TOP 10 PAREJAS RARAS

Si, yo con un nuevo fic (¿Alguien quiere comenzar la cooperación para que me compre una vida?) bueno, esta extraña idea salió en un día de ocio (oh, qué raro en mi) estaba hojeando un Atlas Mundial cuando vi un Mapamundi. Una sonrisa rara se formó en mis labios a la vez que una idea algo bizarra vino a mi mente, así que haciendo caso a mi ocio cerré los ojos y comencé a señalar países aun con los ojos cerrados y así fue como salieron las parejas, ahora espero disfruten de estos bizarros One Shots y estas parejas elegidas al azar.

#10 Prusia/Japón

No hacía mucho desde que Japón se había convertido en aliado de Italia y Alemania; apenas se estaba acostumbrando a toda esa cultura occidental cuando Alemania le informó que aun había un miembro por conocer, eso quería decir que conocería al propio hermano mayor del alemán.

Japón esperaba no llevarse una sorpresa como cuando habló por primera vez con el mellizo de Italia que era todo lo contrario a su aliado, casi podría decir que le dio miedo.

Unos días después del anuncio, Japón fue a casa de Alemania a conocer al último miembro de las fuerzas de Eje. Según el italiano, Prusia era una persona muy agradable… seguramente era serio y ordenado como su consanguíneo…

-¡West! Tu awesome hermano ya está aquí- anunció una voz estridente que acababa de patear la puerta en vez de girar la perilla como normalmente se hacía

Japón se sobresaltó por la inusual aparición y se levantó de su asiento

-Hermano, la próxima vez tú pagas la reparación- le dijo Alemania como si ya estuviera acostumbrado a aquello –por cierto, él es Japón, nuestro nuevo aliado- presentó a lo que el japonés solo hizo una profunda reverencia

-soy Japón, es un placer conocerlo- dijo con la vista pegada al piso cuando de pronto sintió como una mano enguantada se posaba bajo su barbilla obligándolo a levantar la cara encontrándose con un par de peligrosos ojos rojos, piel pálida, cabello plateado y una sonrisa desdeñosa.

-un oriental… bien, yo soy el increíble Prusia y si conocerme no te da suficiente placer entonces podemos…- pero antes de terminar la frase Alemania lo golpeó en el estomago sacándole el aire

-Ya es suficiente de presentaciones, ahora a trabajar- anunció el menor de los hermanos.

Y así comenzó su tiempo juntos, no eran muchas la veces que Japón estaba con Prusia pero cada vez que se topaba con él no podía quitarle los ojos de encima, más allá de su aspecto físico que de por si le parecía fascinante, también su actitud lograba impresionarlo: escandaloso, ego maníaco, a veces déspota, otras amable, infantil la mayor parte del tiempo, serio cuando se trataba de trabajo, cariñoso con su hermano, frío con quien no le agradaba, sincero e impredecible, todo un rompecabezas para Japón que jamás podía descifrar a aquella persona que había logrado atrapar cada minuto de sus pensamientos.

En un día de esos donde no había nada que hacer y en el que casualmente se celebraría un festival en casa de Japón para intentar animar a la gente y olvidaran por un momento toda esa horrible guerra, Italia y Prusia habían insistido en ir al festival como si fueran niños pequeños, a pesar de que Romano y Alemania intentaron negarse al final fueron convencidos pero tanto la parte Norte de Italia como la parte Este de Alemania lograron convencer también a Japón para que les prestara un par de yukatas e ir acorde a la festividad.

-ahhhh esto es demasiado difícil de poner- se quejó por decima vez Prusia enredándose con el obi negro de su yukata azul marino. Japón fue a ayudarle tras haber prácticamente vestido a Italia

-no se preocupe Prusia-san, no es fácil ponerse una yukata la primera vez- le consoló el oriental acomodándole la prenda al albino intentando no sonrojarse al ver la piel expuesta del pecho de Prusia… tan blanca… tan suave… sacudió la cabeza sacándose aquellos impuros pensamientos concentrándose en el moño del obi, unos minutos después el ojirrojo estaba listo.

-vaya que fue complicado- comentó Prusia mirándose al espejo sonriéndose a sí mismo por lo genial que se veía para después desviar su par de rubíes al japonés que parecía satisfecho con su trabajo –si esto es difícil de poner ¿Qué tan complicado es quitarlo?- preguntó en un tono extraño

-¿eh?... pues…- comenzó a decir el moreno pero antes de siquiera terminar la frase Prusia le puso el pie tras los tobillos y lo empujó haciéndolo caer en el tatami

-¿Por qué no mejor lo averiguamos?- le dijo el albino poniéndose sobre él comenzando a bajar la tela que cubría los hombros de Japón

-Pru… Prusia-san ¿Qué hace?- preguntó alterado el japonés sintiendo los finos y fríos dedos del prusiano ahora pasando por sus brazos

-quitándote la ropa- contestó sencillamente el peliblanco poniendo una de sus rodillas entre las piernas del nipón separándolas

-n… no, esto está mal- volvió a decir Japón empujando a Prusia por el pecho pero este tomó las manos del oriental acercando su rostro al moreno

-¿en serio está mal?- le preguntó con su sonrisa seductora –no piensas que no me he dado cuenta como me miras- dijo acortando la distancia, acariciando con su rodilla la cara interna de los muslos de Japón que solo alcanzó a respirar profundamente

-nada de lo que ore-sama está mal- volvió a decir por fin eliminando la distancia que separaba su rostro del de Japón que se quedó estático por un momento pero después comenzó a corresponder el beso. El mundo podía irse por un tubo, si aquello estaba bien o estaba mal, si Prusia se tendría que hacer responsable… ah… ¿Qué más daba? Si podía seguir saboreando aquellos labios y las yemas de sus dedos podían continuar su recorrido por el cuerpo alemán que guiaba sus manos por todo su torso

Prusia mordió ligeramente el labio inferior del moreno bajando sus labios por la barbilla hasta la garganta quitando con su boca la estorbosa tela que le impedía seguir hasta el ombligo oriental.

Mientras tanto Japón enterraba sus dedos en los cabellos plateados estremeciéndose al sentir la nariz de Prusia haciéndole cosquillas mientras que los labios del ojirrojo bajaban peligrosamente

-¡hermano, es hora de irnos!- se escuchó la voz de Alemania llamando al mayor que se detuvo en seco sacando así a Japón de su placentera ensoñación

Los pasos de Italia, Alemania y Romano se acercaban. Prusia maldijo en su idioma incorporándose

-creo que tendremos que dejar esto pendiente- dijo sonriéndole con autosuficiencia al japonés que aun sonrojado y agitado no sabía que decir ¡estaba tan avergonzado!

Prusia se levantó ofreciéndole su mano a Japón que apenado aceptó acomodándose la ropa y el cabello sin atreverse a mirar a los ojos al albino.

-este… Prusia-san… respecto a lo que acaba de suceder…- comenzó a decir con su corazón amenazando con explotar de tan rápido que latía.

-no te preocupes- se acercó al oído del pelinegro –terminaremos cuando regresemos- le mordió el lóbulo de la oreja con sensualidad provocando un ligero gemido en Japón que aun algo avergonzado intentó negarse pero no pudo ya que los mellizos italianos y Alemania habían entrado a la habitación.

Las fuerzas del Eje fueron al festival, sin embargo Japón estaba ansioso por regresar.

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Waaaaa primera pareja en la cual tuve que hacer trampa porque cuando señalé los países en el mapa eran nada más y nada menos que Alemania y Japón así que me estaba dando de topes contra la mesa porque ¿Cómo diablos iba a emparejar a dos personajes tan serios? Así que recordé a Prusia, después de todo el parte de Alemania ¿no?

Espero hayan disfrutado este primer capítulo y el puesto número diez en el conteo.