Post-Batalla de Hogwarts:

Una hora después de que El-niño-que-vivió derrotara a Voldemort, todos estaban reunidos alrededor de los caídos de la que pronto todos recordarán como "La Batalla de Hogwarts" Ciertamente ninguno de los supervivientes podrían olvidar ese 2 de Mayo, que les quitó tantos pesos de encima, y al mismo tiempo, les llenó el corazón de tristeza, amargura y odio hacia aquellos que lograron escapar sin pagar por arrebatarle la vida a sus seres queridos.

Llanto y desdicha se respiraba en el Gran Comedor del colegio, así como también la felicidad y tranquilidad que les proporcionaba el verse libres al fin del Lord Oscuro, una extraña combinación, pensarían algunos, pero no, ellos no, porque ellos sufrieron como nadie, ellos mejor que nadie comprenden la amargura y al mismo tiempo la parte dulce de ésta victoria/derrota, porque sí, ellos ganaron la guerra y la seguridad, pero perdieron a muchos en el proceso, y según el criterio de Hermione Granger, eso no puede considerarse una victoria.

Mientras, ya había dado su más sentido pésame a los familiares de Fred Weasley, y conseguir escabullirse por fin de los brazos de Ronald Weasley, que desde ese beso furtivo luego de destruir uno de los 7 horrocruxes de Voldemort, no la soltaba ni por medio segundo. Necesitaba estar sola, necesitaba pensar y dejar a Ron solo para que aclarara sus ideas, porque al parecer lo que para ella fue sólo un beso producto de adrenalina, para él fue algo más, y no quería herir a uno de sus mejores amigos, con esto en la mente, pensó dirigirse hasta la biblioteca, su santuario, pero por alguna razón se lo pensó mejor y caminó hasta la Torre de Astronomía.


Cuando subía el último escalón escuchó un leve quejido y una respiración entrecortada, miró en todas las direcciones pero no logró ver nada, se adentró un poco más e inmediatamente sus ojos se posaron en el suelo, específicamente donde un hombre guapo y rubio platino jadeaba y presionaba una de sus manos contra la herida prominente que tenía en un costado, su primer pensamiento al reconocerlo fue el sacar su varita y apuntarle, sólo por precaución, podía ser una trampa, después de todo, Draco Malfoy había sido críado creyendo que su deber era odiarla, y si era posible, asesinarla... un jadeo la sacó de su burbuja –Ayuda a Patil, esta… está muy débil, llévatela- Hermione, que no dejaba de observarlo, volvió la vista hacia el lugar donde él señalaba y tuvo que contener un grito. En efecto, la hermana gemela de Pavarti, Padma Pati, se encontraba hecha un ovillo en el piso sólo a unos tres metros de Malfoy.

Hermione, sin siquiera pensarlo, corrió hasta ella – ¡Padma! –Le dirigió una rápida mirada al rubio –Enseguida vuelvo por ti, aguanta –para acto seguido, desaparecer con la gemela que habían dado por muerta.

Se apareció en la enfermería de Madame Pomfrey, era una suerte que aún no hubiesen puesto las protecciones del castillo y pudieran hacer cosas como esas en casos de emergencia, y dada la pinta de Padma Patil, ésta sí que era una emergencia.

Al entrar la recibió una muy agitada Pomfrey, de repente todos sus años se le notaban más, hizo levitar a la chica y se dispuso a curarla mientras un auror avisaba a la pobre Pavarti, que estaba desolada porque ni siquiera el cuerpo de su hermana podía llorar. Hermione le pidió a una medimaga de San Mungo que preparara otra camilla, pues venía un herido que estaba igual o peor que la gemela y sin más, desapareció para encontrar a un consciente y malherido Draco.

Se arrodilló a su lado mientras le susurraba –agárrate a mí, pronto te curarán, ya lo verás- y luego de decirle eso, él, extrañamente obediente y sin importarle el estúpido estatus de Sangre, abrazó a su salvadora rodeándola por la cintura, la chica, ruborizada por el contacto, los apareció de inmediato en la enfermería, donde la medimaga Kassidy Kingston hizo levitar a Malfoy a la camilla recién preparada, Hermione agradeció internamente que la chica no hubiera interpuesto la identidad de él para no atenderlo o tratarlo mal, pidió a la enfermera que la dejase pasar para ayudar atendiéndolo, ya que habían muchos heridos y pocos medimagos.

-Éste chico es realmente fuerte, ha sobrevivido más de lo que debería, está casi desangrado, sufrió un Sectusempra, casi dos docenas de cruciatus, y al parecer tiene cuatro costillas astilladas– dijo la medimaga para luego prepararle una infusión de distintas pociones de colores al pálido muchacho tendido en la cama, casi al instante, hermione veía cómo las heridas cerraban poco a poco, y veía el dolor surcando la cara del chico, no sentía pena por él, porque sabía que él odiaría que alguien sintiera algo parecido a pena o lástima por él, sentía cierta ternura al verlo así, tan indefenso, pero al mismo tiempo sentía odio, no hacia él, sino no hacia quien fue capaz de hacerle algo así… ¡UN MOMENTO! ¿Por qué sientes lo que sea por alguien que te hizo tanto daño? –Le gritaba su subconsciente- Y hermione Entendía eso, que todos, hasta esa parte de ella, considerara que debía odiarlo, no querer protegerlo, porque eso quería, y era absurdo que alguien tan inteligente como ella, se dejara llevar por lo que dijeran o pensaran los demás. Si ella creía que Draco Malfoy necesitaba protección, la tendría, como que se llamaba Hermione Jane Granger.

Las palabras de la medimaga llamaron su atención, centrándose en ella –Querida, el joven necesita una transfusión de sangre realmente urgente, pero… -Hermione sabía qué era lo que diría, era lógico que nadie querría ayudarlo– creo que no es necesario que diga por qué nadie vendrá y si no lo hacemos rápido, probablemente no pase de ésta noche- Ante esa posibilidad, Hermione se puso pálida, no quería que él muriera, no, él debía vivir, tenía derecho, tanto como ella, a rehacer su vida sin Voldemort, sin pensarlo dos veces, ofreció su brazo a la medimaga, ésta le dedicó una mirada de comprensión y algo parecido a… ¿Orgullo, quizás?

Procedieron a preparar una camilla extra para Hermione, le colocaron una bata especial, la recostaron, y comenzó el proceso, algo más fácil de lo que Herms, imaginó, no era nada parecido a lo que los Muggles consideraban "Transfusión sanguínea", que sí, que pasaba su sangre al torrente sanguíneo de Draco, pero lo hacía a través de un tubito conectado a una de las venas en su antebrazo derecho, y el otro extremo del tubito, conectado directamente a la vena del antebrazo izquierdo de él.

Pero lo más curioso era, que ya que el tubito era transparente, podía observar cómo su sangre, de un hermoso color carmesí, tenía algo parecido a pequeños hilos de luz dorada, miró a la medimaga, que le respondió sonriente –ésa es tu magia, cuando un mago pasa su sangre a otro, un poco de su luz pasa a éste mago, ayudas no sólo a recuperar sangre, también limpias su alma de magia oscura, es un antídoto genial para los que han sufrido la maldición Cruciatus- Hermione quedó encantada con la explicación, era realmente de ayuda, realmente iba a salvar a Draco, miró el rostro del chico, más pálido que de costumbre, que ya empezaba a llenarse poco a poco de color, no pudo evitar sonreír al ver como ya no parecía adolorido por las pociones, su semblante reflejaba las más divina paz que haya podido observarse en un ser humano.

Se perdió unos diez minutos en sus hermosas facciones, porque no podía negarse que el Sangre Pura que estaba a su lado era realmente guapo, recordó todas las veces que la insultó, y que ella, sin decirle nada a nadie, por supuesto, lo perdonaba, entendía perfectamente que lo criaron para odiarla por su origen pero ella no lo odiaba por eso, odiarlo significaría ser iguales a los que le lastimaron tanto. Y ella iba a ayudarlo, así el mundo se pusiera en su contra.

Unos veinte minutos después, observó como los párpados del rubio empezaban a temblar ligeramente, como si estuviese a punto de despertar, la medimaga, que hasta entonces había permanecido en silencio, hizo un complicado movimiento de varita y detuvo la transfusión, hizo levitar dos algodoncillos y un poco de murtap para la pequeña herido que quedó luego de retirar el instrumento.

Hermione se puso de pie casi inmediatamente, sintiéndose un poco mareada debido a la reciente pérdida de sangre y magia, pero no le dio importancia y caminó los cuatro pasos que la separaban de Draco, lo observó hasta que abrió completamente sus hermosos ojos del color de la plata derretida, hermosos, pensó, pero una voz ronca que conocía muy bien hizo que posara sus ojos en esos finos labios, poniéndose del color de las cerezas –Qué, qué ha pasado… la… la chica Griffindor, ella… ella está..-la medimaga lo interrumpió y puso una mano sobre su hombro- Aún no puede levantarse señor Malfoy, ha sufrido una gran pérdida de sangre, la señorita Granger salvó su vida, y para su tranquilidad, también la de la señorita Patil, que ya está con su hermana y sus padres, quédese tranquilo, los dejo solos unos minutos, necesito revisar a los demás pacientes, señorita –dijo mirándo de Draco a Hermione- debe volver a la cama en 15 minutos si no quiere desmayarse, ahora regreso- Y dicho esto, se marchó dejándolos solos.

Hermione estaba pensando cómo decirle que ahora su sangre recorría las venas del rubio ¿Qué pensaría? Seguramente le pediría que le lanzara un Avada Kedavra ahí mismo, un Sangre Pura como él ¡Draco Malfoy por Merlín y Morgana! No, él no iba a aceptar que sangre de ella, sangre sucia, corriera por sus venas. Aunque, después de todo, ella sólo lo hizo por salvarlo, no es una especie de venganza ni nada.

Con algo de angustia por su reacción, se aferró a la barandilla de la cama –Malfoy ¿Có… cómo te sientes? –Esperaba que su voz sonara más tranquila, pero sólo conseguía tartamudear, fantástico.

Su piel se erizó al escucharla así, tan vulnerable, tan preocupada por… ¿Por él? No, no podía ser, ella, la chica a la que tuvo que hacer la vida cuadros, porque sí, tuvo, era eso o la furia de su padre por congeniar con una sangre sucia, incluso eso le parecía estúpido ¿Cómo se ensucia la sangre? Su padre siempre sería un idiota. Miró a la chica que tenía en frente, ella lo miraba esperando una respuesta.

Oh, bien Granger, me siento bien ¿Qué ha pasado? –Hermione pareció volver en sí, y empezó a explicarle cómo lo encontró junto con Padma y lo trajo hasta allí, llegó hasta la parte de la transfusión de sangre y él le lanzó una mirada interrogante para luego decir –Pero ¿Quién querría… - ella lo interrumpió con un gesto y se armó de todo su valor Griffindor. –Bueno, Malfoy, la verdad es que yo te di mi sangre porque no había nadie y si no lo hacía ibas a morir y… -Pero no pudo continuar, porque unos cálidos y fuertes brazos la rodeaban, quedó totalmente petrificada –Gracias…- susurró en su oído, y sólo ahí ella se tranquilizó y le devolvió el abrazo, se sentía tan bien, tan segura en sus brazos, ambos llegaron a una conclusión, sin Voldemort, no hay necesidad de odiarse, pueden ser personas civilizadas. Estaban extrañamente a gusto, hasta que una voz afuera hizo que se separaran.

-¿DÓNDE ESTÁ HERMIONE? ¿CÓMO QUE ESTÁ CON EL MALDITO MORTÍFAGO? ¿ES QUE NADIE AQUÍ TIENE SENTIDO COMÚN? ¿DÓNDE ESTÁ MÍ NOVIA?


¡Hola! Es mi primer fic, y bueno, espero no les suene demasiado trillado o rebuscado.

Si quieren, dejen reviews y eso.

Besos,

Rose.