Segunda parte del fanfic, "Mi mentor" si no lo haz leído, te dejo por aquí el link s/8691564/1/Mi-mentor espero les guste, esta segunda parte.
Por ahora.
Capitulo 1
Katniss había estado toda la mañana con un té, que ahora estaba congelado, entre las manos. Sentía el aire frio golpear su rostro, y deseaba poder dormir para sentir el calor entre su cama, pero le era imposible, al momento de cerrar los ojos el recuerdo de la Arena aparecía entre sus ojos. Despertaba gritando, acelerada y asustada, buscando a su hermana con desesperación, su mano, desesperada buscaba a su lado a su pequeña hermana y al no encontrarla recordaba que ya no vivía en la Veta, ya no dormía con su hermana, ya no salía a cazar, ya no era Katniss Everdeen la simple chica de 17 años que vivía en la Veta.
Ahora era Katniss Everdeen la Chica en Llamas.
Ahora vivía en la Aldea de los Vencedores, ya no limpiaba la casa de Haymitch y mucho menos la de Peeta, ahora vivía en medio de ellos y era bastante común que la fueran a visitar casi diario, Haymitch no hablaba mucho, llegaba con una enorme botella que para Katniss apestaba y de vez en cuando le ofrecía un sorbo que ella rechazaba lo más amable que podía. En cuanto Haymitch salía de la habitación, sus ojos azules favoritos entraban en la habitación, con un pastelillo o un pan diferente siempre que podía.
Peeta se quedaba casi todas las noches a dormir con Katniss, aunque claro lo hacían en secreto para que su madre no llegara a molestarse. Sentir a Peeta ahí con ella hacía que sus pesadillas no fueran tan vividas, e incluso algunas veces dejaba de tenerlas. Peeta realmente odiaba verla así, la falta de calma en sus noches, ver como se retorcía en la cama y despertaba gritando o completamente empapada por el sudor.
El tampoco podía dormir mucho, las pesadillas de ver a Katniss cubierta en sangre lo hacían despertar bruscamente y buscar instintivamente el cuello de Katniss para después acariciarlo al darse cuenta de que no había nada en él, trataba de volver a dormir, pero tenía miedo de que alguien llegara y la perdiera para siempre. Temía todos los días si el presidente Snow tomaría represalias en su contra, por el pequeño acto que muchos distritos habían considerado de rebelión. También tenía miedo porque Katniss sería mentora para los 75 Juegos del Hambre, justo a tiempo para un Quarter Quell, y temía no saber de que se trataría, ni saber si Katniss podría resistir algo como aquello.
Katniss despertó de una nueva pesadilla, una pesadilla en donde Gauis cortaba lentamente su garganta. Despertó bruscamente y se encontró con el rostro y el cuerpo dormido de Peeta, se le veía tan relajado que Katniss no quiso despertarlo, pero las ganas de darle un pequeño beso la invadieron y puso sus labios sobre la frente de Peeta.
-Buenos días Katniss –murmuró Peeta – ¿cómo dormiste?
Katniss lo miro a los ojos y le dio un pequeño beso en los labios, así era como le respondía cuando tenía alguna pesadilla. Peeta la tomo entre sus brazos y la abrazo con ternura, besando sus mejillas y acariciando su espalda.
-Cariño, será mejor que me vaya, tengo que despertar a Haymitch, y si tu madre me ve aquí, me matará, o hará algunas cosas peores.
Le dio un pequeño beso en la comisura de los labios
-Te veré antes de irnos ¿de acuerdo?
Katniss asintió con una leve sonrisa y lo miro salir por la ventana.
La nieve comenzaba a caer dejando todo a su alrededor de un pacifico color blanco, la calma parecía extenderse al igual que la nieve, menos para Katniss.
Le dio un sorbo a su té que ya estaba helado, esperando ver a Peeta entrar en su habitación, sin despegar la vista de su ventana.
-Katniss.
Volteo emocionada, pero no era Peeta quien la había llamado.
-Gale…
Susurro Katniss, sin moverse de donde estaba, desde que había vuelto de la Arena, Gale trabajaba en las minas y no se habían visto más que cuando fue a recibirla en el tren, realmente extrañaba a su mejor amigo, aquel que siempre había sido su confidente y el único que parecía entenderla en las peores situaciones.
Se miraron durante unos segundos, sin acercarse ni decir nada. Podía notar un destello de tristeza en los ojos grises de Gale, y al momento supo él porque. La gente acostumbraba a verlos juntos e imaginar que eran algo más y desde que había comenzado a salir con Peeta todos aquellos comentarios habían terminado, algo peor aún Gale la había visto besarse no solo con Peeta si no también con Huck Roxen.
Katniss agacho la mirada, no quería que nadie más sufriera por su culpa. Gale se acerco a ella, coloco su mano en su barbilla y la hizo mirarlo directo a los ojos.
-Katniss, lamento haberme tardado, es que el pan no quedaba como yo… -Peeta los miro desde la puerta –Lo siento, no quería interrumpir, vendré después.
Se sacudió la nieve que tenía en el cabello y salió apresuradamente de la habitación. Katniss no se movió, solo se quedo mirando hacia la puerta y Gale se alejo rápidamente.
-Lamento haber hecho enojar a tu novio.
Katniss negó con la cabeza
–No lo hiciste enojar.
Gale la miro confundido, aún estaba lejos de ella y con el semblante frio y distante.
-¿Entonces que quería?
-Darnos espacio.
Cualquier tipo de barrera se rompió en ese momento, Gale volvió a acercarse a Katniss, tomando su barbilla de nuevo.
-¿Espacia para que, Catnip? – Acerco sus boca a la de ella, y Katniss pudo sentir su aliento sobre su cara – ¿Espacio para qué?
Las ganas de besarlo cosquillearon su boca, quería compensarlo por todo lo que le había hecho sentir y ver, quería besarlo para así sentirse un poco mejor o aclarar sus dudas con respecto a ellos dos.
Pero a su mente volvió el recuerdo de lo que Peeta había hecho por ella en los Juegos, lo terrible que se debió de haber sentido cuando la vio besando a Huck en la Arena, lo terrible que se sintió ella.
-Para hablar –dijo recuperando un poco el aliento –Solo hablar Gale.
Gale volvió a alejarse y mirar hacia el piso, se sentía herido y Katniss lo sabía, se acerco hacia él y lo abrazo fuertemente.
-Te necesito Gale, necesito a mi mejor amigo, aquí conmigo, sé que tal vez yo, no haya sido muy buena, pero necesito al chico con el que solía hablar y compartir tantas cosas.
Gale correspondió el abrazo, tal vez el podía querer algo más, pero sabía cuánto lo necesitaba ella en ese momento.
-Tengo una idea –dijo con una pequeña mueca –Vayamos al bosque, cacemos algo, o comamos algo ¿Qué te parece?
Katniss sonrió un poco y asintió. Salieron corriendo juntos de la Aldea de los Vencedores y siguieron en silencio hasta el bosque, aunque no era un silencio incomodo, si no un silencio, de aquellos en los que no es necesaria una sola palabra para saber qué es lo que se siente y lo que Katniss sentía era alivio y felicidad mezcladas en su estomago, la preocupación de tener que ver a su equipo de preparación, a Effie, a la gente del Capitolio e incluso al presidente Snow, se habían desvanecido.
Entraron por la cerca y por primera vez en mucho tiempo Katniss volvió a sentirse libre, libre finalmente de todo aquello que la mantenía con la respiración apresada, los miedos de que alguien llegara de la nada detrás de ella queriendo clavar un cuchillo en su espalda.
Dejo que el viento golpeara su rostro y escucho el sonido de los pocos pájaros que adornaban su ya tan extrañado paisaje. Gale saco su arco de un roble hueco y se lo entrego a Katniss quien lo recibió con manos temblorosas debido a la emoción.
Gale la miro sonriente y por un momento parecía que los Juegos no habían pasado, que ninguna pelea entre ellos o cosa ajena al bosque había pasado.
Gale comenzó a correr y Katniss corría detrás de él, escuchaban sus risas y cuando se sintieron cansados, se sentaron en el pequeño lugar en el que acostumbraban a hacerlo, comenzaron a hablar sobre la gente en el distrito 12, en como casi nadie pasa hambre debido a las grandes recompensas que les daban a todos debido a que Katniss había ganado.
Gale rodeo los hombros de Katniss y recargó su cabeza en la de ella.
-¿No deberías de estar en las minas?
Gale negó con la cabeza. Despreocupado.
-Nuestro jefe, era amigo de mi padre y sabe lo que hay entre nosotros-. Katniss lo miro de reojo y no pregunto nada, supuso que se refería a su amistad. -Podríamos huir, alejarnos de todo esto, no tendrías que volver.
La boca de Katniss se seco, no sabía si sería capaz de dejar a Peeta atrás.
-No sería mala idea, realmente estoy cansada de todo –Gale la miro emocionado –Realmente me gustaría intentarlo, podríamos hacerlo, cuando regrese de…
Los dos bajaron la mirada por unos minutos y guardaron silencio.
-Creo que ya deberías de irte, después hablaremos de ello.
Corrieron de nuevo hacia la cerca y Gale se despidió de ella antes de que ella entrara a casa.
-Te estaré esperando para hablar Catnip.
Le dio un beso rápido en la mejilla y se fue. Katniss había perdido completamente la noción del tiempo y de lo que pasaba a su alrededor, así que al entrar a casa y encontrarse con Peeta le sorprendió.
Peeta se veía pálido y nervioso, realmente nervioso.
-Peeta, lo siento, tu sabes que tenía que hablar con él, realmente lo extrañaba y…
Peeta la interrumpió y se acerco a ella para besar su frente.
-No estoy enojado, no tendría por qué estarlo –fue entonces que Katniss noto a dos agentes de la paz detrás de él –Alguien quiere hablar contigo y parece ser algo urgente.
Peeta parecía tratar de disimular su ansiedad y miraba de reojo a los agentes.
-¿Dónde está? –Pregunto confundida -¿Quién es?
-Esta…- carraspeo un poco y se puso aun más pálido –Esta arriba, con tu hermana y con tu madre. Tienes que subir ahora.
Katniss seguía confundida, no sabía quien tendría tanta urgencia de hablar con ella, cuando ya se le había hecho tan tarde para irse al Tour de la Victoria.
Subió las escaleras y le sorprendió encontrarse con otros dos agentes.
-Katniss –grito Peeta desde abajo –Estaré aquí si me necesitas.
Miro de reojo a los agentes y siguió caminando. Los agentes no la dejaban mirar a ninguna habitación buscando a su madre o a su hermana, así que siguió caminando hacia donde ellos le indicaban, hasta que se encontró con su madre.
Se veía aún peor que Peeta, tenía los ojos muy abiertos y su labio inferior temblaba un poco, estaba realmente pálida y la miraba con nerviosismo, Prim por el contrario se veía bastante tranquila.
-Cariño, no lo hagas esperar más, ya lleva aquí mucho tiempo.
Katniss asintió y siguió caminando hasta su habitación. Preguntándose, si sería Cinna quien la estaría esperando desde hacía mucho tiempo y su madre al no conocerlo pero saber que era una persona del Capitolio se había asustado tanto, podría ser, pero no se explicaba el comportamiento de Peeta.
Cuando asomo la cabeza por la puerta encontró dos ojos parecidos a los de una serpiente frente a ella. El olor repugnante a rosas y a sangre inundaba su habitación, ahí en donde Peeta acostumbraba a sentarse todas las noches para tranquilizar a Katniss, se encontraba sentado, leyendo un libro, el presidente Snow.
-O-O-O-O-O
Espero el primer capitulo de la continuación de "Mi mentor" sea de su agrado, cambiaré algunas cosas como ya saben y claro que habrá un Quarter Quell! Oh por cierto, quiero disculparme si ciertas palabras del libro no las escribo bien, es que este libro lo leí en ingles.
Nos leemos el prox cap ;)
