Recorrer la Catedral de San Basilio Situada a uno de los extremos de la Plaza Roja, la Catedral de San Basilio es sin dudas la imagen de Moscú.

En aquella Catedral, entre el bullicio se gente, una figura sobresalía de las demás, un joven de azulados ojos me sonreía a la distancia, bobamente me acerque a él.

A la edad de quince años, ya podía sentir como aquellos ojos azules me llamaban únicamente a mí, sentía que ya amaba a ese joven de mi misma edad con solo verlo.

¿Su sonrisa o su divertida personalidad fueron las que me atrajeron a él? No lo sé…tampoco me importo en ese momento, únicamente me acerque a él. Quería estar al lado suyo, que su calor inundara los fríos mares de mi corazón.

Aquellos efímeros días fueron mi consuelo en los interminables viajes que mis padres y yo dábamos por el mundo.

Cuando por fin alcance la mano de ese joven que me sonreía con tanta felicidad, hubo un cambio brusco en la escena, me encontraba arrastrándome en la tierra, huyendo del eminente final que venía con la explosión de nuestro auto.

Me acerque al auto después de haber salido a rastras de él, si yo podía salir, mis padres también podrían. Pero que boba había sido en esos momentos.

Vi aterrada la escena, si bien nuestro auto había quedado destrozado completamente, no imaginaba que mi padre, mi tan querido y amado padre quedaría con su cabellera ensangrentada por el golpe tan fuerte que había recibido con el volante, los vestigios del morado con los que alguna vez presumí parentesco ya no se encontraban.

Mi madre no se quedo atrás, su tersa piel era cubierta por una fuente enorme de sangre, un vidrio se había insertado en su pecho arrancándole la vida por completo.

No importaba cuanto gritara, mi voz no alcanzaba para recuperarlos. Cuando quise lanzarme a ayudar, unos brazos me detuvieron, los bomberos y paramédicos me retiraron de la escena. Por más que gritaba, no me dejan estar cerca de mis fallecidos padres.

Fui la unica en sobrevivir… mis padres no.

Y pensar que días antes mi madre, con su cabellera tan larga y negra como la noche me había regañado por escaparme en las noches, y mi padre, el siempre comprendió que yo tenía ese lado casi indomable, así que en su humildad me consolaba del regaño impuesto por mi madre días antes.

Otro cambio de escena se hizo ver, dos ataúdes eran bajados y enterrados en la tierra. El funeral de mis padres había empezado y terminado en un intermitente silencio de mis padres.


Me despierte jadeando y alterada. Mire el pequeño despertador que se encontraba al lado de mi cama.4:30 am. De nuevo a la misma hora. De nuevo esa pesadilla, esa maldita pesadilla que me asecha todas las noches, no existe noche en que no me atormente, noche tras noche, siempre es lo mismo, la misma pesadilla, me pregunto ¿Por qué no puedo recordarla de otra manera?, recordarla sonriendo, cantando, bailando, cocinando, pero no, siempre es lo mismo, siempre la "sueño" así.

Supongo que es un tipo de castigo, ¿un castigo de otra vida? Tal vez cometí algo en otra vida y lo estoy pagando en esta vida…aunque cuando revise mis cartas la noche anterior decían que venían grandes cambios en mi vida, ¿Cuáles serán?, supongo que lo descubriré a su debido tiempo, por ahora debo alistarme para mi primer día en la universidad.

Quién sabe, a lo mejor no será tan malo como lo pienso.