-Deberías haber esperado a que yo llegara- Él deslizo su gran mano en mi cabello, haciendo casi contacto. -Sabes que puedes llamarme cuando quieras-
Me miraba con esos ojos tan hermosos y cálidos, si de algo estaba seguro es que él nunca me iba a fallar.
-Lo siento, pero quería ser valiente- Lo mira, esta barrera de estaturas hacia que tuviera elevar mi rostro para verlo a los ojos y odiaba la manera en que en este momento él se estiraba todo lo que podía y ocultar sus ojos mirando al cielo. Fue entonces que lo note, una lágrima casi transparente le recorrió la mejilla.
-Doitsu...- seque la lágrima con mi pulgar y deje descansar mi mano sobre su rostro. Ahora él bajo s mirada y la dirigió directamente a la mía.
-Déjame- murmuró, aparto mi mano de un golpe rápido y se alejo de mí dando largas zancada.
-DOITSU!- grite tras él, pero caí y él se perdió de mi vista. Me quede ahí tendido sobre el duro suelo, con las piedras clavándose en mi cuerpo, no sé cuánto tiempo había pasada mientras que tenía oculta mi cara entre mis brazos, rodeándola.
Unas fuertes manos me tomaron de la cintura y me alzaron tanto que pude ver el cielo estrellado, luego todo mi cuerpo fue a dar contra barrera dura y cálida. Esas manos terminaron de rodear mi cintura y me apretaron contra es cuerpo tan maravillo y mancilladlo que yo tan perfectamente recordaba.
-No soy capaz de tocarte sin sentir temor de que pueda lastimarte- Su aliento me golpeaba en el oído como una suave demostración de su persona. -´Pero me duele más estar lejos de ti, que me quita el aire de los pulmones y detiene mis latidos. ¿Por qué?-
Recargo su frente en mi hombro, podía sentir ahora como todo su cuerpo temblaba, agitándose.
-Doitsu... te amo- le murmure yo ahora al mismo tiempo que le acariciaba el cabello dorado. -Te amo...- El giro su rostro hacia mí, se acerco un poco más y entonces...
Me caí de la cama con los brazos rodeándome el cuerpo.
-Lo amo- me repetí sentado en el suelo balanceándome de atrás hacia adelante. -Lo amo... lo amo... lo amo-
Ojala pudiera decírselo, ojala lo supiera con solo verme, con solo sentir mi persona.
Ojala que él se diera cuenta que no solo amaba a su yo actual, que si me preguntara directamente le dijera todo completamente, todo lo que él quiera saber.
Yo Italia Veneciano, amaba cada parte, cada centímetro, cada cosa que hacía a Alemania lo que es y lo amaba más por lo que una vez fue y que ya no volverá...
Italia ama a Alemania...
