Hola amigos lectores, cuanto tiempo sin vernos, en honor a la navidad les traigo una historia de dos capítulos, obviamente con algo de ZoNa hoy subo la primera parte y mañana la siguiente.

-¡21 de Diciembre! –gritó un muy emocionado Luffy en la cocina.

Con gran alegría el capitán de los Sombrero de Paja anunciaba que solo faltaban 3 días para la esperada Navidad.

-Así que ya es 21, Nami-san la isla a la que llegamos hoy esta habitada.

-Si Sanji-kun, además la isla se llama "Roman party" y es una isla de invierno.

-Mejor, ¡aventura, fiesta y regalos! –Dijo Luffy- Ya quiero llegar.

-No podría ser solo fiesta y regalos –dijo Ussop- Ya sabes… por la navidad.

-Esperen –intervino Chopper- Si somos piratas ¿Santa nos traerá algo?

-No pasa nada Chopper, Santa sabe que somos buenos piratas.

-Vamos Luffy todos aquí sabemos que no es real –dijo Sanji.

-¡¿Pero qué?! ¡Santa existe! –dijeron Luffy Chopper asombrados por el comentario de Sanji.

-¿Enserio aún creen en Santa? –pregunto Franky.

-Para siempre. –afirmaron los dos.

-Capitán-san, doctor-san…

-Yohohoho, mejor que ni se enteren.

-Tonterías, navidad –susurró Zoro para sí y se fue.

-"¿Tonterías?" –pensó Nami al escuchar el susurro de Zoro- Oye Zoro –Zoro ya se había ido.

-¿Pasa algo Nami-san? ¿Para qué llamas al marimo?

-No pasa nada Sanji-kun.

Nami salió también de la cocina mientras todos seguían con el tema de la navidad.

-"¿A Zoro no le gusta la navidad? Tal vez solo no le importe, ¿pero porque?" -Esos eran los pensamientos de la navegante mientras veía al susodicho subir al nido del cuervo.

Por alguna razón al espadachín no parecía importarle la navidad, y eso inquietaba a la navegante, y eso la inquietaba aún más, pero se decidió por tratar un problema a la vez y el primero era saber porque el poco interés de Zoro y como mejorarlo.

-Hey Zoro –dijo Nami entrando al nido del cuervo.

-¿Qué pasa?

-Pensaba… la navidad es una fecha muy bonita ¿no crees?

-Ah, la navidad, realmente no le veo lo especial, solo un día mas, aparte de regalos y comida claro.

-Pero, ¿no te interesa?

-¿Interesarme qué?

-La navidad en si, estar todos en familia, comiendo y regalándonos cosas.

-…Así que regalos, yo no tengo mucho dinero te aviso.

-Bueno, no solo es regalos, también es estar todos juntos como dije antes.

-Nami, no es muy normal que los dos hablemos tanto en privado sin que salga el tema de la deuda o un favor tuyo ¿pasa algo?

-Eh, no nada… ya me voy.

El peliverde estaba sorprendido, es decir, de aquí a cuando la pelirroja subía solo para hablarle, ni siquiera cuando se avisaba la comida subía, no, gritaba. ¿Por qué ahora venía buscando conversación? –"Por las fiestas será"- pensó, pero no se lograba convencer de ello, no podría ser solo el efecto navideño. El tema le inquietaba y no le dejaba entrenar. Fastidiado por su falta de concentración se decidió a dormir.

Nami avergonzada de no haber sabido nada, volvió a la cocina, pero solo estaba Sanji limpiando lo de la cena, el resto ya se había dispersado.

-¿Qué tenías que hablar con el marimo Nami?

-Ah, nada importante.

-Algo ocultas Namicilla.

-De verdad, no es nada importante.

-Nami-san, te pido que me cuentes que pasa que estas actuando un poco raro y me preocupas.

-…Es…es que me inquieta porque para Zoro la navidad no es muy importante.

-¡¿Para el no es muy importante?! ¿Qué clase de idiota es? Ahora va a ver…

-Espera Sanji-kun, no tienes que hacerle nada.

-… Esta bien, pero, aun así de tal peculiaridad, ¿porque te importa tanto?

-¡¿Ah!? –dijo muy sorprendida mientras un se ruborizaba ligeramente- Pues… ah… porque sino no celebraremos navidad como se debe.

-Vale, deberías ir a dormir Nami-san ya es muy tarde.

-Si, buenas noches.

-Buenas noches.

Cuando Nami salió a su cuarto Sanji soltó un suspiro seguido de sacarse un cigarrillo, prenderlo y empezar a fumar.

-Tantos esfuerzos, y al final se interesa en el marimo, si el idiota le hace algo…

Al día siguiente llegaron a la isla cuyo nombre era así por su famoso parque de atracciones que tenía el tamaño de una ciudad entera. La isla estaba especialmente decorada por las fiestas con muchas tiendas dentro y alrededor del parque.

-¡Siii! –gritaron emocionados Luffy, Ussop y Chopper- Nami, dinero, ya queremos jugar.

-Me pregunto si se puede conseguir un trago en alguna parte. –dijo Zoro.

-¡Supeeeeeeeeeer! –Dijo Franky viendo una máquina- Una máquina expendedora de cola.

-Hmmm… –musito Robin viendo un puesto de premios- también puedes ganar libros por boletos.

Efectivamente hoy sería un alegre día para los Sombrero de Paja.

Había un bar un poco alejado del parque donde logro llegar el espadachín tras perderse, aunque al entrar este vio nada más y nada menos que a la navegante tomando en la barra.

Zoro se sentó a su lado y se pidió sake.

-¿Qué haces aquí? –Preguntó Zoro- Oye responde, te estoy hablando, ¡Nami!

-¡Oh! Hola Zoro ¿cuándo llegaste?

-Acabo de llegar, estabas distraída y no hacías caso, retomando lo de antes ¿Qué haces aquí?

-¿No es obvio? –dijo mostrándole su jarra- bebo.

-Pero tú no sueles venir a una taberna, tu normalmente vas a una tienda de ropa te llevas casi todo y pides un descuento enorme.

-¿Y tú como sabes eso?

-Te vi una vez.

-Bueno ya que estas aquí, ¿Qué tal si tu invitas?

-No lo creo Nami, no lo creo.

-Anda Zoro, solo un par de tragos.

-Cada uno paga lo suyo, esto no es una cita o algo.

Los dos callaron ante la palabra "cita".

-Quiero decir… etto… solo somos nakamas y cada uno se paga lo suyo.

-Sí, sí, solo nakamas.

Los dos continuaron bebiendo bajo un incómodo silencio, finalmente la navegante rompió dicho silencio.

-Y… ¿Qué vas a regalar para este 25?

-…

-Bueno, creo que como no te interesa mucho no vas a dar nada.

-No, es que eso no se pregunta, debe ser sorpresa.

-Asi que si vas a regalar, si te gusta un poco la fecha.

-No tanto, creo que es un deber como nakamas.

-¿Pero porque no le captas interés? –pregunto sin más rodeos.

-Nada, simplemente no se me hace nada especial, en el dojo no lo celebrábamos y tal vez se deba a eso.

-… ¿La has celebrado alguna vez?

-Creo que no.

-¡Por eso! ¡No has visto lo divertida que es la navidad!

-…

-Vamos, te lo mostrare, vámonos.

-Espera hay que pagar.

Nami soltó unos billetes que cubrían todo lo que habían bebido.

-Ahí está todo, vamos.

Nami se llevó a Zoro de la mano jalándolo fuera del bar, corrió buscando algo navideño que le demuestra a Zoro lo especial de la fecha, finalmente se detuvo en un puesto de ponche

-En navidad se toma ponche, y está muy bueno – Nami le ofreció un poco a Zoro quien aceptó rápidamente la bebida y tomo un poco-

-Está muy bueno.

Nami le sonrió, viendo que más podría mostrarle, distraída, no se dio cuenta de que Zoro se había puesto un poco rojo ante la sonrisa.

El espadachín estaba sorprendido por tres factores: Uno, porque Nami se interesaba tanto en que el disfrute la navidad, dos, porque ante esa sonrisa le pareció ver a tal vez la mujer más bella que había visto, y tres, ¡cómo es que no se habían encontrado a nadie que los interrumpa! ¿¡Como!?

Olvido todos esos pensamientos menos el segundo, cuando la navegante le mostro un árbol decorado con luces, esferitas y una estrella en la punta.

-Eso es un árbol de navidad, en estas épocas hay muchos, y en el barco vamos a poner uno mañana.

-Son hermosos –dijo contemplando como las luces tenían un compás musical y que todas las esferitas lograban combinar con el verde árbol.

Nami seguía sonriendo al ver como Zoro se sorprendía ante tales cosas, era como su primera navidad, no esperen, ¡era su primera navidad! Además el hecho de poder pasar un linda Navidad con el le encantaba, volvió a ruborizarse ante tales pensamientos suyos que hace un tiempo desconocía.

-Vaya, creo que he subestimado a la navidad.

-Aún queda más.

-¿Mas?

-Si, en Navidad todos tenemos una cena familiar y los obsequios, esta época es principalmente para eso, familia.

-Je.

-Bueno ¿Qué quisieras para navidad? No tengo ni idea de que comprarte.

-Pues, desde hace un par de días que me negaba a quererlo, aunque ahora me he dado cuenta de que de verdad lo quiero.

-¿Qué cosa?

-Algo.

-¿No me vas a decir?

-…No.

Nami le saco la lengua divertida y siguieron viendo mas cosas. Cuando se hizo tarde, volvieron juntos al barco.

La única persona que se percató de que venían juntos fue la arqueóloga.

-Parece que se encontraron de camino navegante-san.

-Eh, si, hola Robin.

La arqueóloga noto como Nami se sonrojaba al ver que la observaban junto a Zoro. No hace mucho que sospechaba de que algo podría pasar entre los dos, pero ahora lo confirmaba.

-Voy a hacer unos mapas, adiós Zoro –antes de irse le dio un beso en la mejilla haciendo que el espadachín se ruborizara.

Una vez la navegante se fue al cuarto de mapas la arqueóloga le sonrio al espadachín.

-¿Desde cuándo?

-¿Desde cuándo qué?

-Desde cuando están juntos usted y la navegante.

-¡Que! ¡¿Porque dices eso?!

-Vamos espadachín, se nota que hay algo de cariño mutuo entre los dos, me va a decir que aún no se confiesan.

-Aun no lo han hecho. –dijo Sanji haciendo aparición.

-Cocinero-san, ¿y usted como sabe?

-Ayer Nami se preocupaba mucho por el marimo, hay note que algo hay.

-Oh, asi que los dos están…

-Ejem, ejem, estoy aquí, y no estamos juntos ni nada.

-No te atrevas a negar que no te gustaría estar con Nami-san.

-Pues no, no te lo niego.

Aquella respuesta inmediata sorprendió a los dos.

-Pues que espera espadachín-san, la navegante le corresponde.

-Se equivocan, no lo creo posible.

Dicho esto el espadachín subió al nido del cuervo dispuesto a entrenar, lo cual logro aunque en vez de concentrarse en su ejercicio pensaba en la bella sonrisa de la navegante.

Mientras arriba la navegante estaba pensando en el lindo día que había pasado con el espadachín, tal fue su distracción que no se dio cuenta cuando dibujo a Zoro en uno de sus mapas, al darse cuenta, solo lo guardo y empezó a dibujar otro.

Pasaron unos días sin nada importante a excepción de la compra de regalos y la decoración del árbol en la cubierta.

Finalmente llego el 24 de diciembre, la víspera de Navidad…