Sentado en el sofá, después de una gran película, demasiado cansado para salir por ella, tuvo ganas.

Tomó el teléfono y pidió que llegara a su departamento, y es que un Sábado tranquilo en casa, qué más apetecible que tenerla y devorarla lentamente, sobre todo con el antojo que tenía.

No podía esperar a que llegara en tanto tiempo, 30 minutos, sólo serían 30 minutos.

La deseaba con fervor, 30 minutos es demasiado tiempo, ¿Qué no podía solo aparecerse y ya?

20 minutos:

Comenzaba a desesperarse pensando en lo bien que se sentiría una vez que llegara, en lo deliciosamente bien que olería, ¡Maldición!, solo de pensar en ella se le hacía agua la boca.

15 minutos:

Su cuerpo comenzaba a manifestar su deseo, le sudaban las manos y salivaba, realmente odiaba sentirse tan fuera de control por algo tan insignificante, pero el doctor lo había dicho; "Síntomas compartidos en el embarazo", su preciosa compañera debía encontrarse en el mismo estado, pero él no iba a siquiera mencionarlo, era terriblemente vergonzoso no poder controlar sus deseos.

5 minutos:

Miraba hacia todas partes. Estaría bien tomarla en la encimera de cocina?, está realmente cerca pensó, o sería más cómodo para ella en el sofá?

Era tiempo.

-Sev?, voy al baño, ahora vuelvo-

Faltaba tan poco...

El timbre sonó y Severus casi corrió a atender la puerta.

-Son quince dólares Sr. Snape

-Ten veinte y quédate con el cambio- Al fin había llegado.

Se acomodó en el sillón con una sonrisa en la cara.

-¡Ya llegó la pizza nena!- Abrió la caja con suma satisfacción, percibiendo el delicioso aroma.

-Uff, ya era hora moría de hambre- Hermione se recostó sobre el pecho de su adorado marido, intentando alcanzar un pedazo de pizza.-Siempre he pensado que treinta minutos es algo exagerado- Pero el pocionista ya no la escuchaba, sólo devoraba su deliciosa pizza de jamón y champiñones, tal y como había deseado desde hace treinta malditos minutos.

Estúpidos y deliciosos Antojos.

FIN