Heya. Volví con otro fic (Debería terminar los otros primero) Pero estoy aburrido y si me quedo sin trabajo o algo que me haga estresar porque no logro actualizar temprano voy a volverme loco hehe... En fin, es sabio aclarar que este fic no es Nicudy, ya tengo la fama de destruir la ship de todas formas XD. Aquí encontraran Nick x Skye y Judy x Jack, lean bajo su propio riesgo y si no les atraen esas parejas, igual gracias por leer este pedasito de mis palabras haha. En fin, los dejaré con el capítulo uno.

PD: En alguna parte del fic leeran Zúper, sí con Z, sé que es con S pero bueno fue lo único que se me ocurrió, lo aclaro de una vez para evitar posibles insultos... Duelen :'c... Bueno ya XD, los dejo.


Skye

¿Qué es lo más difícil al perder a alguien? ¿Qué es aquello a que te aferras cuando no quieres aceptar su ausencia? Aquello que te mantiene cuerdo y a flote en un mar tan oscuro como lo es la soledad, tan violento y tranquilo, tan ruidoso y silencioso al mismo tiempo que te hace preguntar si en realidad sigues con vida, si aún tiene sentido para ti despertar cada mañana solo para recordar su aroma, su esencia, su voz, la forma en que te miraba o hablaba. Lo más difícil de perder a alguien es aceptar su ausencia; que ya no estará a tu lado al despertar por la mañana, que nunca más podrá hacerte reír ni tú a él que lo único que quedará para reconfortante son aquellos intangibles y en ocasiones efímeros recuerdos de felicidad, tristemente sobrepasados por la tan espesa bruma del dolor y la sensación de abandono. Aquello a lo que te aferras cuando no quieres aceptar su ausencia no es más que a ti mismo, a ese débil y destrozado corazón que a duras penas logra seguir latiendo dentro de tu pecho. Te sientes miserable, perdido, abandonado… Más aun cuando aquella parte de tu vida que se fue, era a quien amabas.

Aquél que ocupaba en tu corazón el lugar más cálido y reconfortante, dejando ahora nada más que frío e incertidumbre. Todos hablan de lo maravilloso que es el amor, el cómo complementa todo en tu vida y tal vez es cierto;el problema está en que todos olvidan decir lo que es perderlo para siempre, perder a esa persona especial y saber que no habrá manera de verlo o de arreglar las cosas que pendientes quedaron ya, un adiós tan amargo que no debió ser más que un "Hasta luego". Eso lo hace peor, tan injusto saber que la última vez que pude verlo estuve tan enojada con él y ahora… Jamás sabré si me perdonó, si pensó en mí o si me extrañaría al partir.

Realmente ya nada tiene sentido, los días son rutina y ni siquiera es una buena, me lamento toda la noche creyendo que el día siguiente será mejor, esperando algo… No sé qué ni quien, simplemente… Algo…

En el seno de una oscura y especialmente silenciosa noche, misma en que ni el fastidioso sonido de los grillos lograba resonar entre la penumbra; para cualquier animal, cualquier otro día eso sería un sinónimo perfecto de noche ideal pero para la zorra de pelaje blanco como la nieve que a duras penas había logrado conciliar el sueño hacía escasas horas ya, no era más que un recordatorio de su soledad.

Casi nada había logrado dormir para que, de, improvisto, una mala pasada de sus recuerdos la obligara a despertar; las frazadas cayeron a los pies de la cama con el movimiento de su cuerpo y en busca de recuperar el aliento llevó sus manos al pecho, sentía un sudor helado llenándole la frente y un nudo en la garganta tan grande que sentía ahogarse. Con algo de tiempo y esfuerzo logró tranquilizarse, odiaba despertar así, puesto que seguramente no lograría dormir por el resto de la noche. No era la primera vez y seguramente no sería la última, era inútil para ella tratar de combatirlo, un sinsentido enorme.

Se desplazó a uno de los bordes laterales de la cama, sentándose en el mismo y dejando que sus patas desnudas sintieran el frío concreto del suelo de su casa, aquél viejo taller mecánico que había sido su retiro ideal, una vida tranquila haciendo lo que mejor se le daba junto con su pareja, eso último no había sido posible jamás. En amargo silencio sintió la humedad acumulándose en sus ojos, para después dejar que las lágrimas se deslizasen desde sus hermosos y melancólicos ojos celestes hasta la punta de su hocico y dejarse ir contra el suelo ¿Qué hacer ahora para calmar los nervios? Un vaso de agua, leche o café, daba igual, incluso había comprado píldoras para dormir, mismas que ya había agotado con anterioridad no quedando más que la desagradable y penosa espera a que su mente se apiadase de ella y la dejase descansar una vez más.

Miró detrás suyo, justo al pasar la cama en una pequeña mesa de noche una foto enmarcada de alguien especial; debía causar alegría verla, algún buen recuerdo pero en vez de ello, solo la hizo sentir peor. Limpió sus lágrimas con el brazo y se recostó nuevamente, era curioso, su cama era demasiado grande para solo un animal, de igual manera solo el lado derecho de la cama era usado por Skye, para nada perturbaba la otra mitad. Contempló el horrendo y decolorado techo por unos segundos antes de orientarse hacia la foto.

-(Suspiro) Buenas noches Noah…- Musitó con la voz cortada antes de darle la espalda nuevamente y dejar que su amargo llanto continuase hasta dejarla descansar.

.

.

.

.

No era la mejor noche para ser un zorro, ni siquiera en la maravillosa y utópica Zootopia donde cualquiera podía ser lo que quisiera. Era ya muy tarde por la noche, sin embargo había ciertas partes de la ciudad que trabajaban las veinticuatro horas, algunas por ser para animales nocturnos y otras simplemente para ganar más clientela. sea como fuere esa noche en uno de los mejores bares de la ciudad Nicholas Wilde, el primer zorro policía, reconocido por la estación y sus compañeros por ser eficiente, agradable, inteligente y algo molesto por igual, buscaba ahogar sus penas en el fondo de una botella; un trabajo que no estaba resultando muy bien, él no era muy dado a la bebida, por lo que a pesar de llevar mucho tiempo en la barra, no había logrado acabar con mucho del líquido, podía decirse que solo buscaba una distracción.

-Ahí estás- Habló una voz masculina tras el zorro.

-¿Hmm? Oh… Hola Jack- Respondió con algo de desgano.

-Hola Nick- Soltó el conejo con rayas negras a lo largo de su grisáceo pelaje, presumiendo por igual ojos azules y vistiendo un traje color negro -¿Me puedo sentar?-

El vulpino respondió con un ademán, y regresó su atención a la botella.

-¿Sabes? Creo que la idea es beberlo, no admirarlo- Rió un poco en un fútil intento de animar a su amigo.

-Sí, no soy muy bueno en esto- Se excusó.

-Judy estaba preocupada por ti, no respondiste llamadas, mensajes, y no estabas en casa- Explicó Jack –Escucha Nick yo…-

-Si vas a disculparte ahórratelo, no hay nada qué perdonar y no tengo nada para reclamar solo… Me siento… Extraño es todo- Interrumpió bajando la mirada.

-Entiendo, pero no puedes evitar a todo el mundo, en verdad lamento que no haya salido como esperabas… Yo tampoco esperaba este resultado- Rió algo nervioso.

-¿Cómo me encontraste?- Preguntó ignorando todo lo demás que recién había escuchado.

-Aún traes tu radio contigo, solo pedí que rastrearan la señal- Explicó –Escucha, no voy a pedirte que olvides lo que pasó, sé que sería prácticamente imposible pero… Me gustaría saber que esto no afectará nada…-

-No lo hará- Respondió con seguridad –Duele pero, ¿Para qué echar a perder tanto tiempo de perfecta amistad? Sonrió Nick.

-Es bueno saber que, piensas eso- Asintió el conejo.

-Y apreciaría si te disculpas con Judy de mi parte, no debí dejarlos a los dos así-

-Descuida, pero, creo que sería mejor si se lo dijeras tú mismo- Comentó Jack.

-Es un poco tarde para ir a visitarla ¿No crees?-

-No es necesario, está afuera- Comentó casi logrando que Nick se atragantase con la bebida.

-¿Qué?- Tosió nervioso.

-Dijo que estaba preocupada por ti, no iba a dejarte solo así-

-Hay no- El zorro se llevó las manos al rostro, ahora deseando haber huido del lugar.

-Hey, tranquilízate, no está molesta, no quiere golpearte solo quiere… Quiere saber que… Estás bien con lo nuestro.

Sin ánimo o palabras para responder a eso, Nick solo aguardó a que todo terminase, incluso llegó a considerar tragar toda la botella de un solo trago con la esperanza de caer en un coma etílico y no recordar nada más del asunto, mucho fue su pesar al sentir la mano de Judy en su espalda, estaba seguro de que se trataba de ella, la conocía a la perfección al fin y al cabo y entonces la escuchó.

-Hola Nick…- Habló con algo de temor.

-Hola Judy- Alzó la mirada el zorro y disimuló su malestar lo mejor que pudo, aunque para la coneja, la primera bandera roja había fue que la llamó por su nombre, no Zanahorias, Pelusa, Rabo de algodón, nada, solo Judy.

-¿Estás bien?-

-Claro, solo pensé en matar el tiempo aquí esta noche- Respondió con una sonrisa nerviosa.

-Por favor no hagas eso ¿Sí?- Le dijo con humildad.

-¿Hacer qué?-

-Nick-

-(Suspiro) ¿Qué esperas Zanahorias? Estoy acostumbrado a que me rechacen pero… Esperaba que esta fuera la excepción- Admitió cabizbajo.

-No te rechacé Nick, no tenía idea de que me veías de esa forma, nunca mostraste sentir nada así por mí… Aunque… Tampoco te dije que estaba saliendo con Jack, por favor perdóname-

-Está bien Judy- Sonrió con calidez.

-Quiero que esté bien de verdad, no solo para mí, sino para ti también- Afirmó saltando al banco junto al zorro –Eres mi mejor amigo, uno de los animales más carismáticos que conozco y el primero que verdaderamente confió en mí… Y si te sirve de consuelo, si me lo hubieras pedido antes que Jack, definitivamente te habría dicho que sí-

-Gracias pero eso solo me hace sentir aún más estúpido- Bebió de su botella nuevamente.

-Alguien estúpido ya habría terminado con esta botella y un par más- Dijo tomándola de las manos del vulpino.

-Oye-

-Lo que quiero decir es que… Encontrarás a alguien para ti, tienes mucho qué ofrecer, y esa placa en tu pecho es uno de los puntos más fuertes- Rió tomándolo del hombro.

-Sí lo sé, soy encantador- Bromeó Nick.

-Por favor, dime que esto no terminará con nuestra amistad, ni tu ni yo, y tampoco con Jack, él te aprecia mucho por igual… Aunque casi todo sea competencia entre ustedes dos-

-A mí también me agrada ese sujeto- Admitió rascándose la nuca.

-¿Hay algo que pueda hacer por ti?

-Yo…- Sonó su celular al instante.

-¿Nick?-

El zorro atisbó levemente la pantalla del aparato, era un simple mensaje de texto con pocas palabras, pero de gran significado para él.

Papá

"Sé que es muy tarde pero, al fin está terminada"

"Es hora"

-Me tengo que ir- Respondió abruptamente, sin dar más explicación lo único que logró fue inquietar aún más a la coneja que con tanta preocupación lo había buscado toda la noche.

-¡Espera!-

A escasos centímetros de la puerta logró detenerlo.

-¡Ni se te ocurra dejarme así otra vez!- Le reprendió plantándose frente a él.

-Pelusa no lo entiendes, tengo que irme.

-No hasta que arreglemos esto.

-Ya está arreglado, me siento feliz por ti y por Jack también- Tomó las manos de la coneja dejando la derecha por encima, misma en la que descansaba un anillo con un diamante en la punta del mismo –Y estaré en la boda- Sonrió humilde, aunque con algo de dolor por igual –Todo está bien Zanahorias-

-¿Entonces por qué te vas?- Preguntó inocente no queriendo soltarle ya.

-Por esto- Mostró el mensaje de texto –De hecho si aún quieres hacer algo por mí, tal vez Jack podría llevarme hasta allá-

-Claro- Sonrió Judy.

Fuera del bar, aguardando frente a un auto metido completamente en sus asuntos sin prestar demasiada atención a lo que le rodeaba, Jack Savage había dejado de preocuparse por un instante de la situación, no porque dejase de importarle, ahora debía atender otra cuestión; aunque igualmente se trataba de Nick, buenas noticias esperaba el conejo, algo para reconfortar a su amigo en tan inusual y en parte, trágica situación.

-Entonces, ¿Le dará el ascenso?- Preguntaba viendo la pantalla del celular.

-Tiene buenos antecedentes y usted agente Savage no ha parado de recomendarlo, ¿Está seguro de su decisión?

-Definitivamente señor.

-Entonces haría bien en informarle al Detective Wilde de su nuevo cargo, mañana por la tarde espero puedan reunirse conmigo para llenar los papeles. Que tenga una buena velada Agente Savage.

-Sí- Clamó victorioso.

-Jack- Habló Judy al salir.

-Cariño no vas a creer esto… Nick te tengo…-

-Necesito que me lleves ¿Sí?-

-Oh, claro ¿A dónde?

.

.

.

Las calladas y silenciosas calles de la ciudad daban la sensación de ser un lugar completamente distinto, eran las dos de la madrugada por lo que difícilmente lograrían ver a algún animal deambular por la calle o a un vehículo estorbando su paso. Con el tiempo que los tres llevaban de ser amigos, conocían casi todo de todos, entre ello se encontraba el hecho de que la familia de Nick no tenía una historia del todo agradable, más aun a sabiendas de que su madre se encontraba lejos, en otra ciudad donde el trato a los depredadores era deplorable. sea como fuere, su padre y él se las arreglaron para salir, siempre manteniendo la promesa de regresar por su madre, pero para eso haría falta dinero, trabajo seguro, una vida estable y por supuesto, un hogar; mismo que ahora había sido terminado.

Apartado de la zona central de la ciudad, entrando en el ahora lluvioso distrito forestal encontrar las pocas calles transitables para vehículos era todo un desafío, más aún a esa hora del día; Jack amaba su auto, y pese a que estaba dispuesto a hacer todo por su amigo, desearía no tener qué aventurarse en ese lugar. En cuanto al tramo que les restaba por recorrer, el zorro permaneció en el asiento trasero dejando a los dos conejos al frente, constantemente intercambiando una que otra mirada nerviosa, a veces culposa, pero al mismo tiempo lograron encontrar algo de alivio al ver a Nick tan concentrado en otra cosa, el mensaje de su padre había llegado en el momento exacto, aunque no era la solución completa al problema, tanto Judy como Jack aún se debatían qué hacer después.

-No puedo llegar más lejos- Habló el conejo al frenar frente a un árbol.

-Lo sé, ahora debo subir- Comentó Nick preparándose para salir.

-Espera- Lo detuvo Judy –Toma- Tendió hacia él un paraguas.

Rió con aprensión y lo tomó, simplemente agradeció pero no tenía idea de qué más decir. No estaba en su naturaleza ser tan descortés en ese aspecto, pero había sido una noche extraña y no prometía mejorar en el tiempo a seguir; con simples ademanes se despidió y se alejó, no tardando en perderse por las ramas y la oscuridad de la selva.

-¿De verdad crees que esté bien?- Preguntó Jack.

-No lo sé, nunca lo había visto así pero… Tal vez le haga bien tener a toda su familia aquí- Comentó mirándolo de reojo.

-Eso imagino…- Sonrió el conejo.

-Por cierto Jack…

-Sí Judy, te acompañaré a las madrigueras a decirle a tus padres- Dijo con aprensión y no pudiendo ocultar algo de temblor en su voz. Era un agente, tal vez de los mejores que había visto la ciudad, pero había cosas que a cualquier macho y de cualquier especie harían estremecer, claramente la visita a los padres de su prometida, eran el talón de Aquiles de Jack.

-¿Crees que debamos irnos?- Preguntó Judy.

-Bueno, no creo que vaya a ningún otro lado hoy así que, será mejor ir a casa-

Una pequeña aunque algo difícil y cansada caminata entre las ramas, rocas y barro del distrito forestal estaba siendo algo agobiante para el zorro, muchas emociones fuertes había tendido por el día, en definitiva no necesitaba más, solo quería llegar a su destino, tal vez aquella noticia de su padre sería un cambio de aire de lo más propicio para olvidar el trago tan amargo de hacía tan solo unas horas. Pero al menos por el momento, le era imposible pensar en otra cosa, las palabras de Judy "Si me lo hubieras pedido antes…" en definitiva no le aliviaba escucharlas, por el contrario, le hacía sentir más miserable, inseguro de sí mismo incluso ¿Qué haría ahora? Después de 4 años trabajando junto a ella, simplemente debía olvidar hasta el último de los sentimientos más allá del compañerismo y amistad, era injusto, una tarea simplemente cruel y despiadada pero que sin embargo debía realizar por su propio bien y el de aquellos a quienes apreciaba.

Con trabajo y alivio llegó a la entrada de una singular casa; hecha a partir de uno de los grandes troncos que abundaban en el distrito, podía observar a detalle cada cambio, cada retoque. Nick recordaba bien cuando su padre compró el lugar, sonaría raro, pero en el distrito forestal podían adquirirse árboles como propiedad, el resultado, si se usaba un apropiado equipo de construcción, era un hogar resistente con un ambiente tranquilo para muchos.

El zorro respiró tranquilo al ver que tanto esfuerzo de años pasados, tanto trabajo, sangre, sudor y lágrimas no habían sido en vano. Podía ver la luz encendida dentro del lugar, sin más demora llamó a la puerta y casi al instante alguien abrió; la imagen a recibir fue la de un zorro mayor a él, más el parecido era notorio, sus ojos, su pelaje, incluso la postura que ambos compartían. En su padre Nick podía ver algunas manchas de pintura, uno que otro raspón seguramente ocasionado por el tallado de la madrea, de igual manera la ropa que llevaba encima estaba desgastada y algo rota.

-¿Papá?

-Nick, no esperaba que vinieras a esta hora- Respondió sorprendido, pero también agradecido –Vamos entra, el clima es horrible esta noche ¿No?- Sonrió tomando por la espalda a su hijo, incitándolo a entrar.

-Increíble- Comentó el más joven al ver el interior.

-Lo sé, costó lo suyo pero… ¿Crees que a tu madre le guste?- Curioso que dudará de tal situación.

-Estoy seguro.

-Han pasado diez años Nicky…- Con pesar recordaba el adiós, necesario pero no por ello menos doloroso.

-Lo sé, pero hablamos con ella casi a diario, y al fin la traeremos aquí-

-Sí, honestamente de no ser por ese trabajo tuyo, no sé si lo hubiésemos conseguido- Comentó.

-No digas eso, has estado pegado a este lugar por años-

-Sí pero… ¿A costa de qué? No fuiste a la escuela, no tuviste una niñez sencilla y además…-

-Ya basta- Interrumpió Nick –No te culpo por nada de eso, si alguna vez llegue a estar molesto es porque no entendía lo que pasaba-

-Nicky le hemos mentido a tu madre por años ¿Qué crees que dirá al enterarse de todo?- Se levantó del sofá con las manos cubriendo su rostro como signo de preocupación.

-No tiene que ser así, no voy a delatarte si es lo que te preocupa- Rió el vulpino en un intento por romper con la tensión -¿Es por esto que estuviste tan nervioso las últimas semanas?- Preguntó al no obtener el resultado que esperaba.

-Sí… Quiero que Jenna esté aquí, quiero volver a verla tanto como tú pero… ¿Y si me odia después de lo que te pasó?-

Nick dejó escapar un prolongado suspiro y con tranquilidad se desplazó hacia su padre. Recordaba con desgano cómo fue su vida los últimos años, y era cierto, tal vez no fue la mejor, con seguridad no había sido la mejor pero en algún punto todo cambió. Aún había aspectos de su vida pendientes por mejorar sin embargo no permitía que eso lo deprimiese más, ahora era un policía, algo que nunca pasó siquiera por su mente. Henry, su padre, siempre temió que la falta de educación que su hijo tuvo llegaría a ser un problema para tener una vida digna, la sorpresa que recibió el día que se presentó en la puerta de su departamento con esa placa en el pecho, podría incluso decirse que fue el impulso necesario para terminar la casa en que ahora estaba por vivir.

-Si te sirve de ayuda, puedo sepultar todos nuestros trapos sucios bajo el pavimento- Sonrió sagaz.

-Tarde o temprano se va a enterar- Henry dejó escapar una pequeña e irónica risa.

-Quizás, pero mírame ahora, soy un policía tal vez eso te haga ganar puntos de compasión-

-Claro y decirle que vives debajo de un puente terminará de cavar mi tumba-

-No vivo debajo de un puente, vivo en la construcción cruzando dicho puente- Corrigió sin pizca de vergüenza a lo que claramente era una situación deplorable.

-De hecho Nicky, bueno ya dijiste que no vivirás aquí…-

-Mamá y tú se merecen una vida tranquila después de todo lo que pasó, tenerme aquí no lograra nada de eso-

-A lo que iba, quiero que te mudes a mi departamento- Dijo con firmeza en su mirar.

-¿Qué?- Respondió confundido.

-Si tu madre va venir aquí, no quiero que lo primero que vea sea a su hijo viviendo en tan horrible lugar- Caminó hacia él a la par que de su bolsillo sacaba las llaves de su viejo hogar.

-Papá ya hablamos de esto y no…-

-¿No lo necesitas?- Bufó –Dijiste hace tiempo que buscarías un mejor lugar, ya pasó un año y no has hecho tal cosa-

-Sí todo el dinero que gano ha estado viniendo aquí- Se excusó apartando la mano de su padre.

-Y te he agradecido por ello, pero la casa ya está terminada, ya no tienes por qué estar en ese lugar, no digo que mi departamento sea una habitación de cinco estrellas pero… Al menos no hay goteras- Le sonrió con humildad.

-(suspiro) Escucha si tanto te preocupa eso… Prometo que lo pensaré camino allá- Resignado ante la insistencia de Henry, Nick no tuvo otra idea para zafarse de ese asunto. ¿Orgullo quizá? En parte podría decirse que sí, desde que dejó de vivir con él, Henry siempre tuvo el pendiente de lo que sería de la vida de su hijo sin él para estarlo vigilando, no es que hubiera hecho un muy buen trabajo en eso último tampoco pero al menos estaba al tanto de sus acciones.

En cuanto Nick voló del nido, durante gran parte de los meses venideros a ese suceso, la vida de Henry se había sumido en una incertidumbre total, al menos hasta descubrir a donde su hijo fue a parar; un hangar destrozado y abandonado en los límites de la ciudad, desde ese punto trató de jalarlo consigo otra vez, jamás tuvo éxito y por desgracia en esos días jamás tuvo para darle un apoyo económico adecuado, no hubo más opción que dejarlo seguir por su camino, aunque siempre recibía cantidades aleatorias de dinero por parte de Nick. Dios sabe que Henry nunca quiso saber de dónde venía tal ingreso, ya de por sí él batallaba a diario para ganarse la vida, no se explicaba cómo era que su hijo desempleado conseguía tanto dinero. Sea como fuere, eso ya era agua de otro jarrón, y estaba seguro que en un tiempo más se podría recuperar, Nick ya era policía, un trabajo seguro y sueldo decente, más aún ahora que no tenía que estar separando una parte para contribuir a la construcción del nuevo hogar.

-Escucha si no quieres estar ahí, cuanto menos promete que esta vez sí conseguirás un lugar mejor- Le miró con preocupación.

-Te prometo que lo haré- Ya había hecho esa promesa innumerables veces en el pasado, pero por alguna razón, ésta vez más que en todas las anteriores, Henry creyó profundamente en su palabra y Nick por su lado, lo decía de corazón esta vez –Será mejor irme, Preyland está a siete horas de aquí-

-Espera, espera, espera- Lo detuvo en la puerta -¿Vas a irte en este momento?- Preguntó anonadado, pues a pesar del gran deseo de reunir a familia, ¿Salir de la ciudad a tan altas horas de la madrugada? Odiaba admitirlo pero no había justificación para ello.

-Piénsalo papá, llegaré justo a la mañana y creo que será una sorpresa agradable para mamá al despertar- Comentó confiado.

-(Suspiro) ¿No podrías esperar a que mínimo saliera el sol?- Sugirió Henry, tomándolo del hombro y tratando de hacerlo entrar en razón.

-Honestamente quiero respirar un poco en el viaje, y descuida me quedé dormido en la estación gran parte de la tarde- Su padre claramente lo tomó a broma, bueno era que no lo visitaba seguido por allá, ver a su hijo siendo reprendido por su jefe por quedarse dormido en horario laboral, definitivamente no necesitaba más presión arterial.

-Bien, supongo que no voy a convencerte de lo contrario- Se rindió por fin –Nada de sobrepasar el límite de velocidad y mantente en la carretera- Le plantó con mucha seriedad.

-Vamos, estás hablando con la ley ¿Lo olvidas?- Respondió Nick alzando levemente los brazos para después tomar las llaves del auto colgadas junto a la puerta de la casa –Creo que volveré aquí para el medio día- Señaló poco antes de salir.

-Mi auto está en los aparcamientos del distrito forestal, no le hagas nada. Además ¿Qué pasa con tu trabajo?- Preguntó curioso.

-Tengo el día libre mañana- Respondió el zorro a lo lejos, claramente buscando librarse de la insistente y algo molesta sobreprotección de su padre. Henry tampoco insistió más, simplemente sonrió al verlo partir y cerró la puerta, ahora solo le quedaba tratar de dormir, aunque parte de su ser le gritaba que no sería tarea fácil de lograr, la simple idea de ver a su esposa al día siguiente después de tanto tiempo, demonios, era algo difícil de creer.

El distrito forestal de Zootopia contaba con un masivo aparcamiento en los límites de la región, el motivo era obvio o al menos para quienes conocían bien la ciudad; los gigantescos árboles, teleféricos y puentes colgantes que abundaban en el lugar no eran precisamente aptos para vehículos de cuatro ruedas, ya fuera por el peso o simplemente por el tamaño de los mismos, representaban un gran inconveniente a la hora de desplazarse por todo el distrito. Antes de que esos estacionamientos tuvieran lugar, varias llamadas al ZPD o al servicio de emergencias en general fueron hechas para atender accidentes, algunos leves, pero otros se habían cobrado una que otra víctima mortal; debido a ello el distrito forestal ya no permitía la entrada a ningún vehículo de la ciudad, ahora todos los habitantes debían dejarlo en el lugar designado, mismo que para toda seguridad, era vigilado las veinticuatro horas por igual.

Nick no tardó en encontrar al auto de su padre, un modelo muy viejo como para pasar desapercibido entre tantos descapotables o modelos para animales gigantes; no era la mejor máquina, de hecho tenía bastantes detalles y problemas que la hacían poco funcional, pero al menos siempre les permitía llegar hasta donde necesitaban. El viejo motor rugió y con un paso al principio lento mientras ganaba calor, el zorro partió de la región, no tardó en abandonar el distrito forestal y solo media hora le tomó llegar a la salida de la ciudad. Ser policía tenía sus beneficios, el ahorrarse las casetas era uno de ellos, por lo que le fue relativamente fácil salir de Zootopia, no podía decir lo mismo a la hora de entrar al lugar a donde se dirigía, pero era mejor no pensar en ello por el momento.

El viaje en la oscuridad le ayudaba a pensar, no debía preocuparse mucho por perder el camino de vista, podía ver a la perfección casi todo a su alrededor, sin embargo, jamás vio venir el compromiso de sus dos compañeros. Ahora caía en lo ciego que había sido, hubo señales, cientos de ellas, Judy estaba saliendo con Jack, siempre conversaban, almorzaban uno junto al otro, por dios, siempre se iban juntos después de despedirse de Nick y aun así él decidió ignorarlo ¿Por qué? Por la ridícula fantasía de alcanzar una vida junto a la coneja; no estaba molesto con ella, no estaba molesto con Jack ni siquiera consigo mismo, simplemente se arrepentía de no haber actuado antes ¿Habría resultado? Judy dijo que sí pero, ¿Cómo hubiera sido? De nada servía imaginar una vida que no tendría lugar a existir, solo se hacía daño y lo sabía bien.

-Creo que Zanahorias tiene razón- Dijo para sí mismo –Debo buscar a alguien de mi especie también, quién sabe, podría encontrar a una de pelaje gris y ojos morados también- Rió irónico, tratando de mitigar la sensación de abandono que claramente sintió –Este va a ser un largo viaje-

.

.

.

.

-Entonces ¿Realmente le conseguiste el ascenso?- Preguntaba Judy sentada en el borde de su cama, vistiendo ahora un pantalón para dormir y una blusa holgada.

-Así es, a partir de mañana será el detective Nicholas Wilde- Afirmó Jack con alegría –Aunque no deberá acostumbrarse mucho a ese cargo, y usted tampoco detective Hopps- Sonrió juguetón.

-¿Aún quieres llevarnos a fuerzas especiales?- Le preguntó divertida.

-Por supuesto que sí, serían elementos muy valiosos y tendría una excusa para verte a diario- Se excusó saltando a la cama.

-Te creo en esa última parte- Rió Judy a la par que retiraba el anillo de su mano para dormir -¿Sabes? Pudiste haber elegido uno más grande - Tentó al conejo.

-Oh vaya, aun no estamos casados y ya eres una conejita exigente- Con lentitud se le acercó y la abrazó.

-¿Vas a retirar tu propuesta, entonces?- Preguntó con picardía.

-Ni aunque la tierra se partiera en dos- Jack inclinó su cabeza por encima del hombro de Judy y plantó un tierno beso en su mejilla.

Ambos conejos se metieron en las frazadas para dormir, ya hacía un frío considerable en el exterior pues pocas semanas faltaban para el inicio del invierno, cuando Tundratown podía apagar temporalmente sus generadores de nieve y Sahara Square trabajaba con más energía y el centro también se llenaba de nieve.

-Algo te preocupa- Comentó Judy al ver a su prometido.

-¿Qué?-

-Tus orejas tiemblan- Señaló acariciándolas con gentileza.

-Oh vamos, creí que había corregido eso- Se quejó apartándolas de las suaves y a veces hechizantes manos de Judy.

Ella rió alegre al ver su reacción, aunque no logrando distraerse de la pregunta inicial -¿Qué pasa Jack?-

-(Suspiro) No puedo evitar sentirme mal por Nick, literalmente le robé a la mejor chica del mundo-

-Oh, vaya creí que era la única- Le alivió saber que Jack se sentía igual por el asunto de Nick ¿Por qué? No tenía idea a decir verdad, pero era gratificante –Es un mamífero fuerte a pesar de su tamaño…-

-Mira quién habla- Rió con inocencia.

-Sí lo sé, pero volviendo a nuestro zorro. Sé que encontrará a alguien tarde o temprano-

-Eso espero, odiaría verlo bailar con una de tus hermanas en la boda- Bromeó un poco nervioso –Siendo completamente honesto incluso pensé en buscarle cita por internet- Admitió lleno de culpa y vergüenza.

-¿Es lo que estabas haciendo con tu computadora al llegar?- Preguntó Judy.

-Tal vez…- Respondió inseguro.

-Bien porque yo tardé veinte minutos en el baño haciendo lo mismo con mi teléfono-

Los dos rieron, incrédulos de lo parecidos que eran en realidad, los dos tan llenos de energía y siempre aspirando a llegar más alto, los conejos se pegaban rápidamente.

-Como sea, creo que deberíamos dormir, la noche ya se alargó demasiado- Comentó la coneja.

-Es cierto, si quieres puedo decirle a Bogo que les dé el día libre a los dos- Sugirió Jack.

-Aprecio el gesto pero no porque exista la posibilidad de que deje la estación, voy a bajar mi desempeño Agente Savage- Afirmó terminando de arroparse.

-Bien, bien, en ese caso dulces sueños- Dijo echándose por completo sobre la almohada.

-Descansa Jack-

.

.

.

.

Unas cuantas horas pasaron y en la carretera el anaranjado y tenue brillo del sol por la mañana ya se asomaba por encima de las mesetas. Entre bostezos y uno que otro cabeceo Nick se las había arreglado para llegar a la mañana y ahora vislumbraba con toda claridad el largo camino que le quedaba por transitar, cabría mencionar que empezaba a sentir cierto remordimiento de su decisión; lo hizo sin pensar eso era claro pero no había nada qué hacer, era muy tarde para regresar a la ciudad y seguramente a su madre no le molestaría dejarlo dormir un par de minutos después de llegar, después de media hora de besos, abrazos y comentarios sobre lo mucho que creció en esos últimos diez años.

-Hey qué tal esos últimos diez Zúper tazones… No, así no puedo llegar a saludar, qué tal un simple "Hola cuánto ha pasado" Eso sería muy cruel- Rendido, Nick golpeó su cabeza contra el volante, por supuesto haciendo sonar el claxon por un rato ocasionando que las aves aun dormidas en los árboles a su alrededor salieran volando de sus nidos. El zorro no se preocupó en alzar la mirada hacia la carretera otra vez, no escuchaba ningún vehículo acercarse o dirigirse hacia él sin mencionar que ni siquiera estaba conduciendo a una velocidad peligrosa.

"Solo espero que esté bien" Pensó agobiado por la mínima, tal vez inexistente y sin embargo presente posibilidad de que su madre ya no estuviese en cuanto el llegase por ella, pero era ridículo si quiera pensarlo, al fin y al cabo su padre e incluso él mismo habló con ella tan solo ayer. Ella estaría ahí, le sonreiría, le abrazaría y entonces la sacaría de ese espantoso lugar para siempre.

-¿Qué?- Al fin reaccionó al escuchar un sonido nada alentador –No, no, no, no, ¡No!- Exclamó empezando a golpear el tablero y el volante del auto, la vieja máquina de Henry no iba a llevarlo más lejos ahora. El escape del auto escupió sus últimos alientos de vida y en una prominente nube de humo negro escapando del cofre del vehículo las ruedas dejaron de girar.

-Si logro regresar a la ciudad voy a destrozar esta cosa con un martillo- Masculló entre dientes a la par que salía del cacharro ese, lo observó una y otra vez de alguna estúpida manera esperando que milagrosamente dejase de humear, esperanza que terminó de desaparecer al escuchar un extraño crujir dentro del cofre.

–Bien, se acabó, estoy muerto- Suspiró deslizándose por la puerta del copiloto hasta sentarse en el suelo, no perdiendo tiempo en idear una manera de llegar –Tal vez si lo empujo vuelva a funcionar- Pensó torpemente –A quien engaño, estoy perdido- Llevó ambas manos a su rostro, lamentándose de su patética existencia.

–Dios se burla de mí, seguramente hizo una apuesta con alguien más y ahora se burla de mí- Dijo resignado, jugando con una moneda entre sus dedos aguardando a lo que fuera –Bien, ahora solo falta de algo venga a dar el golpe de gracia- Habló levantándose del suelo y mirando a su alrededor, increíblemente, divisó a lo lejos lo que podría ser su salvación.

–No está específicamente cerca para matarme, pero creo que es mejor que nada- Sonrió irónico y rápidamente hizo señales a la camioneta que se dirigía hacia él.

En un leve rechinido el vehículo se detuvo, Nick aguardó paciente a que el conductor bajara del mismo. Este zorro aún tenía algo de suerte a fin de cuentas. La puerta de la cabina se abrió e inmediatamente un brazo cubierto de pelaje blanco se sujetó para bajar. El pelirrojo quedó embelesado por la imagen que lo recibió; tan perfecta, tan brillante, tal vez a causa del blanco de su pelaje, y sus ojos tan azules, más que cualquier otro que hubiese visto antes, definitivamente no podía ser un zorro también, su especie no podía ser tan afortunada de tener a tan hermoso espécimen entre ellos.

-¿Te puedo ayudar en algo?-


Y eso fue todo, espero les haya gustado, entretenido o al menos les haya dado algo qué hacer.

Espero puedan comentar, adoro los comentarios y así sabré si les gustó, les encantó... O si ya perdí el poco respeto o aprecio que sentían por mí...

Bueno algo importante a marcar si llegaste hasta aquí y planeas seguir leyendo es que cabe la posibilidad de que el fic suba de rating T a M, dependerá de mi estado de humor XD.

Eso es todo por mi parte, no olviden comentar y nos vemos luego.

Paz.