Adicto


Czeslaw ha hecho mucho daño en el pasado. Sabe que no es necesario cuidar de Ennis. De hecho, su yo que tiene más de doscientos años insiste en que no darse un banquete con todos inmortales es un error. Que lo traicionarán tarde o temprano. Pero su carne es eternamente joven y necesita caricias, voces amables que lo acunen y que no ha tenido más que ocasionalmente desde Fermet y sus cuchilladas, acompañadas de palabras falsamente afectivas, que ese niño que estaba condenado a ser se empeñaba en creer, como si fueran un dulce veneno del que no se puede prescindir una vez que se es adicto.


[4 de Diciembre, 2008]