"...mientras su tamaño aumentaba, ella ganaba fuerza gravitacional."

AMANECER

Stephanie Meyer

Fuerza de Atracción

Un fanfic basado en la saga "Twilight" de Sthephenie Meyer

Resulta un intento fallido refrenar lo imparable...

Casi he rodado al fondo de la sima...

-Tú que me escuchas, mi enseñanza aprende:

Nunca seas la espada que lastima.

Sé tan sólo, la espada que defiende.

La Buena Palabra (Fragmento)

Arturo Capdevilla

(Renesmee)

Una separación tan insoslayable, como desalmada.

Insistente, se abalanzaba contra lo imposible.

La paradoja de nuestro final, amenazaba con despedazar sin piedad lo que, en un tiempo, fue inquebrantable.

No era sano su proceder, como tampoco lo sería el proceso, pero su causa era justa, la cancelación de un pacto morboso.

¿Existía una solución a todo esto?

¿Me engañaba o ciertamente realizaba la jugada correcta?

Como en el ajedrez, cuando te toca sacrificar una pieza importante, para asegurar tu victoria al final.

Exactamente eso hacía, poner a prueba la efectividad de "la estafa Marshall".

Radical.

Preciso.

Doloroso.

De todas maneras, ese no sería mi caso. Lo nuestro era mucho más fuerte, más eterno y absolutamente más inherente.

La intención de mi cuerpo no deseaba, ni por asomo, separarse de aquellos labios carnosos, que eran tan míos.

Sus besos tan urgentes, sus manos tan fundidas en mi rostro.

Sentí la inquietud de su confusión, riñendo contra el deseo.

Deseo, no amor.

Él era solamente una victima, de un hechizo macabro.

Una magia, que como en los cuentos de hadas, acababa en un beso... En el último beso.

Soy el desesperado,

la palabra sin ecos,

el que lo perdió todo,

el que todo lo tuvo.

Veinte poemas de amor y una canción desesperada. (Fragmento "8")

Pablo Neruda.

(Jacob)

¿Cuándo fue que pasó todo esto?

¿Cómo pase de ser un insignificante mortal, a vivir el clímax de su gloria?

Su ardiente boca. Su desnudez. La calida entrega de su alma. El dulce néctar de su vientre.

¿De verdad creí, en un momento, que no existía manera de ser más dichoso con ella?

¿Es que fui tan iluso para pensar que conocía la felicidad?

No pude estar más equivocado.

Enloquecí con el calor de su cuerpo, temblando ligeramente como respuesta a la pasión.

Mejor aún, me hice adicto de la carga eléctrica de sus besos. De sus brazos pétreos, sujetándose a mi espalda. De la energía alocada de cada jadeo.

Renesmee era toda mía.

Cada centímetro hermoso de su existir. Cada rincón maravilloso de su corazón.

No quise que esta noche acabara nunca.

La amé con más hambre y desenfreno.

Colonicé cada parte de su cuerpo.