Hi!

Aqui traigo otro fic.

La verdad es que no me he podido sacar de la cabeza a mi personaje favorito (Itachi) con todo lo que esta ocurriendo en el manga (capítulo 393).

Este fic no tiene nada que ver con el manga. La verdad es que con sólo conocer al personaje se puede leer.

Espero que les guste este fic que trata sobre reflexiones y recuerdos.

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¿Nostalgia o simples recuerdos?

Llueve. Cada vez que llueve me ocurre lo mismo.

- Itachi-san, eres un despistado- su voz era cálida y alegre, como siempre- otra vez has salido sin paraguas- me cubrió con el suyo. Siempre me cuidaba.

- Gracias…- sólo respondí eso. Nunca he hablado demasiado.

- Deberías cuidarte mas- aquel tono infantil de hablar me parece haberlo escuchado ayer- ¿qué harás si te enfermas?

- Pero tú me estas cuidando- sonreí. Ahora casi no recuerdo como sonreír.

- Haces que me sienta utilizado- su mueca de falsa molestia siempre me hacía reír. Ahora nada me hace reír.

Recuerdo a las dos personas más importantes para mí. A las dos personas a quienes destruí.

Sus ojos negros, ingenuos e inocentes se posaron en mí. Nunca olvidaré aquellos ojos. Tan oscuros pero tan puros. Con una mirada llena de inocencia. Esa mirada también la destruí.

- Onii-san…- su mirad, llena de entusiasmo y picardía, era el centro de mi mirada- ¿hoy si tienes tiempo para mi?

- Puede que tenga tiempo en la tarde- me miró sorprendido. No era la respuesta que esperaba.

- ¿Te ocurre algo, onii-chan?- se acercó- normalmente dices que estas ocupado.

- Esta lloviendo- su mirada me decía que no estaba entendiendo.

- ¿Y eso qué tiene que ver?-

- Que es un buen día para pasar en casa- respondí.

- ¿Sólo te ausentarás en la tarde?- su ingenua curiosidad me causaba una especie de alegría… aún no logro entender por qué.

- Sí- ya no soy capaz de responder de forma tan segura.

Me parece verlos, escucharlos e incluso sentirlos. Aquella calidez cuando sonreían, cuando miraban, cuando hablaban. Aquella ingenuidad que los caracterizaba a ambos. Aquella facilidad con la que me hacían sonreír. Simplemente destruí todo lo que me hacía feliz.

- ¡Esto ya es demasiado!- me estaba regañando. Increíblemente me gustaba que lo hiciera. Me hacía sentir importante- una cosa es que se te olvide un paraguas y otra que se te quede el almuerzo en casa.

- Esta será la última vez- era mentira y mi amigo lo sabía incluso mejor que yo.

- Me estas diciendo eso desde que nos conocimos- suspiró- pero supongo que vas a seguir siendo igual.

- Pero…- hice una pausa para poder mirarlo fijamente con una sonrisa acompañando mi rostro- te tengo a ti, Shisui-san- pude ver el leve rubor de sus mejillas. Cada vez que lo recuero me hace gracia. Aunque en ocasiones, por más que lo intente, no lo puedo recordar.

- No digas tonterías- se había puesto nervioso.

- Sólo digo la verdad-

- Creo que no puedo reclamar- suspiró. El leve rubor de sus mejillas aun no desaparecía- en parte es mi culpa por malacostumbrarte- de su bolso sacó dos posillos con comida- ten, este es para ti.

- ¿Cómo sabias…?-

- ¡Era evidente!- me interrumpió- siempre se te olvida el almuerzo y un ninja no puede ir a una misión con el estómago vacío- me entregó aquel posillo- por eso preparé una ración extra.

- Gracias…- me sentí muy orgulloso y feliz de tener un amigo como él.

- Espero que te guste- noté que me miraba con impaciencia- lo hice un tanto mas dulce. Sé que te gusta lo dulce- Shisui-san se había delatado. Eso no era una ración extra. Era un almuerzo preparado especialmente para mí.

- Gracias…- abrí el posillo y probé lo que mi amigo había preparado. Hasta el día de hoy no he probado algo tan delicioso como aquel almuerzo. Lejos es lo mejor que he comido- cocinas mucho mejor que mi madre- dije en sentido de broma cierta.

- Ya cállate- desvió la mirada. Sus mejillas estaban notoriamente ruborizadas.

Aun recuerdo aquella leve sonrisa de complacencia que intentó ocultar, pero que por fortuna pude ver para llevarla conmigo siempre.

La forma en que los necesitaba y en la que me necesitaban era única.

- ¡Onii-san!- aun veo su cara de alegría. Tan llena de esperanza y sueños. Sueños que yo destruí- llegaste temprano.

- Te dije que llegaría temprano- acaricié su cabeza. Aun siento aquellos finos y suaves cabellos entre mis dedos.

- Me estas despeinando, onii-san-

- Lo siento, Sasuke- me disculpé torpemente. Ahora no me puedo permitir ser torpe ni siquiera en mis disculpas.

- ¿Hoy si me enseñaras a utilizar los shurikens?- no me podía negar a su petición. Sus ojos brillantes no me lo permitían.

- Como ha parado de llover supongo que no habrá problema- dije de forma sincera. Aunque recuerde la forma en que pronuncié aquellas palabras no las puedo volver a pronunciar.

- ¡Entonces te mostraré mi nuevo lanzamiento!- estaba tan lleno de energía- te voy a dejar boquiabierto, onii-chan- lo que realmente me dejaba y me deja boquiabierto era su inocencia que hasta hoy nadie ha podido superar.

¿Por qué acabe con todo eso?

- ¿Le dijiste a tu hermanito qué llegarías temprano?-

- No imaginé que la misión duraría tanto-

- ¿¡Entonces que haces aquí!?- otra vez me estaba regañando.

- No queda nada para que terminemos-

- Vete y yo la termino- lo miré algo molesto. ¿Cómo se le ocurría decirme eso? Estábamos juntos en esa misión. No me hubiese perdonado si le pasaba algo.

- No digas tonterías- ahora era el quien parecía molesto.

- Tú me has ayudado bastantes veces- me explicaba con sinceridad- creo que es mi turno de ayudarte- me miró fijamente. Esa ha sido la única vez en la que alguien me ha hecho sentir seguro sólo con la mirada- confía en mi. Terminaré bien esta misión.

- …- sonreí- tú ganas- bajé del árbol en el que nos encontrábamos- cuídate.

- Te lo prometo- esa vez me fui a casa tranquilo. Confiaba en él más que en nadie.

La lluvia se ha vuelto más fuerte, más tenebrosa. Al igual que mis recuerdos.

Su cálida mano derecha estaba sobre mi mano izquierda. Y mi mano sobre una espada.

- Si necesitas matarme hazlo- estaba asustado e inseguro. Nunca he estado como aquella vez. Y espero nunca volver a estarlo.

- Shisui-san…- mi voz estaba atorada en mi garganta- no quiero hacerlo.

- Pero debes hacerlo- su voz era firme- tienes que obtener aquel poder para sobrevivir. Para ser libre.

- Pero mi vida no es más importante que la tuya…-

- ¡Para mi sí!- me interrumpió- yo no soy tan fuerte como tú. No soportaría tener que asesinarte. Pero tú si puedes. ¡Debes hacerlo!

- ¡No puedo!- estaba desesperado.

- Si puedes- su mano presionó con fuerza la mía- si yo te ayudo vas a poder.

- ¿Por qué?- no lo entendía. Aun no lo entiendo.

- Para mi es un honor que seas tú quien acabe con mi vida- sus palabras me confundían más. Sentí que en cualquier minuto me volvería loco- en especial si mi vida te será útil- guardé silencio- solo preocúpate de hacer que todo parezca un suicidio. No quiero que te culpen.

- Eres increíble- aun sigo pensando eso- te voy a asesinar, y hasta el último minuto me cuidas.

- Te quiero- no pude responderle con otro "te quiero". Simplemente pude decir:

- Gracias- para luego clavar aquella espada en su pecho.

Miré la sangre de mis manos. Estaba tibia. Su color intenso me enloquecía. Me preguntaba si toda la sangre era tan "bonita". La respuesta a mi pregunta era "no". De toda la sangre que he visto a lo largo de mi camino ninguna se asemeja a la sangre de Shisui-san.

Luego miré su rostro. Estaba sonriendo. Había muerto feliz.

Me tiré de rodillas al suelo con su cadáver aun en mis brazos.

Le cerré los ojos para luego hundir mi rostro en su pecho.

Desde ese día no he podido llorar. Supongo que lloré tanto que ya no tengo lágrimas. Estaba totalmente desconsolado.

¿Quién me regañaría?

¿Quién me cuidaría?

¿Quién me haría reír?

¿Quién me haría sentir especial?

Hasta el día de hoy no ha aparecido nadie.

La lluvia ha comenzado a detenerse. Y con ella mis recuerdos comienzan a desvanecerse.

Sus ojos estaban llenos de lágrimas a causa de lo que le había hecho. No lo podía creer. Su cerebro no era capaz de procesar lo que esta viviendo.

Cuando murió Shisui-san lloré por adelantado este suceso.

- Onii-san…- su voz era débil. Estaba destrozado- dime que no es cierto.

- Es la verdad. Yo los maté- he visto muchos rostros destrozados. Muchos sueños rotos. Pero el de mi hermano, nunca lo voy a olvidar.

Finalmente la lluvia se detuvo. Mis recuerdos también se detuvieron. Era hora de volver a la realidad. A mi realidad.

Sólo espero, que estos recuerdos de aquel pasado lejano, no confundan mi presente, y mucho menos mi futuro.

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Espero que les haya gustado y dejen sus reviews para saber que les pareció.

Para quien no lo sepa (aunque dudo que alguien no lo sepa), Shisui era el mejor amigo de Itachi del cual sólo se ha mencionado.

La relación que establecí entre ambos queda a sana interpretación de cada uno (amistad- hermandad- romance)

Y lo otro, onii-san es una forma de decir hermano. La forma que utilizaba Sasuke para llamar a Itachi.