Hay veces que TenTen siente miedo.
Cuando se queda sola, sentada en el tronco caído, cerrando los ojos muy fuerte como intentando averiguar algo.
Entonces Neji la mira de reojo, con ese no sé qué que el tiene, -que nos sabes si está enfadado o triste, o acordándose de ti o simplemente observándote-. Supone entonces TenTen, que se cabrea con ella al olvidarse de el por un momento.
(Porque para TenTen estar con Neji era como estar sola.)
-Eres como el mar, Neji.
Suspira ella. Se lo dice, despacio, para que se dé cuenta de que están juntos, como siempre, como nadie (sabe)…
Y Neji le devuelve una mueca, entre desaprobación y arrogancia.
Neji es ese tipo de persona.
Porque TenTen es de Neji, y eso todo el mundo lo sabe.
Hay veces que TenTen siente miedo.
Cuando Neji la estampa contra el tocador de madera agarrándola con rudeza y pegando la boca a su cuello, mascullando.
Y ella gime con fuerza, como a él le gusta, para que se entere Hinata (o Hanabi, o su tío o cualquiera) y sentirse vivos.
Y sudando ella debajo de él, sintiendo su lengua ( a veces más bífida, otras mas dulce y calmada) y su piel, que muchas veces cae como cuero contra ella, y se siente diminuta.
De Neji suelen decir que es frío; eso ya lo sabéis de sobra. Y que no quiere mucho.
Pero a TenTen en ocasiones la aplasta tanto que siente que se ahoga.
Porque Neji es un mar, un mar que la engulle y la maneja al son de los dos, moviéndose desesperadamente, pegados, sudando, jadeando, adentro afuera, gritos, Hinata, su amor… ¿amor?
Si Neji es el mar, ella es el cielo que lo cubre.
Dos piezas que encajan perfectamente –como sus cuerpos-.
Pero cuando realmente, de verdad, TenTen siente miedo, son esas veces que Neji la agarra del pelo, de espaldas a él.
Y TenTen se queda sola, cerrando los ojos muy fuerte como intentando averiguar algo.
Y piensa, entonces, que aquella vez, no hace mucho -¿la semana pasada?...¿hace un mes?- cuando callo medio muerta tras la batalla…
Piensa que deseó con toda su alma que Neji fuera a buscarla a ella y no a -preocuparse- por Hinata o Sakura. Esgoistamente, se deja llevar contra el vaivén sin fin de el, de nuevo.
Y las lágrimas resbalan por sus mejillas.
Pero es igual, da lo mismo.
En el mar no se ven las lágrimas.
-Eres como el mar, Neji…
Suspira, de nuevo, mientras Neji le toca la cara con la punta de los dedos y cuenta sus diminutas pecas (que otra persona no notaría nunca, pero sí el, por supuesto).
Piensa Neji entonces, que si él es el mar, TenTen es como un cielo…
TenTen es ese tipo de persona.
-fin.
