OJOS AMATISTAS

Introducción:

El Mundo Antes de la Guerra.

Así, con los ojos cerrados.

Puedo ver claramente la silueta de los volcanes, recortada contra la luz del alba.

El mundo era más joven y más grande.

Los dragones no tenían que transformarse para pasar por humanos, volaban libres por el cielo, con su forma draconiana.

Haleakala, "La Casa del Sol", el lugar donde nací, mi hogar.

Era una gran isla volcánica al este del continente. Era un lugar hermoso, desde el desierto de Kau, situado al oriente, hasta el Mauna, un enorme volcán activo situado en la ladera occidental.

Al centró se encontraba, el Valle Kipahulu, de exuberante vegetación tropical, que rodeaba el cráter inactivo del volcán, que había dado origen a la isla. Ahí se encontraban las cuevas en las que vivíamos los Dragones Dorados del Este. El color de la tierra iba, desde el amarillo muy claro hasta el rojo y las nubes que entraban en el cráter, proporcionaba humedad suficiente para que crecieran sándalos y líquenes.

Haleakala, "La Casa del Sol", era un importante centro espiritual dedicado a honrar a Karyuoh Vulebazart. Mi padre, Fulvio Ul Copt, era el líder de la manada de Dragones Dorados servidores de El Rey Dragón del Fuego.

Veda Ul Copt, mi madre, decía que yo había sacado el carácter del volcán. Ella decía que el día que salí del huevo, El Manua, que había estado inactivó por casi 100 años, vomito lava durante un año, y nunca volvió a dormir por completo. Podían pasar siglos y siglos, sin que arrojara siquiera una nube de ceniza, de pronto, cuando pensábamos que se había apagado por completo, sin ninguna señal de advertencia como un ligero temblor o una pequeña nube de humo, volvía escupir lava ardiente y nubes de ceniza que cubrían la luz del sol por algunos días.

Mi mejor amigo y compañero de juegos era mi hermano, Val Agadez. El era una cría de Dragón Antiguo, mi padre encontró su huevo cerca de nuestra cueva. Íbamos a devolverlo, pero eclosiono antes de tiempo.

Nosotros adorábamos a Val desde que era un huevo, su verdadera madre, había muerto a manos de un pequeña población de plagas a las que les llamaban "humanos".Nos temían, he intentaban cazarnos, pero nunca antes habían logrado herir a ninguno de nosotros, su ultimo aliento fue para transportar el huevo hasta un lugar seguro, nuestra isla, donde mi padre lo encontró.

Sabíamos que debía volver con su raza y ser educado en las tradiciones de los Dragones Antiguos, pero nos encariñamos mucho con él. Mi madre solía hablarle y contarle cuentos, cuando aun no salía del cascaron, yo le cantaba canciones de cuna y mi padre, aunque nos reñía a ambas por lo tontas que nos veíamos consistiendo a un huevo, lo acariciaba cuando pensaba que no lo mirábamos.

Val nació 20 años antes de lo esperado, la familia que pensaba adoptarlo vino por él, pero él solo reconocía a mi madre como la suya. Los ancianos decidieron que el hecho de que el huevo fuera encontrado por mi familia, y naciera antes de lo previsto, eran señales de que Ceified había decidido que nosotros los cuidáramos, los dragones negros se molestaron, pero quedaron conformes al acordar que ellos supervisarían su educación y al cumplir poco más de 2 milenios (algo así como 12 años humanos), debía volver con ellos, para introducirlo en las antiguas tradiciones.

La época en la que el plazo se cumplió, coincidió con "La Celebración de la Gracia", la festividad más importante para todos los dragones. Se realizaba en el primer invierno de cada siglo, al sur del continente, en el Antiguo Valle de los Dragones, cuna de nuestra civilización.

Fue ahí donde todo comenzó…