Poles Apart


Blanco y Negro. Hielo y Fuego. Bien y Mal. Luz y Penumbra. Vida y Muerte. Amor y Odio.

Todo tiene una parte opuesta, algo que lo contrarresta.

Y que mejor ejemplo que Paul y Bella.

Paul era... Paul. Impulsivo, temperamental, arrogante y altanero. Y Bella era... Bella. Calmada, pasiva, sencilla y seria.

En otras palabras: Polos Opuestos.

El día que Paul la vio pensó que era tan solo otra niñita aburrida de Forks. El día que Bella lo vio pensó que era un cretino arrogante.

Acertaron. Pero sólo una parte.

El problema fue que la niñita aburrida resultó ser más interesante de lo que pensó y que el cretino arrogante le llamaba la atención más de lo que debería.

-¡Espera Swan!-

Bella iba a subir a su monovolumen para volver a casa después de una tarde con Jacob cuando el chico le había llamado.

-¿Sí?-dijo Bella.

-¿Puedo hablar contigo?-pidió.

Paul se arrepintió rápidamente de lo que había dicho, pero no iba a demostrarlo, esa no era su forma de ser.

-¿Qué pasa?-pregunto la chica de cabellos castaños al llegar junto al Quileute.

Lo que ninguno de los dos se esperaba era lo siguiente... Paul en un rápido movimiento había sujetado el rostro de la chica acercandolo al suyo para presionar sus labios contra los de ella.

Después fue tan solo una secuencia de eventos: Bella se soltó y lo golpeo -inútilmente ya que a quién le dolería sería a ella y este no sufriría ningún daño-, Paul la sujeto de las muñecas obligándola a colocar ambos brazos en sus costados. Entonces, ambos se miraron fijamente, ella tratando de ignorar el dolor en su mano derecha y el tratando de ignorar lo bien que se había sentido cuando sus labios rozaron los de la muchacha.

Y volvieron a besarse, sin la fiereza que suele caracterizar a Paul y sin la timidez que suele caracterizar a Bella. Simplemente un beso, que pudo haberlo significado todo o pudo no haber significado nada.

Se separaron lentamente, no queriendo perder la extraña sensación que les recorría cada milímetro del cuerpo, pero tarde o temprano tenía que terminar. Soltó las muñecas de la chica sin apartar la mirada de aquellos orbes color chocolate que le habían cautivado.

-Adiós Paul-dijo la niñita aburrida.

-Adiós Bella-se despidió el cretino arrogante.

Y ese fue tan solo el comienzo. Porque después de todo, los polos opuestos se atraen.


Nota:

Esta es, seguramente, la cosa más extraña que he escrito en toda mi corta existencia.

¿Paul y Bella? ¿Qué demonios estaba pensando?

No sé ni que decir supongo (y solo supongo) que me quedo relativamente bien, pero ustedes dirán, yo solo sé que estoy traumada.

Paul y Bella... Pfff...

Disastro.