SAINT SEIYA
EL ÚLTIMO MITO
(FANFIC AEBAEZR)
Capitulo 0
EL ESBOZO DEL ÚLTIMO MITO
Lentamente el sol se ocultaba en el horizonte que se vislumbraba infinito en aquel tranquilo mar, eso pensaba el capitán Jacob, quien comandaba el trasatlántico Io, un barco de mediano calado que navegaba cerca de la línea del ecuador, sin embargo, ni siquiera sus veinte años de experiencia podían prepararlo para aquella noche que se avecinaba.
En el interior de uno de los camarotes de Io, se encontraba Beatriz quien se encontraba encamada debido a una extraña enfermedad que había adquirido extrañamente 7 días después de que el barco zarpó de Grecia, su hijo Aristo miraba a la mujer día y noche ya que algo le decía que aquello no era una enfermedad normal, ya que habían pasado ya 14 días y su madre no mejoraba pero tampoco empeoraba.
El piso se movió como si tratara de dar una voltearse y de repente cedió como un columpio al llegar al punto más alto.
-¡Madre!- exclamo Aristo al ver como su madre caía de la cama, -¿Te encuentras bies?-
-Si…- exclamo débilmente su madre –…no te preocupes-
-iré a ver qué sucede- dijo el niño de 8 años
Mientras corría por los pasillos de Io Aristo sentía que se dirigía a algo más que a averiguar que sucedía, era como si a cada paso que diera sintiera que estaba alcanzando al destino, cosa que a pesar de ser muy chico le preocupaba, puesto que también sentía que a cada paso que daba se separaba de su madre.
Abrió la puerta del barco para salir a la escotilla, cuando un viento huracanado invadió el espacio, fue una transición terriblemente rápida, antes todo era seco y cálido, y de repente Aristo se encontraba empapado por la lluvia. La vista le revelo en conjunto con un rayo, el origen de aquellos bamboleos, las olas eran gigantescas, tanto que parecían cerros bailando al ritmo de el viento.
Al horizonte se distinguía un punto rojo y cálido, - ¡Que extraño!- pensó Aristo hipnotizado en medio de la tormento por aquel contrastante punto rojo.
-Siento que… me llama- y todo se volvió húmedo, confuso y el salitre del mar inundaba las fosas nasales del niño.
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-¡La isla de KanoN!- dijo un marino viejo que acompañaba al capitán Jacob en medio de aquella tempestad
-¿La isla de Kanon?- se extraño el capitán – ¿Acaso dices que esa isla volcánica es el origen de esta repentina tormenta?... ¡¿ACASO QUIERES TOMARME EL PELO?-
-Los designios divinos- dijo el marino sin inmutarse ante la ira del capitán –son lo mismo que el destino, nada puede hacer el hombre en contra de ellos-
-¡patrañas!- dijo el capitán cuando su mirada se desvió al exterior del barco y vio al joven Aristo caminando en medio de aquella tormento -¡ese niño… OYE!-
Pero una ola gigantesca barrió las palabras del capitán, sus pensamientos y preocupaciones.
