Una Navidad al estilo Cullen... y Vulturi

Disclaimer: todos los personajes sin excepción pertenecen a Stephenie Meyer, la trama es completamente de mi autoría.

Era una mañana fría de diciembre, la familia Cullen recordaba como el año anterior exactamente por esas fechas estaban a punto de ser asesinados, y aunque afortunadamente no ocurrió tal cosa, si lamentaban la muerte de Irina, la única que no estaba triste era Renesmee, ella estaba entusiasmada con la fecha que se acercaba, ya que eso significaba que habrían regalos y mucha comida rica de su abuelita Sue, pero ese año quería celebrar con sus tíos y sus abuelitos Carlisle y Esme, pues apresar de que parecía una niña de 9 años, en realidad tenía dos y quería celebrar la navidad como se acostumbraba en otros países, esa idea la obtuvo gracias a su más reciente investigación en el ordenador que le regaló su tía Rosalie en su cumpleaños, había investigado la navidad en muchos países pero la que más le agrado fue la de México, pues en ese lugar acostumbraban realizar convivios antes de navidad llamados "posadas" donde utilizaban las figuras de San José, y la Virgen María antes de que diera a luz y visitaban una casa, rezaban y después algunas personas ofrecían alimentos a las personas que acompañaban a rezar y los que recibían a los peregrinos daban aguinaldos de dulces y frutas de la época. Pero lo más bonito era el día de navidad, pues los niños acostumbraban dejar sus cartas a Santa Claus en uno de sus zapatos que era colocado bajo el pino ya decorado al final de la cena de navidad, y al día siguiente sus cartas ya no estaban y en su lugar estaba un regalo de parte de Santa Claus y su zapato encima para que cada niño reconociera su respectivo obsequio. ¡Ella quería hacer eso! Y seguramente si le contaba a su familia ellos también querrían hacer eso.

-¿Mamá?- Renesmee se acercó a donde estaba su mamá y su papá sentados

-¿Si cariño?- contesto Bella a su pequeña hija tomándola por la cintura y acomodándola en su regazo a modo de que la niña se sentara también

-¿Podemos celebrar la navidad aquí? Yo quiero hacer algo como en México- dijo la pequeña niña viendo a su mamá de esa manera tan singular con la que su tía Alice pedía algo y acababan dándoselo.

-No se cariño, el abuelo Charlie también quería que pasáramos navidad en su casa, ¿Porque quieres festejar como en México bebé?- preguntó su madre

-Es que haya hacen cosas muy bonitas en navidad y yo quiero hacerlas- explico la niña

La niña se bajó del regazo de su madre y tomó su ordenador portátil de la mesa de centro

-¡Mira mami! Todo eso tan bonito quiero hacerlo, yo pienso que entre tofos podemos hacer mañana una posada y...- Renesmee no terminó de hablar porque fue interrumpida por una de sus tías

-¡Si! ¡Yo si la escribiré!- interrumpió Alice

-Tranquila Alice ¿Que escribirás?- le dijo Edward que había estado escuchado la conversación de su mujer y su hija mientras terminaba su lectura

-La carta, será divertido, además en media hora llegará una carta de los Vulturi, vienen a ver a Renesmee y pasaran navidad aquí así que la posada que quiere Ness se celebrará, ¡y no acepto un no por respuesta!- explicó Alice

-¿Pero de que carta hablas?- preguntó Edward confundido al ser eso lo único que su hermana más querida no explicó

-¡Oh hermanito! Serás el primero en aceptar- Alice le giñó un ojo al finalizar su respuesta

Esa tarde después de que Alice y Renesmee vieran unos cuantos vídeos sobre la tradición navideña en México, en complicidad con Bella que extendió su escudo sobre ellas para evitar que Edward descubriera todo, informaron al resto de la familia sus planes, todos aceptaron después de las miradas de súplica de Alice y Renesmee, así que Alice, Ness y Bella fueron al supermercado a comprar algunas, bueno, muchas cosas que ocuparían. Y como Alice pronosticó la carta donde los Vulturis avisaban su llegada para el día siguiente por la mañana llegó, y Alice tuvo una visión sobre los visitantes aceptando a regañadientes todo lo que la pequeña Cullen les pedía ¡Como se divertirían ese año!

Al llegar a casa se sorprendieron al ver que ya estaba totalmente decorada y solo faltaba que Ness y Carlisle colocaran la estrella en la punta del árbol de navidad que se encontraba a mitad del gran salón cargado artísticamente de luces, monos y esferas en tonos dorados y rojos que contrastaban con el verde el árbol.

-¡Qué bonito!-chillo Ness emocionada al ver el gran árbol

Carlisle le dio la estrella a Renesmee y después la tomó de la cintura elevándola lo suficiente para que alcanzara a colorar la estrella en su lugar. Mientras tanto Esme tomaba una foto del momento justo cuando su pequeña nieta colocaba en posición la estrella. Al anochecer Ness sonó con la infinidad de cosas que podría escribir en su carta.

Por la mañana Ness tomó su desayuno esperando ansiosa la llegada de Alec y Jane, pues en el tiempo que se dieron los Vulturi para conocerla hace ya unos meses atrás, se hizo amiga de esos dos vampiros en especial, y como esa navidad no estaría su lobito con ella se conformaba con estar con ellos, Jacob le había dicho que esa navidad no podrían estar juntos porque su hermana que vivía en Hawai les había comprado boletos de avión a él y Billy para que la visitaran desde una semana antes de navidad hasta unos días después de año nuevo, al principio la niña lloro un poco pero entendió que Jake también tenía que estar con su familia. El sonido de la puerta hizo que la pequeña saliera de sus ensoñaciones.

-Aro, ¿Cómo han estado?, espero que muy bien- escuchó a su abuelo y de inmediato bajo de su silla en la cocina y aún con pijama bajó a saludar a los Vulturi.

-Muy bien Carlisle, gracias, queríamos visitar a nuestra pequeña vamira favorita y traerle algunos presentes por la fecha- dijo el líder de los Vulturi con una pequeña caja en sus manos y volteó a las escaleras al sentir el inconfundible olor de la pequeña que aunque no se lo revelaría a nadie, robo su corazón-¡Pequeña Renesmee!- saludó

-¡Tio Aro!- dijo la pequeña al reconocer a uno de los tantos vampiros que había adoptado como tíos- ¿Te puedo pedir algo?- dijo la niña

-Claro, lo que quieras - le dijo el vampiro sin saber la magnitud de sus palabras y lo que estaría obligado a hacer

-Quiero hacer una posada esta noche, ¿Serian ustedes los peregrinos ya que son los que nos visitan?- dijo la niña

-¿Posada? ¿Peregrinos? No sé qué sea pero te complaceremos - ya estaba dicho y no podía faltar a su palabra, a la niña le brillaban los ojos de la emoción al saber que tendría su navidad perfecta

Renesmee con ayuda de su ordenador portátil les mostró a todos los Vulturi lo que harían en la posada y la siguiente noche en la acostada de un pequeño niño dios que Bella había llevado de la casa de su padre al contarle lo que la niña quería hacer. Los Vulturi estaban sorprendidos, y miraban a Aro de mala manera pues él había garantizado que no solo él y Sulpicia participarían si no el resto de la guardia que había llegado también, y por el resto nos referimos a Marcus, Caius, Athenodora, Alec, Jane, Dimitri y Félix.

Renesmee les dio unas hojas que su padre le había dado, les dijo que se llamaba letanía y eran cantos y el tradicional guion para pedir posada. Pero como no tenían las figuras de yeso que se acostumbraba llevar, investigaron que también podían disfrazar a niños con la vestimenta propia de los santos en cuestión. Alice sin dudarlo confeccionó por la noche los vestuarios de todos, ¡Eso no sería una posada cualquiera! ¡Aquello se estaba convirtiendo en una pastorela! La primera en el mundo protagonizada por vampiros, o al menos hasta donde sabían si era la primera.

Más tarde, después de que ya estuviera listo todo para su posada, Alice bajó con los trajes, Aro sería San José, Sulpicia seria María y Caius a regañadientes seria el ángel, pero hacía falta un personaje, ¿Quién de los Vulturi aceptaría ser el burro que cargaba a María? Pues sorprendentemente Félix fue el elegido "Tu eres grandote y si aguantas a tía Sulpicia, ¿puedes ser el burro por favor Félix?" Fueron todo lo que Ness consiguiera un burro para su posada, todos se midieron los trajes que hizo Alice, ¿Cómo esa duende había logrado hacer disfraces para todos en tan solo una noche y unas horas de la mañana? nadie sabía pero ahora todos estaban vestidos, Carlisle, Esme y Ness que serían los pastores que recibirían a los peregrinos estaban vestidos con ropas indígenas, Carlisle de manta blanca y un gabán color arena, Esme tenía un "chincuete" como le dijo Alice que se llamaba, una blusa de manta y un "rebozo" y en el cabello llevaba un par de trenzas anudadas con listones al color de la falda. Ness era toda una monada, llevaba lo mismo que Esme pero como tenía el cabello más largo sus trenzas eran adorables y como esa mañana al fin había caído su último diente de leche, tenía una ventanita de lo más graciosa que la hacía lucir adorable; y como calzado los tres usaban "huaraches".

Alice, Bella, Rose, Athenodora y Jane eran otra cosa, Alice les diseñó vestuarios típicos de cantantes de villancicos al ser ellos los que emitirían los cantos, de la misma manera, únicamente que en versión masculina estaban vestidos Jasper, Edward, Emmett (quien milagrosamente se había escapado de su sobrina y no había sido elegido como burro), Marcus, Alec y Dimitri. Digamos que este grupo era el más normalmente vestido de los tres que habían formado.

Una cosa totalmente diferente eran los que restaban, Aro tenia puesta una túnica blanca, encima de ella tenía un manto especial que rodeaba su cuerpo de manera rara, al tenerlo puesto comento que parecía la banda de una miss universo solo que esta estaba más ancha, en la cabeza llevaba una aureola echa de limpia pipas dorados, un accesorio añadido y elaborado por la pequeña Cullen, y para rematar su atuendo llevaba un palo de escoba decorado con flores artificiales.

Sulpicia había sido obligada a ponerse una almohada sostenida por un listón en el estómago para que diera alusión a que estaba embarazada, a ella también la vistieron con una túnica, pero la de ella era rosa y llevaba un gran velo que la cubría de la cabeza a los pies y por pedido de Ness ella también tenía una aureola dorada como la de Aro.

Por otra parte estaba Caius, quien por sus cabellos rubios fue elegido por Ness como el ángel, estaba vestido con una túnica blanca y tenía una par de alas sujetas a su espalda por un par de resortes que las amoldaban a la perfección, y como no podía faltar, él también tenía una aureolo dorada en la cabeza.

Félix... él... bueno él era Félix y como su papel era de burro, pues estaba totalmente de gris, ¡Era un burro enorme! su disfraz parecía más una botarga en forma de burro que un montón de tela cosida para dar origen a semejante disfraz. Y para finalizar su disfraz tenia puestas unas orejas propias de un burro, largas y en punta.

Un rato después casi al dar las 8 de la noche Ness decidió que ya era hora de comenzar la posada. Así que todos salieron de la casa, y Ness les ofreció una velita para posadas, una letanía y una cajita con luces* que prenderían al finalizar la posada.

-¿Y ahora qué?- pregunto Aro

-Ahora vamos a rezar y a dar una vuelta por aquí- dijo Renesmee y comenzó a cantar una oración.

Todos siguieron su canto, la mayoría de mala gana pero cuando Ness volteaba fingían una sonrisa que hacía que los ojos de la niña brillaran de felicidad. Al cabo de tres canciones llegaron nuevamente a la casa Cullen y Esme, Carlisle, Ness, Alice, Rose y Bella entraron dejando fuera al resto.

-Aro, te toca, tienes que decir lo que dice tu personaje y tocar la puerta antes- indicó Ness, Aro tocó la puerta y empezó

-En nombre del cielo os pedimos posada, pues no puede andar mi esposa amada.- dijo Aro leyendo simplemente su parte

-¡No! Como cantando Aro- dijo la pequeña- ¡Otra vez!- unas risas se escucharon de parte de Emmett y Dimitri al ver lo graciosos que se veían todos pero en especial Félix quien estaba con manos y rodillas en el suelo y con Sulpicia sentada sobre su espalda.

-En nombre del cielo os pedimos posada, pues no puede andar mi esposa amada- dijo Aro esta vez cantando

-Aquí no es mesón sigan adelante yo no debo abrir no seáis algún tunante.- continuó Carlisle cantando

-No seas inhumano ten nos caridad, que el Dios de los cielos te lo premiará.- continuó Aro cantando con más confianza

-Ya se pueden ir y no molestar, porque si me enfado os voy a apalear- cantaron Ness y Carlisle, y Emmett y Dimitri rompieron en risas al imaginar a un Carlisle enojado y corriendo a palos a Aro vestidos de esa manera

- Venimos rendidos desde Nazaret, yo soy carpintero de nombre José. -continuo Aro sin importarle las risas a sus espaldas, pues sorprendentemente se sentía a gusto haciendo aquello.

- No me importa el nombre déjenme dormir pues no hemos de abrir- dijo esta vez Esme, con un poco de vergüenza

- Posada te pide amado casero por sólo una noche la Reina del Cielo- dijo Aro

- Pues si es una reina quien lo solicita ¿Cómo es que de noche anda tan solita?-cantó Ness

- Mi esposa es María, es Reina del Cielo, y madre va a ser del Divino Verbo.- continuó Aro

- ¿Eres tu José? ¿Tu esposa es María? Entren peregrinos no los conocía.-Dijeron esta vez Ness, Carlisle y Esme a coro

- Dios pague, señores vuestra caridad y os colme el Cielo de Felicidad.- dijo Aro, sorprendido de que fuese su ultimo dialogo, ¿Quién lo diría? Ahora mismo quería que eso no terminara.

- Dichosa la casa que alberga este día a la Virgen Pura, la hermosa María- dijeron nuevamente Carlisle, Ness y Esme abriendo la puerta para que pudieran entrar todos

"Entren santos peregrinos, peregrinos,

Reciban este rincón,

Que aunque es pobre la morada, la morada,

Os la doy de corazón.

Cantemos con alegría, alegría,

Todos al considerar,

Que Jesús, José y María y María

Nos vinieron hoy a honrar."

Cantaron todos los coros finales y entraron a la casa, cuando un coche patrulla se estacionó al frente de la gran casa, Ness sabiendo quien era salió a recibir al nuevo invitado.

-¡Abuelito Charlie!- grito Ness emocionada cuando Charlie bajo de su coche

-¡Hola pequeña! ¿Qué hacen que están vestidos de esa manera?- dijo Charlie al subir la escalera y ver a todos con sus disfraces y no pudo evitar soltar unas cuantas risas

-¡Tenemos una posada!- le dijo Ness entusiasmada

-¡Oh! Bueno yo solo pasaba a ver a Ness y a decirle que fuera a casa la mañana del 25 para abrir sus regalos, pero creo que esto merece una fotografía- dijo Charlie sin saber muy bien a que se referían con posada

-¡Si! Voy por la cámara- dijo Ness, y Charlie la bajo de sus brazos

Ness llegó pronto con la cámara de su madre y ella se colocó a lado de sus padres para que Charlie tomara la foto, Charlie se fue minutos después pero los Cullen tomaron unas cuantas fotografías más, todas muy graciosas, escenificando algunos diálogos de la letanía súper graciosos, pero el más alegre fue cuando Calisle simuló apalear a Aro aun con sus disfraces

Esa noche fue una de las mejores en la vida de Ness, nunca había reído tanto como aquella noche. Al día siguiente Ness tenía planeado ponerse a escribir, pero aún no se decidía que anotar, así que dejo que su mente imaginara todo lo que podría decir y al final decidió que no quería escribir su carta para Santa Claus ella sola, el resto de su familia también la podría escribir.

-¡Familia!- grito Ness desde la sala y en menos de tres minutos toda su familia, incluyendo a los Vulturis estaban en el lugar- ¿Ya tienen su carta para Santa Claus?- les preguntó, y todos negaron

-¡Entonces traeré papel y lápices para que escribamos todos juntos las cartas!- dijo saliendo de la sala y dirigiéndose al cuarto de su papá donde sabia ella tenía un paquetito de hojas blancas y muchos lápices de colores y lapiceros, la pequeña bajo con todos los materiales y les iba a entregar una hoja y un lapicero a cada quien

-Ness, ¿no crees que eso solo lo hacen los niños como tú?- le dijo Edward

-No papito, los grandes también pueden pedir cosas y Santa cumple todo lo que quieras si has sido alguien bueno- explico Ness

-Está bien, escribiremos esas cartas- finalizo Edward

Renesmee repartió hojas y bolígrafos a todos, y ella se quedó con una hoja y un lapicero y sus infaltables colores.

Todos comenzaron a irse a diferentes lugares de la casa para comenzar su redacción, muchos a regañadientes, otros como Alice entusiasmados con la idea de revivir su niñez.

Este es mi regalo para ustedes de Navidad, espero les guste, aún faltan las cartas, pero esas las subiré dentro de un rato ya que considere que sería mucho texto, casi 3000 palabras, solo les diré que la carta de Ness será el final de este minific.