-¡Señorita!, ¡Señorita enfermera!, por favor necesito su ayuda…mi hijo.
-Por favor venga conmigo rápido- dijo a ver que el niño tenía una herida profunda en su pies derecho
- Estás sangrando, pero tranquilo estarás bien- procedió entonces a esterilizar la herida y efectuar algunas puntadas - saque su expediente para que le puedan brindar la medicación necesaria. ¡Listo! Pequeño, todo ha salido bien. ¿Verdad que no dolió nada?- el niño asintió.
-Muchas gracias Enfermera le agradezco infinitamente su atención.
-No ha sido nada. Solo he hecho mi trabajo. Es lo que me corresponde como enfermera. Ahora vaya a admisión y saque su expediente. Es necesario que el niño tome sus antibioticos para prevenir cualquier posible infección.
-Candy, apresúrate… el Doctor. Leonard quiere verte inmediatamente- Margaret una de sus compañeras enfermeras que de todo hacia una tempestad en un vaso con agua- ¡deja eso y ve enseguida!
-¡Margaret!. Solo debo arreglar estos expedientes….No los puedo dejar asi... ¿Acaso está molesto?- preguntó curiosa- Últimamente el Doctor Leonard se carga un humor.
-Bueno... no lo ví molesto como otras veces, a decir verdad no me dió tiempo, pero... sí muy serio- Candy rodó los ojos. Lo dicho para rematar...¿Quien entiende a Margaret?
-Iré a ver- dijo una vez que finalizó con su tarea- debe ser algo muy urgente para que tenga que dejar a los pacientes..
-¡Anda! ve...yo me encargaré de todo con el Doctor Franz. Además ya no hay casi pacientes y con los que están terminaremos el turno.
-¡Está bien!. ¡Esta bien!.
Candy se dirigió a la oficinas con su voz alegre y cantarina tarareaba una canción, pero cuando llego a la puerta calló de inmediato.
-Buen dia Dr. Leonard me ha dicho Margaret que usted le urge hablarme.
-Sí, Por favor tome asiento Candy- El Doctor desde su escritorio y con su cabeza clavada en unos documentos dijo.- Seré directo. Se trata de un asunto de trabajo.
-¿Asunto de Trabajo?, ¡Bien expliqueme!- exclamó
- Una de las familias mas importantes de Londres me ha solicitado los servicios de una enfermera, una de mis mejores y pensé en usted. Es un caso especial de gente con mucho dinero- hizo una pausa- ¿Qué piensa usted sobre trabajar como enfermera particular por unos meses en el Castillo de los Granchester? Es atender a un paciente diria…un tanto complicado.
-¡Un paciente un tanto complicado y en el Castillo de los Granchester!- repitió con desconcierto-¿Qué puedo decirle Doctor?... Yo…
- Dígame si usted está dispuesta a hacerlo. Es por un periodo determinado-Candy sentía que el Doctor no le decía todo y no quería cuetionarlo pero, ¿Qué sería?- Creame que estoy seguro y considero que usted es apta...
-¿ un periodo determinado?. ¡No entiendo!, ¿Por qué ?
-Solo serán 7 u ocho meses a lo sumo.
, ¿Cómo es que….Bueno-suspiró contrariada- cuando decidí ser enfermera sabía que trataría con todo tipo de pacientes, no es de una buena enfermera ponerse a seleccionar cuales quiero y cuáles no. Además es trabajo, pero, ¿por qué unos cuantos meses? ¿Usted conoce al paciente? ¿Sabe su padecimiento?- Todas esa preguntas dos quedaron en el aire, pues el Doctor solo respondió una con poco convencimiento- Necesito saber.
-No, no lo conozco…- mintió-quien vino a hablar conmigo fue su médico de cabecera...Entonces entiendo que ha aceptado... En realidad Candy no le puedo dar más detalles sobre el paciente... Mañana mismo usted debe presentarse- extendió una tarjeta- Tome aquí tiene la dirección. Deje un buen precedente de nuestra institución. ¡Ahora vaya y descanse!, tiene la tarde libre. Candy trabaja en The Royal London Hospital desde los 20 años cuando se graduó y después de 3 años de trabajar en ese hospital se le presenta este caso singular. Siempre se había destacado por su sentido humanista para con todos sin excepción. Eso la caracterizaba sobre las demás y eso también le había hecho que algunas enfermeras la vieran indiferente, ¿quién lo diría? pues el tener sentido de humanidad debería ser característico de todas. Candy tomó sus cosas y se fue a casa. Vivía en un pequeño departamento que compartía con Annie, a quien conocía desde que eran niñas. Annie estudiaba diseño de modas y sus padres que se encontraban en America de vez en cuando la visitaban o la chica los visitaba en sus periodos de vacaciones.
-Candy, ¿estas lista para tu nuevo trabajo?- Le preguntó
-De hecho no es un nuevo trabajo Annie yo sigo trabajando para el hospital. El hospital seguirá pagandome mi suelto, es solo cambio de lugar…es decir haré lo mismo, pero en un ambiente distinto y con un solo paciente. Me he preguntado tanto ¿qué clase de paciente es y cuál será su padecimiento? El doctor Leonard dijo no saberlo, pero estoy segura que me mintió, que algo me oculta... Quizás….No, son ideas mías pensar que al decirme complicado era porque es más complicado de lo normal.
-No pienses en eso Candy, ya verás que no hay nada de qué preocuparse. Estoy segura que tú podrás con la situación. Has sido siempre una chica muy fuerte... Mejor vamos a la tienda necesito comprarme unos instrumentos para mis clases, unos Jeans que es la sensación del momento y de paso quiero regalarte unos guantes. Esos que tienes están muy viejos. Aquí en Londres hace mucho frio.
-Annie tú y tus modas…y para remate estudiaste diseño de modas...está bien vamos.
Salieron del apartamento. La tienda no distaba de más de unas dos calles. Era un centro comercial donde Annie siempre llegaba para saber lo nuevo y estar siempre a la nueva moda moderna. Llevaron alimentos para cenar y Candy le tocaba estar en la cocina. Se turnaban ese tiempo cuando las dos estaban juntas en casa.
-Hoy haré unos deliciosa Lasaña.
-¡Suena delicioso!...mientras buscare en las gavetas te, yo lo preparare.
-Hasta te chuparás los dedos Annie, ya lo verás.
-¡Te ha quedado exquisito Candy!. Estas preparada para casarte con Michael ¿eh? a propósito le has dicho que ya no irás al hospital si no al Castillo de esa gente adinerada?
-Pero ¿Que dices Annie?, Michael y yo apenas somos novios. No hemos pensado en boda. Primero debemos conocernos y el tiempo lo dirá. Además no tengo por qué estarle contando todo lo que hago de mi vida. Yo difiero mucho de ti al respecto.
Al día siguiente candy había emprendido camino a su nuevo lugar de trabajo. No era lejos, vivía al otro lado del Castillo. si, los Granchester vivian en un Castillo herencia de sus antepasados a una dos calles que perfectamente podía llegar caminando. Desde afuera estaba fascinada por el lugar. Era verdaderamente increible la vista alli, un hermoso jardin a la vista, desde la entrada llena de bellas y fabulosas plantas enormes y rosas por doquier, flores de diferentes especies, simplemente el lugar era un paraíso. A lo lejos un señor regaba un rosal que estaba en la entrada del Castillo. Candy se impresionó y pensó como una persona complicada podía tener un lugar asi.
-Buenos días Señor
-Buenos días Señorita.
-Estoy buscando a la Señora Granchester, ¿puede decirle usted que...?
-¡Claro!. es usted la nueva persona que contratarán, veremos cuánto tiempo dura.
-¿Como dice?
-Oh, no es nada- el jardinero temió haber metido la pata- digo que a ver cuánto durara usted sin querer tocar esta hermosura de rosas. Veo que las flores le ha encantado.
-Oh, sí, son hermosas. Todas son bellas. Se ve que usted las cuida con mucho esmero.
-Yo me he encargado de plantarlas toda. Cuando vine a este lugar hace muchos años comencé a llenar el lugar. Al hijo de la señora le gustaba mucho venir aqui...Disculpe iré a avisarle a la señora que usted esta aqui. solo permítame un momento arreglo mis herramientas y la llevo.
-No es necesario Fred yo llevo a la señorita- dijo el hombre que salía del interior de la Residencia.
-Está bien señor. Permiso Señorita.
-fue un placer conocerlo señor Fred.
-Hola, mi nombre es Albert y soy amigo de la familia, bueno también soy el médico de esta casa.
-Mucho gusto… - La muchacha extendió su mano-mi nombre es Candice White. Asi que ¿usted es el que habló con el Doctor Leonard?
-Si.
-Vamos lleveme con los señores.
-Por supuesto...vamos
-Señora Granchester, ella es la enfermera. Su nombre es Candice White
-Oh, si el Doctor Leonard dijo que me enviaría una de las mejores enfermeras de su hospital. Yo soy Eleonor Granchester.
-Mucho gusto señora puede llamarme Candy y estos son mis documentos, puede revisarlos.
-Veamos… dice aquí usted es una persona muy competente, de espíritu alegre, cálida que levanta el ánimo y que es una ¿parlanchina?.
-Oh, eso dice- Candy no lo había revisado- sí, soy muy parlanchina…bueno…hablo mucho y a veces muchas personas no les gusta esa forma de ser, pero le prometo que usted no tendrá queja de mi al respecto, no molestare con mis palabras, no diré ni una sola. Se lo prometo…no molestare a su esposo.
-¡Calma!. No he dicho que quiero tener a una muda. Además no es a mi esposo que usted atenderá…es a mi hijo.
-Oh, perdón, siempre cuando estoy nerviosa, termino por decir lo que no debo…. ¿su hijo ha dicho?
-Sí, él tuvo un accidente hace un año atrás...y quedó asi en ese estado.
-Por favor disculpe mi error, es solo que...
-Eleanor saldré un rato- Dijo el esposo quien se detuvo al ver a la joven- ¿otra?...Bueno espero que esta chica si...
-¿Vas a salir Richard?- interrumpió
-Sí, voy a la Empresa a atender unos asuntos que requieren de mi presencia, pero vendré enseguida.
-No. No te preocupes, tú, encargate de tus cosas que yo le daré instrucciones aquí a la enfermera.
-Mucho gusto señorita, mi nombre es Richard, el padre de Terence. Espero que se quede con nosotros.
-El gusto es mío, soy Candice White puede llamarme Candy
-¡Muy bien Candy!...quedas en casa. Hasta Luego Eli.
-Enfermera Candy… ¿estás decidida a este empleo?. Te necesito ya.
-¡Por supuesto!. He venido a eso
-Bien, te presentaré a mi hijo…el tiempo es desde las 7 de la mañana hasta las 4 de la tarde. Mi hijo no debe quedarse solo por mucho tiempo asi que me avisas antes si tienes algun inconveniente.
-Claro Señora.
-Hemos llegado, este lugar se ha acondicionado a las necesidades de mi hijo. Aquí tiene todo lo necesario. Él quiso estar de este lado de la casa. Allí está el baño y por aqui la cocina, hay suficiente alimentos. Le daré un juego de llaves para que usted las maneje. Su trabajo más que todo radica en que tendrá que convivir con mi hijo…no sé si aún siga dispuesta a este trabajo…yo solo espero que se lleven bien- Candy no entendía, pero debía continuar - Me gustaría que la viera más como una amiga y no como una Enfermera…Sé perfectamente que esa es su profesión, pero lo que busco es que alguien le ayude a ...¿Tiene alguna duda?
-EH?...No
-Vamos a su habitación para presentartelo, de antemano te digo que…tiene un carácter complicado- suspiró- a veces esta de buen humor y otros dias sencillamente esta terrible- Era la segunda persona que escuchaba decir que era una persona complicada.
-Señora Granchester, le prometo que no voy a fallarle. Tengo un compromiso con este trabajo y debo cumplirlo. Es mi deber y aquí estaré…seré lo que usted me pide...una amiga para su hijo.
-Bien- La Señora Granchester tocaba y tocaba la puerta esperando que su hijo autorizara la entrada.-Hijo ha venido alguien a conocerte-Candy no lo demostraba, pero estaba nerviosa,
-Pueden pasar- dijo Albert desde el interior, el hombre en cuestión estaba en su silla de ruedas viendo hacia el ventanal. Observaba las gotas de agua caer libremente por el marco de la ventana. Le recordó aquella tarde en que también llovía.
-¡Terry!, ella es Candice
Decidido a romper el silencio al girar su silla eléctrica en la cual se encontraba postrado inmóvil desde el cuello hasta los pies. Su vida se había transformado de ser un joven aventurero a un amargado y sin esperanzas ,más que nunca estaba decidido a hacer aquello que había planeado tiempo atrás. Se detuvo para ver fijamente a la muchacha con una sonrisa cínica y arrogante.
-¡Soy Candy!- ella dejo ver una sonrisa nerviosa y él mantenía su postura y su sonrisa burlezca.
-Hola- La chica no habló más al ver el gesto grotesco y frio de su recién paciente- Soy Terence Granchester- se presentó, pero Candy seguía sin contestar- ¿Se le borró...su sonrisa?- Candy bajó su rostro.
-Yo...
-¡Que malo eres Terry!- dijo Albert quien se había encargado de su amigo tras su accidente. Era médico graduado en la misma universidad donde conoció a Terry.
-Bueno…los dejo para que se conozcan. Señorita Candy, Albert le indicará todo lo demás.
-¡No hables como si tuviera el cerebro paralizado también!- exclamó con enojo.
-Hola Joven Granchester...Soy Candy- se presentó otra vez, la mirada de ese hombre la intimidaba y estaba sumamente nerviosa
-Si? Eso ya lo sé- su mirada y su arrogancia hacia que Candy quisiera salir corriendo.
-No Annie, Candy no me ha dicho nada de trabajar en el Castillo de los Granchester. Cuando llegué al hospital me encontré con la sorpresa que ella no está allí. Que fue designada a otras labores. Eso fue lo que me dijeron.
-Bueno, ya sabes cómo es ella. No debes preocuparte. Además un trabajo de entrada por salida, no como el hospital que debía hacer turnos en las noches.
-Es que no es por el trabajo, ni el lugar…es porque siento que candy no me tiene confianza. Yo sé que apenas es poco tiempo que somos novios y es normal que aún no exista tal confianza, pero ella no hace un esfuerzo porque suceda.
-El tiempo Michael….si, el tiempo ayudará a construir esa confianza….solo ten paciencia. Y un consejo sano….no la presiones… Candy ante todo es de espíritu libre y le gusta tomar sus propias decisiones por lo que ella cree bien y conveniente y no por lo que los otros digan…. ¿entiendes?. Candy siempre ha sido así desde que la conozco. Se ha tenido ella misma. Nunca ha dependido de nadie para consultar sobre su vida. Mírala allí ahora trabajando para esa familia…Los Granchester.
-Candy, ven te enseñaré básicamente lo necesario- comentó Albert- Yo haré el trabajo pesado es decir estar al pendiente de todo en horas que tú no estas, además de bañarlo, vestirlo por las mañanas y por las tardes y cualquier cosa no dudes en llamarme. Te dejo mi número y esto que está aquí es una tabla de sus horarios de los medicamentos que le corresponden en las horas adecuadas.
-Bien, veo que son muchos medicamentos los que se les suministra. ¿Puedo hacerte una pregunta?
-claro
-¿Cómo es que quedo asi?, es decir la señora me dijo que fue un accidente de auto, pero supongo que esta en tratamiento para ver la posibilidad de que pueda recuperar su movilidad.
-Fue un accidente que le lastimó su médula espinal. Los médicos aunque dijeron no tener un visión de si volvería a ser el mismo, cualquier persona quisiera ver otras opciones, pero Terry no ha querido.
-Pero, ¿por qué?
-No tiene deseos de vivir es lo que pienso. Yo como su amigo he hecho lo posible e imposible porque sacarlo de alli y como Médico le he instado a buscar otras opciones en otros hospitales. Hoy la ciencia esta avanzada y he escuchado de personas en su estado que han vuelto a ser las mismas de antes incluso han llegado a ser deportistas.
-Mira Candy estas son las pastillas y las dosis que debe tomar.
-Veamos...Pastillas para la presión, para los nervios, espasmos ¡oh, por Dios cuantas!
-Sabes pasa mucho tiempo en esa silla, en su cama en una sola posición que resulta con fuertes dolores y por nada del mundo le des analgésicos o somníferos
-Si claro…
-Eso lo dejaría sumamente irritable y luego nadie aguantará ese genio...luego se vuelve complicado.
-Oh, ya veo- Tercera persona que lo dice- pensó
-Asi que es mejor evitar llegar a ese término.
-Si….y que hago si él...
-¡No te preocupes!. Yo vivo cerca…a dos minutos- Terry es el paciente más cerca que tengo. Yo vendré para esos momentos tú solo encargate de lo demás y me llamas por cualquier cosa. Tengo que visitar a mis pacientes , pero antes dejo a Terry bañado y vestido….entre otras cosas…tu…. prácticamente estarás para sus medicamentos y darle un poco de ánimo.
-Ya la señora me había dicho que buscaban a una enfermera que tuviera el caracter cálido y alegre y dicen que asi soy yo, bueno el Doctor Leonard que fue quien me envió hasta aquí y también me ha dicho que lo trate más que una enfermera, es decir que sienta que esta con una amiga- suspiró- desconozco cómo es que trata él, a sus amigos y con eso de que tiene un carácter dificil. Bueno ya lo he visto con mis propio ojos...
-¿Entonces?
-No voy a temer por eso. No puedo sin antes de empezar darme por vencida, regresar al hospital y decir que no pude con la situación, no. Dime que otras instrucciones hay.
Terry se encontraba de nuevo con su mirada perdida hacia el ventanal. Había sentido los pasos de candy y en su rostro una mueca de fastidio se dibujó. No quería hablar con nadie, menos con ella.
-Hola- dijo la Rubia quien no veia el rostro de Terry.
No contesto y siguió con su indiferencia hasta que-¡Hola!- dijo manteniendo la misma actitud- ¿qué quieres?- contestó más por educación que por ganas de hacerlo. estaba todavía de espaldas y ella no podía ver sus reacciones en su rostro.
-Bueno, salir esta tarde. ¿Qué le parece? Me dijeron que tiene un auto adaptado para usar su silla de ruedas.
-Ah, si- de nuevo su tono de burla- y ¿tú crees que un paseo me va a servir?...ja ja ja ¿Cree que tomando un poco de aire fresco seré el mismo de antes?
-Claro que no, pero entonces dígame que le gusta hacer.
-¡Nada!. ¿No acaso que no hago nada en esta posición? postrado en una silla como que no hay mucho que pueda hacer...¿no lo cree? ja ja ja- Bueno si, respiro y básicamente existo.
-¿Le traigo su computadora?
-Oh, ¡grandioso!…Quizás y con suerte encuentre un club que se adapte a mi…"el club de cuadripléjicos"- dijo con sarcasmo.
-Quizás podríamos conocernos un poco y de esa forma pueda saber sus gustos.
-¿Sabe qué?. ¿Todo el tiempo se la pasa hablando?-preguntó indagando
-Yo...bueno eso dicen- dijo sonriendo pensando equivocadamente.
-¿Podría dejar de hacerlo o debo especificarlo en su contrato que no lo haga? al menos cuando este cerca de mi
-¡Esta bien!. Disculpe si lo he importunado...me retiraré a la cocina, luego vendre por si necesita algo -Terry no la soportaba quería que se fuera, pero reconocía que su amigo no podía estar todo el tiempo con él.
-¡Que adorable chica!- espetó con sorna.
Para un hombre como Terry Candy no sabía que podía hacer para sacarlo de esa amargura a la que estaba sumido. Tenía tantas emociones encontradas y con deseos de dejarlo todo e irse y por otro su sentido de humanidad pesaba más sobre ella, sabía que él, necesitaba de alguien que lo impulsara y le hiciera ver que a pesar del accidente y del estado en que se encontraba, estaba vivo y que gozaba de tener a sus padres que lo adoran y que se preocupan por su salud, pero ¿cómo hacerle ver eso cuando ni siquiera permitía estar cerca suyo?. Se detuvo a ver la tabla de los medicamentos para saber cuál y la hora que le tocaba el siguiente y pensó detenidamente la situación en la que se encontraba. Si bien su contrato como enfermera se limitaba a cuidarlo y suministrar la medicación y vigilar continuamente por otros aspectos de su salud, la madre de Terry queria que ella le ayudara, según le habian dicho que la muchacha tenía el don de llegar a los corazones de las personas y entonces creyó en ella, porque era natural, dulce y espontánea. Cuando la vió, había visto lo que nunca en otras "un espiritu fuerte y decidido"-Debo ser insistente, aunque ha puesto una fuerte barrera desde entrada, ¿Cómo hacer entonces que por lo menos escuche?, no creo que con una persona así se logre algo, ser una especie de su conciencia... si tan solo dejara acercarme.¡Ay, Doctor en que Lugar me ha metido!¡Claro!, una enfermera como yo, por eso es que me ha mandado aquí. Una enfermera ante todo debe tener calidad humana…... ¡Oh Dios! aún falta mucho para su próximo medicamento- dijo al ver el reloj- Supongo que las anteriores no soportaron ese humor y...
-Hola Candy… ¿Cómo estuvo tu primer dia? ¿Te hizo alguna grosería?.
-Oh, no…. Todo estuvo perfectamente bien. Ya le he dado sus medicamentos y su comida a su tiempo.
-Bien, déjamelo por ahora. Ve a almorzar tengo que realizarle ciertos chequeos.
-Bien, permiso….saldré al jardín un rato- La verdad que Candy ya había comido con eso de que estuvo allí esperando que llegara el momento de su medicina. Tomó su celular y le escribió a Annie que su primer dia había sido un desastre.
-Candy, animo amiga y no desistas!. Yo se que tu podrás con ese trabajo. Siempre has sido fuerte y esto no te vencerá amiga. Aprovechando este momento, no le dijiste nada a Michael sobre el trabajo. Vino al departamento y no lo vi nada bien...
-¡Santo Dios!, es verdad lo olvidé por completo. Dije que lo haría hoy y mira ya es mediodía y ni siquiera me acordé.
-¿Que pasa Candy? Siento que hay algo mas que no me has dicho... ¿Ha pasado algo con tu paciente?
-Por ahora no puedo contarte nada. Estoy en el jardín, pero en un momento debo entrar. El señor esta con su amigo el Doctor que te conté, ese que ha estado a cargo de todo sobre su salud. Está haciendole un chequeo General. Me gustaría hablar contigo cuando llegue a casa con más tranquilidad.
-¡Esta bien! .y por favor ¡no te desanimes!
-No lo estoy Annie, es solo que no logro entender a veces a las personas- Si Candy no entendia como un hombre como Terry con todo el dinero que su familia tenía no buscar opciones para un tratamiento, no entendia porque hay seres humanos que se sumergen más a la soledad.
Los días transcurrían y Terry era siempre el mismo. Candy buscaba por todos los medios entablar una charla con él, pero nada funcionaba.
-Candy, déjalo…no ha sido un buen dia para él- dijo el médico al enterarse de un arranque de ira en el castaño.
-En realidad Albert ni un dia ha sido bueno para él desde que estoy aqui. No le he visto un solo dia que cambie su actitud.
-¿Que harás?.
-¿Qué, Queé voy a hacer? continuar, por lo pronto veré pasar el tiempo...permiso.
Los cuadros con fotografias hacia abajo habían llamado la atención de candy, eran fotos de sus familiares y de Terry antes del accidente. La Rubia tomó una de ellas y la sostuvo largamente algunos minutos y luego otra y otra, en todas estaba él. Habían muchas.
-Perdón yo solo….-dijo al ser sorprendida viendo los cuadros-Yo solo estaba….
-Viendo mis fotografías, si y ¿que estaba pensando?Oh si ya se... pensando que horrible debe ser haber vivido una vida como esa y ahora estar de esta manera. Por alli hay más por si quiere saciar su curiosidad.
Todos los días para la Enfermera resultaba una odisea desde el tener que levantarse para ir a ese lugar hasta tener frente a ella a ese hombre insufrible todos los días.
-Annie, me mira siempre como si fuera una estúpida.
-Bueno amiga que te puedo decir, no eres estúpida pero si muy atolondrada, pero no te preocupes...eso le llama la atención.
-Pero que dices ¡Annie! Seré atolondrada, pero él no tiene por qué tratarme así. Yo solo quiero ser su amiga pero, el simplemente no acepta mi presencia, ni que le hable y cuando me mira lo hace como si yo fuera la mujer mas tonta e idiota del mundo.
-Ay, Candy talvez sea así con todas las personas. Tú misma has dicho que esta amargado por su situación. ¿No te has puesto a pensar que quizás lo hace para ver cuánto duras?. Recuerda que llevas solo unos días.
-Te juro que lo he sentido como si fueran años. Estos dias han sido los más terribles.
-Ja ja ja ja, no puedes estar hablando en serio Candy. ¡No exageres por favor!.
-No lo hago Annie, pero cada minuto dentro de esa casa, es simplemente insoportable.
-¡No puedes renunciar Candy!
-No por supuesto que no lo haré, no he dicho eso... y si eso es lo que quiere que yo haga, no le voy a dar ese gusto.¡Claro que no! Seguiré adelante. ¡Terence Granchester no me vencerá!
-¡Muy bien Candy así se habla!- pausó- Sabes amiga que ya estoy por finalizar mi último año en la universidad. Una vez termine….Archie me ha pedido que nos casemos.
-¿Qué? ¿Eso es en serio?
-Sí, así que lo que me reste me quedaré contigo hasta arreglar todo. Claro que eso no es ahora Candy, falta algún tiempo a lo sumo un poco más de un año. Todo es en lo que termine la universidad como ya te he dicho.
-Y después de eso…es decir después de graduarte y casarte, ¿desempeñaras tu profesión?
-No lo sé...todo depende.
-¿Depende de que Annie?
-¡De Archie por supuesto!. Tú sabes ...cuando me case tendré que encargarme de mi casa.
-¡Dios sigo sin entender!. Es decir te gradúas y como no sabes que pasara con tu vida después de casada, ¿ni siquiera piensas si vas a ejercer tu profesión? ¿Tantos años de estudios para no saber qué hacer luego?- Annie no dijo nada. Recordó en sus padres esas mismas palabras, y no es que su novio le prohibiera trabajar, sino más bien es que Annie es de esas mujeres que piensan que atender al marido era suficiente en la vida para estar completa. - Creo que no vives en la vida moderna Annie, pero bueno amiga esa es tu decisión y te la respeto.
continuará...
Bueno he aqui una nueva historia y espero que les guste.
