Los personajes no me pertenecen y la historia es completamente mia


Bella Swan no podía desviar la mirada del imponente y atractivo cobrizo.

A sus ojos, era el hombre mas hermoso del planeta, tenía una belleza inigualable. ¡Como si fuera tallado por los mismos Dioses!

Como hubiera deseado estar en otra situación y disfrutar la vista de su escultural torso desnudos.

Pero la vida, al menos con ella era cruel e injusta.

Se encontraba en una situación muy poco usual. Pero usual, era el rumbo que había tomado su vida.

Hace solo tres meses, su padre Charlie Swan, no había encontrado mejor solución para salir de las deudas, que casarla con el arrogante Edward Cullen.

Bella al principio se había negado rotundamente, pero su padre parecía desesperado, y su depresión a causa del divorcio con su madre Reneé no había ayudado mucho, por lo que Bella terminó aceptando.

¿Qué tan malo podía ser? Bella Swan se había hecho esa pregunta hace dos meses atras.

Se convenció de que no podía ser tan malo, con el paso del tiempo, tal vez ambos podrían llegar a quererse, e incluso se convenció de que podían salir y conocerse.

Pero cuando tuvo que firmar el contrato en que daba su palabra, de casarse con Edward Cullen, este se mostró reacio.

No le dirigió la palabra, y solo le dedicó una mirada de incredulidad y hasta podía afirmar que de desprecio.

Él no quería nada con ella y por alguna extraña razón, le dolió.

Si, le había dolido. ¿Acaso, ella no era suficiente mujer para él?

Por supuesto que no. Ella apenas tenía 21 años, estaba en tercer año de psicología y apenas había tenido novios. Él por el contrario, tenía 28, tenía su empresa y había estado con una infinidad de mujeres.

-Por tu mirada, puedo afirmar que quieres devorarme-Escuchó decir a su prometido, él cual la miraba con una sonrisa burlona.

No pudo evitar sonrojarse. Ese hombre la intimidaba y la ponía nerviosa.

Ahora que vivían juntos, la incomodidad era mayor.

Según tenía entendido, hoy llegaría Alice Cullen, la hermana menor de Edward.

Estos dos meses viviendo con Edward, pudo notar que este sentía un gran aprecio por su pequeña hermana. La adoraba y no se molestaba en cumplir sus caprichos cuando esta llamaba desde el lugar en que estaba de vacaciones.

-¿Hoy vendrán tus amigos?-Preguntó Bella haciendo un gran esfuerzo por ignorar lo dicho, por el cobrizo hace un segundo.

-Si, ya no tardan, apresúrate, te dejaremos en la facultad-Respondió el cobrizo con tono seco.

Bella ya se había acostumbrado del tono en que le hablaba Edward, pero ella en vez de reñir con él, solo le ignoraba.

Eran dos desconocidos conviviendo juntos.

La castaña entró al baño en completo silencio. Se ducho rápido y se miró en el espejo. Cepillo su cabello en un vano intento por alisarlo, pero sus rizos rebeldes no tardaron en formarse a los minutos de haberlos cepillado.

Se puso unos jeans, una camiseta azul y sus converses. Siempre había vestido normal, sin llamar la atención.

El desayuno estaba servido pero no tenía hambre, por lo que solo tomo un cafe.

-¡Hola bellita!-Escuchó la voz de Emmett mientras la alzaba por los aires.

Emmett McCarty y Jasper Hale, se encontraban junto a ella. Ambos eran mejores amigos de Edward.

-Emm no respiro-Dijo la castaña con gran esfuerzo.

Emmett de 30 años, era un hombre divertido y travieso. Era corpulento, ojos azules, cabellos negros y tenía una apariencia intimidante, pero era muy atractivo. Él la había recibido con los brazos abiertos, no tardó en ganarse su confianza con sus bromas y chistes.

-Lo siento Belli Bells-Se disculpó Emmett, para luego devorar la comida de la mesa.

-Buenos días Bella-Saludó Jasper cordial.

Jasper de 27 años, era rubio, con un cuerpo medianamente musculoso, alto y de apariencia tranquila. Jasper de alguna manera siempre se portó cordial con Bella, incluso amistoso a pesar de la negativa de Edward.

-Buenos días Jasper, Edward no tarda en bajar-Avisó Bella a los hombres.

Los tres hombres, tenían sus propias empresas, y estas se encontraban en el mismo sector, por lo que se veían todos los días.

Bella de lo poco que pudo hablar con su prometido, le había informado que se conocían desde pequeños. Sus familias eran amigas.

Edward ya estaba listo.

La castaña jadeó por lo bajo cuando vio a su prometido vestido de forma intachable. ¿Porqué aquél hombre que apenas y la miraba, despertaba en ella una pasión desconocida?

-Vamos, no te estaré esperando todo el día-Dijo Edward con voz dura sacando a Bella de su ensoñación.

Molesta, tomó su bolso y subió al Jeep del pelinegro.

-¿Te llamaron para saber cuando te entregan tu Volvo?-Preguntó la chica al ver que se subía junto a ella.

-No-Respondió sin si quiera mirarla.

Emmett echó andar su auto, mientras detrás de ellos Jasper los seguía en su Aston Martin.

Bella se mordía el labio nerviosa, la incomodidad se sentía en el ambiente. Sintió ganas de llorar.

Su vida era una tortura y cada vez era peor. La indiferencia de Edward le dolía y el no tener a nadie cerca con quien poder hablar y que le comprendiera, solo la sumergía mas y mas a una horrible depresión.

¿Que había hecho para merecer esto?

Pero no lloraría, no se humillaría ni se mostraría patética. De nada servirían las lagrimas, solo le quedaba aceptar y resignarse. Y buscar alguna solución para hacer mas apacible su vida.

Cuando Bella miró por la ventanilla, pudo ver el gran revuelo que se llevaba acabo, en el estacionamiento de la facultad.

¿Que estaría ocurriendo? Se preguntó mentalmente.

El jeep se detuvo y vio que el flamante Aston Martin se detenía junto a ellos.

-¿Por que tanto alboroto?-Preguntó Emmett confundido.

De pronto un llamativo y ostentoso Porsche amarillo se estacionó en medio del estacionamiento, llamando la atención de todos.

Pero los hombres a mi lado, no parecían para nada sorprendidos.

-No me cabe duda quien es el responsable de tanto alboroto-Dijo Edward con una sonrisa.

Tenía una sonrisa sincera, como pocas veces lo había visto antes Bella.

Bella observó atenta a la chica que bajaba del auto.

¡Era una chica hermosa!

Pequeña y esbelta, facciones finas, ojos dorados, largo cabello negro y brillante. Pero lo que llamó la atención a Bella, fue su actitud. Tenía un aire egocéntrico, una brillante sonrisa coqueta, una mirada juguetona pero con un brillo malicioso.

Todos la observaban como si la alabaran.

Fijó la vista en ellos y la pequeña chica, con paso seguro y como si de una bailarina se tratase, llegó hasta ellos.

-¡Edward!-Abrazó al cobrizo y este correspondió de inmediato.

-Alice, te he extrañado mucho-Susurró Edward, pero fue lo bastante alto para que la castaña escuchara.

Bella de inmediato se dio cuenta, que aquella chica, era la hermana de Edward y su futura cuñada.

-¡Emmy-pooh!-Exclamó la peli negra saludando al corpulento chico, que sin esperar, la tomó en brazos y la alzó.

-¡Allie-Pooh que alegría que al fin llegues!-Dijo Emmett feliz y divertido.

Luego la chica, reparó en Jasper, él cual la miraba de una forma especial. Bella no pasó por alto ese detalle.

-Mi preciosa Alice-Dijo él rubio abrazando a la chica, sonriendole con coquetería.

-Jazz, no sabes cuanto te extrañé-Respondió la pelinegra, correspondiendo su abrazo.

Bella sabía que no había que ser un genio, para darse cuenta que algo pasaba entre esos dos. Sintió una punzada de envidia al ver como Jasper miraba a Alice, como si fuera el ser mas bello del universo. ¿Por que Edward no podía mirarla de esa forma?

¿Pero porque quería que Edward la mirara así? La respuesta era fácil, no podía evitar sentirse atraída por aquél testarudo arrogante.

-Tu debes ser Bella, ¿Verdad?-Preguntó la pelinegra al ver que su hermano no presentaba a su futura esposa.

-S-Si, un gusto, ¿Alice, cierto?-Respondió Bella nerviosa y sintiéndose estúpida. Era obvio que aquella chica era Alice, ya que los presentes la llamaron por su nombre.

Bella sintió como sus manos se humedecían al sentir la mirada de Alice. Como si la estuviera inspeccionando y buscando algo. Luego de unos largos segundos sonrió.

-Te dio su aprobación-Susurró Jasper muy bajo para que solo Bella escuchara.

-Estoy segura que seremos grandes amigas-Dijo Alice mirando a Bella de forma significativa.

Los hombres se fueron, y ambas chicas quedaron solas. Bella estaba nerviosa y solo se dedicaba a morderse el labio.

-¿Te gusta, cierto?-Preguntó Alice, pero para Bella sonó mas como una afirmación.

-¿Quien?-Respondió Bella haciéndose la desentendida, pero no funcionó ya que Alice sonrió pero no burlona, algo ¿Triste?. Bella no supo descifrar muy bien.

-No te hagas Bella, vamos puedes confiar en mi-Dijo la pelinegra con un tono amistoso.

La castaña dudó unos minutos.

¿Que mas daba si le decía la verdad? ¿Acaso a Edward le importaría? Claro que no.

Y ya era bastante humillación que su prometido la despreciara. ¿Cuanto mas se podía hundir? Nada mas, ya estaba en el límite.

-Si, pero el me odia-Respondió Bella sin importarle si aquella chica resultaba ser como su hermano y terminara por burlarse de ella.

-No te odia-Aseguró Alice y por primera vez, desde que se fueron los amigos, se atrevió a mirarla a los ojos.

-Créeme Alice no quiere nada conmigo, ni si quiera me mira-La voz de Bella sonó rota, pero no dejaría que las lagrimas escaparan de sus ojos.

Por primera vez le gustaba alguien seriamente, y este la odiaba. Bella no podía mas que lamentarse de su desdicha.

-Entonces, haremos que te mire-Dijo Alice con un tono juguetón.

Bella solo se dedicó a mirarla confundida. No entendía a que se refería. Alice le hizo un gesto para que caminara junto a ella y la castaña así lo hizo, mientras sentía la mirada de todos.

-Sabes Bella, mi hermano resulta ser bastante terco y tardará mas de la cuenta aceptar que está enamorado-Decía la pelinegra y Bella solo escuchaba atenta.-Tu pareces una buena chica, no has intentado tirarte encima de Edward para que te acepte, al contrario le has dado su espacio. ¿Pero las cosas no están funcionando y tu quieres estar con él verdad?-Preguntó Alice para que Bella afirmara.

-Entonces Bella, deja que yo te ayude-Dijo Alice como si fuera obvio.

-¿Ayudarme?-Repitió Bella.

-Si, te ayudaré a conquistar a mi hermano-Respondió la pelinegra con una sonrisa.

-¿Y como lograré yo eso?-Preguntó Bella con un tono incrédulo.

-Primero cambiaremos tu vestuario-Respondió Alice mirando su ropa con una mueca de disgusto.-Te haremos popular y saldrás con chicos-

-¿Pero salir con otros chicos, no es traicionar a Edward?-Preguntó Bella con inseguridad.

-Si él lo hace, ¿Por que tu no?, ademas saldrás con ellos, no los besaras ni te los cogerás-Respondió Alice riendo.-Y cambiaremos un poco tu actitud, queremos una Bella segura de si misma-

-¿Por que me ayudas?-Preguntó Bella. No podía creer que esa chica le ayudara a conquistar a su hermano. Se suponía que su matrimonio es por conveniencia, solo dinero.

-Lo reitero, creo que eres una buena chica y debes ponerle reglas a mi hermano, no te dejes pisotear por él-Respondió Alice encogiéndose de hombros.-Ademas, siento que puedo confiar en ti, como una amiga-

-Gracias-Musitó Bella son una sonrisa tímida.

Si las cosas eran como decía Alice. Entonces esa chica llegaba en buen momento y agradecía al cielo que por fin pudiera hacer una amiga que la apoyara, ya que eso era lo que mas necesitaba.

-Hoy iremos de compras, algo me dice que tienes mas de esas prendas en tu armario-Dijo Alice logrando que la castaña sonriera.

-No tengo buen sentido de la moda-Respondió Bella como si se disculpara.

-Ahora lo tendrás, creo que ya eres popular-Le sonrió la pelinegra complacida.

Bella observó su alrededor y sintió la mirada de todos posada en ella. La gran mayoría le sonreía y otros de vez en cuando la saludaban. Alice debía ser muy popular, era como la abeja reina.

-No se si Edward te lo comentó, pero esta noche saldrá a Francia por un tema de negocios-Informó Alice, y por la mirada de Bella supo que no sabía.

-Edward no me dijo nada, pero en la situación que estamos no me sorprende-Le respondió Bella bufando.

-No te preocupes, eso cambiará. Tenemos una semana para resaltar tu belleza, conseguir pretendientes, y ponerte en lo mas alto de nuestra élite. Verás como mi hermano comienza a darse cuenta de lo que se pierde-Le aseguró su nueva amiga.

-¿Podrás lograr eso en una semana?-Preguntó Bella.

-Lograrás Bella, tu lo lograrás-