Hola!
Continuando con la semana AsaKiku, aquí como buena fan dejo mi contribución del segundo dia (bastante tarde en realidad, soy de lo peor u.u pero al menos pude publicar) Para el día 2:Crossover. Con Sekaiichi Hatsukoi Aunque en realidad casi no aparezcan los personajes, es más bien ambientado dentro del mismo universo y con algunas menciones.
Este es un long-fic de cuatro capítulos para los cuales tomare otras temáticas de esta semana.
Disclaimer: Hetalia=Himaruya
Por un mundo con más AsaKiku! Yeah!
*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*
The first greatest love in the world: The case of Kiku Honda
El primer amor nunca funciona…
El primer amor nunca dura…
El primer amor siempre duele…
El primer amor siempre termina…
El primer amor nunca se olvida…
El primer amor siempre será único, a pesar de que nunca acaba bien, pero eso no importa porque jamás volverás a sentirlo…
O al menos eso fue lo que quise creer…
*.*.*.*.*.*.*.*
—Bienvenido a Marukawa Shoten —me dijo una de las empleadas mientras leía unos papeles—. Usted debe ser Kiku Honda, el nuevo empleado del área de literatura, acompáñeme por favor para mostrarle el lugar.
—Gracias por las molestias — le agradecí inclinándome levemente, comenzando a caminar hacia el elevador.
—No es ninguna molestia— me respondió con una sonrisa— ¿Me imagino que es tu primera vez en literatura?
—En realidad no… Estuve un tiempo en el departamento de manga en otra editorial y luego trabaje en el departamento de literatura, primero como editor y luego como subjefe durante un par de años más…
—¿En serio? —exclamó la joven sorprendida— Realmente pareces alguien muy joven como para haber tenido tantos puestos… Creo que con tanta experiencia hasta podrías aspirar a ser el editor en jefe… Aunque no creo que al actual le haga mucha gracia…. — se rió mientras presionaba un par de botones.
—No creo que pueda hacerlo… —murmuré bastante apenado por los halagos de la chica— No eran editoriales tan grandes ni prestigiosas como esta, además me imagino que el editor en jefe es una persona muy competente...
—Mmm…—meditó la chica un momento— Supongo que tienes razón, es verdad que él ha mantenido y hasta duplicado las ventas del área, a pesar del crecimiento de otros departamentos. Aunque suele ser alguien muy profesional, cuando se enoja puede dar un poco de miedo, sobre todo cuando se acerca la fecha límite… Es incluso peor que el oso gruñón del área de ventas, hasta llega a dar el mismo miedo… Ohh además tiene un extraño disgusto por el manga, asi que procura no mencionarlo cerca de él.
Con semejante descripción al menos ya sabía que era lo que me podía esperar.
Luego de un par de minutos llegamos al piso correspondiente. Inmediatamente después de que se abrieron las puertas del ascensor, lo primero que pude ver fue un revuelo de empleados corriendo de un lado para otro, papeles regados por todos lados y una serie de gritos.
—Parece que hemos llegado en mal momento…—me susurró mi acompañante al oído— Oye, ¿podrías decirme que está sucediendo? —se dirigió a un editor que paso cerca de nosotros
—Llegaron los resultados de ventas y el departamento que más vendió este mes fue Emerald. Así que el jefe quiso cambiar todo a última hora para tener más ventas y vencerlos en los próximos resultados. Dios… y pensar que estamos a un día de la fecha limite… que locura… Creo que a este paso es mejor que huya de aquí —término de contar, mientras rápidamente se metía al ascensor
—Bueno… parece que tendremos que esperar a que se calme… si es que lo hace —concluyó mirándome apenada.
—No hay problema… —conteste asimilando el hecho de que trabajaría en semejante caos. Realmente me estaba empezando a arrepentir de cambiar de empleo…
—Pero cómo es posible que unos simples dibujos vendan más libros que nosotros —esa voz me saco de mis pensamientos— Bloddy Hell! ¿En qué demonios piensa la gente en estos días? ¿Cómo es posible que prefieran esas tonterías sin sentido a la literatura de verdad?...
No podía creer que alguien se pudiese expresar así del manga. Si bien era cierto que no era un género tan noble como la literatura en general, no por ello era simples dibujos o tonterías sin sentido. Amaba el manga tanto como amaba a los buenos libros y no permitiría que alguien hablase así de él, sin siquiera tener buenos fundamentos. Apreté mis puños fuertemente y busque con mi mirada a la persona que decía semejantes atrocidades, hasta dar con un rubio que gritaba a otra persona, mientras revolvía unos papeles. Aunque no podía verlo de frente, sabía que era él por la forma en que agitaba sus manos y la cara de desesperación que tenía la persona que lo escuchaba. Me armé de valor y corrí hacia donde estaban, ya era hora que esa persona escuchara de razones…
—No me importa si tengo que matar a los de la imprenta para extender el plazo, quiero que se reescriban todos los manuscritos y yo mismo los revisare antes de mandarlos, ¿entendido? —continuo gritando esa desagradable persona, que al parecer era mi editor en jefe, pero no me importaba arriesgar mi empleo con tal de decirle lo que quería.
—Disculpe…— toqué su hombro, intentando llamar su atención
—¿Qué quieres? —respondió molesto, volteando a verme, clavando sus iris esmeraldas en mí.
En ese instante, le reconocí. Era él. Aquella persona a la que había amado tanto, mi único amor. Mi primer amor. Ese que me había lastimado, y el cual me prometí a mí mismo que nunca volvería a ver.
—Arthur…—tartamudeé sin poderlo creer. Me observo atentamente, estudiando cada detalle de mi rostro a través de sus gafas, intentando reconocerme.
—Kiku…—susurró luego de unos cuantos minutos, que me parecieron siglos— Yo… no…
—No es necesario que diga nada, Arthur-san —le interrumpí conteniendo las ganas de huir y reuniendo todo el coraje que pude— Todo quedo muy claro la última vez que nos vimos, así que no vale la pena hablar de ello… Por favor, actuemos como las personas maduras que somos —seguí hablando, al notar que comenzaba a acercarse cada vez más a mí, invadiendo mí espacio personal. Pero al parecer mis palabras surgieron efecto, haciendo que retrocediera un poco y me alivie al ver que no haría nada delante de otras personas— Solo quería decirle que me parece muy infantil la forma en que se expresa de otro arte como lo es el manga. Sus opiniones ni siquiera tienen un buen fundamento.
—¿Arte? —sonrió con desdén, observándome dolido por mi rechazo, tratando de provocarme— ¿Acaso a eso se le puede llamar arte?
—Eso es algo que usted no parece entender. El manga no son solo historias sin sentido, hay muchos que manejan tramas complejas y profundas, casi como una buena novela. Además al combinar el dibujo y las letras se debe crear un equilibrio entre ellos, para evitar que el lector se canse, además de que muchos lectores jóvenes primero se inician en el mundo del manga para luego volverse fieles lectores de libros… Pero supongo que no le importara lo que alguien como yo diga, así que no tengo nada más que hacer aquí. Acabo de ser transferido a su departamento y espero que después de esto acepte mi renuncia ahora mismo —termine de hablar, dándome la vuelta para irme lo más pronto que pudiera.
—No lo harás —sentencio Arthur detrás de mí, sujetando mi muñeca— No permitiré que lo hagas…
Me jaló bruscamente y me arrastro lejos de ahí ante la atónita mirada de los demás empleados. Ni siquiera me había dado cuenta en que momento había terminado siendo el centro de atención. Luego de recorrer varios pasillos, me metió en una oficina, soltando mi mano y cerrando la puerta tras de sí. Lo siguiente que hizo, no me lo esperaba. Se abalanzo sobre mí, uniendo sus labios con los míos, besándome apasionadamente. Con necesidad, abrazándome posesivamente como si nunca quisiera dejarme ir. Intenté oponerme, pero no funciono. Ese beso despertó muchos sentimientos que creía que había olvidado. Esos recuerdos que trate inútilmente de borrar…
—Te amo, Kiku —dijo después de separarnos— Siempre lo he hecho. No importa que tanto lo intentara, nunca pude olvidarte… Por favor, aclaremos las cosas…
—Yo… déjame en paz… —susurré sin fuerzas, no quería ser lastimado de nuevo— Déjame tranquilo, por favor… prométemelo…
—No puedo dejarte ir... pero al menos prometo no hacer nada que tú no quieras —continuo apartándose un poco de mí —, solo te pido que no renuncies por mi culpa.
—Está bien…. —conteste más calmado, al ver que cumpliría con su palabra— Pero con una condición…
— ¿Cuál?
—Nunca más vuelvas a decir esas cosas que dijiste antes… —dije un tanto molesto al recordar todas sus palabras.
—Veo que sigues siendo el mismo defensor del manga que antes —sonrió— Supongo que tal vez si me haces cambiar de opinión, dejare de decirlo…
—¿Me estas retando? —pregunté enojado.
—Tal vez… —contestó mirándome desafiante — ¿Sabes?... Sigues siendo tan adorable cuando te enojas… —murmuró en mi oído, dando un suave beso en mi mejilla, provocándome un fuerte sonrojo— Bienvenido a Marukawa, te espero en mi escritorio lo antes posible para asignarte tu nuevo trabajo… —se dio la vuelta, saliendo de la oficina, dejándome completamente solo.
Lleve mi mano a mi mejilla, aspirando el aire lentamente, tratando de controlar los latidos de mi corazón. Definitivamente no debí de venir aquí…
*.*.*.*.*.*.*.*
Mi primer amor…
Mi único amor…
La persona a quien tanto quise olvidar…
La volví a encontrar…
Y ahora era mi jefe, ¿acaso no podía ser peor?
