¡¡¡Hoolaaa!! Aquí estoy, embarcándome por primera vez en el maravilloso mundo de la escritura de Fanfics. ¿y de qué cosa iba a ser sino del maravilloso Final Fantasy VIII? Tengo que admitir que fue el primer "Final" de la saga al que jugué, y puede que por eso le tenga un aprecio especial a sus personajes y su increíble historia. Bueno, creo que me estoy pasando un poco al hablar de esto, así que iré directa al grano: ¡espero que os guste! Si es así... ¡por favor, mandadme todos los reviews que podáis! .
Disclaimer: Los personajes y mosntruos que aparecen en esta historia son propiedad de Squaresoft, pero la historia ha salido directamente de esta sesere loca que tengo...XD
CAPÍTULO 1:
Todo era un poco borroso, pero podían distinguirse perfectamente las figuras de varios niños jugando y riendo sin cesar. A pesar de esta alegre escena, había un chiquillo sentado en una esquina de la habitación, mirando al suelo. De repente, una mujer joven se acerca a él.
-Mujer: ¿qué haces aquí? ¿no quieres venir a despedirte?- preguntó al niño, que parecía a punto de romper a llorar.
-Niño: ¡no! ¡que se valla, no quiero saber nada de ella nunca más!- Decía con lágrimas en los ojos.
-Mujer: pero.... ¡si es tu hermana!
-Niño: ¡¡¡ me da igual, la odio !!! -Mujer: No hables así... ella también es sólo una niña, y estoy segura de que tampoco quiere irse.
-Niño: ¡¡no te creo !! Si fuera así...seguro... snif... seguro que me llevaría... snif... con ella...
La joven mujer le dirigió una suave y dulce sonrisa a la vez que lo cogía en brazos. Era muy pequeño, de unos seis o siete años, y aunque era bastante alto para su edad, pudo levantarlo sin problemas.
-Mujer: vamos... no te preocupes... ¿de verdad piensas que se va porque quiere? Las cosas no son tan fáciles, aunque todavía no puedas comprenderlo.
-Niño: Pero... ¡¿entonces por qué me abandona?!- preguntó furioso, enjugándose las lágrimas con la mano.
-Mujer: Verás.... unos hombres muy buenos, le han ofrecido ir a estudiar a un sitio muy bonito, pero sólo podían llevársela a ella, porque es un sitio sólo para chicas.
-Niño: ¿es... un orfanato como éste?
-Mujer: Vaya.. nunca pensé que tuvieras conciencia de lo que pasaba a tu alrededor, debí habérmelo imaginado antes.
-Niño: ¡Je,je,je! ¡soy más listo y fuerte de lo que parezco!-contestó al fin, intentando olvidar su tristeza, aunque en el fondo no podía.
-Mujer: Está bien...-dijo sonriendo una vez más- ¿entonces vendrás a despedirte? -Niño:¡Vale!
Entonces, aquella joven que debía rondar los veinte años o poco más, llevó al chiquillo a una especie de playa, donde los demás niños y niñas que jugaban antes, estaban esperando junto a un hombre que también debía tener más o menos la misma edad que ella.
La chiquilla que se iba y era la hermana del niño, estaba a punto de montar en una gran embarcación, que había anclado durante unos minutos para recogerla y preparar el viaje, y que zarparía de inmediato.
-Hermana: Yo... os echaré de menos... sobre todo a ti hermanito...- dijo, tras lo cual el chico se arrojó para abrazarla por última vez.
-Niño: Y yo a ti... hermana mayor.
-Hermana: ¡ jolines! ¡sólo tengo un año más que tú, no me hagas sentirme vieja!
Ante este comentario, todos comenzaron a reír. Ella le separó de sí, se despidió de sus otros amigos y se dispuso a montar en el barco.
-Mujer: Cuídate, espero que aprendas muchas cosas... ¡mándanos noticias de vez en cuando!
-Hermana: Lo... lo haré- decía decidida, aunque se podía notar una nota de tristeza en su voz.. Sólo tenía casi nueve años, pero parecía muy madura para su edad.
El barco zarpó, y la niña saludó a todos sus amigos hasta que casi se la veía como un punto lejano en el horizonte.
-Niño: ¡¡¡hermana!!! ¡¡no te vayas!!- dijo cuando ya no pudo aguantar más aquel sentimiento de tristeza.
La mujer se agachó para cogerle, pues casi estaba a punto de salir corriendo para lanzarse al mar en busaca de la única familia verdadera que le quedaba.
-Mujer: Seguro que volverá pronto...- le dijo para intentar tranquilizarlo, aunque en realidad sabía que cabía la posibilidad de que incluso no volvieran a verla nunca más.
-Niño: ¿de... snif... de verdad, Mamá Ede?- preguntó mirándola con sus pequeños ojos azules, tan brillantes como el mar.
-Mamá Ede: Puedes estar seguro de ello...
Era una mañana cualquiera en la que el joven cadete Squall Leonarth se disponía a levantarse. El despertador había sonado, sacándolo de aquel extraño sueño, perturbándolo. Había estado dentro del cuerpo de un chiquillo, pero... ¿quién era ese niño? ¿y quién demonios eran esa tal Mamá Ede y la niña que se marchaba? Tras pensarlo durante unos momentos, dejó de darle importancia y se incorporó.
Tenía 17 años, y era un joven apuesto al que no le faltaban pretendientes. Pero a él, aquello no le interesaba de momento, pues esperaba que alguien especial llegara a su vida. Se decía a sí mismo que eso no era primordial, y que si tenía que llegar ese momento, que ya ocurriría cuando menos se lo esperara.
Como siempre, había puesto el despertador para levantarse temprano, y así prepararse con tiempo. Tras frotarse levemente los ojos y bostezar sentado en la cama, se dirigió al cuarto de baño para tomar una ducha. Hoy llegaría alguien en sustitución del instructor Wennuck, que había sufrido una grave lesión que lo mantendría fuera de dar clases hasta el curso siguiente, y estaba un poco nervioso porque no sabía el grado de disciplina al que iba a estar sometido desde aquel día. Aunque... tampoco importaba demasiado, en parte. No había pasado varios años, antes de entrar en el Jardín de Balamb, en la academia más dura de todo el continente para nada. Allí había estado sometido a tanta disciplina que estaba seguro de que nada podría superarlo, pero como no era una persona confiada, se sentía inseguro.
-Squall: ¡¡¡AAAHHHH, JODER, VOY A MATAR A ESE ZELL!!!-dijo el chico nada más colocarse bajo el agua, que estaba tan fría que le provocaba dolor de cabeza. Como no tenía otro remedio, tuvo que ducharse así, bajo aquellos tortuosos cubitos de hielo derretidos.
Ya vestido con sus pantalones negros, una camisa blanca, su chaqueta negra de cuero con pelo blanco grisáceo en el cuello y sus guantes negros también de cuero a conjunto, se dirigió a la cafetería, donde se encontró con los dos de siempre...
-Voz 1:¡Squall! ¡estamos aquí!
-Voz 2: ¡Ven aquí tío, te hemos pedido ya lo tuyo!
-Squall: ....-sin mediar palabra, se dirigió hacia la mesa desde la que le habían llamado, donde podían distinguirse las figuras de un chico rubio, con un tatuaje en la cara y muy glotón, que comía sin cesar una bandeja llena de perritos calientes.
-Voz 1: ¡Buenos días! veo que sigues tan puntual como siempre.
-Squall: Buenos días, Irvine...-sentenció el chico con desgana.
-Irvine: je,je,je... ¡hey Zell, para ya de comer o te pondrás como una foca! A este paso no conseguirás que "Trencitas" acepte ir contigo al baile de graduación... ¡y sólo te quedan tres semanas!-dijo pícaramente al chico rubio de su lado, que había dejado de masticar un trozo de su doceavo perrito para escuchar lo que a él le parecieron bobadas.
-Zell: ¡¿"poj" qué no te "metej" en "tuj" "ajuntoj"?! ¡¡¡y no la "llamej" "ají"!!!- se quejó, mientras terminaba de tragar. Ya tragado entero su trozo, continuó hablando, aunque un poco tímido.- se llama Allie.
-Irvine: ¡huy, qué bien, si te sabes ya su nombre y todo! Veo que vas progresando poco a poco... y aún progresarías más si siguieras mis consejos amorosos.
-Zell: ya... "los consejos amorosos del doctor Kinneas".
-Irvine: Hum... pues no quedaría nada mal como portada de un libro.
-Zell: ¡eso, tu sigue haciéndote ilusiones vanas, que ya verás como te va!
-Irvine: ¿Y tú? Deberías plantearte también el escribir un libro... "cómo hacer que una chica salga huyendo de ti en menos de una semana"... ja,ja,ja, ¡eso si que suena bien!
-Squall: Vaya dos...- pensó para sí mismo.- Bueno, yo ya he terminado lo mío- decía mientras cogía su bandeja y se disponía a marcharse. Estaba tan cansado que ni siquiera tenía ganas de echarle la bronca a Zell por lo de la ducha. Ya le echaría una reprimenda al llegar a clase.
-Zell: Grrr.....eh...¡ah! ¡nos vemos ahora en clase, Squall!
-Irvine: Sí, je,je,je... nos.. nos vemos... ahora...je,je,je...- se despidió el cowboy intentando contener la risa.
-Zell:¡Tú, deja ya de burlarte de mí!
Y sin escuchar una sola palabra más de aquella disputa sin sentido, se marchó hacia el ascensor que le llevaría hasta la clase del segundo piso, donde pasaría la mayor parte de la mañana, cogiendo apuntes y escribiendo en la pizarra, como cualquier día rutinario de su vida.
El señor Cid Kramer, director de la academia militar para Seed's, del Jardín de Balamb, intentaba buscar un lugar donde fijar su mirada en el horizonte, mirando por la ventana. Era una apacible mañana, pensó para sí cuando de pronto, alguien llamó a la puerta.
-???: Señor Kramer... ¿puedo pasar?
-Cid: ¡Ah!, eres tú...¡ja,ja,ja! Déjate de formalidades, que eres como de la familia, ¡llámame Cid como siempre! Y siéntate, estás en tu casa... -???: Muchas gracias, direc.... quiero decir, Cid...- dijo acomodándose en una silla, mientras el director apoyaba la espalda en el respaldo de su gran butaca. Era muy joven, de más o menos la edad de Squall, Zell e Irvine.
-Cid: Siento interrumpirte, sé que ahora tenías que ir a clase, pero lo que te voy a contar es tan importante para ti que estoy seguro de que no te importará. -???: No es nada. ¿Cómo están usted y Mamá Ede?
-Cid: Bueno, Edea ha ido hoy de compras, así que no volverá hasta dentro de unas horas... pero creo que tendrás tiempo de verla más tarde... Bueno, mejor será que vaya al grano. El asunto por el que te he hecho llamar es... sobre Squall.
-???: ¡¿co... cómo?! ¿Squall... está aquí?-dijo, casi cayéndose del asombro.
-Cid: Es normal que no lo sepas, lleváis muchos años sin veros... y llegó aquí hace tres. Lo encontramos muy malherido en la playa.
-???: ¿y... cómo está?- preguntó alegremente, aunque dando muestras de su nerviosismo.
-Cid: por eso mismo te he hecho llamar nada más instalarte... he estado esperando tu llegada con ansiedad desde que me llegó la noticia de que te trasladaban aquí. Squall sigue igual de frío y poco amistoso que la última vez que te mandé noticias sobre él, y eso fue tres semanas después de que te marcharas... cuando dejamos de tener noticias tuyas hasta el día de hoy. Cómo has cambiado.
-???: Bueno, es normal después de tantos años... – dijo sonriendo plácidamente. A pesar de ello, sabía que algo malo ocurría.- Sé que todo aquello dejó a Squall hecho polvo... ¡pero pensaba que tarde o temprano lo habría superado!
-Cid: Pues no ha sido así, por desgracia.... he estado siguiendo su desarrollo desde que llegó al Jardín, pero no ha cambiado en nada.
-???: Ya veo... ¡pero sigo sin entender cómo no ha podido!
-Cid: Eso es lo que estaba a punto de decirte, porque lo peor de todo no es eso...-dijo interrumpiéndole. Lentamente, se levantó de su butaca con una expresión de tristeza y se dirigió a la ventana.- Cuando llegó, no pareció reconocerme... ni a mí, ni a ninguno de sus antiguos amigos de la infancia, pero no me extraña... Todo se debe a que fue acogido por una academia muy dura, sólo para chicos... Según tengo entendido, su entrenamiento físico estaba basado en una mezcla de la utilización de la magia, lucha contra monstruos y... enlace de los GF.
-???: ¡¡¡¿Qué?!!! Pero... ¡pero eso es muy peligroso! ¡tengo entendido que prohibieron el uso de las invocaciones de los GF porque hacía perder a las personas sus recuerdos más preciados!
-Cid: Así es, y parece ser que un ejemplo de ello fue Squall... convencí a sus antiguos amigos de que disimularan lo mejor posible que no lo conocían de antes, así sería como una segunda oportunidad para empezar desde cero... ya sé que tuvo que ser un golpe muy duro .... pero pensé que sería lo mejor para todos ellos... Por desgracia, Squall ya tenía demasiado dolor acumulado desde lo acontecido en su infancia, aunque no recordara el por qué... Además, el entrenamiento fue tan estricto en el tiempo que estuvo en esa academia, que cuando llegó a Balamb... no lo reconocí, ¡era una persona totalmente distinta a cuando estaba con nosotros!
-???: ¿y qué puedo hacer yo por él? Usted tuvo que hacer empezar la amistad entre él y los demás desde cero, por temor a que le causara una conmoción sentimental irreversible... ¿cómo podría yo ayudarle a cambiar? No parece una tarea demasiado fácil.
-Cid: Creo que tengo un plan... ha venido alguien más hoy ¿verdad? Estoy seguro de que te ayudará... ¡ah! ahí está -dijo al escuchar que alguien llamaba a la puerta, mostrando una pequeña sonrisa a su acompañante.
¿os ha gustado? Eso espero, porque estoy haciendo trabajar duramente a mis neuronas para inventarme algo y continuar...¡ah! Gracias a Tyamant y rinny-chan (autoras de "Just deal with your fate" y "El sacrificio", respectivamente. Si no habéis leído ninguno de estos fics todavía.. ¡¿a qué estáis esperando?)!Si tenéis. Ambas habéis sido la razón por la que estoy escribiendo este fic, y os agardezco vuestros ánimos y apoyo para inducirme a escribirlo y publicarlo. a los demás que leéis este fic, decir que si tenéis alguna duda, dejad un Review y contestaré a vuestras preguntas encantada.
Disclaimer: Los personajes y mosntruos que aparecen en esta historia son propiedad de Squaresoft, pero la historia ha salido directamente de esta sesere loca que tengo...XD
CAPÍTULO 1:
Todo era un poco borroso, pero podían distinguirse perfectamente las figuras de varios niños jugando y riendo sin cesar. A pesar de esta alegre escena, había un chiquillo sentado en una esquina de la habitación, mirando al suelo. De repente, una mujer joven se acerca a él.
-Mujer: ¿qué haces aquí? ¿no quieres venir a despedirte?- preguntó al niño, que parecía a punto de romper a llorar.
-Niño: ¡no! ¡que se valla, no quiero saber nada de ella nunca más!- Decía con lágrimas en los ojos.
-Mujer: pero.... ¡si es tu hermana!
-Niño: ¡¡¡ me da igual, la odio !!! -Mujer: No hables así... ella también es sólo una niña, y estoy segura de que tampoco quiere irse.
-Niño: ¡¡no te creo !! Si fuera así...seguro... snif... seguro que me llevaría... snif... con ella...
La joven mujer le dirigió una suave y dulce sonrisa a la vez que lo cogía en brazos. Era muy pequeño, de unos seis o siete años, y aunque era bastante alto para su edad, pudo levantarlo sin problemas.
-Mujer: vamos... no te preocupes... ¿de verdad piensas que se va porque quiere? Las cosas no son tan fáciles, aunque todavía no puedas comprenderlo.
-Niño: Pero... ¡¿entonces por qué me abandona?!- preguntó furioso, enjugándose las lágrimas con la mano.
-Mujer: Verás.... unos hombres muy buenos, le han ofrecido ir a estudiar a un sitio muy bonito, pero sólo podían llevársela a ella, porque es un sitio sólo para chicas.
-Niño: ¿es... un orfanato como éste?
-Mujer: Vaya.. nunca pensé que tuvieras conciencia de lo que pasaba a tu alrededor, debí habérmelo imaginado antes.
-Niño: ¡Je,je,je! ¡soy más listo y fuerte de lo que parezco!-contestó al fin, intentando olvidar su tristeza, aunque en el fondo no podía.
-Mujer: Está bien...-dijo sonriendo una vez más- ¿entonces vendrás a despedirte? -Niño:¡Vale!
Entonces, aquella joven que debía rondar los veinte años o poco más, llevó al chiquillo a una especie de playa, donde los demás niños y niñas que jugaban antes, estaban esperando junto a un hombre que también debía tener más o menos la misma edad que ella.
La chiquilla que se iba y era la hermana del niño, estaba a punto de montar en una gran embarcación, que había anclado durante unos minutos para recogerla y preparar el viaje, y que zarparía de inmediato.
-Hermana: Yo... os echaré de menos... sobre todo a ti hermanito...- dijo, tras lo cual el chico se arrojó para abrazarla por última vez.
-Niño: Y yo a ti... hermana mayor.
-Hermana: ¡ jolines! ¡sólo tengo un año más que tú, no me hagas sentirme vieja!
Ante este comentario, todos comenzaron a reír. Ella le separó de sí, se despidió de sus otros amigos y se dispuso a montar en el barco.
-Mujer: Cuídate, espero que aprendas muchas cosas... ¡mándanos noticias de vez en cuando!
-Hermana: Lo... lo haré- decía decidida, aunque se podía notar una nota de tristeza en su voz.. Sólo tenía casi nueve años, pero parecía muy madura para su edad.
El barco zarpó, y la niña saludó a todos sus amigos hasta que casi se la veía como un punto lejano en el horizonte.
-Niño: ¡¡¡hermana!!! ¡¡no te vayas!!- dijo cuando ya no pudo aguantar más aquel sentimiento de tristeza.
La mujer se agachó para cogerle, pues casi estaba a punto de salir corriendo para lanzarse al mar en busaca de la única familia verdadera que le quedaba.
-Mujer: Seguro que volverá pronto...- le dijo para intentar tranquilizarlo, aunque en realidad sabía que cabía la posibilidad de que incluso no volvieran a verla nunca más.
-Niño: ¿de... snif... de verdad, Mamá Ede?- preguntó mirándola con sus pequeños ojos azules, tan brillantes como el mar.
-Mamá Ede: Puedes estar seguro de ello...
Era una mañana cualquiera en la que el joven cadete Squall Leonarth se disponía a levantarse. El despertador había sonado, sacándolo de aquel extraño sueño, perturbándolo. Había estado dentro del cuerpo de un chiquillo, pero... ¿quién era ese niño? ¿y quién demonios eran esa tal Mamá Ede y la niña que se marchaba? Tras pensarlo durante unos momentos, dejó de darle importancia y se incorporó.
Tenía 17 años, y era un joven apuesto al que no le faltaban pretendientes. Pero a él, aquello no le interesaba de momento, pues esperaba que alguien especial llegara a su vida. Se decía a sí mismo que eso no era primordial, y que si tenía que llegar ese momento, que ya ocurriría cuando menos se lo esperara.
Como siempre, había puesto el despertador para levantarse temprano, y así prepararse con tiempo. Tras frotarse levemente los ojos y bostezar sentado en la cama, se dirigió al cuarto de baño para tomar una ducha. Hoy llegaría alguien en sustitución del instructor Wennuck, que había sufrido una grave lesión que lo mantendría fuera de dar clases hasta el curso siguiente, y estaba un poco nervioso porque no sabía el grado de disciplina al que iba a estar sometido desde aquel día. Aunque... tampoco importaba demasiado, en parte. No había pasado varios años, antes de entrar en el Jardín de Balamb, en la academia más dura de todo el continente para nada. Allí había estado sometido a tanta disciplina que estaba seguro de que nada podría superarlo, pero como no era una persona confiada, se sentía inseguro.
-Squall: ¡¡¡AAAHHHH, JODER, VOY A MATAR A ESE ZELL!!!-dijo el chico nada más colocarse bajo el agua, que estaba tan fría que le provocaba dolor de cabeza. Como no tenía otro remedio, tuvo que ducharse así, bajo aquellos tortuosos cubitos de hielo derretidos.
Ya vestido con sus pantalones negros, una camisa blanca, su chaqueta negra de cuero con pelo blanco grisáceo en el cuello y sus guantes negros también de cuero a conjunto, se dirigió a la cafetería, donde se encontró con los dos de siempre...
-Voz 1:¡Squall! ¡estamos aquí!
-Voz 2: ¡Ven aquí tío, te hemos pedido ya lo tuyo!
-Squall: ....-sin mediar palabra, se dirigió hacia la mesa desde la que le habían llamado, donde podían distinguirse las figuras de un chico rubio, con un tatuaje en la cara y muy glotón, que comía sin cesar una bandeja llena de perritos calientes.
-Voz 1: ¡Buenos días! veo que sigues tan puntual como siempre.
-Squall: Buenos días, Irvine...-sentenció el chico con desgana.
-Irvine: je,je,je... ¡hey Zell, para ya de comer o te pondrás como una foca! A este paso no conseguirás que "Trencitas" acepte ir contigo al baile de graduación... ¡y sólo te quedan tres semanas!-dijo pícaramente al chico rubio de su lado, que había dejado de masticar un trozo de su doceavo perrito para escuchar lo que a él le parecieron bobadas.
-Zell: ¡¿"poj" qué no te "metej" en "tuj" "ajuntoj"?! ¡¡¡y no la "llamej" "ají"!!!- se quejó, mientras terminaba de tragar. Ya tragado entero su trozo, continuó hablando, aunque un poco tímido.- se llama Allie.
-Irvine: ¡huy, qué bien, si te sabes ya su nombre y todo! Veo que vas progresando poco a poco... y aún progresarías más si siguieras mis consejos amorosos.
-Zell: ya... "los consejos amorosos del doctor Kinneas".
-Irvine: Hum... pues no quedaría nada mal como portada de un libro.
-Zell: ¡eso, tu sigue haciéndote ilusiones vanas, que ya verás como te va!
-Irvine: ¿Y tú? Deberías plantearte también el escribir un libro... "cómo hacer que una chica salga huyendo de ti en menos de una semana"... ja,ja,ja, ¡eso si que suena bien!
-Squall: Vaya dos...- pensó para sí mismo.- Bueno, yo ya he terminado lo mío- decía mientras cogía su bandeja y se disponía a marcharse. Estaba tan cansado que ni siquiera tenía ganas de echarle la bronca a Zell por lo de la ducha. Ya le echaría una reprimenda al llegar a clase.
-Zell: Grrr.....eh...¡ah! ¡nos vemos ahora en clase, Squall!
-Irvine: Sí, je,je,je... nos.. nos vemos... ahora...je,je,je...- se despidió el cowboy intentando contener la risa.
-Zell:¡Tú, deja ya de burlarte de mí!
Y sin escuchar una sola palabra más de aquella disputa sin sentido, se marchó hacia el ascensor que le llevaría hasta la clase del segundo piso, donde pasaría la mayor parte de la mañana, cogiendo apuntes y escribiendo en la pizarra, como cualquier día rutinario de su vida.
El señor Cid Kramer, director de la academia militar para Seed's, del Jardín de Balamb, intentaba buscar un lugar donde fijar su mirada en el horizonte, mirando por la ventana. Era una apacible mañana, pensó para sí cuando de pronto, alguien llamó a la puerta.
-???: Señor Kramer... ¿puedo pasar?
-Cid: ¡Ah!, eres tú...¡ja,ja,ja! Déjate de formalidades, que eres como de la familia, ¡llámame Cid como siempre! Y siéntate, estás en tu casa... -???: Muchas gracias, direc.... quiero decir, Cid...- dijo acomodándose en una silla, mientras el director apoyaba la espalda en el respaldo de su gran butaca. Era muy joven, de más o menos la edad de Squall, Zell e Irvine.
-Cid: Siento interrumpirte, sé que ahora tenías que ir a clase, pero lo que te voy a contar es tan importante para ti que estoy seguro de que no te importará. -???: No es nada. ¿Cómo están usted y Mamá Ede?
-Cid: Bueno, Edea ha ido hoy de compras, así que no volverá hasta dentro de unas horas... pero creo que tendrás tiempo de verla más tarde... Bueno, mejor será que vaya al grano. El asunto por el que te he hecho llamar es... sobre Squall.
-???: ¡¿co... cómo?! ¿Squall... está aquí?-dijo, casi cayéndose del asombro.
-Cid: Es normal que no lo sepas, lleváis muchos años sin veros... y llegó aquí hace tres. Lo encontramos muy malherido en la playa.
-???: ¿y... cómo está?- preguntó alegremente, aunque dando muestras de su nerviosismo.
-Cid: por eso mismo te he hecho llamar nada más instalarte... he estado esperando tu llegada con ansiedad desde que me llegó la noticia de que te trasladaban aquí. Squall sigue igual de frío y poco amistoso que la última vez que te mandé noticias sobre él, y eso fue tres semanas después de que te marcharas... cuando dejamos de tener noticias tuyas hasta el día de hoy. Cómo has cambiado.
-???: Bueno, es normal después de tantos años... – dijo sonriendo plácidamente. A pesar de ello, sabía que algo malo ocurría.- Sé que todo aquello dejó a Squall hecho polvo... ¡pero pensaba que tarde o temprano lo habría superado!
-Cid: Pues no ha sido así, por desgracia.... he estado siguiendo su desarrollo desde que llegó al Jardín, pero no ha cambiado en nada.
-???: Ya veo... ¡pero sigo sin entender cómo no ha podido!
-Cid: Eso es lo que estaba a punto de decirte, porque lo peor de todo no es eso...-dijo interrumpiéndole. Lentamente, se levantó de su butaca con una expresión de tristeza y se dirigió a la ventana.- Cuando llegó, no pareció reconocerme... ni a mí, ni a ninguno de sus antiguos amigos de la infancia, pero no me extraña... Todo se debe a que fue acogido por una academia muy dura, sólo para chicos... Según tengo entendido, su entrenamiento físico estaba basado en una mezcla de la utilización de la magia, lucha contra monstruos y... enlace de los GF.
-???: ¡¡¡¿Qué?!!! Pero... ¡pero eso es muy peligroso! ¡tengo entendido que prohibieron el uso de las invocaciones de los GF porque hacía perder a las personas sus recuerdos más preciados!
-Cid: Así es, y parece ser que un ejemplo de ello fue Squall... convencí a sus antiguos amigos de que disimularan lo mejor posible que no lo conocían de antes, así sería como una segunda oportunidad para empezar desde cero... ya sé que tuvo que ser un golpe muy duro .... pero pensé que sería lo mejor para todos ellos... Por desgracia, Squall ya tenía demasiado dolor acumulado desde lo acontecido en su infancia, aunque no recordara el por qué... Además, el entrenamiento fue tan estricto en el tiempo que estuvo en esa academia, que cuando llegó a Balamb... no lo reconocí, ¡era una persona totalmente distinta a cuando estaba con nosotros!
-???: ¿y qué puedo hacer yo por él? Usted tuvo que hacer empezar la amistad entre él y los demás desde cero, por temor a que le causara una conmoción sentimental irreversible... ¿cómo podría yo ayudarle a cambiar? No parece una tarea demasiado fácil.
-Cid: Creo que tengo un plan... ha venido alguien más hoy ¿verdad? Estoy seguro de que te ayudará... ¡ah! ahí está -dijo al escuchar que alguien llamaba a la puerta, mostrando una pequeña sonrisa a su acompañante.
¿os ha gustado? Eso espero, porque estoy haciendo trabajar duramente a mis neuronas para inventarme algo y continuar...¡ah! Gracias a Tyamant y rinny-chan (autoras de "Just deal with your fate" y "El sacrificio", respectivamente. Si no habéis leído ninguno de estos fics todavía.. ¡¿a qué estáis esperando?)!Si tenéis. Ambas habéis sido la razón por la que estoy escribiendo este fic, y os agardezco vuestros ánimos y apoyo para inducirme a escribirlo y publicarlo. a los demás que leéis este fic, decir que si tenéis alguna duda, dejad un Review y contestaré a vuestras preguntas encantada.
