Las luces se apagan. Los motores se detienen. Pasos que se alejan en la oscuridad. La soledad reina y el dolor se apacigua. Hace una hora estaba combatiendo un ángel. Siendo controlado de forma errática. Su brazo pago el precio de la inexperiencia de su conductor. No podía sentir dolor. Ni siquiera debía tener un solo pensamiento coherente. No es la primera vez que se equivocan y no será la última.

No se mueve un milímetro. No le hace falta. A pesar de su inmenso tamaño puede notar hasta la más leve brisa. Lo que nota ahora es el vacio espacio entre su hombro y su brazo. Han decidido dejarlos separados esa noche. Alguna medida burocrática, siempre lo retrasaban todo. Y ahora debía pagar con dolor. Recuerda sentirse libre, es un triste recuerdo que solo hace que su condena sea mayor. Es inundar unos pulmones de aire estando a mil metros de la superficie. Un triste recordatorio de lo que no volverás a tener.

Es cruel, aun así disfruta de esos momentos de lucidez. Cuando el conductor deja de mandar. En esos momentos en los que debe salvarse por encima de cualquier cosa y controla cada musculo artificial. Grita y ruge. Aun reverbera el sonido en su interior. Se sentía tan dichoso, y a la vez furioso porque no duraría. Aquella criatura pago por su miseria. La destrozó a golpes. Pero no duro. Aun debía estar enganchado a una corriente eléctrica. Aun llevaba correa. Quitársela supondría caer rendido en cuestión de horas.

Lo ha comprobado. Tras esos segundos de euforia y furia, se desploma sin fuerza alguna. Despierta, o es consciente de sí mismo, (Aun no sabe si puede quedar inconsciente o soñar y dormir) y solo siente las correas aprisionándole contra la lanzadera. Vuelve a estar encadenado. Por su interior corre la energía demasiada como para descansar, muy poca para intentar huir.

Pero, ¿Dónde huiría? ¿Y cómo? De nuevo le golpea la verdad de que está atrapado. Tendrá que desistir de sus quimeras y tratar de vivir lo mejor posible en su cautiverio. A fin de cuentas, no tiene otro lugar, no conoce otra cosa. Siempre ha vivido allí, o ha existido si es un término más correcto.

Se llama EVA-01, y es salvador y verdugo de la humanidad. Aunque desconozca su capacidad.

Otros ya han planeado por él, otros ya tienen pensado su futuro.

EVA carece de destino.