Mi primer fanfic - que emoción, bueno aquí luna de las parejas mas lindas owo rara pero linda…. Kikyo y sesshoumaru, xD haré sufrir a kagome muajajaja - tanto que me hizo sufrir a kikyo u.ú, bueno si no les gusta la pareja ahí ustedes :3 a los que si ¡lean con gusto!

N/A: notitas mías

-----------------------------//-----------------------------//-----------------------------: cambio de ambiente

Letra en cursiva: pensamientos

Capítulo 1: recompensa por sacrifico

El campo de batalla era reinado por un silencio abrumador, esto era causado por lo que había ocurrido, ante la sorpresa de los contutores, incluso la del enemigo, en el suelo yacía el cuerpo de una hermosa fémina de orbes cafés, cabellos negro azabache tal como la mismísima noche, tez blanquecina como luna, entre sus brazos, una niñita llorando, cubierta de sangre, mas no suya, sino de la miko.

-¡¡kikyo sama!!- sollozaba al percatarse de la difícil respiración de la joven disminuía, mas aún así se levantó y le dedicó una hermosa sonrisa a la pequeña, la miko fue ayudada por sus fieles serpientes caza-almas, las cuales le alejaron del cambo de batalla, mas cuando los presentes buscaron a su enemigo en común, éste ya no se encontraba.

Cuando la miko se alejaba, algunas almas se escapaban, lo cual hizo desesperar al joven hanyou de cabellos plateados, quien lloraba a gritos, pronunciando su nombre –kikyo- una y otras vez se escuchó desde sus labios, mientras su amigo el monje le contenía, lo mismo que la exterminadora, mas sin existo, el joven cayó pesadamente de rodillas, la devastación de su corazón le derrotó, mientras su frío hermano mayor se llevaba a la pequeña entre sus brazos, aun llorando, seguido unos pasos mas atrás por su fiel sirviente, Yaken, se alejaba del campo de batalla, mientras pensaba –aquella mujer-, pues fue aquella miko la cual su frío corazón secretamente había elegido.

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Al otro lado del bosque, la joven miko intentaba compensarse apoyada en el tronco de un gran árbol, con la ayuda de sus serpientes caza-almas, mas no hubo resultados, iba a dejar aquel mundo, mas cuando las almas pertenecientes a su reencarnación estaban por escapar, una calida luz le llamó a levantar la vista, al hacerlo, presenció a una hermosa joven de cabellos y ojos dorados, la cual le miraba tiernamente, y con voz dulce, le dijo:

-salvaste a esa pequeña aun sabiendo que podía ser mortal, miko, volviste de la muerte para cumplir con un cometido, muy noble, aquel malvado de naraku ha hecho sufrir a muchos, quiero que tú seas la que lleve mi poder contigo para que logres tu cometido

-pero ¿de qué habla?- mustió la joven con una voz entrecortada- ¿usted quién es?

-soy la representación de una de las deidades de la naturaleza, mas un cuerpo no es material como bien debes saber, bien, te daré un cuerpo, de yokai, se que no te agrada la idea. Mas su pureza no será cambiada, pero debe ser un cuerpo mas resistente que el de un humano… este es mi regalo, miko Kikyou, por tu nobleza.

Luego de pronunciar estas palabras ocurrió la transformación, el cuerpo de kikyou comenzó a brillar doradamente, mientras el barro cambiaba a convertirse en células vivas, sus ojos adoptaron un brillo sobrenatural, mientras sus orejas adoptaron una forma más puntiaguda, al término de esto, volvió a apoyarse en aquel árbol, tenía las mismas heridas, mas ya no moriría, alzó la vista, mas la joven no estaba.

Se quedó meditando, mas una profunda voz le habló desde su izquierda:

-al fin te encuentro miko- al escucharla y reconocerla, la joven se ruborizó, aquel hombre desde hace algún tiempo rondaba en sus pensamientos.

-se-sesshoumaru –tartamudeó, el hombre en tan solo pocos segundos se había acercado peligrosamente a ella, mirándole penetrantemente, se arrodilló cerca de ella y susurró:

-dime… por qué hiciste algo tan idiota…

-por nada… -intentó no demostrar sus sentimientos, dispuso su voz fría y continuó- nada que te interese- el joven se acercó a ella y posó si mano sobre su mentón, para luego girarle el rostro, y continuó:

-por eso tu cambio de aroma, no se que te han hecho mas ya no eres una simple escultura de barro y huesos… interesante- kikyou, un tanto enfadada ante la acción de sesshounaru, le dijo:

-a qué te refieres…- el joven posó su índice sobre los labios de la joven y le dijo con una sonrisa:

-a nada miko… a nada…

El cuerpo de la joven miko no había sido sanado, lo cual le debilitó de sobremanera haciendo que se desmayara, mas el frío yokai le tomó entre sus brazos, llevandole a la guarida donde él y su "grupo", o mejor dicho, yaken y Rin se ocultaban de cualquier peligro…

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:3