Aquí les dejo una nueva historia que planeo que no sea muy larga. Situada durante la primera mitad de la 2da temporada. Hay tensión, mucha tensión...

Perceptions

Kate sintió algunas gotas de sudor que corrían por su espalda. Hacía un calor inusual para esa época del año y por un momento tuvo miedo de tener que salir corriendo para darse una ducha debido a la transpiración.

Trató de relajarse, el caso en el que trabajaban era complicado, había dormido mal el último tiempo, se sentía sola y Castle estaba imposible…

Cerró los ojos y masajeó su cuello, necesitaba agua… fría…

Sintió que sus sentidos se agudizaban. Escuchó pasos, y cuando quiso acordar, sintió una mano en su hombro, pesada, suave, insistente.

-¿Estás bien?- le dijo Castle, hablándole demasiado cerca para su gusto.

Kate sintió que le faltaba el aire. Balbuceó un sí y se alejó un poco para sentirse segura. Pero no fue tan afortunada como esperaba. Mientras ella caminaba hacia la sala de descanso, él la siguió de cerca, preocupado, intentando decodificar que podía estar pasándole…

Buscó monedas en su bolsillo, alguna bebida azucarada le haría bien. Pero no tenía cambio.

-¡Maldición!- dijo con furia y cuando se disponía a volver a su escritorio para buscar monedas, sintió el suave aliento de Castle en su oído.

-Aquí tienes…- le dijo y luego del característico tintineo de las monedas en su mano, Kate percibió el frío del metal en su antebrazo y reaccionó instintivamente, y tembló casi imperceptiblemente.

-Gracias…- se obligó a decir, lo miró de costado y lo vio sonreír.

Masajeó sus sienes y él tomó otras monedas, las colocó en la máquina y apenas rozándola con su cuerpo, eligió una gaseosa de limonada, su favorita y se agachó a buscarla.

Kate abrió la boca cuando la botella pasó a su lado y él sonrió y la extendió delante de ella.

-Tienes calor…- dijo y ella sonrió un poco al tomar la botella, cuando sus dedos entraron en contacto con el plástico casi helado.

-¿Tú no?- le preguntó ella sin comprender.

-Un poco… -dijo él y la miró cuando destapaba la botella y la empinaba para tomar un buen sorbo…

Sus ojos acariciaron la piel brillosa de su cara y vio caer algunas gotas por el ímpetu con que ella tomaba.

Su mirada se perdió en la curva de su largo cuello, su cabello un poco húmedo a la altura de la nuca apenas rozándolo, como si lo estuviera invitando a hacer lo que siempre había fantaseado, hundir su nariz allí, detrás de su oreja, el lugar exacto donde ella coloca unas gotas de perfume…

Kate advirtió su mirada intensa y se puso a la defensiva. Bajó la botella y sonrió con timidez.

-¿Mejor?- le preguntó él con interés.

-Sí…- dijo y lo atrapó mirando una gota de transpiración cayendo despacio por el escote de su camisa blanca.

-Tienes cara de no sentirte muy bien…- dijo él tratando de no dejar volar su imaginación.

-No sé… quizás sea el cansancio… solo siento mucho calor…- dijo ella y le dio otro trago a la botella, haciéndolo perder sus ojos otra vez en ella.

-¿Quieres que te lleve a casa para darte un baño?

-Aún tengo cosas que terminar… gracias…- dijo y se sonrojó. Se sentía culpable por la forma en que lo trataba a veces, aunque ella sabía que solo se trataba de mantener la distancia.

-Si hay algo que pueda hacer para ayudarte, me avisas…- dijo él con cortesía y ella levantó la botella.

-Ya lo hiciste…- dijo y sonrió.

Él le devolvió la sonrisa y sus miradas quedaron suspendidas un buen rato. Kate pasó del relax a la incomodidad y el calor volvió.

Separó su mirada abruptamente y tosió con nerviosismo. ¿Acaso sería la tensión sexual entre ellos lo que le daba tanto calor? No, no podía ser… porque entre ellos había tensión sexual, pero ella no lo soportaba, eso también era cierto… el único atenuante era que ella había estado sola durante mucho tiempo… quizás demasiado… y él tenía las cosas muy en claro… y jugaba con ello… todo el tiempo…

-Tengo que irme… allá…-dijo señalando su escritorio con nerviosismo y él la siguió con la mirada.

Kate procuró caminar lo más normalmente posible, pero sintió la mirada de él descendiendo por su espalda. ¿Se le notaba la transpiración a través de la camisa? Al menos sus pantalones de vestir eran negros…

¿Y qué si Castle estuviese fantaseando con ella mientras la miraba? Sus manos acariciando su cuerpo intensamente mientras ella le decía lo que quería que él le hiciese…

Dios… basta…

Kate se sentó sobre su escritorio y tomó de un solo trago lo que le quedaba de la gaseosa. Una agradable sensación de frescura la invadió y la hizo temblar suavemente. Fijó su mirada en la pizarra y de pronto todo se acomodó en el lugar correcto.

Aún le faltaban pistas, pero podía ver todo con mayor claridad. Sonrió satisfecha. A veces el deseo y la tensión no resuelta le servían de mucho. Tiró la botella en el cesto al lado de su escritorio y volvió a sentarse, ambas manos apoyadas en el borde del escritorio.


Un rato más tarde, absorta en su observación, sintió que alguien se acercaba y se sentaba a su lado. Calor… maldición… Castle…

Kate pretendió no darse cuenta y siguió con su atención fija en la pizarra. Tampoco se dio cuenta de que él apoyaba su brazo sobre el de ella, rozando sus hombros, sus manos casi pegadas sobre el escritorio. Lo escuchó hablar, pero no le prestó atención.

Se mordió el labio con frustración, la concentración ya no era tan profunda.

Y luego sintió una revolución interna. Su corazón se aceleró y Kate pensó que le estallaría cuando él deslizó su dedo meñique por sobre la mano de ella y comenzó a acariciarla.

Quiso decirle algo, ¿pero qué? Quiso mirarlo con una de esas miradas asesinas… pero no pudo… Quiso retirar su mano, pero se dio cuenta de que tampoco quería…

¿Ahora qué? La situación era alarmante. Su visión estaba anulada, al igual que su oído. El olfato y el gusto no le servían para nada.

Rick se dio cuenta de su estado y levantó su dedo. La sintió removerse inquieta, como sorprendida y se arriesgó.

Apoyó su mano sobre la de ella y entrelazó sus dedos. Kate pensó que podría ser asmática y no haberlo notado hasta ese momento. Si hubiese tenido un inhalador, hubiese sido de gran ayuda.

La caricia de Rick era gentil, respetuosa, pero le estaba tomando la mano en plena comisaría, a la vista de todos y sin autorización… eso no podía ser bueno…

Kate tomó coraje y giró su cabeza para mirarlo. Él ya la estaba mirando. Y le sonrió. Y ella… ella que en otro momento le hubiese dicho que lo mataría… o que le cortaría ambas piernas, le sonrió… tan simple como eso… le sonrió con ternura, como si le agradeciera el gesto… y se odió por eso…

Rick apretó un poco sus dedos mientras la miraba y luego retiró la mano. Ella bajó la vista sonrojada y se puso de pie.

Pasó por delante de él y Rick cerró los ojos perdido en su aroma. ¿Hasta cuándo serían capaces de soportar tanta tensión?


Bueno... esto se basa en un sueño que tuve, y no creo que dure mucho, pero quería compartirlo! Espero que les haya gustado! Gracias!