Venganza y Amor

En paréntesis, notas de la autora. Inuyasha y todos los demás personajes que componen esta serie no me pertenecen, sino que son de Rumiko Takahashi.

Cap. 1 – Al fin llegué

Caminaba con determinación, haciendo sonar sus pasos por el camino…

Vestía un traje estilo chino (de esos que en las piernas tienen rajas y sin mangas) y con pantalones debajo, y unos zapatos también de estilo chino (como las bailarinas, jeje). Toda su ropa era de color negro, como la noche que era en ese momento. El pelo, largo hasta la cintura o más, iba recogido en una coleta alta, dejando al descubierto todo su rostro, muy bello.

La piel era blanca, parecía porcelana, unos labios carnosos de color rojo suave, que era el color natural, y los ojos… como hablar de aquellos ojos color marrón oscuro, dando lugar a la duda con la luz, pues tenían destellos rojizos, al igual que su pelo azabache a la luz del sol daba reflejos rojizos. De semblante serio, la joven portaba un par de espadas a ambos lados de la cadera.

"Creo que es hora de acelerar el paso" pensó ella, y de pronto, desapareció de la carretera por la que iba, para aparecer en tan solo unos segundos, en las afueras de una gran ciudad

Tokio, al fin llegué- dijo ella para sí misma. Iba a comenzar a andar cuando de pronto una sombra de acerco a ella por la espalda y la atacó, pero ella pudo esquivar fácilmente el ataque y dando la vuelta, le hizo frente a la sombra, que resulto ser un joven de pelo largo recogido en una trenza, que llevaba una Katana de gran tamaño y que debía pesar bastante, pero él la manejaba como si fuera de madera, sin dificultad ninguna.

Hacía tiempo que no te veía, Higurashi Kagome - dijo el joven con bastante calma.

Lo mismo digo, Bankotsu – respondió ella también en calma.

Has cambiado, ahora luces hermosa, más bella que antaño – dijo él.

Tus halagos ya no funcionan conmigo Bankotsu, no desde hace mucho tiempo -

¿Entonces¿Vienes a darle una respuesta a tu padre¿Te unirás a nosotros? – pregunto Bankotsu.

Prefiero arder 1000 veces en el infierno antes que unirme a él – dijo Kagome con frialdad.

Vaya… veo que los años te han cambiado… ¿qué ha pasado con aquella niña dulce que sonreía con todo? – preguntó con burla.

Esa niña murió el día que mi padre abandono a mi madre. Ella lo dio todo por él, y él solo supo hacerla sufrir como nunca, pues ¿qué mérito tendría él como youkai al engañar a una sacerdotisa? La abandonó cuando le dio la gana – dijo con frialdad Kagome.

Mmm… vale que estés enfadada con él, pero yo no te hice nada para que estés ahora tan fría conmigo. ¿O es que ya no recuerdas los días conmigo? – pregunto acercándose sigilosamente a ella.

Esos días también murieron al enterarme que estabas del lado de mi padre, ahora no tienes derecho sobre mí, y si te acercas mas, juro que te matare – dijo Kagome alejándose y desenvainando una de sus espadas.

Vaya, que interesante, veo que portas a Shauka (no significa nada, a menos que yo sepa), cuánto tiempo te costo dominarla, porque cuando nos fuimos no tenias ni idea de pelea, jajaja, eras una niña mimada por su madre- se burlo él.

Eso es lo que todos pensáis – dijo ella, y el rostro de Bankotsu se paralizo – Poseo a Shauka desde hace mas de 100 años Bankotsu, y por esa época, todavía ni te conocía – le dijo ella con una sonrisa maliciosa en la cara - ¿o es que pensabas que yo no era instruida?

Pero si tú nunca te defendías cuando se metían contigo, eras débil y lo sigues siendo. Nunca serás rival para mi Katana, Banryuu – la amenazo.

¿Quieres probar? – dijo ella.

Ven si te atreves... amor –

Y entonces ella desapareció de la vista de él, para aparecer luego montada en la espalda de este, con su espada rozando la garganta del joven.

No vuelvas a llamarme amor, Bankotsu, te recuerdo no tienes ese derecho desde hace mucho tiempo. No sabes las ansias con las que he esperado el día de mi venganza. Dile a mi padre, que sobre la tumba de mi madre jure venganza, y que no descansare hasta que su corazón deje de latir – dijo ella soltándolo.

Ella se alejo unos pasos, dándole la espalda a su contrincante, que se tocaba la garganta perplejo, pues un hilo de sangre corría por ella. La ira corría por él como sangre y cuando ella se alejo unos pasos, el fue corriendo para ella e intento clavarle la espada, pero solo consiguió hacerle un corte en un brazo, ya que ella lo esquivo.

¿Acaso piensas que te dejare marchar? Tu padre me envió para matarte y eso hare. ¡No permitiré que entres en la ciudad y hagas lo que te venga en gana! – grito él lleno de furia.

No eres quien para detenerme…ya no – dijo ella en un susurro.

De pronto, el cuerpo de ella empezó a temblar, y su nivel espiritual creció hasta límites que Bankotsu no creyó posible y se cayó al suelo de la impresión. Una luz le cegó, y cuando abrió los ojos, ella no estaba allí, se había ido y el pagaría su fallo ante su señor.

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Vaya, así que Kagome y está aquí¿no? –

Así es mi señor, llego justo anoche, siento no poder acabar con ella como me pidió –

No te preocupes Bankotsu, al poco de volver tú descubrí que la necesito viva para revivir cierta joya que su madre protegía, así que me alegro que no la hayas matado…es mas, será más interesante ver cómo se desarrollan las cosas a partir de ahora… -

Bien mi señor, ahora con su permiso, me retiro –

Si, si, vete Bankotsu, tengo muchas cosas en las que pensar a partir de ahora –

Cuando el joven salió de la habitación, pudo oír a su señor riendo como nunca lo había escuchado, tan siniestro, malicioso… sintió unos escalofríos recorrer su cuerpo y se fue a su casa, q no era otra que la puerta de enfrente a su estancia.

Hey Bankotsu, que bueno que llegaste¿cómo fue la cosa? –

Bien Renkotsu, menos mal que no la mate, ya que el señor la quiere viva al final –

Bueno así mejor, porque de todas formas¿pensabas matar a la que fue tu novia? –

Ya vale Mukotsu, les dije muy claramente que nunca sentí nada por ella, simplemente hacia lo que el señor me mandaba – dijo airado.

Bueno, bueno, no nos alarmemos. ¿Qué tal si salimos por ahí y nos olvidamos un poco? El jefe dijo que cuando tú volvieras ya no tendríamos más que hacer y nos podríamos ir a la calle si así lo queríamos – pregunto Renkotsu.

Mmm… vale, creo que será buena idea despejarme un poco – dijo Bankotsu.

Ellos 3 y cuatro hombres más salieron por la puerta y se dirigieron a la calle, a disfrutar de la compañía de mujeres, ya que hacía tiempo que no salían los 7 juntos. Los 7, o como a ellos les gustaba que los llamaran, Los Shichi'nintai…

Miraba la ciudad desde un edificio del centro, mientras posaba su mirada en cada luz que veía.

Juro, por la tumba de mi madre, que no parare hasta verte muerto…Naraku…

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