HELLO! I´M BACK! Después de muchos años heme aquí. Porque este año es especial. 2017 ha marcado el inicio del fin de nuestra amada serie Bones. Debo confesar que por diversas circunstancias, me perdí en el camino por cinco años y no acompañé a nuestros héroes en su travesía. Un capítulo por aquí y otro por allá. Sin embargo, aproveché las vacaciones para enderezar un poco mi camino. Aún me queda camino por recorrer pero gracias a ello mi imaginación se ha vuelto a reactivar. Así que heme aquí. Y de una forma que jamás pensé. Con una secuela. Dicen que segundas partes nunca han sido buenas salvo algunas excepciones. Espero que este caso sea una excepción. Así que, amigo lector, no puedes pasar de este punto si no has leído Trabajo Encubierto: Entre el Deber y la Pasión ya que es la primera parte de esta historia que recomiendo ampliamente! Para los que me acompañaron en ese tiempo, les doy la bienvenida a este viaje, el cual espero sea de su agrado. Eso sí, en esta ocasión no creo hacer capítulos largos ya que si antes tenía mucho trabajo, ahora es peor. En fin, como siempre, les mando un enorme saludo desde un pequeño punto en una fría Ciudad de México.


Amor Legendario: Entre la Luz y la Oscuridad

Aquella mañana el sol comenzaba a iluminar la ciudad. Los habitantes de Washington DC comenzaban su jornada matutina a toda velocidad. Los padres de familia se alistaban para llevar a los hijos a las escuelas y a sus esposas a sus respectivos lugares de trabajo. Algunos comercios empezaban a abrir sus lugares de trabajo para comenzar con sus respectivas actividades. Sin embargo, en un lugar muy cerca de ahí, dos personas estaban a punto de cometer el robo de sus vidas. Conseguir su objetivo los había llevado a planear cada detalle con mucha determinación. Ella se convertiría en la vigilante mientras él llevaría a cabo el plan. Todo debía ser muy rápido para que los guardianes de su tesoro no pudieran evitar que consiguieran su anhelado trofeo. Ella estaba al pendiente de la situación, su oído podía escuchar cualquier ruido que pudiera perturbar tan invaluable misión. Él, por su parte, tenía que superar un solo obstáculo para lograr su cometido. Unos cuantos pasos más y obtendrían su recompensa. Habían luchado tanto para llegar a este momento que por fin se haría realidad. Por fin habían vencido al enemigo que les impedía cumplir con su destino. La sonrisa de ambos se hizo evidente cuando tuvieron en sus manos aquel magnífico tesoro. De pronto, ambos se estremecieron cuando escucharon una voz que los dejó paralizados. Intentaron salir corriendo con el botín pero nuevamente aquella voz se hizo presente en el lugar:

-Me quieren decir qué significa esto? Acaso no tenían prohibido acercarse?

Ambos ladronzuelos se dieron la vuelta para observar a uno de los guardianes de aquel tesoro. Ellos únicamente se quedaron mirándolo en silencio. Habían luchado tanto y al final fueron atrapados con las manos en aquel tesoro prohibido. Aquel hombre exclamó con voz autoritaria:

-Acaso no van a contestar? Fueron valientes al cometer semejante acto y ahora no tienen la capacidad de explicarlo?

A lo cual, ella respondió: -Sabemos que no podíamos tomarlo pero…

-No hay pero que valga jovencitos! –Aquella voz los hizo cerrar los ojos con fuerza. Al cabo de unos segundos, ambos abrieron los ojos para ver el rostro de aquel guardián. Su rostro era serio. De pronto, una sonrisa apareció por su rostro por lo que de inmediato exclamó:

-Está bien. Pueden tomar una galleta cada uno pero que mamá no se dé cuenta porque se molestará mucho, entendido?

Tanto el pequeño Max como la pequeña Ruth sonrieron y le dieron un beso en la mejilla a su padre antes de irse corriendo a su habitación. Seeley Booth tomó el frasco de galletas y lo colocó en su lugar pero no sin antes tomar una para él. Todos sabían que los pequeños no podían comer galletas antes de la cena pero Booth pensó que nadie se daría cuenta de aquella disminución en la ración de galletas con chispas de chocolate. Así que mientras degustaba su deliciosa galleta, escuchó una voz que lo sacó de su ensoñación:

-Me quieres decir qué haces con esa galleta?

Booth casi se atragantó al ser descubierto. Al voltear a ver a la dueña de aquella voz, se quedó inmóvil al observar aquellos ojos azules que siempre lo llevaban al infinito. Aquellos ojos azules que lo miraban con enojo pero a la vez con dulzura por lo que simplemente alcanzó a decir:

-El frasco de galletas fue hábilmente sustraído por un par de niños hambrientos.

-Querrás decir por un "trío" de jóvenes hambrientos. No es así Booth? –Respondió Temperance Brennan con una ligera mirada de picardía en su rostro a lo que Seeley simplemente alcanzó a decir:

-No amor. El robo fue hecho por un par. Yo únicamente los dejé escapar siempre y cuando compartieran el botín.

Una sonrisa recorrió el rostro de Temperance Brennan. Aquel argumento la había hecho acercarse a su flamante esposo antes de exclamar:

-Hay algo más que deseas compartir cariño?

En ese instante, la joven Temperance Brennan tomó entre sus manos el rostro de Seeley Booth para impregnar sus labios con un amoroso beso, el cual fue bañado de sabor a chispas de chocolate.

Aquel par de enamorados habían pasado por muchas dificultades para lograr conseguir su felicidad. Se habían conocido muchos años atrás cuando Temperance se encontraba en una misión ya que antiguamente trabajaba como agente del FBI. El flechazo había sido inmediato pero ella se alejó de él de una forma poco convencional: Engañándolo y robando todo su dinero. Años más tarde, ella se vio envuelta en otra misión con el padrino de Booth. Su intención era enviarlo a prisión pero pronto se dio cuenta que Booth y su padrino, que en realidad es su padre, estaban con las manos atadas a merced de un tipo llamado Alexander Humboldt. Así, que Temperance Brennan, en su afán de salvar al amor de su vida, le hizo creer que ella era la peor persona del mundo aliándose con su peor enemigo. Tanto Brennan como Booth se hicieron mucho daño pero al final la verdad salió a la luz en el momento menos imaginado: Justo cuando Seeley había disparado sin contemplación para matar a la mujer que más le había hecho sufrir. Fue su padre, Cristopher Morrison-Baker, quien prácticamente regresó de la muerte, para aclararle a su hijo todo lo que Brennan había hecho para liberarlos del yugo del famoso criminal apodado "El Comandante". Así, aquellos dos enamorados con el alma atormentada pudieron dar vida al amor que siempre había estado en sus corazones.

Ahora, ambos vivían felices con sus hijos, los gemelos Helen Ruth y Christopher Max, quienes habían sido nombrados en nombre de sus abuelos y quienes eran la alegría de sus padres. A sus tiernos 6 años, ambos habían demostrado que la inteligencia de su madre y la tenacidad de su padre corrían por sus venas por lo que en aquel momento, Brennan únicamente dijo:

-Y bien, cuánto tiempo les tomó llegar al frasco de galletas?

Booth colocó sus manos en la cadera de su esposa y con una sonrisa confesó: -Casi dos minutos. Ruth estaba de vigilante pero se distrajo con un movimiento inesperado que hizo Max por lo que no me vio llegar. Creo que tendremos que esconder el frasco de galletas en otro lugar.

Brennan se puso seria: -No, creo que si hablo con los niños entenderán que comer muchas galletas puede ser perjudicial para la salud. Aunque, pensándolo bien, si tú aún no lo has entendido, ellos menos lo harán. Y más si les permites tomar las galletas a escondidas!

Seeley supo que era momento de rendirse ante la dueña de su corazón: -Está bien Brennan! Hablaré con ellos para que no se roben las galletas.

La joven únicamente sonrió ante la travesura de sus hijos: -Está bien Booth. Ahora lo que quiero es descansar. Tuve un día muy pesado en Millenium así que lo único que quiero es tomar un baño y acostarme.

Booth la miró a los ojos y levantó una ceja mostrando mucha curiosidad: -Un baño? Se me está ocurriendo una idea perversa…

Seeley se acercó a su esposa para cargarla a lo que una sorprendida Brennan gritó: -No, Booth… Ni se te ocurra!

Una sonrisa sarcástica y coquera apareció en el rostro de Booth: -Por qué no amor?

-Porque vamos a inundar el baño! –Exclamó la joven con una gran sonrisa en el rostro.

-Ya después lo secaré… -Dicho eso, ambos enamorados se retiraron a sus aposentos para disfrutar de una deliciosa velada romántica.


Al día siguiente, Temperance Brennan se dirigió a su oficina en Millenium Exports, una empresa dedicada a la importación y exportación de toda clase de productos. Aquella empresa pertenecía a su suegro, Christopher Morrison-Baker, aunque en un tiempo bastante turbio, le perteneció a ella para evitar que cayera en manos de su archienemigo Alexander Humboldt. La historia de ella con Humboldt se remontaba muchos años atrás ya que él había sido el responsable de la muerte de sus padres. Fue entonces cuando ella se convirtió en una obsesión para él. Humboldt quería destruir a Seeley y a Christopher por lo que ella tuvo que convertirse en su amante para evitar que asesinaran al amor de su vida, aunque para ello hubiera tenido que hacerle mucho daño. Brennan sabía que había cometido muchos errores en su vida por lo que aún sentía que debía pagar por todos sus pecados pero Booth se había encargado de reconfortarla y de hacerle saber que no sería fácil olvidar todo lo ocurrido pero que juntos podrían lograrlo. Por tal motivo, dedicaba su vida entera en hacer feliz a Seeley y disfrutar a sus hermosos gemelos, aquellos niños que habían llegado a su vida para hacerla una mujer completa en todos los sentidos.

Así que, cada mañana al entrar a su oficina, lo primero que hacía era mirar una foto en su escritorio, en la cual estaban sus 3 amores felices y sonriendo. Helen se parecía a ella aunque había sacado los ojos de Booth mientras que Max era igualito a su padre. Brennan podía perderse en la mirada de los 3 para siempre. De pronto, sonó el teléfono:

-Brennan.

-Hola Tempe. Tengo un paquete que acaba de llegar para ti. –Respondió Rosy Hughes, asistente de Brennan en Millenium Exports.

-Un paquete? –Respondió Brennan intrigada: -Quién es el remitente?

Hughes simplemente contestó: -No trae un nombre. Únicamente viene un apartado postal.

-Apartado postal… -Aquello era algo raro para Brennan a lo que solo respondió: -No tengo idea de quién podrá ser. En fin, tráelo por favor.

-En un momento te lo llevo.

Algunos minutos después, Rosy tocó la puerta de la oficina de Temperance para entregarle aquel paquete para dejarla sola de inmediato. Brennan lo dejó en su escritorio mientras terminaba de revisar algunas solicitudes de exportaciones de sus clientes más leales. Durante la época de Humboldt, Millenium había caído en una debacle pero con el esfuerzo de todos, había logrado colocarse como la mejor empresa de importaciones y exportaciones del país. En el resto del día había comido con Booth y con Christopher para arreglar algunas cosas de los envíos así como para ultimar los detalles de la fiesta de cumpleaños de Booth, la cual sería al día siguiente. Sin embargo, ella había tenido que regresar a la oficina para dejarle todos los pendientes a su asistente ya que como regalo de cumpleaños, tanto ella como Booth se irían de viaje a Hawai mientras que sus hijos se quedarían al cuidado de su abuelo. Cuando estaba a punto de marcharse notó el paquete que seguía en su escritorio. Pensó en dejarlo y abrirlo cuando regresara de su viaje pero al final pensó que posiblemente se trataba de algo urgente así que abrió el paquete para encontrar una caja pequeña de acero. Aquello sorprendió a Brennan porque no tenía ninguna nota. Abrió la caja para únicamente encontrar dos cosas. La primera era una nota escrita a mano que decía:

"Juntos reinamos en el Olimpo. Juntos gobernamos el Inframundo. En un tiempo fuimos uno mismo. En otro tiempo fuimos divididos. Mucho tiempo vagamos sin esperanza. Ha llegado el tiempo de recuperar lo que es parte de nosotros"

Adentro de aquella nota, había tres cartas. Brennan empezó a temblar mientras observaba cada una de aquellas cartas. En la primera carta, hizo su aparición un roble. Temperance no podía evitar que miles de pensamientos invadieran su mente. El miedo comenzaba a acorralarla por completo. Entonces observó la segunda carta. En ella, aparecían diversos granos de granada. Fue entonces que Brennan temió lo peor. Al observar la última carta, comprobó que aunque uno quiera escapar de su pasado, al final, siempre termina por alcanzarnos. Miró nuevamente aquella última carta. Quería comprobar que aquella pesadilla no era real. Sin embargo, todo era real. En esa carta, estaba la representación de un casco.

Fue entonces cuando Temperance Brennan supo que no tendría escapatoria esta vez. Su presente se había topado con su pasado sin que ella pudiera hacer nada para evitarlo. Tomó el teléfono y marcó un número bastante conocido. No hubo respuesta por lo que únicamente dejó un mensaje: "Hola amor. Solo te aviso que surgió un problema con un cargamento por lo que llegaré un poco tarde así que descansa y no me esperes despierto. Dale un beso a los niños de mi parte cuando se acuesten y dile que mamá los quiere muchísimo. Y Booth… Nunca olvides que te amo".

Dicho eso, colgó el teléfono. Sabía que ya no tenía mucho tiempo así que guardó la nota, las cartas y la caja de acero en el envoltorio del paquete. Tomó su abrigo y su bolso para salir de su oficina con un único pensamiento en su mente: Entrar al inframundo y pagar por todos sus errores.


A la mañana siguiente, Seeley Booth despertó muy temprano. Aquel día era su cumpleaños por lo que su amada Bones se había dedicado a organizarle una fiesta para celebrarlo y posteriormente se tomarían unos días para ellos solos. Así que cuando volteó a la cama buscando a la mujer de su vida, se sorprendió al notar su lado de la cama vacío. Aquello se le hizo raro ya que, en el tiempo que llevaban juntos después de lo sucedido en su reencuentro en el acuario, nunca había pasado un día en que no durmieran el uno al lado del otro. Booth recordó el mensaje que Brennan le había dejado en la contestadora la noche anterior pero no le dio importancia. Sabía que su esposa era la más responsable en el trabajo. Seeley pensaba que tal vez esa era la forma de retribuirle a él y a su padre todo el daño que tuvieron que sufrir cuando ella se volvió amante de Humboldt mientras trabajaba encubierta. Segundos más tarde, Booth se levantó de la cama para buscar a Brennan. Pensó que tal vez había llegado muy tarde y se había quedado dormida en la sala pero cuando llegó no la pudo encontrar. Fue a la habitación de los gemelos pero tampoco estaba ahí.

-Qué pudo haber pasado? Dónde estás Temperance? –Pensó Booth en silencio intentando pensar qué era lo que había ocurrido con su esposa. Tomó el teléfono para llamar a la oficina.

-Millenium Exports. Buenos días. Le atiende Rosy.

Seeley trató de mantener la serenidad y la cordura: -Buenos días Rosy. Habla Booth. Sabes si Temperance se quedó dormir en la oficina?

-Buenos días Seeley! Feliz cumpleaños! –Respondió una sonriente Rosy:-Y no, Tempe no se quedó a dormir. Hoy llegué muy temprano y todo estaba en silencio.

Aquello era una mala señal para Booth: -Estás segura? No estará durmiendo en la oficina?

Rosy dudó un poco así que le dijo: -Dame unos momentos para ir a revisar.

Seeley ya estaba empezando a perder la cordura por no saber nada de Brennan. Segundos más tarde, Rosy tomó el teléfono y exclamó: -No Seeley. Ella no está aquí. Sucede algo malo?

Booth no quería hablar mucho porque no sabía en realidad lo que pasaba con su esposa por lo que simplemente dijo: -Brennan no llegó a dormir. Posiblemente esté con Ange. Gracias de todas maneras.

Booth colgó de inmediato y llamó un número telefónico ya conocido. Sin embargo, entraba directamente a un buzón de voz. Marcó otro número y después de dos timbres, se escuchó del otro lado de la línea:

-Aquí yo y allá quién?

-Angela? –Exclamó Seeley Booth por lo que la mejor amiga de su esposa, Ángela Montenegro, respondió con alegría y felicidad:

-Booth? Feliz cumpleaños! Ya está todo listo para la fiesta? En un rato estaremos por allá! Espero que te guste lo que te vamos a regalar Jack y yo.

Seeley necesitaba una pronta respuesta ante la desaparición de Temperance así que solo alcanzó a decir con rapidez: -Escuchame Ángela. Bones está contigo?

Aquellas palabras sacaron de balance a Ángela por lo que con seriedad respondió: -No, Booth. Qué pasa?

El joven exclamó con pesar: -No la encuentro por ningún lado.

-Qué? –Respondió Ángela con desesperación: -Eso es imposible? Qué le hiciste? Si le hiciste algún daño te juro que…

-No le he hecho nada! –Booth exclamó de inmediato. Después de lo ocurrido en la época de Humboldt, era claro que Ángela pudiera pensar que le había hecho algo a la mujer de su vida pero simplemente dijo: -Anoche me dejó un mensaje en la contestadora diciendo que había un problema con un cargamento y que iba a llegar tarde. Ya marqué a la oficina y a su celular y nada. Por eso te llamo, para saber si no está contigo.

Ángela trató de tranquilizarse antes de expresar: -No Booth. Brennan no está con nosotros. Quieres que intente marcar a su teléfono desde mi celular?

-Por favor. Ange, estoy desesperado –Respondió un abatido Seeley por lo que Ángela dijo:

-Tranquilízate Booth. No debe ser nada grave… Maldición. También me manda a buzón.

Aquello estaba sacando de quicio a Booth por lo que respondió: -Voy a llamar a la policía. Necesito saber dónde está mi esposa.

-Los niños cómo están? –Respondió la joven.

-Aun duermen pero no tardarán en despertar y buscar a Temperance. –De pronto, se escuchó el timbre de la casa así que Booth le dijo: -Está sonando el timbre. Tal vez es ella. Te llamo después.

-Está bien –Respondió Ángela aliviada: -Dile a Brennan que no se le olvide que yo llevaré el pastel!

Booth asintió sin que Ángela pudiera verlo y se apresuró a abrir la puerta. Lo que encontró no fue lo que esperaba pero al ver a aquella persona no pudo evitar tomarlo del cuello de su chaqueta y decirle con fuerza: -Qué rayos haces tú aquí? Dónde está Brennan?

-Hey! Qué te pasa! Así recibes a los amigos? –Exclamó el agente de la Interpol, Gabriel Montemayor –Temperance me invitó a tu fiesta de cumpleaños pero creo que se me hizo muy temprano. Malditos aviones. Cuando tienes prisa, siempre tienen retraso. Y cuando no quieres llegar temprano, terminas llegando antes de tiempo.

Booth lo soltó y lo invitó a pasar a su casa: -Perdóname por favor. Es que estoy desesperado. Brennan no aparece por ningún lado.

-Otra vez ya se te perdió? –Exclamó aquel hombre con su acostumbrada ironía y sarcasmo a lo que Seeley gritó:

-No estoy de humor para escuchar tu sarcasmo!

Gabriel pudo percatarse que no era momento para eso así que con seriedad le dijo: -Está bien, está bien. Tienes razón. Qué pasó?

Seeley lo miró solo para decirle: -No lo sé y eso me está volviendo loco!

-A ver. Tranquilízate y explícame qué está pasando por favor –Exclamó el agente de la Interpol por lo que Booth empezó a decir:

-Ayer Brennan me dejó un mensaje en la contestadora. Dijo que había un problema con un cargamento y que llegaría tarde. Que no la esperara despierto. Hoy por la mañana me di cuenta que no había llegado a dormir. Hablé a su oficina y nada. Le llamé a Ángela y tampoco sabe nada de ella.

Gabriel hizo memoria y simplemente –Le llamaste a Zack? Posiblemente Temperance esté con él.

Booth negó con la cabeza: -No, nos dijo que volaría hoy por la mañana para venir a la fiesta. Ahora vive en San Francisco con su esposa Michelle.

La mente del agente de la Interpol empezó a rodar: -No hay nadie más que pudiera saber de ella?

Seeley se quedó pensando si había pasado algo por alto pero finalmente dijo: -No lo creo.

Gabriel exclamó con rapidez: -Y no podemos iniciar una investigación por desaparición hasta que no pasen las 72 horas de rigor. Si no está con nadie conocido, tendremos que investigar con los desconocidos.

-A qué te refieres? –Preguntó un desesperado Seeley Booth por lo que Gabriel Montemayor respondió:

-Recuerdas que tu esposa era una agente del FBI que trabajó encubierta mucho tiempo? Gracias al caso de Alexander Humboldt, su rostro e identidad fueron revelados al mundo entero así que… no crees que uno de los tipos que detuvo puede estar detrás de su desaparición?

Booth recordó que su esposa había sido la mejor agente encubierta del FBI y que había llevado a prisión a infinidad de criminales por lo que con desesperación y coraje exclamó: -Maldita sea! Si uno de ellos le ha hecho daño, juro por lo más sagrado que no me tentaré el corazón…

-Seeley! –Trató de calmarlo Gabriel: -Antes de que inicies tu plan de venganza, debemos revisar los casos en los que trabajó Temperance. Y la única que puede ayudarnos un poco es Ángela.

Booth asintió en silencio intentando tranquilizarse sin lograrlo del todo. Tenía miedo de que algún idiota le hubiera hecho daño al amor de su vida. Por su parte, Gabriel Montemayor tomó su teléfono para saludar a una vieja amiga:

-Aquí yo y allá quién?

-El único amor de tu vida cariño… -Exclamó el agente de la Interpol por lo que del otro lado de la línea una joven empezó a reír antes de responder:

-Gabriel! No lo puedo creer! Cómo estás?

Una sonrisa recorrió el rostro de Gabriel: -Aquí esperando a que te decidas tener una noche de pasión conmigo para llevarte al infinito y más alla!

Una carcajada salió de los labios de la joven ya que sabía perfectamente que aquel hombre era una persona con un sentido del humor sin igual por lo que simplemente respondió: -Me da gusto escucharte de nuevo.

-A mi también me da gusto escucharte -Exclamó el agente: -Cómo está el loco de tu esposo?

-Bien. El trabajo en el bufete ha subido bastante y apenas entre Sweet, Cam y él se dan abasto.

-Me alegro por ustedes. –Respondió Gabriel con seriedad así que se apresuró a decir: -Pero bueno, estoy aquí con Booth y necesito preguntarte algo. Recuerdas los casos de Brennan cuando trabajó en el FBI? Tendrás alguna copia de ellos?

-Aún no tienen noticias de ella? –Aquello estaba asustando a Ángela: -Acaso crees que su desaparición se debe a alguno de los idiotas a los que encerró?

Gabriel decidió abrir la conversación para que Booth también pudiera escuchar lo que la joven decía así que continuó: -Posiblemente. Booth y yo estábamos pensando en ello. Porque no hay otra razón para que haya desaparecido.

Ángela Montenegro se quedó en silencio por algunos segundos antes de responder: -Tengo todo su expediente completo. Unos de los beneficios de ser Jefa del área de Análisis Informático del FBI. Dame unos minutos y te los haré llegar de inmediato.

Ahora fue Booth quien dijo: -Gracias Ánge. No sé qué haríamos sin ti. En cuanto recibamos el expediente lo revisaremos y te juro que la voy a encontrar.

Ángela sabía que ese hombre amaba a su amiga por sobre todas las cosas por lo que con el corazón le dijo: -Te creo Booth. Sé que lo harás. Seguimos en contacto.

Finalmente, antes de que Ángela pudiera colgar, Gabriel le dijo: -Oye, podrías avisarle a todos que la fiesta se acaba de cancelar? Y que no olviden enviar los regalos!


Horas antes:

Habían pasado más de 20 años desde la última vez que Temperance Brennan había estado en ese lugar. Aquel edificio pintado con grafitti hizo que Brennan recordara gran parte de su pasado, aquel pasado que había olvidado y que ahora la golpeaba con fuerza. Al acercarse a las escaleras de aquel lugar, miles de recuerdos se agolparon en su mente. Ella era prácticamente una adolescente. Una adolescente dedicada a sus estudios, una jovencita que lo único que quería era ser la mejor de la clase… Pero había cometido muchos errores en tan poco tiempo. Había decidido enterrar aquel periodo de su vida pero ahora ese pasado no había hecho más que perturbarla en su presente. Pensaba que después de lo ocurrido con Humboldt por fin podría ser feliz pero aquellos tiempos de oscuridad habían vuelto a perseguirla.

Lentamente entró a aquel edificio. Recordaba cada esquina, cada escalón, cada cuarto… Cada paso que daba lo hacía con seguridad a pesar de que el miedo la invadía cada vez más. Así llegó al único lugar que le interesaba. En medio del edificio había una especie de patio. Miles de grafittis de colores invadían las paredes. De pronto Brennan escuchó una voz:

-Sabía que vendrías en cuanto vieras mi mensaje…

Temperance se paralizó al reconocer aquella voz pero trató de controlar sus impulsos exclamando: -Te conozco lo suficiente como para saber que un mensaje de ese tipo no podía ser ignorado.

Aquel hombre soltó una pequeña carcajada antes de decir: -Me alegra que recuerdes tus obligaciones.

-Qué es lo que quieres? –Brennan respondió de inmediato mientras trataba de identificar de qué parte de las sombras venía aquella voz. Segundos más tarde, Temperance Brennan pudo ver el rostro de aquel hombre que pensó que nunca más volvería a ver. Éste, sin embargo, únicamente sonrió para sí mismo mientras decía con ironía:

-Calma… Hace muchos años que no nos vemos y así me tratas?

Por su parte, Brennan no quería seguir ahí. Necesitaba resolver eso lo más pronto posible por lo que únicamente exclamó: -Tú y yo no tenemos nada de qué hablar. Vine únicamente para dejártelo muy claro.

Los ojos de aquel hombre se llenaron de odio hacia la mujer que tenía enfrente: -Te equivocas cariño. Tú y yo tenemos muchas cosas de que hablar. Recuerda que tienes una cuenta pendiente conmigo.

-Por favor Robert. Déjame en paz.-Dijo la joven ex agente del FBI haciendo que aquel hombre diera dos pasos al frente con determinación para gritarle a la joven:

-No Temperance! Como te dije, desde hace muchos años tienes una cuenta pendiente conmigo. Hicimos muchas cosas juntos y podíamos convertirnos en los amos del mundo pero al final me abandonaste cuando más te necesitaba.

El temor y el miedo recorrían cada centímetro de Brennan por lo que intentando sacar fortaleza, encaró al hombre: -Lo que querías hacer era una locura! Éramos unos jóvenes idiotas! Jamás hubiéramos podido lograr lo que querías!

Aquellas palabras provocaron la furia de Robert: -Y por eso te fuiste a refugiar con el enemigo! Me sorprendí mucho cuando vi una foto tuya en los periódicos diciendo que eras una agente del FBI. Vaya que si fue una gran sorpresa.

Brennan no se esperaba aquella revelación por lo que únicamente alcanzó a decir: -Robert…

Esta vez, aquel hombre no pudo más por lo que le gritó a la joven: -No me llames así! Sabes bien quién soy! Así que quitémonos las caretas… Persephone…

Hacía mucho tiempo que Temperance Brennan había escuchado ese nombre por última vez así que sin dejar de mirar a Robert a los ojos exclamó: -Ese es un nombre que he querido olvidar. Al igual que el tuyo…Hades…

Una carcajada salió de los labios de Robert. Segundos más tarde, su semblante se volvió sereno y con voz grave respondió: -Yo no he podido olvidar el tuyo. Lo llevo marcado en la piel como un recordatorio de no volver a confiar en nadie. Ni siquiera en mi propia sombra.

Brennan cerró los ojos para intentar serenarse: -Sabes que en aquel tiempo estaba sumida en un mundo de soledad. Era una adolescente idiota que simplemente se dejó llevar por el momento, por la necesidad de probar otras cosas.

Robert se acercó a ella con lentitud hasta colocarse a unos centímetros de distancia de ella: -Y tú sabes muy bien que en mi mundo todo era luz. Pero te conocí y todo se volvió oscuridad y tinieblas. Gracias a ti me encontré a mí mismo.

Ahora fue Brennan la que terminó de cerrar aquella distancia: -Y te volviste un ser maligno! Capaz de hacer cualquier cosa con tal de conseguir lo que lo querías. Hasta destruir al mundo. Y heme aquí. Sigo siendo incapaz de resistirme a ti. Pude ignorar tu mensaje y no lo hice así que dime, qué quieres de mí.

Robert de inmediato se dio cuenta que aquellas palabras las decía Brennan para terminar con esta reunión así que expresó su único deseo: -Simplemente quiero honrar el mito del alma gemela. Yo fui el primer hombre en tu vida. Y ahora te quiero conmigo.

-Estás demente Robert! –Gritó Temperance pero lo que no se imaginaba era que la furia que vería en los ojos de aquel hombre la paralizaría. Él, por su parte, tomó la barbilla de Brennan para decirle con voz fuerte y clara:

-No me vuelvas a llamar así! Mi nombre es Hades así que como Rey del Inframundo te ordeno que regreses al lugar al que perteneces Persephone! A mi lado como mi reina!

Brennan sabía que eso era una locura: -Eso jamás lo haré. Y sabes por qué? Porque no te amo.

Una sonrisa sarcástica apareció en el rostro de Robert: -Según tú, amas a tu esposo y a tus dos pequeños hijos. Por cierto, Helen se parece mucho a ti. Sería interesante convertirla en una de mis grandes tesoros.

-No te atrevas a acercarte a mi familia! –Exclamó Brennan con determinación alejándose del toque de Robert quien finalmente le dijo:

-Entonces decide…

Sin dudar y con todo la fortaleza dentro de su ser, Brennan le gritó a aquel individuo: -Alguna vez fui tuya Robert pero ya no lo soy! Mi corazón le pertenezco a otro hombre!

-Eso está por verse…

En ese instante Robert colocó un pañuelo sobre el rostro de Brennan provocando que ella perdiera el sentido mientras un sonriente Hades la tomaba entre sus brazos para desaparecer en la oscuridad de aquel lugar.


Como siempre, espero sus amenazas en la red social del blue bird al nickname CinefilAlMaximo. Hasta la próxima! Bye!