Cuentas por pagar.
Poniville. Boutique Carrusel. 15:34pm
El día era brillante y despejado. Ranbow había hecho un estupendo trabajo en el cielo, y para relajarse de la dura tarea fue volando a visitar a su amiga Rarity."Debe estar haciendo alguno de sus vestidos elegantes" pensó, pero para su sorpresa la unicornio estaba afuera revisando su buzón de correo.
La pegaso se acercó con cuidado y aterrizó en el suelo con una perfecta acrobacia. Todo el hombro de Rarity para ver su cara, la cual reflejaba tristeza y cansancio.
-Hola Rarity, ¿Te encuentras bien?
-Ah, hola Rainbow-respondió con desazón-no sabría que contestarte-dijo mirando las cartas que tenía en su pezuña.
-¿Huh?
-Mira-dijo extendiéndole los papeles a su amiga-Tengo demasiadas cuentas que pagar.
Rainbow tomó las cuentas entre sus cascos. Luego de revisarlas dijo:
-No te preocupes, seguro puedes pagarlas. ¿Acaso no tienes la boutique?-dijo señalando el lugar con la cabeza.
-No lo se-dijo entrando en el negocio-ven pasa.
El lugar estaba regado de hermosos diseños, maquinas de coser, maniquíes, hilos y gemas, además de un millar de telas de distintos colores y texturas. Rarity avanzó por el recinto seguida de su amiga alada y acto seguido se recostó en uno de los mullidos sofás de terciopelo rojo que decoraban el lugar. Rainbow estaba distraída contemplando unos de los vestidos que la unicornio había creado.
-Oye este esta lindo-dijo girando la cabeza para mirarla.
-Ojala pudiera venderlo en 1000 bits para pagar las cuentas-suspiró Rarity
-¡¿QUÉ?!¡¿1000 BIS?!-dijo alarmada
-aproximadamente s lo que necesito, tal vez más-respondió calmadamente.
-¿Pp-ppp-pero…? ¿Por qué tanto?-dijo acercándose al sofá.
-¡Oh Rainbow, estoy en la ruina!-se lamentó-Nadie compra mis diseños, ni siquiera mis clientes habituales. Se han cansado de mi, de mi moda, de mi boutique, de todo lo referente a esta pobre, poooobre unicornio-se consoló Rarity.
-¿Pero que dices? Si tus diseños son los más asombrosos de todo Ponivile, no, de toda Equestria-la alentó ella.
-¿Y por que ningún pony siquiera acerca su nariz por aquí?-dijo casi llorando.
-Emmm…-titubeó
Rarity se había largado a llorar dramáticamente, se sentía un fracaso. No tenía dinero, y el trabajo era muy escaso. Por alguna razón desconocida los ponies no visitaban la boutique. Había tratado por todos los medios hacer las vidrieras más interesantes, cambiar los trajes, usar nuevas telas, nuevo colores, incluso promociones 2x1; pero nada funcionaba, ella ya era historia, según su criterio. Pero Rainbow creía que cada cosa que Rarity creaba era bonita, era la mejor diseñadora de moda que conocía (bueno, no conocía muchas, pero aún así…)
La pegaso abrazó a su amiga con una sonrisa. Esta no se resistió, pero se sorprendió un poco, ella no era de hacer eso. La miró con una expresión de incredulidad, pero recibió una sonrisa.
-Rarity no llores, se puede arreglar-dijo acariciando la melena de la unicornio
-¿Cómo? Necesito demasiado dinero y no tengo suficiente tiempo para conseguirlo-se quejó ella.
-Algo se nos va a ocurrir.
