Disclaimer: Todo lo que reconozcan pertenece a J.K. Rowling
N/A: Bueno, este es el segundo fic que publico pero el primero que escribí, y ahora que he avanzado un poco en él ,decidí subirlo, será de unos cuantos capítulos, espero que les guste…
Consecuencias
Neblenha
1. Remordimiento
Caminaba rápidamente por el frío y desierto pasillo, aun acomodándose la túnica y sintiendo el rostro arder. No podía creer lo que acababa de hacer, ¿cómo se había atrevido?... es que sólo se dejó llevar por las circunstancias y sus más íntimos deseos. Casi sin darse cuenta, llegó frente al águila de piedra que resguardaba la entrada a su ó a la habitación que compartía con otras Ravenclaw, la cual en esos momentos se encontraba vacía, ya que la gran mayoría de los habitantes del castillo lo habían dejado por las vacaciones de Navidad. Ella se quedó solo para acompañar a Harry, su novio desde hace casi un año, argumentando a su madre que permanecería en el colegio debido a la gran cantidad de deberes que tenía que hacer, lo cual no era completamente falso... ahora se arrepentía de no haberse se quitaba la ropa para ponerse el camisón, fugaces imágenes invadían su mente y su cuerpo recordaba con remordimiento las recientes sensaciones...
Todo había comenzado esa tarde, luego de la cena del día de Navidad junto con las diez personas que todavía quedaban en la escuela.
Dado que algunos rayos de sol aun se filtraban en el horizonte, ella y Harry decidieron dar un pequeño paseo por los nevados terrenos, pues tras una semana de estar encerrados en el castillo, protegiéndose del frío, necesitaban tomar algo de aire. Luego de 10 minutos ambos estaban tiritando así que regresaron adentro y, cuando subían por la escalera de mármol Harry le propuso que lo acompañara a la torre de Gryffindor pues esta se encontraba vacía y seguramente sería más acogedora que su Sala Común. Ella aceptó, no quería quedarse sola, en Hogwarts solo había un Ravenclaw y no era un tipo que le agradara, por decirlo menos.
Así que se encaminaron abrazados por el corredor del séptimo piso, pasaron a través del retrato de la Dama Gorda y se internaron en la cálida habitación. Se acercaron al fuego y quitaron las capas al igual que los zapatos y calcetines ya que estaban empapados por la nieve derretida. Elizabeth conjuró una manta con la que ambos se cubrieron, acurrucados en el sillón de tres cuerpos que se encontraba frente a la chimenea, donde el fuego crepitaba.
Al mismo tiempo que la nieve se dejaba caer sobre los terrenos de Hogwarts y se acumulaba en el alfeizar de la ventana, la chica comenzaba a sentirse incómoda; Estaba ahí, junto a Harry, con la cabeza apoyada en su pecho, podía sentir los latidos de su corazón y el calor que emanaba de su cuerpo. Un leve cosquilleo empezó a subir desde su vientre y antes de poder evitarlo, se levantó de un salto dando un agudo chillido. Su pecho subía y bajaba aceleradamente mientras miraba con ojos desorbitados a Harry.
-¿Qué sucede? –exclamó este sobresaltado levantándose también del sofá.
-Nada... es sólo que... –lo miró directamente a los brillantes ojos verdes, pero de inmediato bajó la vista deteniéndose un par de segundos más en su boca, que permanecía aún abierta por la sorpresa.
De pronto se lanzó hacia el chico, rodeándole el cuello con los brazos y en un susurro casi imperceptible dijo:
-Ya no puedo más Harry... – y lo besó apasionadamente, como jamás había besado a nadie en su vida.
Harry, aunque fue tomado por sorpresa, correspondió al repentino beso. Entonces, Elizabeth, sin dejar de besarlo, intentó desabotonarle la camisa, lo que hizo al chico retroceder un par de pasos y desprenderse de su agarrare, esta vez verdaderamente alarmado. Pero tras unos segundos entendió lo que sucedía y se acercó nuevamente a ella, la atrajo hacia sí cogiéndola por la cintura, esta vez, tomando la iniciativa...
