo de lo contrario Brick sabía que también se le olvidaría.

—¿Podría darle a esta boba un capuchino y dos donas de chocolate polvoreadas? —le preguntó a la mujer quién no se había perdido de nada de aquella conversación; después de todo no era muy común que los RowdyRuff Boys y las PowerPuff Girls se hablaran fuera del campo de batalla.

Se podría decir que la, aún presente, falta de confianza los orillaba a no frecuentarse tan seguido fuera de las batallas. Después estaban Boomer y Bubbles quienes se llevaban de maravilla, tan de maravilla que corría el rumor de un supuesto noviazgo, algo que ambos por razones obvias (sus respectivos hermanos), han estado negando.

La vendedora sonrió y asintió sacando un vaso nuevo de unicel.

—¿Qué haces? —preguntó Blossom un tanto sorprendida y algo emocionada por tal acto del pelirrojo. Éste la miró serio.

—No te emociones, porque me pagarás después —y sacó un poco más de dinero de su bolsillo del pantalón para dárselo a la mujer después de que ella le extendiera la orden a Blossom.

La pelirroja lo aceptó y vio con detenimiento cómo Brick pagaba por ella. Qué mal que tendría que pagarle, eso arruinaba el encanto.

—Gracias… —susurró complacida, Brick la miro y dio un sorbo más a su propio café; giro su cuerpo para darle la espalda al muchacho y decir:

—Entremos ya.

—Sí —respondió en seguida.

El pelirrojo comenzó a caminar por lo que ella decidió hacer lo mismo, el profesor en turno no solía ser estricto por lo que si ella aparentaba tener mucha hambre, el maestro no dudaría en decirle: "está bien, Blossom". Una técnica un tanto rebuscada pero muy buena para comer en el salón de clases.

Los ojos rosados llevaban un tiempo analizando a Brick, cuya butaca se situaba a un lado de la suya, del lado derecho para ser más precisa, él miraba su vaso con café y ella lo miraba a él. Desde ya hace dos clases que Blossom había terminado con su capuchino y con las dos donas, pero él no llevaba ni la mitad de su café. Eso era raro ya que por muy caliente que estuviera el delicioso líquido, Brick se la pasaba como agua todos los viernes.

—¡Psss! Brick —llamó Blossom inclinándose un poco hacia la derecha posando la mayoría de su peso en el codo apoyado en la butaca de madera. Él la miro de reojo e hizo un movimiento de cabeza haciéndole saber que tenía algo de su atención—, ¿qué te ocurre?

—Nada —se limitó en contestar, giro de nuevo la cabeza tomando el vaso de café y dándole un sorbo más. Blossom torció la boca nada conforme con esa diminuta palabra.

Algo en el chico a Blossom no le gustaba y estaba dispuesta a sacarle algo más reconfortante de una manera u otra, estaba mal ya que ella no era nada más que una aliada, pero era una aliada preocupada por su ex enemigo.

Blossom se levantó y le quitó su café a Brick; éste se paró de su asiento molesto.

—¡Pero ¿qué diablos te pasa?!

—Nada —contestó regresando a su asiento sin dejar que el chico de la gorra le quitara el café.

—Dámelo —ordenó con seriedad.

Se notaba que ella deseaba iniciar una pelea entre ambos, al parecer ya lo extrañaba; o al menos eso pensó Brick.

—Quítamelo —retó Blossom mostrando una sonrisa arrogante; había descubierto algo nuevo hoy, ver a Brick molesto era algo excitante.

—No me provoques Utonio —gruñó entrecerrando sus ojos un poco más dando a entender que estaba por explotar y sacar a flote su RowdyRuff Boy peligroso y ya no tan infantil.

Oh no, la había llamado por su apellido… eso significaba problemas.

—¿Que no te provoque? Bien —y valiéndole mierda la advertencia, Blossom bebió del café escupiéndolo en la cara del pelirrojo de forma repentina—. ¡Puaj! ¡Qué horror! ¡Esto no tiene azúcar!

—¡Pues claro que no! —aún con la cara mojada le arrebato el vaso—, ¡odio el azúcar! —agregó furioso.

—¿Odias el azúcar?

—¿Hay eco aquí o qué? —interrumpió otra pelirroja risada vestida con un atuendo que parecía de otro país; un muy lujoso y empalagoso atuendo al estilo de Disney—. Escuchen, yo no tengo ni la menor idea de lo que ustedes quieren lograr con esta pelea absurda —acomodó su tupido pelo con un movimiento refinado de cabeza y siguió—: pero quiero que se callen porque mi papi me está llamando desde la India y con el pleito de ambos yo…

Y Princesa Morbucks no terminó de quejarse ya que Blossom la congeló con su aliento de hielo. Tan harta como Brick lo estaba.

Brick por primera vez en su vida quiso arrancarle la cabeza a una niña corriente. Y no cualquier niña corriente sino esa presumida de Princesa Morbucks, lo peor era que aunque pudiera hacerlo, no se le estaba permitido… aunque él nunca fue gran seguidor de las reglas. Lamentablemente para poder vivir cómodamente en Saltadilla debía cumplir con la norma de "no matar" fuese como fuese.

Maldito el momento en el que Brick comenzó a preguntarse cada vez que hacia un movimiento en la ciudad: ¿y qué pasará después?

—Ahora sí, ¿en qué estábamos? —preguntó Blossom antes de ver como Brick seguía observando a Princesa. Blossom frunció el entrecejo—, ¡te estoy hablando!

—Ya sé que me estás hablando —gruñó antes de tomar lo último de café.

Ella estaba acabando con la poca paciencia que él tenía, y eso era malo.

Lo que ninguno de los dos notaba en medio de su pequeña charla, era que al fondo del salón estaban los 22 alumnos restantes viendo emocionados en espera de una pelea entre ambos líderes, el maestro casi temblando al frente de todos los alumnos parecía tener un ataque de pánico.

Mientras tanto Buttercup estaba haciendo apuestas con Butch, y Bubbles reía comiendo unas palomitas (que compró a fuera de la escuela) junto con Boomer.

—Chi-chicos —trató de articular el profesor de canas notorias, puntas de tono negro y ojos de color verde con varias arrugas en el rostro.

El pobre hombre llevaba una postura demasiado encorvada que daría a entender el pesado trabajo que solía llevar en su juventud y una voz tan acabada y seca llena de miedo. Llevaba también un atuendo que constaba de un pantalón de vestir café oscuro y una camisa blanca que contrarrestaba con esas botas negras.

Pero nada de eso ablandó a los 2 líderes.

—¿QUÉ? —exclamaron ambos alumnos viendo a los demás. Sobre todo a los dos verdes cuyas risas tomaron más intensidad.

—¡Te lo dije! No iban a pelear —pronunció Butch entre risas, carcajadas y patadas al suelo que por suerte no causaron hoyos que tendría que reparar después—. Solo es otra de sus estúpidas discusiones.

Buttercup bufó entre molesta y decepcionada sentada en otra butaca atrás de él metiendo la mano en su mochila.

—Bien, toma —le dio un billete al sonriente Butch—, veinte dólares como quedamos —murmuró unas cuantas maldiciones después de escuchar como su contraparte brincaba de la alegría de haber ganado (una vez más) en una apuesta contra Buttercup.

—¡Oigan! —gritó Brick.

Todos lo miraron, vaya; bueno, Brick ya sabía que dejar de infundir el temor en los habitantes de Saltadilla le causaría problemas a la larga. Se mofaban de él y a la vez parecían temerle aún.

—¿Podrían… largarse?―sus ojos se tiñeron de un rojo aún más encendido; era claro el mensaje, tanto que incluso los hermanos de ambos líderes salieron por esa puerta, azotándola al final.

Brick se giró hacia Blossom.

—Ahora tú —miro a la pelirroja furioso quien por obvias razones, prefirió no seguir picando a Brick por el día de hoy—, ¿acaso es mucho pedir que tan solo por un día te quedes callada?

Blossom pudo notar la gran energía de Brick salirse de control en cada palabra, eso sin mencionar que su mirada se tornó más pesada.

—Mmm —bajó la mirada, tal vez fue un mal día para molestar al RowdyRuff Boys. Y lo malo no había acabado ya que él la tomó del mentón y la obligo a verlo.

—Con-tes-ta.

Blossom hizo una pausa automática en su mente. Brick la tenía justo delante de él, su nivel de furia estaba hasta las nubes y sus ojos rojos podrían hacerle competencia a los del mismísimo Him, Blossom tragó saliva, ¿qué debía hacer?

—E-es que… yo n-no…

¡Eso es! Tartamudear y ponerse el letrero de "Tonta asustada" en la frente.

Brick la soltó y suspiró tratando de calmarse, Blossom no era quien realmente lo había estresado así; sino el idiota de Mojo quién nuevamente hizo algo estúpido que lo marcaría de por vida, ¿y qué fue?

Se ponía molesto cada vez que lo recordaba.

»Vamos Brick, toma esto —le había dicho Mojo hace unos meses (antes de hacer el pacto de paz con las PPG) sosteniendo un bote transparente con líquido verde claro, tan claro que podía verde la cara del simio a través de ella.

»¿Pero qué es? —miro desconfiado la botellita de posiblemente 10cm.

»Sólo un pequeño experimento, tranquilo ya que si todo sale bien… te hará más fuerte —contestó con una sonrisa malévola en su rostro, cosa que no extraño a Brick por dos motivos:

1. Solía ser un niño ambicioso y la palabra «fuerte» lo distrajo del mundo.

2. Porque ver en la cara Mojo una felicidad maliciosa no era nada anormal.

Así que sin medir consecuencias le arrebato la botella, impulsado por el deseo de ser más fuerte, le quitó el corcho y bebió hasta la última gota.

»Eso es mi pequeñín, bebe todo.

Si, un error fatal.

Lo que paso después no fue nada agradable, los efectos secundarios lo persiguen hasta esos días; al principio no lo sospecho ya que su fuerza aumento, Blossom ya no le era complicada de vencer (incluso ella se sorprendió al ver tanta fuerza) cosa que elevó su ego de sobremanera. Pero no tardó en darse cuenta de un pequeño detalle cinco días después de luchar por cinco horas contra el mismísimo Him, quién terminó peor que una lámina vieja, la energía embargada en su cuerpo aumentaba y por más enemigos y delincuentes que derrotó. No le hacía sentirse satisfecho, hasta ese día en el que comprendió que las cosas estaban poniéndose feas.

Blossom estaba tendida en el suelo completamente derrotada como la última vez, la batalla de los verdes y azules continuaba desde los cielos, pero la de los rojos ya estaba terminada, Brick había ganado una vez más y Utonio no podía dar crédito a lo que sus ojos veían por tercera vez consecutiva.

«¿Cómo es que se volvió tan fuerte?» pensó ella dejando que el aire llenara sus pulmones. Brick bajo del cielo insatisfecho.

¡No puedes rendirte tan fácilmente, rosada! le gritó tomándola de la ropa para sacarla de ese agujero que había provocado tal caída—, ¡debes pelear!

Ha-has ganado dijo Blossom rendida, no pensaba en hacerlo pero sus músculos estaban dolidos y su alma destrozada por tal derrota, no habían durado ni 13 min—. De nuevo…

¡NO! ¡Debes seguir!

¿Por-por qué?

¿Qué más deseaba de ella? No lo sabía, solo siete segundos después y Brick la soltó de pronto dolido e incapaz de hablar, solo gruñir y gemir de dolor mientras se sostenía el abdomen como si algo estuviese a punto de salir de su cuerpo.

Lo que paso fue terrible, la cantidad de energía absorbida por Brick fabricada por Mojo era demasiada, la sustancia X producida por Jojo había hecho daños irreversibles al cuerpo del infante.

Brick necesitaba pelear contra alguien cada media hora para deshacerse de tanto poder, el chico tenía que salir y buscar enemigos (algunos no habían hecho nada como Fuzzy, sin embargo terminaron por ser destrozados en cuestión de segundo) para saciar esa hambre y liberación. El Profesor Utonio tenía que intervenir.

De acuerdo Brick, escúchame le habló el hombre al otro lado de un vidrio.

El chico de rojo cerró los ojos olvidándose del momento en el que sus hermanos intervinieron en su escena de dolor y desesperación después de escuchar los gritos de ayuda de Blossom quién aún seguía incapaz de moverse; para llevarlo con el profesor.

Mojo había desaparecido seis días después de la pelea contra Him, justo después de escuchar el problema de Brick por la boca del mismo, éste acepto ayudarlo sin ninguna pregunta o queja.

Extraeré tanta sustancia X como me sea posible —continuó—, cuando comiences a sentir dolor, no me pidas que pare. ¡Resiste!, ¿lo harás?

contestó en un gemido, después de todo no tenía opción.

El hombre le quito bastante energía, tanta que los hermanos de los líderes de ambos equipos se preguntaron el cómo fue capaz de aguantar tanta sustancia; al terminar el profesor y los demás lo dejaron dormir.

Utonio atendió a Blossom y dio de comer a los otros cuatro quiénes no comprendían bien lo que iba a pasar… Lo que ocurrió unas horas más tarde fue una plática con…

Blossom susurró Brick acercándose a la camilla donde reposaba la pelirroja. Él la había lastimado tanto que el Profesor decidió dejarla en el laboratorio a lado de una máquina para tomarle el pulso y temperatura.

Brick por su parte estaba en una cámara a unos metros de ella, cuando sintió una completa movilidad de su cuerpo no dudó en levantarse de esa dura camilla de acero y abrir la puerta para acercarse a la rosada.

Blossom llamó de nuevo.

Ella seguía durmiendo. Y eso él no lo podía aguantar, necesitaba hablar con ella, ¿de qué? De lo que fuera, pero necesitaba saber que ella se recuperaría pronto.

Los párpados femeninos se abrieron y miraron a su acompañante que se cubría con la oscuridad de esa habitación, algo cálida por un nuevo invento del profesor para que ella no pasara frío y sus hermanas no se preocuparan.

Brick… susurró débil.

Hola le musitó siendo correspondido con una sonrisa cálida y un susurró.

Hola… ¿y cómo te encuentras?

Supongo que bien… tu papá… volteó la mirada, le debo…

Blossom sonrió.

No debes preocuparte trató de tranquilizar con una voz jamás escuchada por Brick—. Deberías estar… descansando.

Descansaré cuando muera le dijo sin esperar que Blossom decidiera recorrerse hacia atrás—, ¿qué haces?

Siéntate ordenó—. No quiero que te desmalles o algo parecido.

La charla duro más de lo que ambos pudieron predecir, lo que ninguno de los dos descarto fue que no tocaron el tema de Mojo y ese extraño líquido, sólo cosas comunes y corrientes: película favorita, película odiada, peluches, juegos, gustos, disgustos y lo más importante…

¿Tú… tienes… no-novia?

¿Eh? ¿Y qué es eso? —Brick había visto algunas definiciones de «noviazgo» pero no acabo de entenderlas del todo ya que no tenían nada que ver con su área de especialización: el crimen.

Ya sabes… una chica que te… gu-guste —contestó sonrojada pero con la mirada firme, Brick sentado de lado se acomodó viendo hacía enfrente tratando de pensar.

Mmm que me guste repitió en un susurro—, pues no, no tengo —y había muchas razones por las cuales ningún RowdyRuff Boy tenía novia y eso era una simple cosa: odiaban las pulgas que arrojaban las niñas.

—Brick… ¡Brick!

—¿Qué? —preguntó ido, al parecer se hundió demasiado en sus pensamientos.

—Perdón, no debí molestarte… después de todo, ya hace un tiempo desde que Mojo les abandonó —dijo arrepentida.

Ay Blossom, en serio… ¿era necesario que se lo recordase?

Y Brick seguía preguntándose el cómo llegaron a una larga y bien puesta tregua.

Cuando amaneció Brick salió del laboratorio no sin antes asegurarse de que Blossom dormía una hora antes de acostarse a su lado con cautela y con su permiso. Llamó a sus dos tarados hermanos que estaban dormidos en el sofá y salieron de la casa Utonio con una sola cuestión en la cabeza:

¿Qué harían si se volvían a encontrar?

La respuesta fue obvia dos días después, cuando la Gangreen Band decidió molestar a los chico cuando ellos estaban de caminata (por primera vez en su vida) por la ciudad con la mayor discreción posible.

Mocosos, mocosos, mocosos habló Ace negando con la cabeza mientras se acercaba al trío. Los chicos lo miraron de manera amenazadora—. ¿Qué hace qué los tres grandes dioses desciendan de las alturas para mezclarse con los plebeyos, eh?

Nada que te importe grandísimo idiota verdecontestó Butch. Los otros dos RowdyRuff Boys ya sabían que Butch deseaba partir la cara de Ace en dos, ¿Por qué? Nadie además de ambos verdes lo sabía

¿Qué ocurre pequeñísimo idiota verde? ¿Aún sigues molesto porque ella me siguió a mí primeroy no a ti?

Grave error

Solo 30 minutos y la banda de criminales estaba tendida en el suelo. Y no fueron tocados por Boomer ni mucho menos por Brick, sino por el chico de verde. Butch, quién agitado y furioso siguió masacrando a Ace, no parecía querer parar, o al menos hasta que un rayo verde lo apartó de forma brusca de esa lagartija con dos pies.

¡Suéltame Buttercup! —ordenó Butch siendo detenido por la única que podía hacerlo.

¡Pero quién te crees! preguntó ella sin soltarlo a pesar de que él seguía forcejeando.

Furiosa lo lanzó contra un edificio.

Boomer miro a Bubbles disimuladamente, ambos suspiraron hartos. De nuevo a pelear y fingir que se odiaban cuando ya no era así, ambos supusieron que habían alcanzado otro nivel mental antes que sus hermanos rojos y verdes. Sobre todo los verdes. Puesto que ya no entendían el motivo de odiarse a muerte por simples chiquilladas.

Brick le lanzó una mirada a Blossom que ella interpretó como un: ¿Y tú qué dices?

La chica sonrió y alzo en vuelo. Brick correspondió la sonrisa, bien, estaba algo herido pero no muerto.

Una última vez…

—No importa… —susurró lo último sabiendo bien que Blossom estaba en verdad arrepentida.

—¿Entonces?

—¿Entonces, qué? —hizo una mueca de confusión.

—¿Qué tiene de malo el azúcar? —seguía sin entenderlo, ella amaba lo dulce al igual que sus hermanas y la mayoría de adultos, niños, adolescentes y bebés en el mundo entero.

Brick supuso que su insistencia por saber el motivo se engendró por ver a la primera persona que no me gustaba el azúcar en el café. Brick bufó.

—Ignora eso de una buena vez, quieres —preguntó dándose la vuelta para abrir la puerta a los presentes (y sobre todo a los otros cuatro) que seguramente han de tener la oreja pegada a la pared.

—Brick… dime —insistió.

—No te diré nada —contestó secamente. Blossom decidió dejarlo así por el momento.

Dime, ¿cómo te has sentido Brick? —preguntó el profesor Utonio después de ser recibidos en casa de las PowerPuff Girls minutos más tarde de acordar la tregua entre ambos equipos para el gusto de los azules y disgusto de los verdes.

¿Podría hablar con usted de eso a solas? había hablado de usted, por lo que el hombre supuso que en verdad era importante y confidencial lo que el pelirrojo iba a decirle.

Entiendo se giró a sus niñas—, chicas por favor no bajen al laboratorio mientras hablo con Brick.

Cuando la puerta se cerró y ambos bajaron las escaleras (Brick no tenía ánimos de volar si aún conservaba las piernas) completamente serios y callados.

Dime Brick, ¿ha habido cambios en tu organismo, o en tu mente?

En mi organismo, supongo se sentó en la camilla que usaron Blossom y él para dormir a solo unos minutos del amanecer, una sensación de incomodidad embargó su cuerpo al saber que el profesor no lo sabía—. Tengo… reacciones extrañas al comer dulces…

¿Alergia? ¿Comezón o ardor en alguna parte de tu cuerpo? Brick negó con la cabeza baja, parecía avergonzado—, ¿entonces?

Yo…

¿Debía decirle que su hiperactividad paraba de forma extraña y comenzaba a tener un comportamiento poco usual de un RowdyRuff Boy?

Comienzo a ser… tartamudeó, el Profesor puso los dedos índices de su mano derecha en su boca dando a entender que pensaba. Y tras meditarlo se acercó a un cajón cerca de un mueble parecido a una lacena de color blanco para sacar de ahí una paleta confiscada.

Bubbles debería dejar de comer dulces a sus espaldas.

Come, y muéstrame ordenó el hombre extendiéndole la paleta color roja que asuraba un sabor dulce y picante.

Pero… tragó duro dilatando sus pupilas sin quitar la mirada de ese postre. Y era gratis.

Anda, come ordenó una vez más viendo claramente la ansiedad y el miedo al que Brick se sometía.

Desde ahí todo fue normal, desde la salida escandalosa de los estudiantes hasta los profesores heridos por las estampidas de salvajes con mochilas sobre sus hombros dispuestos a regresar a casa. Sí, todo como debía ser.

—Bubbles, ¿ya cocinaste el pollo? —preguntó Buttercup apenas llegó con unas botellas de refresco y una de tequila escondida en su cazadora de mezclilla para celebrar las vacaciones.

—No, aún le falta, media hora —contestó un poco apurada en cortar los pepinos para la ensalada. Vaya que el alcalde no era fácil de vencer en cuanto a preparar pepinos para comer se referían.

—¿Dónde está Blossom? —Buttercup dejó las botellas de plástico en la mesa y preguntó—: ¿y dónde está el profesor?

—El profesor salió con la señorita Keane a una… —soltó el cuchillo y se giró a Buttercup haciendo comillas con sus dedos—, conferencia estudiantil, y Blossom dijo que iría con Brick por un pastel antes que un tonto decidiera provocar problemas en Saltadilla.

—Mmm… no estoy muy convencida sobre la conferencia —dijo pícara antes de continuar—, pero me parece bien lo del pastel; ya hace mucho desde la última vez que comimos pastel —saboreó un pastel imaginario de arándano con crema sobre las fresas o cualquier otra fruta.

Blossom ya llevaba tiempo pensándolo y comenzaba a creer que su plan iba a tener una falla grave, en medio o al final de éste. Brick estaba afuera del establecimiento de "El Globo" ya que no soportaba tantos olores dulces juntos.

Mierda…

—Deme el pastel Carlota, por favor —pidió a la agradable joven que portaba el uniforme como debía ser y en su identificación ponía: Karen.

—En un momento —se dio la vuelta y Blossom se quedó parada esperando por unos segundos.

Brick por su parte, no estaba tan contento en acompañar a Blossom a un lugar así, pero no iba a permitir que ninguno de sus hermanos la acompañase.

«¿Qué estoy haciendo? Se supone que no he comido nada dulce» se cuestionó al alejarse un poco de la entrada donde se suponía que debía esperar a la pelirroja.

—Gracias —dijo antes de salir por la puerta y ver al chico de la gorra en medio del estacionamiento, bufó para después acercarse a él, pudiendo volar se decidió por caminar y parecer en verdad molesta.

—¡Oye Brick! ¡Vámonos ya…!

Él se dio vuelta pero la mirada estaba oculta tras su cabello rojizo.

—¿Te ocurre algo? —él negó con un movimiento de cabeza, sin embargo, sin que Blossom lo detectara.

Sonrió de forma burlona.

—Entonces vámonos a…

Y las manos del chico fueron más rápidas que sus palabras ya que le arrebataron el pastel para después salir volando dejando atrás a Blossom quién frunció el entrecejo y se decidió a seguirlo, ese chico estaba raro el día de hoy.

—¡Brick, dame eso!

Él se giró un poco para después musitar con una voz completamente distinta y con un subrayado enorme. Seductora.

—Ven por él —Blossom interpretó eso como un insulto puesto que su rostro mostró más enojo que antes.

El timbre de la casa Utonio sonó llamando la atención de Bubbles. La rubia ya con un vestido elegante pero pasable para la reunión abrió la puerta.

—Hola, Boomer, pasa.

El chico de ojos azules entró, echó una mirada a su alrededor y preguntó:

—¿No están, verdad?

—No, Buttercup salió con Butch para molestar a Ace y a los otros de la banda pero… Blossom ya se ha tardado bastante. —Boomer pareció preocuparle.

—Tengo entendido que Brick salió con Blossom a una pastelería —Bubbles asintió sin entender muy bien lo que Boomer decía:

—Entonces debemos ir… —no espero respuesta, tomó la mano de Bubbles y ambos salieron de la casa, menos mal que el horno estaba apagado y las únicas luces encendidas eran las de la sala.

—¡Brick!—grito Blossom completamente molesta—, ¡devuélveme eso! —Brick aumento la velocidad de vuelo por lo que Blossom también lo hizo.

«¿Qué estoy haciendo?» se preguntó, «lo hago otra vez» y el pelirrojo sin poder controlar sus actos, se detuvo de golpe para después girar su cuerpo dándole la cara de nuevo a Blossom quién se veía algo agitada pero aún molesta—. ¿En verdad lo quieres?

—¿Qué es lo que dices? —preguntó Bubbles sorprendida por lo que Boomer le había confiado. Éste la miro y con seriedad le dijo nuevamente lo que le había dicho hace algunos instantes.

—Es el dulce… —empezó a hablar.

.

.

.

¿Podrán Boomer y Bubbles llegar a tiempo con ambos rojos?

¿Qué es lo que le ocurre a Brick con el azúcar?

¿Está Blossom en Problemas?

¿El pastel será salvado?

¡Esperen el próximo y lo averiguarán!

Continuara…


Espero acepten mis humildes disculpas por dejar el fic abandonado por muuucho tiempo, pero trataré de terminarlo antes de que termine noviembre; aún tengo muchos fics que acabar así que les pediré —de rodillas si es necesario— un poco más de su paciencia.

Por el momento seguiré editando los capítulos. ¡Ya nos leeremos!

JA NE! ;)