Alysa Gideon Greenaway - 10 de marzo – 1,57m (5'2') 2013 tiene 14 años.
( . ) – School.
il mio cattivo pimpante = Mi travieso gallardo.
la mia bambina = Mi pequeña niña.
—Puedo hacer esto –se dijo una chica mirándose en el espejo, ella es rubia de ojos verdes con piel pálida y labios rosados carnosos –puedo… okey. No puedo –dijo desanimada.
—Claro que puedes la mia bambina –le animo su nana poniendo en la mochila su almuerzo para la escuela en la mochila de la adolescente –has podido con cosas peores que ir a una escuela –agrego burbujeante la señora, colocando sus manos en sus anchas caderas.
—Lo sé pero ahí no tengo que lidiar con adolescentes hormonales –dijo malhumorada alisando las inexistentes arrugas en su falda floreada –espero pasar desapercibida, no quiero ser la "Bella Swan" de la escuela –comento sentándose en su cama con un puchero.
—Has ayudado a perfilar psicópatas y ¿le temes a la escuela con sus estudiantes? –pregunto una voz con diversión. Se giro para ver a su madre adoptiva, Elle Greenaway, apoyada en el marco de su dormitorio.
—Es diferente –dijo a la defensiva, su nana le dio un apretón en el hombro antes de irse para seguir con sus tareas domesticas.
— ¿Qué hay de diferente cariño? –Le pregunto sentándose a su lado, la miro sin poder evitar perfilarla –vas a encajar –le aseguro abrazándola.
—Gracias –le susurro reconfortada para luego empujarla un poco –pero no me perfiles –le regaño bromeando, ambas rieron.
—Es inevitable, lo sabes –dijo Elle –te llevare a la escuela –agrego saliendo de la habitación luego de besarle la frente. La adolescente suspiro esperando que su primer día sea aceptable, tomo su mochila y bajo las escaleras despidiéndose de su nana antes ir a subir al coche pero algo la detuvo. Se sintió observada así que miro a su alrededor pero no vio a nadie. Qué raro pensó antes de subir al auto.
— ¿Enseñaras en la universidad de San Diego? –Le pregunto Alysa mientras veía por la ventanilla –creí que querías dejar la criminología –agrego con indiferencia.
—Dejar el FBI pero enseñar no me molesta y la paga es buena sorprendentemente –dijo sabiendo que su hija estaba preocupada por su salud mental.
—De acuerdo pero… no te exijas demasiado –le aconsejo, sabía que los casos que su madre trabajo fueron traumatizantes incluso ella, con su edad había ayudado en algunos y había vivido en uno.
—Estaré bien –le calmo sonriendo por su preocupación –por cierto, fuimos invitadas a cenar está noche en casa de nuestras vecinas –aviso sin notar la mueca de su hija.
— ¿Cuándo paso eso? –pregunto confundida, no recordaba que hayan tenido visitas desde que llegaron ayer.
—Te dormiste temprano anoche perezosa –le recordó haciendo rodar los ojos, pero recordó que estaba cansada ya que no había dormido en el viaje y había ordenado la mayoría de sus cosas en su cuarto.
—No puedes culparme, estaba agotada –se defendió –ya casi termino de desempacar –informo orgullosa, su madre rió antes de parar frente a la escuela –cool es frente a la playa –comento complacida, podría leer y escribir ahí.
—Buena suerte en tu primer día cariño –le deseo recibiendo una sonrisa nerviosa.
POV Alysa
De acuerdo… aquí vamos pensó la chica caminando dentro del colegio. Mire alrededor preguntándose donde quedaba la dirección para que me dieran mi horario y combinación de casillero, aunque… choque con alguien en el camino.
— ¡Oh, lo siento! –me disculpe rápidamente, frente a mi estaba una chica bajita, delgada y morena –en serio, estaba buscando la oficina de la vicedirectora –explique rápidamente, ella levanto la mano.
—Para, está bien –me aseguro con una sonrisa –soy Mariana ¿eres nueva? –me pregunto amablemente.
—Si –asentí con timidez –nueva y perdida –comente mirando alrededor, ella se rió antes de tomar mi brazo y arrastrarme a quien sabe dónde.
—Te llevare a la oficina de mi madre que es la vicedirectora –me explico caminando por los pasillos, varios alumnos se giraron a mirarme. Seguro preguntándose quién era –aquí estamos –me informo golpeando la puerta.
—Mariana ¿Qué pasa? –le pregunto una mujer morena, bonita y parecía amable.
—Traigo a la nueva… ¿Cómo te llamas? –me pregunto de repente.
—Alysa Greenaway –me presente a ambas, la mujer abrió los ojos antes de agarrar unos papeles.
—Cierto, nuestra vecina de enfrente, hable con tu madre, soy Lena Adams Foster –se presento tendiéndome la mano que estreche con firmeza.
—Es un placer ¿son mis vecinas?-pregunte sorprendida.
—Sí, hablamos ayer con tu madre pero al parecer te encontrabas dormida –me explico sonriendo con diversión, me sonroje mirando al suelo.
—Esperen ¿eres la vecina de enfrente? –Me pregunto sorprendida Mariana, asentí con timidez -¡eso es genial! Podremos volver juntas de la escuela con mi hermano Jesús, aunque sería mejor ignorarlo, suele ser molesto –me hablo, me reí un poco, ella es divertida pensé.
—Mariana –le regaño Lena mirándome con disculpa, le sonreí nada molesta.
— ¿Qué? Es cierto –defendió haciendo que riera otra vez –mira, ella se divierte –me señalo orgullosa.
—Veo pero esa no es manera de hablar de tu hermano –le explico con una mirada severa, Lena es suave y parece comprensiva –ahora, tu horario y combinación de tu casillero –entregándome los papeles –bienvenida a Anchor Beach.
—Gracias –le dije sonriéndole antes de salir con Mariana –tengo Literatura con Timothy –le dije mirando mi horario.
—Espera ¿Qué edad tienes? –me pregunto, la mire suspirando con resignación.
—Tengo catorce ¿y tú? –le pregunte.
—También catorce pero ¿Por qué tienes…? Déjame ver –dijo quitándome mi horario de mis manos, observe como leía rápidamente hasta que sus ojos se ampliaron - ¡Eres una genio o nerd! Tienes clases avanzadas –dijo sorprendida, asentí nuevamente con timidez -no es para estar avergonzada –me calmo, le sonreí apreciando su amabilidad, ambas continuamos mientras me invitaba a almorzar con ella y sus amigas, acepte feliz de tener a alguien con quien almorzar, se despidió feliz cuando llegamos a mi salón.
Mis clases fueron bastante a largo del día, en literatura se acerco una pelirroja y me invito a almorzar con ella y sus amigas pero decline amablemente diciendo que ya había sido invitada por otra persona. Además había algo en ella que no me agradaba así que bendije a Mariana por habérmela encontrado, comparto historia con Mariana por suerte, una con una chica Lexi quien se presento como la mejor amiga de Mariana. Ella es bastante cool y me hablo del equipo de voleibol al que me gustaría unirme. En otras clases pude sentir una mirada fija pero había varios mirándome y no podía saber cuál era "esa" mirada.
Al terminar mi clase de biología con Lexi, ambas caminamos para ir a almorzar, la acompañe a que se comprara su almuerzo mientras llevaba el mío en un taper. Mariana ya nos estaba esperando en una mesa con otra chica.
— ¡Hola Aly! ¿Cómo te fue en tus clases? –Me pregunto Mariana sacando su almuerzo - ¡Oh, por cierto! Alysa esta es Kelsey, Kels ella es Aly –nos presento, la chica me dio una sonrisa falsa que devolví, no me cae nada bien pensé tomando asiento con junto a Lexi. Abrí mi almuerzo para ver que nana me había hecho sándwiches de primavera con jamón, mi favorito.
—Fueron bastante bien –respondí rápidamente a Mariana al darme cuenta que esperaba mi respuesta –odio algebra –termine con una mueca, ellas se rieron.
—No eres la única –dijo Lexi sonriéndome con comprensión.
— ¿De dónde eres? –pregunto abruptamente Kelsey en un tono grosero, la mire alzando las cejas en cuestión.
— ¡Kelsey! –le retaron las chicas con el ceño fruncido, deben estar confundidas por su grosería hacia mi persona.
—Está bien –las calme sin molestarme –vengo de Quántico, Virginia pero soy nacida de Londres –explique, había veces que mi acento se notaba.
—Whao, británica ¿Por qué tan lejos de casa? –me pregunto en respuesta con hostilidad, resople pensando en sería su problema. Las chicas iban a protestar pero levante una mano pidiendo silencio. Podía defenderme.
— ¿Cuál es tu problema? –le pregunte sin emoción en mi rostro.
—Ninguno, solo me pregunto qué es lo que tanto admiran todos de ti –respondió con cierta sequedad, fruncí el ceño confundida.
— ¿Admirar? –Pregunte confundida - ¿de qué hablas? –le pregunte.
— ¿No has notado que todos te miran? –me pregunto sorprendida Mariana, la mire negando con la cabeza para luego pensarlo y asentir.
—Sí, pero no me "admiran", me ven como un bicho raro supongo –dije encogiéndome de hombros, ellas me miraron raro.
—Han hablado de ti todo el día, creen que eres bonita y ya eres considerada popular –balbuceo con rapidez Mariana, la mire incrédula ante esto.
— ¿Popular? Apenas he hablado con alguien, soy técnicamente una empollona, una solitaria y un poco tímida –hable rápidamente extrañada de cómo clasifican aquí a la gente.
—Los chicos creen que eres caliente y eres inteligente… -comenzó Lexi, fruncí el ceño.
—Sin olvidar el buen gusto en ropa –agrego Mariana, les sonreí ante sus halagos no merecidos.
—No tengo interés en ser "popular", solo quiero encajar –les dije desinflada –esperaba pasar desapercibida, espero que alguien nuevo empiece –divague suplicante, las chicas rieron y ahora recibí una pequeña sonrisa honesta de Kelsey.
—Ya pasara… esperemos –bromeo Lexi, no pude evitar sonreír. Las cuatro charlamos de distintos cosas y de arreglar una salida de compras para mostrarme las mejores tiendas en San Diego. No pude evitar sonreír feliz de estar encajando. Al finalizar la jornada, volví caminando con Mariana y Lexi, por suerte Kelsey caminaba por otro lado, no me agradaba mucho. No sentía que podía confiar en ella, Mariana nos pregunto si queríamos ir a su casa pero rechace diciéndole que tenía que terminar de desempacar pero le recordé que cenaría esta noche en su casa. Con eso quedo satisfecha, me despedí de las dos y entre en mi casa.
— ¡Hola la mia bambina! ¿Cómo te fue? –me pregunto abrazándome mi nana con cariño, si no fuera por ella la verdad no se qué haría.
—Mis clases fueron bien y creo que supongo que hice amigas –dije contenta –la primera que conocí es Mariana y es nuestra vecina de enfrente –agregue, nana me abrazo otra vez.
— ¡Oh, me alegro tanto! Te dije que podrías hacerlo –dijo.
—No debo dudar de ti nana –respondí caminando hacia las escaleras.
—Te preparare algo para comer –me dijo antes de entrar en la cocina, sonreí con cariño hacia ella y corrí a mi cuarto. Me tire en la cama agotada aunque satisfecha con mi primer día, cerré los ojos relajándome un poco.
( . ) – Cena en la casa Fosters.
( . ) – Cuarto.
El resto del día me lo pase terminando de desempacar y acomodar mis cosas alrededor de mi cuarto. Había quedado bastante bien, agarre mi cuaderno y comencé a escribir lo que venía a mi mente. Quede tan absorta que no escuche la llegada de mi madre y lo digo porque me acaba de asustar tocando mi puerta.
—Hey, nana me acaba de decir que hiciste algunas amigas –comento tomando asiento junto a mí, cerré mi cuaderno y la mire asintiendo con una sonrisa.
—Lexi y Mariana quien es nuestra vecina de enfrente –comente.
—Genial, me alegro por ti cariño –dijo acariciando mi cabello.
— ¿Cómo te fue a ti? –pregunte esta vez.
—Mejor de lo que esperaba aunque comenzare a dar clases mañana así que puede que llegue a veces un poco tarde –dijo preocupada por mi reacción.
—No me molesta además en el BAU te tenían más ocupada –respondí sonriéndole, ella dio un suspiro de alivio –debo darme un baño y prepararme para la cena con nuestros vecinos –informe levantándome.
—Claro, yo también debería y por cierto, nuestras vecinas son una pareja de lesbianas, lo digo para que no te sorprendas…como ahora –dijo divertida al ver mi expresión de sorpresa.
—Eso es genial –dije pensativa –Lena parece una madre comprensiva y suave ¿Cómo será su pareja? –Me pregunte mientras mi madre me miraba con diversión - ¿la conoces? –pregunte.
—Sí. Pero no te diré nada –me dijo saliendo de mi cuarto, resople antes de ir al baño por una ducha. Me duche pensando en la cena, al menos estará Mariana pensé positiva, no me aburriría. Me puse mi bata y salí para buscar que ponerme, me decidía por una falda blanca, camisa de jean y botines negros. Me mire en el espejo y quede satisfecha - ¡Hora de irnos Alysa! –grito mama.
—Bajando –grite tomando mi teléfono antes de correr por las escaleras – Oh ¿preparaste el postre nana? –le pregunte deseando comerlo, el suyo era delicioso.
—Por supuesto, la mia bambina –dijo levantando el gran molde con el postre – Ho fatto abbastanza per ripetere –agrego en italiano para que entienda, reí ante la mirada confundida de mi madre.
—Okey, nada de italiano cuando estoy presente ¿recuerdan? –dijo con mala cara, con nana reímos. Nana me enseño italiano cuando mi curiosidad me hizo preguntarle qué idioma hablaba, pero mama no sabe así que a veces lo hacíamos para molestarla o decirnos algo en secreto.
—Lo siento mama –me disculpe sin sentirlo, ella me empujo a la puerta en respuesta al no creerme. Las tres cruzamos la calle hacia la casa de nuestras vecinas, mire la casa y se notaba lo hogareño y cálido que era con solo mirarla. Toque el timbre antes de retroceder unos pasos, en unos segundos se abrió la puerta abruptamente por Mariana.
— ¡Aly! ¡Bienvenidas a nuestro hogar! –saludo efusivamente abrazándome y dejándonos pasar, mama y nana me miraron con las cejas alzadas.
—Ella saluda así –dije sonriendo un poco –Mariana esta es mi madre Elle y mi niñera Ermine pero le llamamos nana –presente sin vergüenza de que supiera de mi niñera pero ella era mi familia.
—Oh, es un placer conocerlas –dijo amablemente sonriéndoles, detrás de un pasillo aparecieron Lena y una mujer rubia, examine su postura rígida. Es una oficial de policía –bueno Aly ya conoces a mi madre Lena, mi otra mama es Stef. Mamas, ella es Alysa, su niñera Ermine y… -comenzó Mariana.
—Sabemos cariño –interrumpió Lena sonriendo.
—Yo no conozco a la famosa Alysa de la que tanto se ha escuchado en esta casa –dijo Stef tendiéndome la mano, la estreche con firmeza sonriéndole cálidamente - ¡Vaya, un agarre firme! –halago.
—Es un placer señora Adams Foster –dije cortésmente, ella me miro sorprendida - ¿Dije algo malo? –pregunte preocupada al ver la cara sorprendida de Lena.
—Es que las personas nunca le agregan el "Adams" –explico un chico bajando por las escaleras, era alto, de ojos claros parecidos a los de Stef y cabello castaño oscuro –Soy Brandon, un placer –me tendió la mano con cortesía.
—Alysa, un placer –dije sonriéndole.
—Lo sé, mi novia me dijo que compartes literatura con ella –dijo.
Alce las cejas pensativa y recordé a la pelirroja.
— ¿Talya, no? –pregunte dudosa.
—Sí, dijo que eras agradable.
—Oh, cool –respondí sin saber que decir –ella fue amable –agregue rápidamente –me invito a almorzar en su mesa pero ya me había comprometido con Mariana.
—Mariana tiende a tratar de llamar la atención –dijo una voz masculina. Parado en las escaleras se encontraba un adolescente, al parecer de mi edad, pelo castaño y ojos a juego, se parecía un poco a Mariana. Debe ser Jesús –si soy Jesús –dijo, sacándome de mis pensamientos. Me sonroje al notar que lo había dicho en voz alta.
—Un placer –murmure avergonzada, sentí las miradas de mi nana y madre en mi nuca, lo cual prefería ignorarlas. El bajo las escaleras para tomar mi mano y besarla con gallardía sin dejar de mirarme a los ojos -vaya Mariana no me dijo que eras un…gallardo –bromee para tener el control en la situación, el sonrió aun sosteniendo mi mano. Su toque era muy caliente pero reconfortante.
—Soy un tipo lleno de sorpresas –dijo con una sonrisa torcida antes de soltar mi mano lentamente a regañadientes.
—Por favor Aly, no caigas en su juego –pidió Mariana recibiendo una mirada de su hermano y risas de los demás.
—Tranquila Mar, los galanes no me atraen –dije sonriendo con suficiencia, camine hacia ella entrelazando su brazo con el mío –solo me atraen un tipo y no es el suyo –agregue mirando a Jesús de manera burlona, quien me devolvió la mirada sorprendido al principio para luego ver en sus ojos un brillo que me hizo desear no decir eso.
—Mala suerte hombre –dijo Brandon palmeando su hombro haciéndonos reír a los demás. Mariana me dio un recorrido de la casa para acabar en el cuarto de Mariana, nos sentamos en cama, luego de que halagara su cuarto, y comenzamos a hablar. Los demás se encontraban en la cocina y los chicos preparando la mesa.
—Entonces… ¿Qué te pareció mi gemelo? –me pregunto Mariana mirándose las uñas, la mire de manera inquisitiva antes de responder.
—Me pareció… divertido, supongo –comente despreocupada –es lindo, no voy a mentir pero no me gusta –aclare, ella sonrió complacida.
—Bien –dijo sonriendo –no es que no crea que seas buena para mi hermano –dijo rápidamente –pero….
—No te agrada que tu hermano salga con tus amigas o temes que si él me rompe el corazón, no quiera saber nada contigo –supuse sonriendo, ella me miro sorprendida –mi familia esta, literalmente, llena de agentes del FBI incluida mi madre.
—Wow, eso… es genial –comento con los ojos abiertos –ósea mi madre es policía pero no tan interesante ¿qué se siente? –pregunto curiosa.
—Bueno, mi madre se retiro hace unos años del BAU luego de un caso difícil así que comenzó a enseñar en Quántico pero aun ahí… le pedían seguir como agente. Así que este año entrego su placa y arma, consiguió trabajo como profesora de criminología en una universidad –explique.
— ¿Era muy malo? –me pregunto con una mueca.
—La mayoría de las noches tienes pesadillas, ves cosas horribles, ella se especializaba en delitos sexuales. No pudo soportarlo mas y al principio estuve molesta con ella –dije triste.
— ¿Por qué? –pregunto.
—Yo quiero trabajar en el BAU, se sintió como si tirara mi sueño pero la entendí, algunos no lo soportan pero yo se que podre –dije sonriéndole, recibiendo una sonrisa a cambio.
—No te puedo imaginar con un arma gritando FBI –comento antes de comenzar a reír como hienas, la empuje en broma.
— ¿Qué es tan gracioso? –Pregunto una voz en mi oído haciendo que le diera un codazo en el brazo en defensa - ¡Au! –gimió adolorido Jesús.
—Te pasa por intentar asustarme il mio cattivo pimpante –regañe divertida mientras Mariana se burlaba.
— Espera ¿Qué me dijiste? –pregunto confundido, por la cara de Mariana, tampoco lo sabe y me contuve de reír.
—Averígualo –dije.
—Pero ni siquiera sé muy bien lo que dijiste –dijo frustrado, resople rodando los ojos.
—Lastima.
—Es hora de cenar por cierto –comento con un puchero, le palmee la cabeza como si fuera un cachorro antes de salir del cuarto de Mari.
Al bajar me encontré con los demás sentados esperándonos, tome asiento junto a Brandon y esperamos a los gemelos, quien se los escuchaba correr por las escaleras. Reí al ver a Mari empujar a su gemelo y tomar el asiento restante a mi lado.
— ¡Fuera Mariana! Estaba sentado ahí –protesto molesto.
—Exacto. Estabas hermano –dijo ella sonriendo presumida.
—Jesús y Mariana ya no son niños –regaño Lena con paciencia –Jesús siéntate por favor –pidió. Haciendo un leve puchero, que me pareció adorable, tomo asiento frente a mí. Le sonreí con diversión mientras ponía los ojos en blanco como respuesta.
— La mia bambina, non siamo qui o un'ora e già sono in lotta per voi. (Mi pequeña niña, no estamos aquí ni una hora y ya se están peleando por ti) –me dijo Nana con una sonora risa confundiendo a todos, me sonroje antes de rodar los ojos.
— ¡Nana! Che sciocchezze stai dicendo? Stanno solo giocando come i fratelli che sono. (¡Nana! ¿Qué disparate estás diciendo? Ellos solo están jugando como los hermanos que son.) –discutí exasperada ante sus ocurrencias.
— Non ottenere difensiva il mio bambino. Basta giocare un po 'con te. (No te pongas a la defensiva mi niña. Solo juego un poco contigo) –dijo levantando las manos intentando parecer inocente.
—Suficiente ustedes dos –nos regaño mama mientras los demás nos miraban divertidos –lo lamento suelen hablar italiano sin darse cuenta –se disculpo por nosotras.
—No hay problema, los gemelos suelen hablar español pero tuvimos que poner una regla –dijo Stef sin darle importancia.
—Oh, ¿latinos? –pregunte en español, ellos me miraron sorprendidos y sonrieron.
— ¿Cuántos idiomas hablas mi bella princesa? –Pregunto Jesus en español haciendo que me sonroje y recibiendo un golpe debajo de la mesa por su hermana - ¡Ouch Mariana! –gimió adolorido antes de fulminarla con la mirada.
—Unos cuantos –dije cuando reí por el intercambio de miradas de los gemelos. El resto de la cena converse con toda la familia y tuve una conexión de hermandad con Brandon, hablamos de música aunque no pudimos hablar tanto, debido a los gemelos, que exigían atención de mi parte. No podía estar más feliz por estar haciendo amigos.
