—No Trent, no puedo ir... Ya te dije que no es porque mi "mami" no quiera, si no que tengo este horrible dolor de testículos que me terminara matando... Sí... Dude... Ok, mira, si ves a alguna vieja buena follatela por mi... ¡Exacto!... Si saluda a Owen de mi parte... Adiós... ¡No me mandes besos maricón!
Y colgué.
Me tire en la cama mirando los pósters en mi pared. Se qué hubiera sido mil veces mejor salir con mis amigos a esa fiesta, pero me sentía un poco deprimido. Acababa de cortar con mi ex-novia. Ella era algo así como una psyco del orden y las listas. Y yo... Bueno mi cuarto era una cochinada, mis calificaciones una pena y mi aseo personal... Bueno, sólo digamos que leí por internet que bañarte todos los días es dañino.
Courtney era preciosa. Era una pequeña morena con pecas, era increíblemente linda. Ella apenas me dejaba besarla, y extrañamente, abrazarla era considerado para mi un "premio" que ella me daba cada vez que me portaba bien. Ahora imaginen, no pude nunca tocarle ni una boobie. No es que fuera lo más importante, pero un chico de 18 años tiene necesidades.
"Duncan, necesito que hablemos."
Ese era un mensaje de Courtney. Aunque ella me haya terminado a mi, por alguna razón quería seguirme viendo y pues... Quien sabe, quizás y hasta podíamos regresar.
"Cuando quieras, princesa"
Oh si, ella era toda una princesita. "Duncan esto, Duncan eres un sucio, Duncan eso no se hace, ¡Duncan, Duncan, Duncan!" Les juro que nuestra relación era algo más o menos así. Aunque a veces era agradable, tenía una muy linda sonrisa, y cuando me gritaba con sus mejillas sonrojadas me mataba.
"¡No me llames así, idiota!"
"Calma princesa, donde nos veremos?"
"Mañana, en el café Moonbugs a las 3:00"
"Ahí te veré, princesita. Sueña conmigo"
"¡No me llames así! Y no, no lo haré!"
Yo podía jurar que aún me amaba. Deje el teléfono a un lado y me dispuse a dormir. Mañana tendría una divertida cita con mi princesita.
•••
—¡Duncan! —grito Courtney cuando me vio, no pude decidir si lo hacía emocionada o enojada, en cualquiera de las dos formas, sus mejillas estaban rojas... Y me gustaba.
—Hola princesita, disculpa el...
—¡Llegaste 19 minutos tarde!
Estaba enojada.
—Lo importante es que estoy aquí.
—Ok... Toma asiento—me mostró una de las mesas del Moonbugs como si fuera su oficina y me "invito a tomar asiento" frente a un montón de hojas.
—Hey lindura, creo que tu sólita te puedes acabar todos los árboles de central park.
Ella me miro con enojo, pero se que en el fondo se estaba riendo.
—Estos papeles dictan como será nuestra relación de ahora en adelante y no, no estoy diciendo que regresamos como novios, sólo para asegurar nuestra relación como amigos. Hay ciertos formularios que necesito que llenes... ¡Además de una lista de Do & Donts!
¿Recuerdan que les había dicho sobre las listas? ¡Psyco!
—¿Realmente planeas que me lea todo eso? —coloque mis brazos detrás de mi cabeza y subí los pies en la mesa—princesa, sabes que sólo leo en el baño... ¡Y es porque no hay nada que hacer!
—¡Ves! Eso está en la página 15, subíndice 6, el punto número 2. ¡Aquí! —Me señalo una hoja con muchas letras y un "6.2-No actuar de manera grosera o asquerosa enfrente de Courtney"
—Ah, ¿y que tal sobre lo de Princesa?
—Página 2, subíndice 1.1
"1.1-Evitar sobrenombres, especialmente: princesa"
—Aquí no dice nada sobre muñeca.
—Esta en las últimas páginas, el anexo número 3. Una lista entera de todos los apodos que me has dicho y algunos que se te podrían ocurrir.
Vaya, ella si que estaba mal. ¡Yo nisiquiera me acordaba de que alguna vez la llame sirenita! Deje los papeles en la mesa y tome su mano.
—En la hoja 4, el subín...
—¡Courtney ya! —tome su mano y la mite directamente a los ojos— ¿realmente esto es lo que quieres? ¿crees que unas 30...
—Treinta y siete.
— Lo que sea, no importa cuantas hojas, ¿crees que ese montón de papeles borrara todo lo que vivimos juntos?
Ella estaba un poco cabizbaja y me susurro un "sólo fueron 394 días"
—Lo que sea Courtney, estuvimos más de un año juntos, y aprendimos mucho del otro.
—No lo creo, aún sigues siendo un desastre.
—Bueno... Por lo menos mi desastre ahora tiene un poco de orden —Ella se río.
— ¿No nos podemos dar otra oportunidad?
—Duncan... No puedo seguir saliendo con alguien como tu —miren quien habla— reprobaste el año escolar, tus temas de conversación carecen de carácter filosófico o intelectual y tu no saber que harás con tu futuro es riesgoso. Yo voy a tener la vida que merezco, con o sin ti.
Solté su mano y suspire.
—Esta bien.
Agarré la pluma y firmé una de las hojas del montón aquel, mi firma en grande, marcada con fuerza.
—Tómatelo como si hubiera firmado todo. Espero que tengas suerte buscando a alguien que supere tus expectativas.
Me fui sin siquiera voltear a verla, me sentía muy mal. Quería llorar, pero no podía permitir que me viera.
—¡Duncan!
Me paré para oír lo que tenía que decir.
—¡Olvidaste tu copia!
Levanté mi dedo medio y me fui caminando. Camine y camine, termine en alguna aburrida calle casi vacía, sólo había uno que otro carro. Me tome la libertad de sentarme frente a una casa de color trufa y me deje ir.
