¡Hola a todos!

Este primer capítulo participa en el reto, el resto son de un fic propio mío. ¡Que sufráis… digo, disfrutéis! Decidí hacer fic porque me gusta está idea:3

Aviso: Este capítulo participa en el "Reto: De amores y otras tribulaciones" del foro La Aldea Oculta entre las Hojas.

Palabras: 3834.

Naruto le pertenece a Masashi Kishimoto.

La canción será The Reason de Hoobastank. Como siempre digo: esto no es un song-fic, leed con esta canción puesta desde YouTube.

El género que me tocó es misterio, aquí va una definición: Historias cuyo objetivo es la resolución de un misterio o enigma. Éste puede ser de cualquier tipo, relacionándose a veces con los géneros de "Crime", "Spiritual", "Supernatural" o "Suspense".


S&T


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Capítulo I

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La gente se divertía aquella noche de San Valentín. En Konoha se celebraba un festival bastante especial, habían pasado dos años de la Guerra y la gente ya sonreía más feliz. No podían olvidar, pero ya no recordaban todo el día aquellos momentos.

Mucha gente había fallecido, sí, entre ellos seres queridos y demás personas cercanas a sus corazones; pero ellos habían salido adelante y se sentían orgullosos de aquellos que habían perecido hace dos años, ya que habían dado su vida por la aldea.

Shikamaru Nara se encontraba paseando por aquel festival, viendo a la gente sonreír, contagiándole aquella felicidad. Pero se paró, o mejor dicho, le frenó la enigmática voz del Uzumaki.

—¡Hey, Shikamaru! —Éste se paró y se giró a verle— ¿Has visto a Sakura-chan? ¡Tengo que enseñarle algo! Por cierto, ¿qué haces tú aquí, solo?

—Acabo de llegar, así que no tengo ni idea de donde esta Sakura. Es problemático, pero Tsunade-Sama me entretuvo más de la cuenta. Y tampoco sé donde están Ino y Chouji… —Confesó rascándose la nuca y suspirando. Fijó la mirada en el rubio y vio que éste tenía una sonrisa pícara—. ¿Qué?

—Shikamaru, Shikamaru… ¡No me refería a Ino y a Chouji, y lo sabes! —El Nara levantó una ceja confundido—. ¿No te has enterado? —El moreno estaba aun más confuso—. ¡Temari está aquí! —El joven Jounin se sonrojó—. ¡Tu novia ha venido al festival y tú no te enteras! —Gritó el Uzumaki reprendiéndolo.

El chico de la coleta bufó molesto. Ese ojizarco (*) era una molestia. Él y Temari no eran novios —aunque todo el mundo dijera lo mismo—, solo eran amigos. Muy cercanos, pero amigos. Estaba enamorado de ella, pero eran amigos. No se atrevía a hacer nada, esa mujer era un mundo; ¡lo mandaría a volar si se le declarara! Y él era un cobarde.

—No somos novios, Naruto, solo somos amigos. Mendosukei…

—Sí, sí, sí. Eso es lo que todo el mundo cree… ¡Además, no me tomes por tonto! ¡Es obvio que tú…! —El rubio se calló y Shikamaru le miró confundido, ya que éste había levantado la vista—. ¡Oi! ¡Ese es Teme…! ¡Nos vemos Shikamaru! —Naruto se fue corriendo hacia donde creía haber visto una cabellera negra—. ¡Teme! ¡Oi, Teme, no seas idiota, sé que me has oído!

Shikamaru bufó cuando el molesto rubio se fue. Se rascó la nuca y buscó con la mirada una cabellera rubia. Donde estuviera Ino, estaba Sakura y donde estuvieran esas dos seguramente se encontrarían Hinata y TenTen. Y, obviamente, donde se encontrara TenTen y el resto de chicas estaría Temari. Le preguntaría porque no le dijo que iba a venir al festival.

—Mujer problemática, hubiera sido tu guía…

Otra de sus mentiras. Lo de ser su guía siempre había sido una manta para esconder sus sentimientos hacia esa mujer. Siempre le gustó, desde que la vio sonreírle de aquella manera tras salvarlo y acabar con Tayuya, aquella Ninja del Sonido. Entonces, cuando la volvió a ver tras dos años y empezó a pasar más tiempo con ella, descubrió que se había enamorado perdidamente de aquella mujer.

Metió las manos en los bolsillos de su pantalón y subió su mirada al cielo. Algún día, tendría el valor de declararse. Porque esa mujer sin haberlo querido, sin haber hecho nada, con su sola presencia y su problemático carácter, se había instalado en su corazón, en su razón, en su pensamiento. No había pedido permiso, pero eso al Nara no le había importado. Sonrió de medio lado…

—Que problemática eres, mujer.

Volvió la vista al frente y comenzó a andar. ¿Dónde estaría aquella mujer?


Llevaba unos treinta minutos andando y no la había visto. Vale que el festival estaba lleno de gente, ¿pero como no verla a ella en ese tiempo? Suspiró y continúo cuando alguien chocó contra él de frente y cayó al suelo. Shikamaru dio unos cuantos pasos hacia atrás estabilizándose. Miró entonces al suelo y se fijó en aquel chico más joven que él.

—¿Konohamaru? —Le ofreció al mano y éste la aceptó levantándose. Vio al achico aceptarla y mirar a los lados con el ceño fruncido—. ¿Ocurre algo?

—Shikamaru-nii-san, ten cuidado. Tengo un presentimiento, algo no me huele bien; algo va a pasar —el Nara le miró con una ceja levantada.

—¿Estás bien? ¿Te he hecho daño en la caída, acaso?

—¡No me pasa nada! ¡Solo mira como esta todo el mundo!

—Es San Valentín, Konohamaru —le dijo tranquilamente al chico poniéndole una mano en la cabeza—. ¿Cómo quieres que estén en el día de los enamorados?

—¡No lo digo por eso! —El Sarutobi bufó molesto y le miró serio—. ¡Descubriré que pasa y te lo enseñaré! ¡Te demostrare que algo no está bien!

Y tras eso se fue corriendo de allí. Shikamaru le miró con una ceja levantada. ¿Qué demonios le pasaba? Suspiró y entonces vio en el suelo una carta de una baraja. Se le debió de caer al Sarutobi.

La tomó, levantó una ceja y la examinó. Era una carta normal; vio entonces lo que había escrito en la cara de la carta:

"Es tiempo de un Nuevo San Valentin"

Aparecía entonces un corazón con grietas en el centro de la misma. Frunció el entrecejo y giró la carta: no había nada más. La olió, la dobló ligeramente… No había nada de raro en ella. Entonces… ¿Por qué tenía esa sensación, ese sexto sentido de aviso del peligro que tenían los Ninjas? ¿Y si Konohamaru tenía razón y algo ocurría? No, solo eran ideas descabelladas de chicos jóvenes que se aburrían el día de hoy.

Levantó la vista y vio a esas 5 mujeres que buscaba antes en frente de un juego. Se fijó en Temari y en lo bella que iba en ese vestido verde-azulado, que combinaba a la perfección con sus ojos. Guardó la carta en su chaleco y se acercó a ellas.

Seguro que lo de la carta era una tontería, una broma de alguien que pretendía asustar.

Llegó hasta detrás de ellas cuando a Temari le tocaba disparar con un pequeño arco a latas de refrescos vacías.

—Veo que os lo estáis pasando muy bien, ¿molesto si me uno?

Temari disparó cuando le escuchó hablar y falló estrepitosamente. Bufó molesta, había perdido la oportunidad de ganar una cena gratis. Todas le saludaron con una sonrisa mientras Temari oía, de espaldas al Nara, como el tendero le decía que no se llevaría ningún regalo.

Oi, Shikamaru, ¿dónde estabas? Chouji y yo nos fuimos sin ti.

—La Hokage me entretuvo —dijo con un suspiro. Se fijó en la espalda de Temari. ¿Por qué no se giraba a verlo?

—Bueno, nosotras nos vamos —dijo TenTen— no queremos estar aquí cuando Temari cometa un asesinato —se acercó a Temari y le dijo algo al oído—. Las sombras siempre estarán a tu lado, querida Temari.

La mujer, ahora con el pelo en dos coletas, bufó molesta. Esa TenTen, debería haberla matado cuando tuvo la oportunidad. Era una… ¡Venía a ella con metáforas de doble sentido! ¡Sabía muy bien a donde apuntar! Resopló intentando serenarse.

Shikamaru estaba confundido. ¿Qué demonios ocurría, acaso había dicho algo malo?

—Nara, de verdad que eres inoportuno —se dio la vuelta encarándolo con sus manos en la cintura—. Iba a ganar el premio, maldición. Me desconcentraste.

Shikamaru suspiró aliviado. Solo era eso.

—Si serás problemática, solo era un estupid…

—Atrévete a decir eso y te mandare a volar —se acercó a él—. ¡Iba a ganar un premio! ¿Dónde está lo estúpido en eso?

El Nara se encogió de hombros.

—A mi me lo parece, además si te puedo compensar, yo te daré el premio. Seguro que era una tontería.

Temari se mordió el labio. Ese chico siempre la había atraído, de una manera extraña y completamente inusual. Era como un imán. Siempre que estaba en Konoha, iba irremediablemente a su lado.

No solo le atraía su físico, esa estúpida y sexy sonrisa de medio lado con la que se creía superior. Esos malditos ojos marrones que la desorientaban, esa apetecible boca. Ese cuerpo de semi-Dios griego, más fuerte que hace dos años y con unos abdominales que desgraciadamente eran ocultados por esa maldita ropa.

Pero la cosa es que no solo le atraía su físico, sino también su inteligencia, su forma de ser. Se mordió un poco más fuerte el labio. Ese chico le gustaba, y mucho. Quizás demasiado. Puso una semi-sonrisa. Por él había dejado a su ex, porque quizás no solo le gustaba, quizás lo amaba.

—¿Estás seguro? Es decir, a lo mejor es demasiado cansado para ti.

—Vamos mujer, dímelo. No te hagas de rogar.

—Muy bien: una cena gratis.

—¿Una cena…? —Repitió el Nara nervioso.

—Sí, una cena. Así que: vago, me debes una cena —le aclaró ella con una sonrisa completa.

El moreno giró la cabeza y bufó. Estaba sonrojado de tanto mirarla a los ojos y oír aquello de que la debía una cena. Además, su perfecta sonrisa había aumentado aquello. ¿Por qué hablaba siempre de más?

Mendokusei… —resopló buscando otro tema de conversación y lo encontró—. ¿Qué haces aquí, en Konoha? Y encima en San Valentín.

Ella estaba feliz y al oírlo se encogió de hombros.

—Me encontraba de misión cerca de aquí y cuando la acabé, Gaara me dio permiso para quedarme en Konoha por San Valentín; no iba a celebrarlo en el camino de vuelta a Suna.

—No creo que a Yumimaro le parezca bien… —Dijo con un toque celoso apretando los puños dentro de sus pantalones.

—Me importa una mierda lo que piense ese idiota.

Shikamaru le miró sorprendido, ¿acaso…? Pero antes de poder preguntar nada, se oyó a una mujer gritar y caer al suelo. Los dos ninjas la miraron y vieron que había un hombre frente a ella. Shikamaru fue rápido y se puso delante de la mujer empuñando un kunai. Temari fue junto a la mujer, se agachó y la habló.

—¿Estás bien? ¿Qué ha ocurrido?

Ella temblaba de miedo. Shikamaru miraba al hombre y Temari esperaba la respuesta de la mujer.

—Ese hombre no es mi marido, ¡no lo es!

Temari levantó una ceja.

—¿Cómo que no lo…? —Fue interrumpida.

—¿¡Creías que yo podría amarte!? ¡Idiota, nunca te he amado! ¡Para amarte a ti, prefiero no amar! —Sacó un kunai—. ¡Por eso, acabare con tu insignificante vida! —De repente el hombre no podía moverse—. ¿¡Qué demonios!?

—Maldición. ¿Acaso solo estabais discutiendo? —Shikamaru miró al hombre—. No me obligues a llevarte arrestado por empuñar un arma contra un civil, Ninja de la Hoja.

El hombre bufó molesto y Temari lo miró enrabietada. Luego fijó la vista en la mujer.

—¿Qué ha pasado? —Ella estaba intranquila, nerviosa, asustada. Temari se dio cuenta y puso una mano encima de la suya—. Tranquila, no te hará nada. Dos Ninjas estamos contigo. Cuéntamelo.

Ella parecía un poco más confiada y habló.

—Nunca se había comportado así, es decir, ayer nos amábamos, hoy nos amábamos y ahora de repente me odia —se puso a llorar—. ¿¡Por qué él me odia!?

Temari estaba consternada. Aquí algo no encajaba.

—¿Desde cuándo se empezó a comportar de otra manera?

—Desde que tomó una carta que le regalo un tendero.

Temari iba a volver a preguntar cuando Shikamaru se adelantó.

—¿Una carta? ¿Qué tipo de carta era, aun la conservas? —Preguntó sin girarse.

Ella asintió y la buscó entre su ropa. Temari no sabía que estaba ocurriendo. Entonces llegó un grupo de Ambus que golpeó al hombre dejándolo inconsciente. Shikamaru deshizo su técnica y ordenó que lo llevaran al calabozo.

Se acercó a las mujeres cuando los Ambus se fueron y se agachó a recibir la carta de la mujer. Ella la cogió y se la enseñó en la mano: estaba en blanco. Shikamaru frunció el entrecejo. Temari lo vio y miró también a la carta. ¿Qué pasaba con ella?

—¿Estaba así cuando él la tomó?

—No lo sé, no pude verla. Solo sé que la miró y la tocó en la cara de la carta varias veces, como le dijo el tendero que hiciera.

—¿Tocarla? —Shikamaru levantó una ceja—. ¿Y qué paso después?

—Salió un humo verde de ella. Pero cuando se fue el humo, él seguía igual. ¿Qué podría haber pasado? ¡Hasta ese momento estaba bien!

—¿Y qué puesto era? ¿Te acuerdas? ¿Viste su cara? —Preguntó Temari intentado sacar algo de provecho.

Ella asintió y señaló un hueco entre dos tiendas, pero estaba vacío.

—Hace diez minutos estaba y ahora no. ¿No es raro? Por desgracia estaba cubierto, solo sé que tenía una voz de joven y era hombre.

Shikamaru frunció el ceño. Una amiga de la mujer vino y se la llevó, con el permiso de Temari que la pidió que estuviera a su lado. La mujer dejo la carta en la mano del moreno. La rubia le miró y entonces vio como la carta pasaba a tener algo puesto. No pudo leerlo porque el Nara la tomó de la mano y se la llevó de allí hasta que llegaron a un callejón.

—¿Qué demonios te ocurre, Nara? ¿Y qué demonios era todo eso? —Preguntó cuando llegaron.

—¿Has notado que nos siga alguien? —Cuestionó mientras revisaba que no hubiera nadie alrededor.

—¿Qué te pasa, estás paranoico o algo?

El moreno se frenó y fue hasta una caja de madera. Temari tenía una ceja levantada y fue hasta él.

—¿Me podrías contestar a…?

Shikamaru le interrumpió.

—Hay algo que debes ver —empezó diciéndole serio. Ella se puso seria y le escuchó, algo le preocupaba—. Hace una media hora aproximadamente Konohamaru me dijo que tenía un mal presentimiento, que algo malo pasaba. Yo obviamente no le creía, pero entonces se le cayó esto del bolsillo —sacó la primera carta y la posó en la caja de madera. Temari levantó una ceja y se acercó a mirarla. ¿Qué demonios?—: "Es tiempo de un Nuevo San Valentín" y un corazón agrietado. Mira entonces esta —saco la que había tomado ahora y la poso en la madera—:

"El amor es igual a sufrimiento. Empieza San Muerte"

El corazón se veía partido a la mitad y separada una parte de otra. Temari se puso seria. ¿Alguien intentaba joder San Valentín? ¿Por qué? Y encima quería muertes, ¿con que razón?

—¿Qué crees que pasa, Shikamaru?

—Ni idea, lo único que puedo suponer es lo que creo que supones tú: que este tipo quiere cambiar del amor a la muerte. Lo único que podemos hacer es tener los ojos abiertos.

—Estoy de acuerdo, pero…

Otro grito se oyó y los dos se miraron serios. Salieron y solo fue una mujer que había ganado un premio. Shikamaru suspiró y Temari resopló. Se quedaron observando a la gente pasar desde la entrada del callejón.

—¿Qué crees que le paso al marido? —Preguntó la Sabaku No.

—Tengo una idea, pero necesito que Shizune-san lo analice. Creo que al tocar la carta, esta soltó una especie de humo que afectó a su sistema nervioso, llegando hasta el cerebro y cambiando su comportamiento.

Temari resopló y se acarició la sien.

—No puede haber otra explicación, ¿pero qué tiene que ver el tacto? O sea, según ella tuvo que tocar la carta varias veces, ¿por qué?

—Tiene que ver con la primera carta. En ella solo había grietas y algunas pequeñas heridas. A mi parecer, quiere relacionar el hecho que el amar provoca heridas y algunas brechas al principio, pero que aun así se sigue amando.

—El tipo lo debió pasar mal, pero no solo es sufrimiento.

—En parte, no le puedo negar la razón.

Temari lo miró sorprendida.

—¿Estás enamorado?

—Es obvio, ¿no?

—Y ella…

Iba a contestarla cuando vio a Shizune junto a la Hokage. Sonrió.

—Vamos, Temari, ahí está Tsunade-Sama y Shizune-san. Tenemos que preguntarles.

Ella le siguió con un aguijonazo en el corazón. Al parecer sí era como Yumimaro decía, ella sentía algo más fuerte por el Nara: se había enamorado de él.


—Tsunade-sama, Shizune-san.

—Oh, Shikamaru-kun —se giró la segunda nombrada—, y también Temari-san. ¿Cómo lo estáis pasando?

Tsunade, con una botella de la sake en la mano —pero aun sin estar ebria—, les miro ceñuda. Se veía al Nara preocupado.

—¿Qué ocurre, Shikamaru? No creo que vengas aquí a saludarnos.

Las otras dos mujeres se sorprendieron, en cambio Shikamaru no. Por algo esa mujer era la Godaime Hokage. El Nara sonrió, pero inmediatamente se puso serio.

—Necesitamos que comprobéis algo. Seguidme, iremos a una mesa del bar.

Éstas asintieron y se sentaron en la mesa de ese bar cercano. Les trajeron unos vasos de sake y Tsunade miró a su estratega, seria.

—¿Y bien? —La rubia Hokage no dudaba de que era serio, sabía que el Nara no la hubiera interrumpido si fuera así.

El moreno sacó las dos cartas y las puso delante de la Hokage y su secretaria. Las dos levantaron una ceja confundidas.

—¿Cartas? —Preguntó Shizune confundida.

—Pero no son cartas normales.

La Hokage las miraba confundida, entonces leyó las frases y los dibujos; se puso seria.

—¿Qué demonios pasa, Shikamaru? ¿Qué significa todo esto?

Shizune las leyó entonces y palideció. Esperó la respuesta del Nara; éste se calló y se cruzó de brazos, sabía que Temari empezaría.

—Momentos antes —empezó Temari— un hombre intentó matar a su mujer. Treinta minutos antes de ese intento de asesinato se encontraba bien, pero al tomar esta carta —señaló a la carta del corazón roto— una especie de humo salió de ella y le hizo actuar así. De eso estamos seguros.

—Lo que no tenemos tan claro —continúo Shikamaru—, es el efecto que produjo esta carta para que el hombre actuara así. Según mi parecer, el humo que salió de ella debió afectarle al cerebro y hacer que se volviera loco. Como una especie de veneno. Por eso necesitamos que analicéis si queda algún resto de algo o podéis saber que pudo ser.

—Ya veo —dijo la Hokage tras resoplar—. Alguien quiere cambiar el día de San Valentín por el día de San Muerte —miró seria a los más jóvenes—. Shikamaru, Temari, os encargo esto. Coged a ese tipo y haced que se arrepienta de intentar matar a uno de mis aldeanos.

Temari suspiró, pero igual ayudaría. Shikamaru asintió y esperó a ver que decía Shizune quien la había estado analizando.

—Con solo olerla y tocarla, sé perfectamente que estas en lo cierto Shikamaru-kun. Un veneno salió de ella y penetró en la mente del hombre.

Entonces un Ambu apareció ante ellos y se arrodilló con respeto.

—Shikamaru-san, el hombre que nos ordenó llevarnos al calabozo está muerto.

Los 4 palidecieron. Shikamaru frunció el ceño.

—¿Qué ocurrió?

—No lo sabemos con exactitud, pero cuando volvimos a entrar en la sala después de dejarlo hace apenas unos 10 minutos, estaba con la cabeza en la mesa y no tenía pulso.

—Ese era el marido, ¿no? —Preguntó Tsunade a lo que Temari y Shikamaru asintieron—. Así que el veneno tras actuar acaba a los minutos con la vida de esa persona —miró a la morena—. Vamos, Shizune, hay que analizar el cuerpo. Quiero comprobar algo —miró a los jóvenes—. Atrapad a ese cabron, uno de mis Shinobi ya ha muerto. No quiero más muertes.

Éstos asintieron y las dos mujeres de la hoja se retiraron a la Torre.

—Se me está escapando algo… —Pronunció Shikamaru con una mano en la cabeza.

—¿El qué, genio? Esto es muy raro, es como si este tipo quisiera cortar todos los lazos amorosos.

El Nara abrió los ojos como platos.

—¡Eso es! —Temari le miró con una ceja levantada—. ¿Cómo no me había dado cuenta antes?

Oi, genio. ¿Qué demonios…?

La tomó de los hombros y sonrió de medio lado. Temari se sonrojó ligeramente.

—La primera carta tenía grietas, por tanto había que tocar la segunda para que saliera la trampa —le soltó los hombros y tomó un kunai—. ¿Pero qué pasaría si corto la primera carta relacionándolo a que el corazón de la segunda carta estaba roto?

Temari abrió los ojos como platos.

—Eso nos podría acercar más al tipo que hizo esto, o podría ser otra trampa.

—Exacto. Y estoy seguro de que nos llevara a él.

Shikamaru sujetó la carta con una mano y tomó el kunai con la otra para romperla.

—¡Espera! ¿Y si es una trampa?

Shikamaru le sonrió.

—Estoy seguro de que no lo es.

Temari frunció el ceño preocupada y Shikamaru cortó la carta. Durante unos segundos no ocurrió nada. Pero entonces un humo salió de ella, está vez no era raro, sino que parecía de… invocación.

—Vaya, me has sorprendido, Nara Shikamaru.

Los dos Shinobi se levantaron de las sillas y retrocedieron al oír aquella voz.

—¿Quién demonios eres tú? ¿Por qué quieres joder San Valentin?

El humo iba desapareciendo y se oyó al hombre reír mientras la gente miraba asustada la escena.

—¿Por qué, dices? Sabaku No Temari, odio que me rechacen y que me dejen. Tú me has hecho odiar al amor, por eso yo acabare con San Valentín; concretamente, acabare con tu amor.

—Tú… —Temari tenía los ojos abiertos como platos, entonces el humo se dispersó—. Yumimaro…

—Siempre has sido mi objetivo, he tenido que matar a un hombre, sí, pero odiaba ver como se amaban. Pero el Nara, al descubrirme, me ahorró el trabajo de venir a por ti.

—¿Qué es lo que quieres? —Preguntó Shikamaru con voz gélida; tenía un mal presentimiento.

—¿Lo que quiero, dices? —este sonrió— Yo quiero muchas cosas, pero concretamente, deseo una muerte.

—Tócale y te arrepentirás de haber nacido, rata inmunda —habló Temari con voz aterradora.

El hombre se rió.

Feliz San Valentín, Temari. Quiero decir: Feliz San Muerte, Temari.

Antes de que dos Ambus pudieran atraparlo, él desapareció. Temari se preocupó y sacó un kunai que estaba atado a su pierna por dentro del yukata. Estaba claro a por quien iba.

—¡Vete Shikamaru! ¡Corre! —Le gritó con voz angustiada.

—No, no me voy a ir; además, ¿por qué tendría que irme? ¡Va a por ti, problemática!

—No idiota, no va a por mí. ¡Va a por la persona que amo! ¡Corre, joder, corre!

Shikamaru abrió la boca de la sorpresa y palideció.

—¿Qué estás…?

—¡Hazme caso por una vez y deja de usar ese maldito cerebro tuyo! ¡Vete!

Y antes de que pudiera moverse un chakra apareció detrás suyo; Temari palideció, Shikamaru intentó mirar de reojo y coger un kunai para frenar aquella espada que se abalanzaba contra él.

—¡No! ¡Shikamaru!

Pero no hubo tiempo y la espada se clavó en su espalda. En el hombro derecho de Shikamaru se apoyó la cabeza de aquel ex novio de Temari.

—El amor es sufrimiento. Yo ya sufrí y ahora sufrirás tú, querida Temari. Feliz San Valentín, perdón, Feliz san Muerte.

Sacó la espada de la espalda del Nara que cayó de bruces al suelo con un poco de sangre cayendo de su boca. Los Ambus iban a atrapar al tipo, pero él escapó, no sin antes oír el sufrimiento en la voz de la rubia, lo que deseaba.

—¡Shikamaru! —Ella se acercó a él y apoyó la cabeza del Nara en sus piernas—. ¡Buscad a Sakura Haruno, rápido! ¡Llamad a la maldita Hokage! ¡Vamos! —Gritó desesperada.

Ellos se movieron rápido.

—Te…Temari…

Ella le miró preocupada, con una mano tapando la herida y con otra en su nuca.

—Hey, hey, no hables. Te vas a poner bien, Sakura ya viene hacia aquí. ¿Entiendes, Shikamaru? Todo va estar bien.

Él, con mucho esfuerzo, consiguió posar una mano en una mejilla de la rubia.

—Estoy seguro de que la… la espada estaba envenenada —ella cerró los ojos con fuerza, no él no moriría—. Abre los ojos, por favor... —ella los abrió, un par de lágrimas se habían escapado de ellos—. Te amo, Temari.

Tras eso cerró poco a poco los ojos.

—¡No, Shikamaru! ¡Ni se te ocurra, ¿me oyes?!

—¡Temari, ya llegué! ¿Qué ha…? ¡Shikamaru!

Aunque Sakura ya hubiera llegado, era tarde.

Shikamaru ya se había dormido.


S&T


Hola a todoooooos.

Me ha encantado escribir este fic kiunjhgf. Derrocha amorsh', pero también misterio. Muajajjajaja. Joder, puso dolor asdhisjdj. Lo hice sin querer pero odnjsjdj. Ay, puto final. Me duele en el alma. Cuando lo empecé a escribir no sabía cómo enfocarlo, pero se me ocurrió lo de las cartas, y la verdad, si hubiera tenido más palabras hubiera puesto una tercera carta, pero doijwsijdk.

Es una mezcla de misterio/romance/humor/angustia jajajajja. Pero creo que me salió el misterio, ¿ne? Todos los Oc que pongo son malos jajajajaj. Pero no soy capaz de poner a uno de Naruto haciendo esto. Que cabron, ¡lo odio! jfhuduhjhytrd

*Se va a una esquina a llorar*

(*) Ojizarco: Es decir ojiazul. Lo tome de la guía que puso K. Monroe en el foro. Queda un poco mejor, ¿no? Jajajajajaja.

Continuaré este fic, porque se me ocurrieron varias ideas, así que:3 Este fic era antes llamado "Feliz San Valentin", nombre que brilla por mi originalidadxD

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Se despide TemariAckerman06.