Katekyo Hitman Reborn! No me pertenece.
"Cristales de hielo color naranja"
El clima era frío; las calles recubiertas de nieve, los pequeñines corriendo de felicidad mientras jugueteaban con los pequeños cristales de hielo que caían a su alrededor y las calles junto a las casas abarrotadas de cientos de decoraciones era el ambiente que se percibía desde hace un par de días en Namimori.
Y todos eran felices, bueno, no todos.
Un pequeño niño que no rebasaba los 9 años jugaba solo en el rincón más apartado del desgastado parque, sus lacios cabellos eran de un hermoso color ébano y sus ojos, grisáceos y levemente rasgados, resaltaban gracias al atuendo, cálido y abrigado, que el menor traía sobre su pálida piel de porcelana. El niño, de nombre Kyoya y de apellido Hibari, trataba de construir un puercoespín de nieve que, sin importar su esfuerzo, se derrumbaba cada cinco minutos, frustrándole y decepcionándole.
A lo lejos, más específicamente en la otra punta del destartalado parque, un pequeño castaño de no más de 8 años se mecía en un columpio con sus achocolatados orbes llenos de lágrimas al no poder jugar con los otros niños, ya que estos lo rechazaban de manera un tanto brusca al notar los andrajos que llevaba encima, después de todo, ¿Quién no rechazaría a un vagabundo?
— ¡No, no de nuevo!
El menor, guiado por la curiosidad, siguió aquella voz que parecía llena de frustración, camino un par de pasos más y encontró a un azabache tratando de hacer un muñeco —puercoespín— de nieve. Se sentó al lado del otro niño y, con una pequeña sonrisa en el rostro, comenzó a hacer una bola de nieve que rápidamente se convirtió en un pequeño pájaro con ojos de piedrecilla y pico de rama; un fragmento de felicidad lo invadió, y en un acto casi que inconsciente, le mostro al otro su obra.
— ¿Cómo lo hiciste?—. Pregunto Hibari con sorpresa, después de todo, nadie —aparte de su madre y su padre— se le acercaba de manera tan despreocupada.
El castaño sonrió con las mejillas rojas por el frío.
—Mira, lo único que tienes que hacer es…
Luego de un par de minutos, Kyoya había podido, al fin, hacer un pequeño puercoespín, que resulto ser más fácil de lo que pensaba.
— ¡Gracias!—. Hablo con emoción el mayor mientras abrazaba al castaño y este le devolvía el gesto un poco nervioso. —Mi nombre es Kyoya, Hibari Kyoya. ¿Cómo te llamas?
—Tsunayoshi…
Kyoya le vio extrañado, aun sin romper el abrazo. — ¿No tienes apellido?
Tsuna negó con la cabeza mientras titiritaba por el frio.
—Soy huérfano, vivo en las calles—. Comentó con temor, no quería que su nuevo amigo lo rechazase.
— ¿Y…?—. Pregunto Kyoya con indiferencia, sorprendiendo al menor. —Eso no me interesa… Eres el único que se acerca a mí sin temor y con una sonrisa. Tú eres tú sin importar lo material.
A Tsunayoshi se le llenaron los ojos de lágrimas, y sin poder evitarlo abrazo a Kyoya como si este fuese a desparecer, acción que el pelinegro imito.
Ambos sonrieron con las mejillas sonrojadas, tomándose de las manos y avanzando hasta la casa del Hibari, la cual sería su nuevo hogar.
¿De qué personaje/pareja les gustaria que fuese el siguiente Drabble? Tengo pensado un 27R, pero no estoy segura... ¡Dejen sus opiniones en un review!
